TITULO Perduto Amor
AÑO 2003
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS Español e Inglés (Separados)
DURACION 105 min.
DIRECCION Franco Battiato
ARGUMENTO Franco Battiato
GUION Franco Battiato, Manlio Sgalambro
FOTOGRAFIA Marco Pontecorvo
MUSICA Franco Battiato
MONTAJE Isabelle Proust
ESCENOGRAFIA Francesco Frigeri
VESTUARIO Flora Brancatella
REPARTO Corrado Fortuna (Ettore adulto), Donatella Finocchiaro (Mary), Anna Maria Gherardi (Augusta), Lucia Sardo (Nerina), Ninni Bruschetta (Luigi), Manlio Sgalambro (Martino Alliata)
SINOPSIS La película narra la infancia y juventud de un muchacho siciliano llamado Éttore, fascinado por la música, y que quiere ser escritor.
Enlaces de descarga (Cortados con HJ Split)
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Subtítulos (Español)
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Comentario:
Perduto Amor es la primera película dirigida por el archifamoso cantante siciliano Franco Battiato, del cual en España se conocen solo una mínima parte de sus canciones, sobre todo las de los años ochenta como "Centro de Gravedad Permanente", "Nómadas", "Quiero verte danzar", etc. Battiato, sin embargo, es un autor polifacético, que ha hecho óperas, música experimental, electrónica, comercial... También pinta cuadros. Y por supuesto, tenía que acercarse al cine. Una faceta muy poco conocida de él en España es la de su fascinación por los temas místicos, los escritos sufíes, el eremitismo y otras doctrinas espirituales, de las cuales es practicante.
En Perduto Amor el autor de "L'animale" e "Inneres Auge" nos narra una historia muy relacionada con sus propias vivencias y creencias, aunque él ha negado varias veces que se trate de una obra "autobiográfica". Pero resulta difícil de creer cuando las circunstancias vitales del personaje protagonista, Ettore, coindiden tanto con las suyas, con sus inquietudes y gustos personales.
La película, desde el punto de vista formal, es muy estética, muy bonita, en especial la parte que se desarrolla en Sicilia, pintada como un lugar de ensueño (la cita inicial habla del sueño que hay entre la vida y la muerte), luminoso, dominado por las mujeres, pero atrasado y anclado en el pasado (mientras que Milán se representa con edificios grises, locales poco cuidados, etc, pero moderna, música rock, etc). Cada escena está planificada como si fuera un cuadro, con unos encuadres muy pictóricos y un uso artístico de la luz y de los colores, en unas escenas, colores cálidos, en otras, azules fríos. La banda sonora que la anima, omnipresente (casi es un musical suigeneris), combina música popular italiana de la época en la que se desarrolla la acción (años cincuenta y sesenta) con música clásica, y hasta alguna pieza escrita por el director. Siendo este su punto fuerte, el del esteticismo, se convierte también en su máxima debilidad, al dar la impresión de que la película es una mera sucesión de estampas, entre el costumbrismo idealizado y el hiperrealismo, paradójicamente superrealista.
En efecto, el argumento es, digamos, escaso, y en muchos casos las escenas sueltas sin explicaciones de causa y efecto hacen que algunas partes no resulten muy comprensibles para el espectador. No, mejor dicho, no son comprensibles para el espectador no familiarizado con la cosmovisión de Franco, sus ideas, sus canciones, etc. Esto hace que quien no conozca su interés en lo espiritual no entienda la inclusión de esta parte al final, en la parte milanesa de la obra, cuando Ettore ya es un joven que escribe novelas y que se une a un grupo de meditación, e incluso conoce el sexo tántrico (que, al parecer practica el célibe y bastante hostil al sexo, Battiato). La sensación es de incoherencia del personaje, o de falta de sentido, y todo es debido a esa falta de hilo conductor o de alguna explicación más lógica.
Todos los personajes son intelectuales, y hablan con elevación de grandes temas. No se profundiza mucho en ellos, ni siquiera en el del protagonista. Las historias, como la de la madre y el padre, y su desunión, parecen algo deslavazados. Sin embargo, cabe destacar que los actores están muy naturales, incluidos los niños.
