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lunes, 31 de enero de 2011

Gomorra - Matteo Garrone (2008)


TÍTULO Gomorra
AÑO 2008 
SUBTITULOS Si (Separados)
DURACIÓN 135 min.
DIRECTOR Matteo Garrone
GUIÓN Matteo Garrone, Roberto Saviano, Maurizio Braucci, Ugo Chiti, Gianni Di Gregorio, Massimo Gaudioso (Libro: Roberto Saviano)
MÚSICA Varios
FOTOGRAFÍA Marco Onorato
REPARTO Salvatore Cantalupo, Gianfelice Imparato, Maria Nazionale, Toni Servillo, Gigio Morra, Salvatore Abruzzese, Marco Macor, Ciro Petrone, Carmine Paternoster
PRODUCTORA Fandango
WEB OFICIAL http://www.mymovies.it/gomorra/
PREMIOS
2008: Nominada al Globo de Oro: Mejor película de habla no inglesa
2008: Festival de Cannes: Gran premio del Jurado
2008: Premios del Cine Europeo: 5 premios, incluyendo mejor película, director, actor
GÉNERO Drama | Mafia

SINOPSIS Poder, dinero y sangre: estos son los valores a los que los habitantes de las provincias de Nápoles y Caserta tienen que enfrentarse cada día. No hay elección; no tienen más remedio que obedecer las leyes de la Camorra. Sólo unos pocos afortunados pueden llevar una vida normal. (FILMAFFINITY)

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 http://www.mediafire.com/?uuuf9vonug9rj6v

Subtítulos

Violenza e orrori narrati con decisione

«Gomorra» di Roberto Saviano era un romanzo-inchiesta che documentava dal vivo le malefatte della camorra non solo a Napoli e in Campania ma anche nelle più impensate sedi internazionali. Oggi Matteo Garrone vi si è rivolto per un film, dopo i successi de "L'inbalsamatore" e di Primo Amore", e ne ha ricavato cinque storie, tutte autentiche, ma pur ambientandole sui luoghi stessi dove si erano verificate, fra Scampia, il casertano, Castel Volturno, non ne cita esplicitamente nessuno, quasi a volér indicare, con durissima denuncia, l'ubiquità e addirittura l'universalità di quel Male rappresentato da anni dal sistema. E . questo anche se tutti i suoi personaggi parlano un napoletano così stretto -di città, di provincia, di paese- da aver bisogno dei sottotitoli per essere del tutto inteso.
Cinque personaggi fatti emergere dal coro: un losco organizzatore di discariche abusive pronte ad accogliere a caro prezzo i rifiuti tossici di mezza Europa. Un sarto che lavorando in nero serve l'alta moda pur commettendo l'errore, agli occhi del crimine organizzato, di mettere a un certo punto le sue doti in grande segretezza anche a servizio di una banda di clandestini cinesi. Un esattore incaricato di versare sussidi alle famiglie dei detenuti affiliati al sistema. Due giovanissirni balordi che, presi in mezzo alle guerre dei clan, pensano incautamente di poter agire per conto proprio. Infine un bambinetto che, coinvolto anch'esso in queste guerre, dovrà alla fine decidere da che parte stare. Scegliendo la più truce.

Violenze, orrori, sangue. Garrone li ha rappresentati in cifre buie, tutti da vero, alternando con grande abilità le varie storie fra loro, affidate tutte ad un identico clima: il cinismo, la mancanza di pietà, la rinuncia, per precisi interessi, a considerare un solo istante le conseguenze spesso atroci dei propri gesti. Concedendosi un unico spiraglio: il pentimento di un giovane che, per un certo periodo, aveva coadiuvato l'operato infame dell'organizzatore di discariche abusive. Figure scolpite nella pietra, situazioni svolte con durezza estrema e, nello stesso tempo, con un realismo che sembra coglierle lì, al momento, mentre si svolgono di fronte alla macchina da presa. Ritmi senati, pronti però anche a distendersi quando la denuncia richiede soste e spiegazioni. Sempre all'insegna del nero. Gli interpreti sono o esordienti o attori poco noti. In mezzo Toni Servillo, nel cinismo di ghiaccio del gestore di rifiuti tossici.
Gian Luigi Rondi
Da Il Tempo, 19 maggio 2008


