TÍTULO La famiglia
AÑO 1987
SUBTITULOS Si (Separados)
DURACIÓN 127 min.
DIRECTOR Ettore Scola
GUIÓN Ruggero Maccari, Furio Scarpelli, Ettore Scola
MÚSICA Armando Trovajoli (AKA Armando Trovaioli)
FOTOGRAFÍA Ricardo Aronovich
REPARTO Vittorio Gassman, Stefania Sandrelli, Fanny Ardant, Philippe Noiret, Carlo Dapporto, Jo Champa, Cecilia Dazzi, Ottavia Piccolo, Memè Perlini
PRODUCTORA Massfilm
PREMIOS
1987: Nominada al Oscar: Mejor película de habla no inglesa
1987: Festival de Cannes: Sección Oficial. Nominada a la Palma de Oro
1987: 5 Premios David di Donatello: Mejor película, director, actor (Gassman), guión y montaje
GÉNERO Drama
SINOPSIS Historia de la vida de varias generaciones de una familia romana de la burguesía, desde 1906 hasta 1986. Nos la cuenta Carlo, profesor de italiano, desde el día de su bautismo hasta que se encuentra rodeado de hijos y nietos. El resto de los personajes, el abuelo, el padre, la madre, las tres inseparables tías solteras, el hermano, la criada enamorada del hermano, y sucesivas generaciones, forman una escena llena de sentimientos, simpatía y sobre todo vida. (FILMAFFINITY)
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Subtítulos
Estupenda y mísera, como la vida,
por Luis Antonio de Villena
Ettore Scola dirigió La familia -de la que también es coguionista- en 1987. Tenía entonces 56 años, pero aún no hacía demasiados que era conocido fuera de Italia. Quiero decir que, para algunos, el nombre de Ettore Scola sonaba todavía entonces a nuevo, cuando estaba muy lejos de serlo. Nacido en Trevico (Avellino) en mayo de 1931, Scola trabajó muchos años como guionista (para algunos críticos, aún, el guión suele ser el plato fuerte de sus películas) antes de iniciarse como director en 1964, en el terreno -muy italiano en tales fechas- de la comedia de costumbres, con Se permette, parliamo di donne (Hablemos de mujeres, si es posible) me parece que nunca estrenada en España.
Creo que muchos descubrimos a Ettore Scola con una película excepcional (muy suya ya en sus maneras y obsesiones) como es Una giornata particolare (Una jornada particular) de 1977, espléndidamente interpretada por Marcelo Mastroianni y Sophia Loren. Una película de diálogo -de hecho se hizo después teatro- de interiores y decorados, con todo lo que ello tradicionalmente subraya el llamado contenido. Y esas son las características esenciales y recurrentes del cine de Ettore Scola. Para entonces el realizador ya había dejado atrás sus no pocos años -diez al menos- de director de películas, según la mayoría de los críticos, mediocres. De hecho el primer éxito de Scola -y donde realmente comienza su cine más personal- fue C’eravamo tanti amati de 1974, que en España se tituló Una mujer y tres hombres, y donde repasaba ya la historia italiana desde la postguerra hasta aquel momento. En Una giornata particolare (Una jornada particular) el invisible fondo histórico (la visita de Hitler a Roma) le sirve a Scola para retratar la opresión fascista en dos marginados que casualmente se encuentran: un periodista homosexual represaliado y un ama de casa que no parece servir para otra cosa sino para atender obsesivamente a su marido y a sus hijos...
Scola tendrá un corto periodo de películas históricas -aunque siempre de corte intimista- como la muy digna Il mondo nuovo (en España y en Francia, titulada La noche de Varennes, de los tiempos de la Revolución francesa) de 1982, antes de volver a la mezcla esencial de su cine, que quizá tenga su cumbre (al menos suele ser tenido como su filme más completo) en La familia: crónica social, retrato de la transformación de un mundo y reflexión sobre la vida de los individuos, inevitablemente condenada a los condicionantes de su tiempo (o de sus tiempos) y evidentemente de la Historia.