El guión está escrito por Battiato y por el filósofo Manlio Sgalambro, quien ha colaborado con él en muchos discos, con las letras e incluso cantando. En la película aparece en un papel. Esto no hace más que reforzar esa percepción totalmente intelectual y abstracta de la película, con la sobrevaloración del arte, de la música sublime y las creencias que niegan lo material. Y es que, a pesar del título, la película no trata precisamente de amor mundano (Perduto Amor es el título de una canción de moda en los cincuenta).
Como anécdotas, Franco tuvo un gran éxito de público con esta película, llegando a estar entre las diez más taquilleras de la historia del cine italiano. Me cuesta creerlo, dada la naturaleza filoespiritual del film, pero eso es lo que he leído. La crítica también lo avaló, e incluso recibió un premio como mejor director debutante (estuvo nominado al premio de mejor guión, pero no se lo llevó)
También reseñar que aparece la cantante Martirio en una escena interpretando una extraña canción (perdón, pero no estoy muy puesta en Martirio).
Tras esta incursión cinematográfica tan exitosa, Battiato dirigió Musikanten, protagonizada por el excéntrico y multifacético Jodorowsky, que no tuvo la misma repercusión e incluso recibió críticas bastante malas (creo que es una película muy rara). Otra obra suya: Niente è come sembra (Nada es lo que parece), sobre filosofía (¡cómo no!)
Por cierto, ¿sería posible en España una película dirigida por un cantautor espiritual y escrita por un filósofo...? Pensemos, pensemos...
http://imparcial.blogcindario.com/2010/07/00859-perduto-amor-2003.html
En Perduto Amor el autor de "L'animale" e "Inneres Auge" nos narra una historia muy relacionada con sus propias vivencias y creencias, aunque él ha negado varias veces que se trate de una obra "autobiográfica". Pero resulta difícil de creer cuando las circunstancias vitales del personaje protagonista, Ettore, coindiden tanto con las suyas, con sus inquietudes y gustos personales.
La película, desde el punto de vista formal, es muy estética, muy bonita, en especial la parte que se desarrolla en Sicilia, pintada como un lugar de ensueño (la cita inicial habla del sueño que hay entre la vida y la muerte), luminoso, dominado por las mujeres, pero atrasado y anclado en el pasado (mientras que Milán se representa con edificios grises, locales poco cuidados, etc, pero moderna, música rock, etc). Cada escena está planificada como si fuera un cuadro, con unos encuadres muy pictóricos y un uso artístico de la luz y de los colores, en unas escenas, colores cálidos, en otras, azules fríos. La banda sonora que la anima, omnipresente (casi es un musical suigeneris), combina música popular italiana de la época en la que se desarrolla la acción (años cincuenta y sesenta) con música clásica, y hasta alguna pieza escrita por el director. Siendo este su punto fuerte, el del esteticismo, se convierte también en su máxima debilidad, al dar la impresión de que la película es una mera sucesión de estampas, entre el costumbrismo idealizado y el hiperrealismo, paradójicamente superrealista.
En efecto, el argumento es, digamos, escaso, y en muchos casos las escenas sueltas sin explicaciones de causa y efecto hacen que algunas partes no resulten muy comprensibles para el espectador. No, mejor dicho, no son comprensibles para el espectador no familiarizado con la cosmovisión de Franco, sus ideas, sus canciones, etc. Esto hace que quien no conozca su interés en lo espiritual no entienda la inclusión de esta parte al final, en la parte milanesa de la obra, cuando Ettore ya es un joven que escribe novelas y que se une a un grupo de meditación, e incluso conoce el sexo tántrico (que, al parecer practica el célibe y bastante hostil al sexo, Battiato). La sensación es de incoherencia del personaje, o de falta de sentido, y todo es debido a esa falta de hilo conductor o de alguna explicación más lógica.
Todos los personajes son intelectuales, y hablan con elevación de grandes temas. No se profundiza mucho en ellos, ni siquiera en el del protagonista. Las historias, como la de la madre y el padre, y su desunión, parecen algo deslavazados. Sin embargo, cabe destacar que los actores están muy naturales, incluidos los niños.