Film d'amore e d'anarchia, ... - Lina Wertmüller (1973)


TÍTULO Film d'amore e d'anarchia, ovvero 'stamattina alle 10 in via dei Fiori nella nota casa di tolleranza...'
AÑO 1973
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS Español (Separados)
DURACIÓN 120 min.
DIRECTOR Lina Wertmüller
GUIÓN Lina Wertmüller
MÚSICA Nino Rota & Carlo Savina
FOTOGRAFÍA Giuseppe Rotunno
REPARTO Giancarlo Giannini, Mariangela Melato, Eros Pagni, Pina Cei, Elena Fiore
PRODUCTORA Euro International Film (EIA)
PREMIOS
1973: Festival de Cannes: Mejor actor (Giancarlo Giannini)
GÉNERO Drama. Romance. Comedia | Comedia dramática. Años 30

SINOPSIS Italia, años 30. Un desconocido llega a un burdel romano. Salomé, prostituta y anarquista, lo presenta como su primo Antonio Soffiantini, comúnmente llamado Tunin. En realidad, es un campesino que ha llegado a Roma para matar a Benito Mussolini, pero su actitud política nunca es definida claramente. Además, no parece identificarse con esas opiniones revolucionarias feroces con las que Salomé se presenta. En la atmósfera erótica y libre del burdel, Tunin espera el día del asesinato... (FILMAFFINITY)

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Subtítulos (Español)

Acerca del amor y de la anarquía
Sobre Film d´Amore e d´Anarchia de Lina Wertmuller

Lina Wertmuller procura darle un vistazo cinematográfico al espinoso tópico de las relaciones humanas y la militancia en su clásico Film d´Amore e d´Anarchia de 1973. Se trata de una suerte de tragicomedia mezcla de ficción histórica enmarañada del contexto social que rodeó al régimen fascista de Mussolini y de aquella escuela de comedia italiana de los sesentas y setentas. El resultado es muy alentador pues supo desacralizar, incluso, la santa militancia anarquista italiana para ofrecernos un vistazo a veces descarnado y a veces malicioso. Lo humano, en relación al anarquismo, queda al descubierto en el desarrollo de temas como el amor y la militancia, la prostitución y la mujer-objeto, el fascismo y lo tocante en relación al anarquista dinamitero-asesino (en este caso con arma de fuego).
Wertmuller parte de hechos concretos: los varios intentos de asesinar a Mussolini por cuenta y riesgo de anarquistas como Michele Schirru u otros intentos antifascistas de hombres como Anteo Zamboni, víctima de una turba fascista en 1926. Tonino es el personaje principal de ficción, interpretado impecablemente por Giancarlo Giannini, que guardaría sus recuerdos de infancia cuando escuchaba las conversaciones de los adultos refiriéndose al anarquismo, uno de ellos es Michele Sgaravento, cuyo idealismo marcaría al joven Tonino. Años más tarde, el asesinato de Sgaravento a manos de los fascistas, que acaba con su objetivo de matar a Mussolini, provoca en Tonino, ya maduro, el deseo de vengar la muerte de su mentor: jura consumar el atentado inconcluso. Salomé, prostituta a la vez que vivaz anarquista, es la compañera que lo ayudará a cumplir semejante empresa. Desde aquel burdel, el de Salomé, Tonino dispararía con una bala con las iniciales: B. M. Solamente habría que esperar el día indicado, cuando el duce pase por la avenida aledaña para efectuar la solemne misión. Salomé se convierte en pieza clave al contar dentro de su “selecta” clientela con el burócrata fascista Spatoletti quien le da información importante para la concreción del atentado. Este personaje caricaturizado adrede y con no pocos momentos de absurdo pavoneo machista parece ser parte de la arquitectura fascista mastodóntica que domina las secuencias cuando éste pretende esclarecer su credo. Lo que sí sería cierto y que muchos críticos de la película aclaran es que la descripción de este fascista prototípico no ayuda mucho a clarificar la forma en que la agitación anarquista de fines del siglo XIX y principios del XX fue abortada por fascistas que astuta, y trágicamente, adoptaron elementos importantes de la atracción que ejercía el anarquismo para la clase obrera. Por ejemplo, el propio Mussolini convirtió, hasta hacerla irreconocible, la concepción antiestatista del sindicato expuesta por George Sorel en un corporativismo fascista ultraestatista.