Digamos -antes de entrar plenamente en el tema- que el éxito de La familia quedó avalado por cinco David de Donatello (el equivalente italiano a nuestros Goya) y por ser nominada ese año al Oscar a la mejor película extranjera. Coproducción italofrancesa, La familia es una película de algo más de dos horas de duración -poco más- en la que el espectador entra, casi sin percatarse, cada vez en niveles y significados más profundos. Pues la magia de La familia está, indudablemente, en la pluralidad de sus significados, sin salir del piso de una familia de la burguesía romana, durante unos ochenta años, entre 1906 y 1986, aproximadamente... De los cuatro actores principales de la cinta (aunque todo el reparto es muy pulcro, y en especial las secuencias con los protagonistas jóvenes) Vittorio Gassman, el patriarca del clan, borda su papel, quedando muy a su altura -pero menos teatral, más discreta- Stefania Sandrelli, que suele ser todavía una de las actrices favoritas de Scola. Fanny Ardant está convincente (aunque no puede evitar ese toque Chanel que tanto le va) y el gran Philippe Noiret sólo protagoniza una escena frente a Gassman, quizá parte excelente del tributo debido a la cota francesa de la producción.
Para algún decorador, La familia parecería la historia de las transformaciones de un gran piso burgués a lo largo de buena parte del siglo XX, desde que el narrador nos empieza a contar su bautizo -toda la familia haciéndose una foto de grupo- hasta que ya viejo ese niño, ahora el abuelo familiar, vuelva a hacerse otra foto similar, con una familia, la suya, pero muy distinta de la anterior. Para cerrar bien el círculo -o el marco del cuadro- el abuelo de la primera foto (que sostiene en sus brazos al niño bautizado) es ya Vittorio Gassman, que volverá a ser el abuelo de la escena final. Ambos han sido profesores de literatura, y el abuelo inicial poeta aficionado y poco amigo de su coetáneo Carducci, del que habla mal, pero que será quien quede -por mejor poeta- en los libros de historia literaria. Es muy significativa, con todo, una frase pasajera del principio: Cuando el viejo abuelo pregunta el nombre de su nieto recién bautizado, le dicen: Carlo. Y él -pedantón- le replica a su hijo, padre de la criatura: “Carlo. Del germánico Karl, que significa hombre libre. Recordádselo cuando sea mayor”.
Para un historiador, La familia es un perfecto resumen íntimo de la historia reciente de Italia, desde la monarquía de los Savoia hasta la república de la Democracia Cristiana, acosada por el terrorismo, pasando por la Dictadura fascista, dos guerras mundiales, y la secuela de penuria y hambre que dejó especialmente la Segunda. Todo esto lo vamos viendo (y ello forma parte del estilo Scola) sin un solo plano exterior, a través de los movimientos de los miembros de la familia -desde los niños a las tías solteronas- y de sus anécdotas, sus complicaciones y sus charlas, sobre vida y política.
Pero siendo, indudablemente, un friso social, histórico y político (en este sentido Scola hereda el sentimiento de denuncia del neorrealismo, sólo en este sentido) nos quedaríamos francamente cortos si solo viésemos en La familia ese gran cuadro intimista. Quizá, por ello, sea el psicólogo (más que el decorador o el historiador) el espectador que cale con profundidad mayor en esta cinta. Decían los novelistas del realismo -nada faltos de razón- que toda vida es una novela. Como en una familia (que se transforma) concurren y se cruzan múltiples vidas, estamos obviamente, ante muchas y cruzadas novelas... Y eso es, también, La familia: un cruce de historias, a veces solo esbozadas, de las que parecen poder extraerse dos conclusiones a la par opuestas y complementarias: Nunca faltan momentos de felicidad, pero toda vida (incluso la que parece cumplida) es a la vez un triunfo y un inevitable fracaso. En el caso de Carlo, el profesor de literatura, su drama se diría radicar en no haberse casado con su guapa, culta y atractiva cuñada Adriana (que se va a París) casándose en cambio con su alumna Isabel -hermana menor de Adriana- que será la madre de sus hijos y una esposa excelente. Pero ¿hubiese sido mejor su vida con Adriana? Siempre creerá que sí, pero el espectador nunca puede estar seguro, como cualquier ser humano no está seguro -nunca- de los caminos de su vida. Estas hermanas tan atractivas y opuestas están encarnadas por Fanny Ardant (Adriana) y Stefania Sandrelli (Isabel) que saben envejecer bellamente -aunque una muere antes- junto al Carlo gruñón, tierno y frustrado que (como adelanté) borda un Gassman a quien el papel conviene en casi todos sus registros, casi siempre algo teatrales...