El guión está escrito por Battiato y por el filósofo Manlio Sgalambro, quien ha colaborado con él en muchos discos, con las letras e incluso cantando. En la película aparece en un papel. Esto no hace más que reforzar esa percepción totalmente intelectual y abstracta de la película, con la sobrevaloración del arte, de la música sublime y las creencias que niegan lo material. Y es que, a pesar del título, la película no trata precisamente de amor mundano (Perduto Amor es el título de una canción de moda en los cincuenta).
Como anécdotas, Franco tuvo un gran éxito de público con esta película, llegando a estar entre las diez más taquilleras de la historia del cine italiano. Me cuesta creerlo, dada la naturaleza filoespiritual del film, pero eso es lo que he leído. La crítica también lo avaló, e incluso recibió un premio como mejor director debutante (estuvo nominado al premio de mejor guión, pero no se lo llevó)
También reseñar que aparece la cantante Martirio en una escena interpretando una extraña canción (perdón, pero no estoy muy puesta en Martirio).
Tras esta incursión cinematográfica tan exitosa, Battiato dirigió Musikanten, protagonizada por el excéntrico y multifacético Jodorowsky, que no tuvo la misma repercusión e incluso recibió críticas bastante malas (creo que es una película muy rara). Otra obra suya: Niente è come sembra (Nada es lo que parece), sobre filosofía (¡cómo no!)
Por cierto, ¿sería posible en España una película dirigida por un cantautor espiritual y escrita por un filósofo...? Pensemos, pensemos...
http://imparcial.blogcindario.com/2010/07/00859-perduto-amor-2003.html
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Primera película de Franco Battiato, un artista multidisciplinar, conocido más que nada por su faceta musical, pero ha tocado otras artes, destacando los 14 libros escritos y más de 100 cuadros pintados con el seudónimo de Süphan Barzani. Ha escrito canciones y compuesto música para muchos eventos, incluida la banda sonora de esta película. Por cierto, ya prepara la segunda incursión en la dirección.
Obviamente la música es por lo que se ha conocido a nivel mundial a Battiato. En esta película está presente en cada una de las escenas, ya que trata precisamente de muchos aspectos sobre la música. Es curioso ver entre los artistas que aparecen a nuestra españolísima Martirio. No sé los motivos, si será por amiguismo o porque en Italia su arte sea muy reconocido o por pura casualidad, pero ahí esta, no interpretando ningún personaje sino haciendo una actuación bastante peculiar, vamos, haciendo de sí misma.
No creo que este trabajo relance a Battiato a nivel mundial como director, pero en su estilo la peli está bien. Lo bueno que tiene este artista es que tiene ya una edad avanzada y un éxito que le permite hacer aquello que le gusta, mejor para él y para nosotros, que lo podremos disfrutar a distintos niveles.
El guión también lo ha escrito él, en colaboración en este caso con el filósofo italiano Manlio Sgalambro, un hombre muy serio con quien parece compenetrarse bastante bien.
La historia está ambientada en la isla de Sicilia a mediados del siglo XIX y se divide en tres partes, cuando el protagonista es un niño y está en la casa de su madre, rodeado de mujeres, la segunda cuando va creciendo y la tercera, cuando se traslada a Milán donde acaba triunfando como escritor, que es lo que perseguía desde años atrás.
http://www.pagaelpato.com/cine/perdutoamor.htm
Obviamente la música es por lo que se ha conocido a nivel mundial a Battiato. En esta película está presente en cada una de las escenas, ya que trata precisamente de muchos aspectos sobre la música. Es curioso ver entre los artistas que aparecen a nuestra españolísima Martirio. No sé los motivos, si será por amiguismo o porque en Italia su arte sea muy reconocido o por pura casualidad, pero ahí esta, no interpretando ningún personaje sino haciendo una actuación bastante peculiar, vamos, haciendo de sí misma.
No creo que este trabajo relance a Battiato a nivel mundial como director, pero en su estilo la peli está bien. Lo bueno que tiene este artista es que tiene ya una edad avanzada y un éxito que le permite hacer aquello que le gusta, mejor para él y para nosotros, que lo podremos disfrutar a distintos niveles.