Al avanzar la película uno cae en la cuenta de que el meollo central del asunto se llama Tripolina, la prostituta de la que se enamora Tonino, lenta pero progresivamente, y que acusaría el clímax final de la ficción; además de motivar el tema central de la película. Amor y anarquía entrarían en conjunción al horizonte inmediato del protagonista Tonino cuya estrechez mental no solo no alcanzaría a conocer, menos aún comprender, los postulados anarquistas sino que no lograría visualizar una solución real a la problemática de sus mundanos celos en relación a la prostitución. He ahí otro tópico espinoso que con lírico sarcasmo logra abordar Wertmuller. La opinión anarquista sobre la prostitución sufrió gradualmente un cambio radical; para el misógino Proudhon, la prostituta se transformó en el decididamente negativo modelo para cualquier mujer emancipada, mientras que Emma Goldman llegó a la conclusión de que el “tráfico de mujeres” no era una aberración moral, sino algo emblemático de la esclavitud laboral capitalista. En cuanto a la cineasta italiana, ella no asume un rol pedagógico o moral sino que nos tiende una mirada lasciva del asunto. Tonino no cuestiona abiertamente en ningún momento la condición de aquellas mujeres, se limita a observarlas casi desinteresadamente. Pudiera parecer aquella clandestinidad sexual como una extensión de la propia clandestinidad política del protagonista. Pero incluso esos pasajes de comedia y guiño malicioso logran dejarnos algo: detrás de aquellas tristes canciones, bocas pintadas y espejos ovalados casi no hay esperanza, es todo tristeza. La prostitución se asume con triste desesperación tanto como se asume la misión por parte de Tonino.
Tonino no lograría remediar los problemas que le afligen: aceptar el triste empleo de Tripolina para amarla completamente y tener la sangre fría suficiente para no ser sólo un espantajo –o una farsa- de “maníaco tirabomas” con revólver. La película concluye con algunos momentos de comedia negra afinada con precisión. Tonino después de confesarle sus verdaderos propósitos políticos a Tripolina, confía en ella tanto como de Salomé, para que cumplan la célebre misión de despertarlo a la hora indicada para el atentado. Ellas no lo hacen. El, al despertarse y darse cuenta de lo inevitable, pues se convierte en un manojo de nervios, las golpea, pretende herirlas, acción monumentalmente absurda, llamándolas: “¡putas!” e intenta, en forma suicida y jocoseria, cometer su asesinato a toda costa. Un desmesurado sentimiento de fracaso no logra convencerlo de que los policías dentro del burdel sólo hacían una inspección de rutina. Carga contra ellos y logra dispararles. Su huida corona la tragicomedia, después sería torturado por los fuertes brazos del fascismo que se mostrarían implacables y finalmente tendría un previsible final.
En algún momento se le presentaron dos caminos a escoger a Tonino, a saber: el amor o la anarquía. No es que haya sido evidente o que alguien lo haya presionado para escoger uno u otro camino pero, de todos modos, al final no hubo decididamente una respuesta a la pregunta implícita. Y es que ya desde el momento en que se nos presenta una disyunción parecida algo anda mal. Es como cuando, en una asamblea libertaria se decide a voto, cuando se llega a eso, es que algo está fallando. No se puede decidir en esos términos. Lo mismo sucede con los fines políticos que uno persigue, las ideas que uno tiene y los sentimientos más humanos. ¿Por qué habría uno que escoger? Si es así, es que hay una especie de infiernización de la vida, la propia anarquía se construye a partir de lo cotidiano, de la relación de una persona a otra, si lo llamas amor o como sea, pues perfecto, con tal que no llegues a lo superficial y tonto de una relación convencional. Si uno no está preparado para entender cosas como ésta, pues tendrá un final parecido al de Tonino o una vida de tragicomedia, engañado siendo, como Tonino, un asesino anarquista encantadoramente incompetente o algo parecido. Y no me hablen de amor libre; porque, como dijera Rafael Barret, “sino es libre no es amor”.
Lucho Desobediencia
