AÑO 1974
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS Español (Separados)
DURACIÓN 116 min.
DIRECTOR Lina Wertmüller
GUIÓN Lina Wertmüller
MÚSICA Piero Piccioni
FOTOGRAFÍA Giulio Battiferri, Giuseppe Fornari, Ennio Guarnieri, Stefano Ricciotti
REPARTO Giancarlo Giannini, Mariangela Melato, Riccardo Salvino, Isa Danieli, Aldo Puglisi
PRODUCTORA Medusa Produzione
GÉNERO Aventuras. Comedia. Drama
SINOPSIS Raffaella, una egocéntrica millonaria, y unos amigos, alquilan un yate para navegar por el Mediterráneo durante el verano. A Gennarino, el marinero, que es comunista, no le cae bien la mujer, pero debe soportar su mal humor. El colmo llegará cuando un día los dos solos se vayan a la deriva en alta mar. (FILMAFFINITY)
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Subtítulos (Español)
Una característica que nunca ha dejado de llamarme la atención de las películas de Lina Wertmüller (Italia, 1928), y podría decir lo mismo sobre el cine italiano en general, es la fusión de la tragedia y la comedia. Wertmüller mezcla ambas maneras no como partes contrastadas sino formando una sola entidad. Aun en sus filmes más "serios", Lina Wertmüller siempre ha tenido esa debilidad por la comicidad de la tragedia, o lo trágico de lo cómico (basta con revivir la famosa escena de sexo entre Pasqualino y su captora nazi en Pasqualino settebelleze, 1975). A diferencia del theatron clásico, ella no trabaja dos géneros dramáticos separados, en cambio, percibe uno solo en el que se derriten trasgos y comos sin forzar una narración que se va por las ramas. En Wertmüller la tragicomedia alcanza un nivel propio, es decir, nos acerca a un cine más vital y humano en el que los pequeños gestos y palabras que arman cada minuto del existir del hombre tienen un lugar y un reconocimiento. El ser humano, como personaje corporal y terrenal, se compone de momentos seguidos, esos momentos: blancos, grises y negros pertenecen todos a una narración lineal continua, que se alarga hasta el día de la muerte, y que se juzgará entonces como un todo, no desglosada por partes. La opción cinematográfica de Lina Wertmüller es una de las más inteligentes que he visto, busca frontalmente narrar una película tratando de plasmar esa vida continúa y tragicómica. Travolti da un insolito destino nell'azzurro mare d'agosto me parece perfecta en este sentido, más allá del análisis social y de género, que siempre ha sido necesario al hablar de esta película, un atractivo poderosísimo es en realidad esa cualidad tan italiana para encauzar mediante el cine la vida en todos sus niveles dramáticos, volviéndola rica e incuestionable. Eso es algo que Wertmüller, definitivamente, conoce al derecho y al revés.
Las películas que suelen recordarse son aquellas que sobresalen del resto a causa de la presentación de imposibilidades. Narrativamente hablando, Travolti ostenta varias extravagancias: la paradoja de personajes, la isla como un mundo alternativo e idílico, y la visión del amor verdadero como un amor imposible y sólo palpable en las afueras de lo cotidiano. Es un conjunto de elementos radicales los que hacen que este filme resalte frente a otros, ya que el drama se favorece mientras más alejado se halla de lo que pinta como algo de todos los días. Ser extremista en la trama, sin embargo, no implica una conducta perversamente opuesta, después de todo Travolti es un filme muy lineal y de cinematografía tradicional, es más que todo la ubicación inmejorable de ciertas ideas la que promueve una historia imposible, por llamarle de alguna manera. Se suele decir que una película es más grande que la vida, larger than life, recitan los estadounidenses, y en el caso de Travolti no hay frase que lo defina mejor. Conceptualmente, Travolti es un cúmulo de complicaciones. Por un lado se trata de una historia de amor, desde sus momentos secos y antagónicos, creciendo paso a paso, hasta la celebración de la conquista absoluta de dos personajes que llegan a la cúspide romántica, el marinero Gennarino (Giancarlo Giannini) y la jetsetter Raffaella (Mariangela Melato), después de la cual habrá un despertar y un mundo cruel. Por otro lado, Travolti es una película prefijadamente social, una sátira muy ingeniosa acerca del equilibrio político del siglo XX. Desde el primer momento sabemos que estamos presenciando una lucha de clases e ideologías: un comunismo de sudor y malos modales versus una derecha capitalista de lo más frívola. Tanto Gennarino como Raffaella son polos opuestos que se niegan y se atraen. No obstante, no sería justo describir esta lucha de clases sólo como un elemento para enriquecer las biografías de los personajes; en definitiva, Wertmüller ataca ambas formas de pensamiento y es conciente de su importancia en el mundo moderno. Así como Travolti es una película de amor, también es una película política, además de ser un tratado en imágenes acerca de las diferencias de género. En el yate, Raffaella es una mujer pudiente, extrovertida, atrevida y conflictiva mientras que Gennarino tiene un papel minúsculo, de sumisión e introversiones. Ella tiene las riendas cuando las diferencias sociales lo permiten, sin embargo, su situación cambia al extraviarse en una balsa con Gennarino, permitiendo después el clímax de su relación en una isla desierta. Allí, lejos del progreso y de vuelta a un primitivismo mediterráneo, los papeles se tuercen. Aunque la idiosincrasia de Gennarino no cambia demasiado, su status en la isla sube unos cuantos peldaños. Ahora es él quien tiene el poder, quien sabe pescar y sobrevivir en un ambiente incivilizado. Raffaella, por el contrario, va sometiéndose a la isla y a Gennarino: tendrá que pedir con buenas maneras y trabajar por un trozo de pescado, y aprenderá a sentirse protegida por el mismo marinero que hubiera despreciado en cualquier otro momento. Gennarino, como un dictador que no respeta los derechos de nadie, abusará de su nueva autoridad, y en esa lucha de ideas y cuerpos ambos se convertirán en uno. Las formas de Gennarino no son reprobables, son el curso natural de dos personajes con raíces intolerantes, y decir que Raffaella es débil porque se "dejó someter" por un hombre bruto no es lo más justo. En realidad, ambos son juguetes de un amor imposible, ese amor extraordinario que sólo puede vivir en la isla. Raffaella lo sabe y por eso dejará que los barcos pasen, pero Gennarino quiere la certeza, quiere comprobar que todo lo que es bello perdura. Con el rescate, y lejos de la arena donde se golpearon y se desnudaron, ambos volverán a sus vidas, la aristocracia y la miseria, pero algo habrá cambiado para siempre. Y he allí el proverbio tragicómico de esta película, la felicidad es felicidad mientras dura, pero qué sucede cuando el tiempo se acaba… ¿Qué sucede con el amor?
KINO RAGGIO | Cuaderno de cine
Saludos, Amarcord
ResponderEliminarContacto contigo para pedirte si puedes resubir esta película. Me dicen voces entendidas que merece mucho la pena.
Muchas gracias y cordiales saludos
Cambiados los enlaces.
Eliminar¡¡Muchas gracias!!
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