El guión también lo ha escrito él, en colaboración en este caso con el filósofo italiano Manlio Sgalambro, un hombre muy serio con quien parece compenetrarse bastante bien.
La historia está ambientada en la isla de Sicilia a mediados del siglo XIX y se divide en tres partes, cuando el protagonista es un niño y está en la casa de su madre, rodeado de mujeres, la segunda cuando va creciendo y la tercera, cuando se traslada a Milán donde acaba triunfando como escritor, que es lo que perseguía desde años atrás.
http://www.pagaelpato.com/cine/perdutoamor.htm
Possiamo già intuire dal titolo come il lungometraggio d'esordio del cantautore italiano Franco Battiato (passato alla regia sin dai primi esperimenti con i suoi video musicali - da ricordare assolutamente quelli de Il ballo del potere o di Shock in my town) sia legato al mondo della musica. Il titolo infatti, "Perduto amor", era quello di una celebre canzone di Adamo degli anni '60: e qui arriva impicito il suggerimento dell'ambientazione della pellicola, quegli anni '60 che videro fiorire la canzone pop italiana, passione sempiterna del musicista siciliano (lo dimostrano anche gli album della serie Fleurs). E' quindi la musica il filo conduttore di "Perduto amor", sin dalla sua trama. Il giovane Ettore, allevato dalla madre visto che il padre è perennemente in viaggio, sogna sin da bambino di diventare un cantante. Una volta diventato adolescente, il ragazzo decide di andare a Milano per cercare di sfondare nel mondo della discografia nazionale.
In tutto e per tutto il film sembra essere l'autobiografia nascosta di Franco Battiato, dato che le tappe della formazione di Ettore sembrano coincidere con quelle dell'autore. Nel finale però Battiato cambia improvvisamente direzione e solo alla fine Ettore prenderà un'altra strada. Battiato non si adagia di certo su un facile autobiografismo e costruisce la sua storia quasi fosse un lp, dove le canzoni scandiscono - non solo cronologicamente ma anche tematicamente - la vita di Ettore. Si rivela poi una scelta particolarmente azzeccata quella di non rendere Ettore un personaggio egocentrico ed onnipresente: la sua storia infatti si compone dei passi che compie grazie ai maestri che incontra sul suo percorso. Ecco, Battiato riconosce l'importanza dei maestri e delega a loro il compito di farci intuire i passi avanti di Ettore, ascoltatore attivo e mai passivo. Corrado Fortuna (scoperto da Virzì in "My name is Tanino") è perfetto nel ruolo di Ettore, così come Donatella Finocchiaro ("Il regista di matrimoni", "I galantuomini") è una perfetta madre siciliana, forte ma con una malinconia negli occhi che lascia atterriti.
Senza privarsi di un certo umorismo e di un sano e funzionale tocco di grottesco (come ad esempio la scelta di far fare al Maurizio Arcieri di oggi quello che era lui quarant'anni prima), Battiato firma un film interessante, non privo dei tipici intellettualismi del cantautore (vedi i dialoghi del ragazzo con Manlio Sgalambro), ma che trova in una leggerezza di fondo la possibilità di non ancorarsi in uno sperimentalismo troppo gravoso (com'è ad esempio accaduto con la sua opera seconda, "Musikanten"). Comparsate, oltre che dei già citati Manlio Sgalambro e Maurizio Arcieri (in coppia con la sempre bellissima Christina Moser, che con lui fondò i Krisma), di Juri Camisasca, Morgan, Francesco De Gregori, Giovanni Lindo Ferretti, Moltheni, Alberto Radius ed Elisabetta Sgarbi.