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Film d’amore e d’anarchia reca il lungo sottotitolo: Ovvero “Stamattina alle 10 in via dei Fiori, nella nota casa di tolleranza…”, al tempo una vera e propria moda, marchio di fabbrica per una regista di commedie grottesche e politicamente impegnate come la Wertmüller.
In sintesi la trama. La storia è ambientata nel 1932, in pieno ventennio fascista, con ricchezza di particolari scenografici e dettagli inerenti la vita quotidiana. Il protagonista è Antonio Soffiantini (Giannini), detto Tunin, un incolto contadino lombardo che assiste all’uccisione di un compagno anarchico da parte del carabinieri e decide di andare a Roma ad ammazzare Mussolini. Tunin conosce Salomè (Melato), la prostituta più ricercata e affascinante del bordello gestito da Madame Aida (Cei), amante di un anarchico, che aiuta il contadino a compiere l’attentato. Salomè spaccia Tunin per un cugino, lo ospita nel bordello, va a letto con lui senza chiedere denaro, si affeziona all’uomo, anche se l’amore non fa parte della sua vita. In compenso Tunin si innamora della tripolina (Polito), una giovane prostituta napoletana, la difende dalle offese di un arrogante gerarca fascista (Pagni), si fidanza con lei e insieme sognano il matrimonio. Tunin quando arriva il
giorno dell’attentato si sveglia tardi - per colpa delle due prostitute che non vogliono che vada a farsi ammazzare - e si fa prendere da un attacco di follia perché viene meno a un impegno d’onore.
Tunin impugna una pistola, scende le scale e si mette a sparare contro una pattuglia di carabinieri che sta compiendo un controllo di ordine pubblico nel bordello di Madame Aida. Grida: “Volevo ammazzare Mussolini!”. L’uomo viene arrestato, picchiato a sangue dalla polizia politica, ucciso a botte in cella, ma la sua morte viene fatta passare per un suicidio con la collaborazione della stampa compiacente.
Lina Wertmüller scrive, sceneggia e dirige un film politico, antifascista, memoria storica di un periodo assurdo della storia italiana, ancora oggi utile e ricco di spunti interessanti. La vita all’interno di una casa di tolleranza è la cosa più riuscita della pellicola, perché la regista realizza un contenitore di dialetti e situazioni, complesso da decifrare, ma realistico. Molto prima di Tinto Brass e del suo Paprika (1991, più spinto sul lato erotico), viene analizzata la vita di un bordello, i rapporti tra donne, le frequentazioni dei clienti, i caratteri delle prostitute. La tematica viene giudicata pericolosa da una censura bigotta e reazionaria e costa al film un assurdo divieto ai minori di anni quattordici. La lunga sequenza del pranzo nel bordello è un piccolo capolavoro. Uno sconvolto Giannini mangia in silenzio mentre prostituite di ogni regione italiana parlano usando il loro dialetto. Giancarlo Giannini è bravissimo a costruire una maschera di mutismo, genuinità, paura, rassegnazione, amore, contenuta nelle espressioni immutabili di Tunin.
Vince con pieno merito la Palma d’Oro a Cannes. Mariangela Melato è una credibile prostituta bolognese (si doppia da sola in un dialetto che non è il suo), grande attrice capace di esprimere sensualità, determinazione, dolcezza e passione. Salomè è la vera donna forte della storia, prende decisioni, difende, lotta e - solo quando non resta altro da fare - grida, accusa, si dispera. Lina Polito recita in napoletano la parte della Tripolina, prostituta dolce e innamorata che vorrebbe andarsene con il suo uomo, mentre cerca di difenderlo da una storia più grande di lui. Eros Pagni (doppiato) è la macchietta del fascista toscano, sciupafemmine, frequentatore di casini, arrogante, stupido, innamorato del duce, picchiatore di socialisti. Brava anche Pina Cei nei panni della rigida e interessata maïtresse. Enrica Bonaccorti, giovanissima, è una delle prostitute, come Anna Melato (sorella di Mariangela), che ci delizia con un paio di intermezzi musicali. Nel cast apprezziamo pure Anna Bonaiuto, un’altra prostituta.
Film d’amore e d’anarchia ci porta in pieno periodo fascista, la regista ambienta con grande capacità la storia in una Roma degli anni Trenta, tra vicoli angusti e spaccati d’epoca, ricostruisce il rapporto tra gli italiani e le case di tolleranza, raccontando una grottesca storia d’amore dai risvolti drammatici. Commedia all’italiana, in fondo, ma corretta con la regola Wertmüller, composta da un mix di originalità, satira di costume, femminismo e messaggio politico.