Sin duda La familia es una película excelente. Dice innumerables cosas y profundiza en infinidad de temas, aparentando ser una mera crónica, incluso algo superficial, cuando casi parece confundirse la familia con el gran y viejo piso en que vive. Claro es que, como mucho del mejor Scola -y aunque recorra una saga histórica-, La familia es una película de intimidad e interior, cercana al espíritu del guión (quiero decir al espíritu de la letra) y por tanto al teatro. Lo que en ningún caso quiere decir que La familia no sea puro y alto cine, sólo que no es cine de acción ni de efectismos, sino cine de diálogo, de palabra...
Creo que, hasta hoy, La familia sigue siendo la obra más ambiciosa del muy prolífico Ettore Scola. A finales de este octubre se ha estrenado en Italia su última película: Gente di Roma. Entrevistado en tal ocasión (noviembre de 2003) Scola ha dicho algo que bien vale para lo mejor de su obra y su actitud vital. Habla hoy -con 73 años- un hombre, activo y enérgico, de pelo y barba blancos: “¿El oficio de director? Es duro y fatigoso y a veces asalta el riesgo de que se convierta en pura rutina. Por eso es necesario intentar caminos diversos. En todas mis películas he buscado siempre no estancarme y no aburrirme, de otro modo habría sido más fatigoso aún”. La familia está entre los más serenos y hondos de tales diferentes caminos.
http://www.elcultural.es/version_papel/CINE/8643/La_familia
http://www.elcultural.es/version_papel/CINE/8643/La_familia
Questo è il giorno del mio battesimo, festeggiato nella casa del nuovo quartiere Prati, appena acquistata a riscatto da mio nonno: tra vent'anni sarà nostra. Nel gruppo in posa per la fotografia di rito, mio nonno è quello seduto in poltrona e io sono quello infilato nel porte-enfant. Mi tiene precariamente fra le braccia la piccola Adelina, nipote della nostra domestica Nunzia che si intravede nel fondo, sulla destra.
-Fermi, fermi!
Questa signora con gli occhi celesti è mia madre. Prima di sposarsi studiava canto e così la sera non mi fa addormentare con le solite ninna-nanne, ma con le romanze e con le arie delle opere liriche.
Zia Mellina, zia Margherita e zia Luisa sono sorelle di mio padre, tutte e tre nubili; e questo è il dottor Giordani, nostro medico di famiglia, scapolo.
Mio nonno. Professore di lettere all'Università di Roma. Rigoroso poeta dilettante. Fiero detrattore del Carducci, del quale ama ripetere: "Il leone repubblicano è diventato il barboncino della Regina".
- Cosa diventerai? Un genio o un imbecille?
< Quante storie! Diventerà un figlio di Dio.
- Eh, come carriera, un po' modesta.
- Mamma ...
< Ma ti fanno male, ti verrà il mal di pancia, la febbre, il tifo...
Il ragazzo al quale la nonna sta elencando tutti i malanni da eccesso di cibo è lo zio Nicolino, fratello di mia madre, che vive a Macerata ed è in visita per l'occasione.
Il bambino che Adelina tenta di imboccare è mio cugino Enrico, anche lui venuto a festeggiarmi. Però vive a Roma, è figlio dello zio Michele e della zia Ersilia, chiamata dalle mie tre zie, chissà perché, i Fratelli Cairoli.
http://www.italica.rai.it/principali/lingua/lessons/l_famiglia_ettore_scola/testo.htm
http://www.italica.rai.it/principali/lingua/lessons/l_famiglia_ettore_scola/testo.htm
HOLA, descargué todo pero no puedo abrirlo... puede ser que esté haciendo algo mal? gracias
ResponderEliminarTenés que abrirlos con un programa que se llama:7-Zip.
ResponderEliminarSe puede descargar de:http://www.7-zip.org/download.html
hola, descargue y descomprimi y el video se ve muy bien pero no se escucha el audio y no se como pasar el subtitulado?? lo descomprimi con winrar
ResponderEliminargracias
Hola
ResponderEliminarParece que los enlaces están perdidos...
Un saludo y gracias por vuestro blog.
Hola, Anarcord. ¿Serías tan amable de resubir los enlaces? Gracias.
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