http://www.pellicolascaduta.it/wordpress/?p=1835
In tutto e per tutto il film sembra essere l'autobiografia nascosta di Franco Battiato, dato che le tappe della formazione di Ettore sembrano coincidere con quelle dell'autore. Nel finale però Battiato cambia improvvisamente direzione e solo alla fine Ettore prenderà un'altra strada. Battiato non si adagia di certo su un facile autobiografismo e costruisce la sua storia quasi fosse un lp, dove le canzoni scandiscono - non solo cronologicamente ma anche tematicamente - la vita di Ettore. Si rivela poi una scelta particolarmente azzeccata quella di non rendere Ettore un personaggio egocentrico ed onnipresente: la sua storia infatti si compone dei passi che compie grazie ai maestri che incontra sul suo percorso. Ecco, Battiato riconosce l'importanza dei maestri e delega a loro il compito di farci intuire i passi avanti di Ettore, ascoltatore attivo e mai passivo. Corrado Fortuna (scoperto da Virzì in "My name is Tanino") è perfetto nel ruolo di Ettore, così come Donatella Finocchiaro ("Il regista di matrimoni", "I galantuomini") è una perfetta madre siciliana, forte ma con una malinconia negli occhi che lascia atterriti.
Senza privarsi di un certo umorismo e di un sano e funzionale tocco di grottesco (come ad esempio la scelta di far fare al Maurizio Arcieri di oggi quello che era lui quarant'anni prima), Battiato firma un film interessante, non privo dei tipici intellettualismi del cantautore (vedi i dialoghi del ragazzo con Manlio Sgalambro), ma che trova in una leggerezza di fondo la possibilità di non ancorarsi in uno sperimentalismo troppo gravoso (com'è ad esempio accaduto con la sua opera seconda, "Musikanten"). Comparsate, oltre che dei già citati Manlio Sgalambro e Maurizio Arcieri (in coppia con la sempre bellissima Christina Moser, che con lui fondò i Krisma), di Juri Camisasca, Morgan, Francesco De Gregori, Giovanni Lindo Ferretti, Moltheni, Alberto Radius ed Elisabetta Sgarbi.
http://www.pellicolascaduta.it/wordpress/?p=1835
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Il Battiato regista altro non fa che continuare il lavoro fatto all'interno della dimensione musicale delle sue canzoni, con sovrimpressioni impensabili di linguaggio e suono, e con una ricerca continua di un senso che scavalchi appunto ogni costruzione premeditata.
Si avverte uno strano respiro nostalgico in questa prima opera di Battiato per il grande schermo. Una scia malinconica, un afflato risentito di umori che, incostanti e volubili, si accavallano nella retrovia della scena, costruendo misteriose assonanze in cui si deposita la musica/vita, come d'incanto. E' tutta questione di leggerezza, di trasparenza impossibile dell'immagine che, a mò di partitura eternamente incompiuta, si libra veloce nell'aria, quasi a presagire la formazione di minuscoli puntini di luce. Abbaglianti, eterei, appunto perché senza corpo. Come nelle prime sequenze in cui la voce/faro di Manlio Sgalambro (indispensabile co-autore dell'opera, come di tante canzoni di Battiato) guida la libera composizione dell'infilmabile (si tratta per l'appunto di dare vita al ricordo, sotto forma di crescendo di sensazioni/ percezioni/ atmosfere), lungo le vie sfalsate di un tempo che torna ciclicamente alla ricerca di dei suoi frutti (un corpo di giovane trasformatosi in adulto, un corpo anziano che non c'è più), scandito da intermittenze altalenanti da uno strato all'altro delle immagini. Il Battiato regista altro non fa che continuare il lavoro fatto all'interno della dimensione musicale delle sue canzoni, con sovrimpressioni impensabili di linguaggio e suono, e con una ricerca continua di un senso che scavalchi appunto ogni costruzione premeditata, sino a giungere ad una sorta di crocevia dell'immaginario artistico in cui una linea sfuma nell'altra, senza porre alcuna soluzione di continuità. La sua opera è un brano jazzistico (saliescendi continui tra una regione e l'altra dello spazio), ma anche l'irruzione improvvisa in stagioni temporali forse inesistenti (si oscilla di continuo tra un possibile tempo della messinscena e l'altro), saltellanti da un lato all'altro della scena, con notevolissimi effetti di spaesamento. Questo è il grande merito di Perduto amor, il palesarsi di un'urgenza teorica e vitale che molto spesso manca al giovane cinema italiano. Battiato gioca con i doppi sensi dell'immagine, mostrando di volersi lasciare alle spalle ogni forma possibile di realismo. Il chè significa azzeramento di ogni facile regionalismo, e rilancio sentito di una linea registica in cui si confondono volutamente gli estremi (realismo, simbolico, onirico), perché il cinema è gioco, mascheramento, riflesso. Centro di gravità. Mai permanente però.