Formidabile la colonna sonora di Carlo Savina con pezzi d’epoca firmati Nino Rota. Paolo Mereghetti non è entusiasta, ma non ama il cinema della Wertmüller. Due stelle: “Storia di una presa di coscienza annacquata (come sempre nei film della regista) da troppi cedimenti all’istrionismo degli attori e da un sguaiataggine che qui appare solo un po’ più controllata. Comunque è uno tra i migliori film della Wertmüller che firma anche la sceneggiatura”. Conferma le due stelle Morando Morandini (tre di pubblico): “Ghignante quadro di costume. È un’opera ideologicamente equivoca perché il suo contenuto evidente (l’antifascismo) è in contraddizione con il suo contenuto latente (una mescolanza di sentimentalismo e volgarità). Come la bricconata conclusiva mostra, la sua mancanza di rigore rasenta l’isterismo. Attori ineccepibili”. Tre stelle per Pino Farinotti, che ristabilisce il giusto senso delle cose, non confonde tra cinema e ideologia, ma giudica secondo il reale valore un storia ben raccontata.
Il film è stato sceneggiato per il teatro dalla regista, interpretato da Elio (del gruppo Elio e le Storie Tese) e Giuliana De Sio per i due ruoli principali. Tra le canzoni più suggestive che ascoltiamo durante la pellicola, frutto di una ricerca nella tradizione popolare anarchica, ricordiamo Canzone arrabbiata (Nino Rota), cantata da Anna Melato e già sentita in Fantasmi a Roma (1961). Anna Melato, sorella di Mariangela, discreta attrice e buona cantante, interpreta anche Antonio Soffiantini detto Tunin, mentre Ninna nanna e Canzone appassionata sono cantate da Isa Danieli.
Due parole sulla regista. Lina Wertmüller (Roma, 1928) è lo pseudonimo di Arcangela Wertmüller von Elgg, comincia dal teatro con Garinei e Giovannini, entra nel cinema nel 1953 come assistente di Grottini (E Napoli canta) e subito dopo aiuto regista per Fellini ne La dolce vita e Otto e mezzo.
Regista e sceneggiatrice radiofonica, ma anche regista televisiva (Canzonissima). Il suo primo film è I basilischi (1963), “satirico e grottesco, sulla falsariga dei Vitelloni”, secondo Roberto Poppi.
A parte lavori commerciali come il film a episodi Questa volta parliamo di uomini (1965), Rita la zanzara (1965) e Non stuzzicate la zanzara (1966), ottiene il primo grande successo con Mimì metallurgico ferito nell’onore (1972), che bissa con Film d’amore e d’anarchia (1973). La sua cifra stilistica è una comicità grottesca condita di messaggi politici, satira sociale, femminismo e tematiche dissacranti. Un suo successo televisivo è Il giornalino di Gian Burrasca con Rita Pavone (1965) che tutti noi ragazzi degli anni Sessanta abbiamo visto. Inventa la coppia comica Giannini - Melato, con cui realizza alcune pellicole indimenticabili, anche se la migliore resta Travolti da un insolito destino nel’azzurro mare d’agosto (1974), con lo scontro borghesia - proletariato che si stempera in un’isola deserta e diventa persino amore. Altri titoli: Tutto a posto niente in ordine (1974), Pasqualino Settebellezze (1975), La fine nel mondo nel nostro solito letto in una notte di pioggia (1978), Fatto di sangue tra due uomini per causa di una vedova (1978), Notte d’estate con
profilo greco, occhi a mandorla e odore di basilico (1989) e Io speriamo che me la cavo (1992), interpretato da Paolo Villaggio. Lina Wertmüller è sempre attiva per la televisione (Mannaggia alla miseria, 2009, è il suo lavoro più recente), anche se il suo ultimo film per il cinema (Peperoni ripieni e pesci in faccia, 2004), nonostante abbia tra gli interpreti Sophia Loren, è stato poco distribuito e l’hanno visto in pochi. Un flop precedente è l’idea di riproporre la coppia Giannini - Melato interpretata da Solenghi e Piovetti (non è proprio la stessa cosa) in un deludente Metalmeccanico e parrucchiera in un turbine di sesso e politica (1996). David di Donatello alla carriera nel 2010. Meritato, per originalità e impegno.
http://cinetecadicaino.blogspot.com.ar/2013/01/film-damore-e-danarchia-1973.html


