El Cine Italiano: Il partigiano Johnny

TÍTULO ORIGINAL Il partigiano Johnny
AÑO 2000
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS No
DURACIÓN 135 min.
PAIS Italia
DIRECTOR Guido Chiesa
GUIÓN Guido Chiesa, Antonio Leotti (Novela: Beppe Fenoglio)
MÚSICA Alexander Balanescu
FOTOGRAFÍA Gherardo Gossi
REPARTO Stefano Dionisi, Andrea Prodan, Fabrizio Gifuni, Giuseppe Cederna, Alberto Gimignani, Claudio Amendola, Stefano Scherini, Chiara Muti, Umberto Orsini, Barbara Lerici
PRODUCTORA Fandango / MediaTrade / Tele+
GÉNERO Bélico. Drama | II Guerra Mundial

SINOPSIS El 8 de septiembre de 1943, el norte de Italia es ocupado por los alemanes. El ejército italiano se derrumba y los soldados huyen a las montañas, intentando establecer una resistencia. Muchos civiles hacen lo mismo, entre ellos Johnny, un estudiante inglés de literatura. (FILMAFFINITY)

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Hacía bastante tiempo que Guido Chiesa planificaba llevar a la pantalla la novela semi-autobiográfica de Beppe Fenoglio, publicada póstumamente en 1978. Cuando la posibilidad se concretó, el cuarentenario director y guionista ha debido resolver una difícil pregunta: ¿cómo contar hoy la Resistencia, en un clima cultural en el cual las ideas, la Historia, la moralidad parecen convertidas en objetos de anticuario? Chiesa ha encontrado la respuesta correcta. Desde el punto de vista de la escritura dramatúrgica, Il partigiano Johnny adopta un estilo lacónico y privado de énfasis; a ello se corresponden unas imágenes casi escabrosas, coloreadas con una paleta neutra y homogénea. La voluntad anti-declamatoria es aún más loable porque la de Johnny es una historia totalmente amasada por dolor. El dolor de las elecciones difíciles: después del 8 de septiembre un estudiante de literatura inglesa deserta, se oculta en las colinas alrededor de su Alba, luego toma la vía de Langhe y se une a un grupo de partisanos comunistas. El dolor de una guerra luchada entre el frío, la lluvia y las privaciones, donde se ataca y se es atacado por sorpresa, donde necesita escapar y ocultarse, donde se conquista una ciudad sabiendo que se perderá inmediatamente después. Cualquiera puede ser un amigo o un traidor: y de esta alternativa depende la vida del partisano. Entre otoño 1943 y febrero de 1945, articulada por capítulos estacionales, la película de Chiesa pretende, por encima de todo, poner en escena este sufrimiento, la cotidianidad de una guerra sucia y malvada como todas las guerras, pero todavía más precaria y confusa, en la cual los cadáveres quedan abandonados en los campos o en las calles de los pueblos y cada acción puede desencadenar represalias sangrientas sobre la población civil. Pasado a una formación de ex-militares que será diezmada, Johnny se encuentra solo, tratando de sobrevivir entre el hambre y el frío del riguroso invierno del 1944. Justamente cuando podría ser víctima de la desesperación y sentir vacilar más su propia motivación ideal, vivida hasta ahora con la vacilación del intelectual, los el joven recobra con más fuerza la razón de la elección hecha, renuncia a la renuncia, lo que le lleva a negarse cada residual instinto auto-conservación. Para medir la coherencia anti-retorica de Chiesa bastaría con comparar su película con La tregua, la adaptación de la novela de Primo Levi dirigida tres años antes por Francesco Rosi. Los modelos del director turinés son otros: el cine neorrealista, y en particular el último episodio de Paisà, por un lado, y del otro, La delgada línea roja de Terrence Malick. La única cosa que desentona, en todo esto, corre a cargo de la banda sonora, con la música invasora de Alexander Balanescu y la voz en off que narra o comenta en inglés. En cambio las escenas de guerra resultan absolutamente convincentes, justamente por la ausencia de explicitud y la inexorable repetitividad con la que están filmadas. La ambientación on location sobre los lugares de la acción es irreprochable. Excelente interpretación de Stefano Dionisi, adecuado y bien dirigido todo cast.

Roberto Nepoti, La Repubblica, 18 / 11 / 2000