http://www.sentieriselvaggi.it/articolo.asp?sez0=188&sez1=77&art=4754
Si avverte uno strano respiro nostalgico in questa prima opera di Battiato per il grande schermo. Una scia malinconica, un afflato risentito di umori che, incostanti e volubili, si accavallano nella retrovia della scena, costruendo misteriose assonanze in cui si deposita la musica/vita, come d'incanto. E' tutta questione di leggerezza, di trasparenza impossibile dell'immagine che, a mò di partitura eternamente incompiuta, si libra veloce nell'aria, quasi a presagire la formazione di minuscoli puntini di luce. Abbaglianti, eterei, appunto perché senza corpo. Come nelle prime sequenze in cui la voce/faro di Manlio Sgalambro (indispensabile co-autore dell'opera, come di tante canzoni di Battiato) guida la libera composizione dell'infilmabile (si tratta per l'appunto di dare vita al ricordo, sotto forma di crescendo di sensazioni/ percezioni/ atmosfere), lungo le vie sfalsate di un tempo che torna ciclicamente alla ricerca di dei suoi frutti (un corpo di giovane trasformatosi in adulto, un corpo anziano che non c'è più), scandito da intermittenze altalenanti da uno strato all'altro delle immagini. Il Battiato regista altro non fa che continuare il lavoro fatto all'interno della dimensione musicale delle sue canzoni, con sovrimpressioni impensabili di linguaggio e suono, e con una ricerca continua di un senso che scavalchi appunto ogni costruzione premeditata, sino a giungere ad una sorta di crocevia dell'immaginario artistico in cui una linea sfuma nell'altra, senza porre alcuna soluzione di continuità. La sua opera è un brano jazzistico (saliescendi continui tra una regione e l'altra dello spazio), ma anche l'irruzione improvvisa in stagioni temporali forse inesistenti (si oscilla di continuo tra un possibile tempo della messinscena e l'altro), saltellanti da un lato all'altro della scena, con notevolissimi effetti di spaesamento. Questo è il grande merito di Perduto amor, il palesarsi di un'urgenza teorica e vitale che molto spesso manca al giovane cinema italiano. Battiato gioca con i doppi sensi dell'immagine, mostrando di volersi lasciare alle spalle ogni forma possibile di realismo. Il chè significa azzeramento di ogni facile regionalismo, e rilancio sentito di una linea registica in cui si confondono volutamente gli estremi (realismo, simbolico, onirico), perché il cinema è gioco, mascheramento, riflesso. Centro di gravità. Mai permanente però.
http://www.sentieriselvaggi.it/articolo.asp?sez0=188&sez1=77&art=4754
Spectacolare! Grazie mille!
ResponderEliminargracias! se ve interesante, salu2
ResponderEliminarOtro gran músico que también es cineasta. Vaya, qué buen aporte Amarcord, gracias mil
ResponderEliminarY allá voy con los enlaces
¿Podrías resubirla a zippyshare, por favor? Gracias por el blog.
ResponderEliminarMuchas gracias
ResponderEliminar¿Podrías resubirla a zippyshare, por favor? No puedo descargarla por 4shared.
ResponderEliminarGracias por el blog.
Cambiados los enlaces.
EliminarPor favor podrías incluir toda la musica de la pelicula, me refiero a los titulos y cantantes, tiene musica muy buena de esa época, muchas gracias
ResponderEliminarhola, hace tiempo que busco esta peli, o al menos su subtitulo, hoy encuentro tu blog, y no funcionan los link, podrias, en tal caso subirla nuevamente, o solo los subtitulos, a la peli la busco por otro lado, la verdad esta pelicula la estoy buscando para pasarla en la escuela. mi corres es crakeon@gmail.com si deseas contestarme, muy agradecido estaré
ResponderEliminarHola, podrías resubirla? Por favor? Muchas gracias!
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