Baciami Ancora - Gabriele Muccino (2010)


TÍTULO Baciami ancora
AÑO 2009
SUBTITULOS No
DURACIÓN 139 min.
DIRECTOR Gabriele Muccino
GUIÓN Gabriele Muccino
MÚSICA Paolo Buonvino
FOTOGRAFÍA Arnaldo Catinari
REPARTO Pierfrancesco Favino, Valeria Bruni Tedeschi, Stefano Accorsi, Adriano Giannini, Vittoria Puccini, Claudio Santamaria, Giorgio Pasotti, Sabrina Impacciatore, Marco Cocci, Primo Reggiani, Daniela Piazza, Alexia Murray
PRODUCTORA Fandango / Medusa Film
WEB OFICIAL http://specials.it.msn.com/baciamiancora/
GÉNERO Drama. Romance | Drama romántico. Secuela

SINOPSIS Secuela de "El último beso" (2001). En Baciami ancora, Carlo y Giulia se han separado y están a la espera del divorcio, aunque se vean con frecuencia a causa de su hija Sveva. Carlo se da cuenta de estar aún profundamente enamorado de su ex e intenta reconquistarla. Marco (Pierfrancesco Favino) siente en cambio que se está distanciando de su esposa, que durante años ha deseado en vano un hijo. Adriano (Giorgio Pasotti) vuelve tras diez años de ausencia, de los cuales dos en una cárcel de Colombia por droga, y lo que más desea es volver a estar con el hijo que abandonó recién nacido. La madre del niño, Livia (Sabrina Impacciatore), ha empezado hace poco una relación con Paolo (Claudio Santamaria), el perdedor del grupo, devorado por una depresión que le separa de todos. Alberto (Marco Cocci), por el contrario, es el único que aún busca una vida fuera de los esquemas, al margen de la rutina. Estas historias, hechas de pequeñas heridas, se enredan y desenredan a lo largo de las dos horas y veinte minutos de metraje, en los cuales crece progresivamente la angustia de los protagonistas, hasta llegar, no sin dramas y traumas, al ordenado micro-universo de una generación desorientada y trastornada que se caracteriza por la fragilidad de sus vínculos. Lo que el filósofo polaco Zygmunt Bauman denomina “amor líquido”. (FILMAFFINITY)

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Accorsi attore di classe

Per i trentenni, portati da Gabriele Muccino ne «L'ultimo bacio» a un successo che nel cinema ha fatto data, sono passati quasi dieci anni ed eccoli di nuovo, in «Baciami ancora», tutti e cinque, Carlo, Marco, Paolo, Adriano, Alberto: sempre più alle prese con questioni sentimentali (adesso anche coniugali), avendo tutti più o meno sistemate quelle professionali negli agiati ambienti borghesi da cui provengono.
Uno così sta divorziando mentre la moglie si è già messa con un altro, un altro ha un pessimo rapporto con la moglie aggravato da mia sua ossessiva gelosia, un altro ancora quando suo figlio aveva appena un anno se n'è andato lontano, finendo, addirittura in prigione, e ora sua moglie si è legata a uno dei cinque che però soggiace a forti depressioni, vive di farmaci e sembra sempre alle soglie di terribili crisi.

Muccino, con equilibrio sicuro fra le cronaca e il dramma, ci fa seguire da vicino, quasi dal di dentro, tutte queste storie. Segna con forti sfumature i vari caratteri, andando a fondo tra le loro pieghe, alterna con saldo impatto narrativo le situazioni che via via li hanno al centro e in più momenti spinge intenzionalmente fino al diapason dell'esasperazione i tanti scontri in cui i singoli personaggi vengono coinvolti, specie nell' ambito delle controversie di coppia. Ora tenendo saldamente in primo piano i rapporti d'amicizia, se pur con contrasti, ora privilegiando quelli sentimentali con accenti che, pur accettando note romantiche, riesce sempre a mantenere asciutti e risentiti, anche nelle pagine più inclini all'emozione. In una Roma, ora solo quotidiana ora anche architettonica, ma senza compiacimenti, che sa farsi sempre cornice quieta a quei drammi anche i più laceranti.
Vi danno colore e calore non solo la canzone di Jovanotti con cui si conclude (come quella di Carmen Consoli ne «L'ultimo bacio») ma molte altre, cantate anche da Mina, da Jacques Brel, da Ornella Vanoni, felicemente coordinate dalle musiche di Paolo Buonvino.
Fra i pregi, l'interpretazione. Stefano Accorsi, che è sempre Carlo, si impone con classe e autorità, ben affiancato da Vittoria Puccini, la moglie, e da tutti gli altri amici, da Pierfrancesco Favino, a Claudio Santamaria, a Giorgio Pasotti, a Marco Cocci. Più maturati e sicuri, anche artisticamente, rispetto all'altro film.
Gian Luigi Rondi
Da Il Tempo, 27 gennaio 2010

Gli uomini, che mascalzoni! - Mario Camerini (1932)



TÍTULO Gli uomini, che mascalzoni!
AÑO 1932
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS Español (Separados)
DURACIÓN 67 min.
DIRECTOR Mario Camerini
GUIÓN Aldo DeBenedetti, Mario Camerini, Mario Soldati (Historia: Aldo DeBenedetti, Mario Camerini)
MÚSICA Cesare A. Bixio
FOTOGRAFÍA Domenico Scala, Massimo Terzano (B&W)
REPARTO Vittorio De Sica, Lia Franca, Cesare Zoppetti, Aldo Moschino, Carola Lotti, Anna D'Adria, Gemma Schirato
PRODUCTORA Società Italiana Cines
GÉNERO Comedia

SINOPSIS Bruno, humilde chófer milanés, se enamora de la dependienta de una perfumería y queda con ella para salir. Llegado el momento, él se presenta con el coche de su empleador, cogido a escondidas, y lo hace pasar por suyo para impresionar a la chica. Mariuccia, sencilla e irreprochable hija de un taxista, cede a las galanterías del joven, que la invita a comer en una fonda de las afueras. Aquí, Bruno descubre a la esposa de su empleador y huye, abandonando a Mariuccia sentada a la mesa. En el camino de regreso, distraído por su agitación, sufre un accidente en el cual el coche queda destrozado. El patrono se enfurece y lo echa. En tanto, Mariuccia, que ha pasado una amarga noche en la fonda, decide cortar su relación con Bruno. Desde este momento, los dos empiezan a intercambiarse villanías en una cadena de golpes y reacciones que parece no tener fin, tratando de herirse mutuamente a través de los celos. (FILMAFFINITY)



La storia è piccola piccola, una specie di accademia dei sentimenti. E per chi non ha vissuto quegli anni è perfino difficile immaginare la vita quotidiana in Italia durante il fascismo. È difficile pensare a quegli anni terribili e vedere questo intarsio di sentimenti così normali, così sereni. In Gli uomini, che mascalzoni... il mondo che si descrive è quello della piccola borghesia milanese. Si cerca già l’italiano «medio» che sarà il vello d’oro di tutti gli strateghi dell’industria culturale. Il protagonista, un giovane autista che si spaccia per il proprietario dell’auto che guida, cerca di conquistare una dolce ragazza, commessa di un negozio di profumeria. 

Tra equivoci e scambi l’amore si svolge in modo travagliato, senza che i due possano coltivare i propri sentimenti semplicemente. Infatti la storia si dipana tra abbandoni e ripicche, gelosie e drammi. Il film vive in primo luogo sul talento e la simpatia di un ragazzo sfrontato, un giovane attore eccezionale che risponde al nome di Vittorio De Sica. C’è qualcosa di tragico, però, in questo film. Il pensiero che quei sentimenti, quei personaggi, quei piccoli anni di lì a poco si spezzeranno Sotto i colpi di una guerra orribile, sotto il dolore della morte e del sangue. 
Walter Veltroni
Da Certi piccoli amori. Dizionario sentimentale di film, Sperling & Kupfer Editori, Milano, 1988 



jueves, 27 de enero de 2011

Good Morning Babilonia - Paolo e VittorioTaviani (1987)


TÍTULO Good Morning, Babilonia
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS Español (Separados)
AÑO 1986
DURACIÓN 115 min.
DIRECTOR Paolo Taviani, Vittorio Taviani
GUIÓN Tonino Guerra, Paolo Taviani, Vittorio Taviani
MÚSICA Nicola Piovani
FOTOGRAFÍA Giuseppe Lanci
REPARTO Vincent Spano, Joaquim de Almeida, Greta Scacchi, Désirée Nosbusch (AKA Désirée Becker), Omero Antonnutti, Charles Dance, Bérangère Bonvoisin
PRODUCTORA Coproducción Italia-Francia-EEUU
GÉNERO Drama | Cine dentro del cine

SINOPSIS Entrada la segunda década del siglo XX, y tras la quiebra de la cantera familiar, los hermanos Nicola y Andrea emigran de Italia a América en busca de fortuna. Ambos acabarán trabajando en Hollywood construyendo decorados para el famoso cineasta D. W. Griffith, y se casarán con dos bellas actrices. Pero la tragedia llega a sus vidas con el estallido de la Primer Guerra Mundial, en la que Nicola y Andrea lucharán en bandos opuestos. (FILMAFFINITY)

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 "Queste mani hanno restaurato le cattedrali di Pisa, Lucca, Firenze... Di chi sei figlio tu ??? Noi siamo i figli, dei figli, dei figli di Michelangelo e Leonardo; di chi sei figlio tu ?"

I Taviani, il cinema dei grandi. Non che ci fosse bisogno, per saperlo, di Good Morning Babilonia, ma la riconferma è folgorante e serve oltre a tutto a chiarire meglio il segreto di due autori che sono di certo fra i poeti più autentici del cinema di oggi, la loro capacità, il loro dono di andare sempre più avanti nel nuovo, nel profondo, indagando in un’arte che ormai dominano da maestri, traendone, come da uno strumento musicale, tutti i suoni possibili e, questa volta, penetrando perfino nel cuore più riposto di questa stessa arte: per dircene l’essenza, e le sue possibilità di mistero.
Un viaggio anche nel cinema, perciò, questo Good Morning Babilonia, che procedendo si trasforma in viaggio iniziatico, per dirci della vita, e di tutto quello che le sta attorno, e le dà un senso, un significato: perfino quando si tratta, o può trattarsi, di sensi oscuri, di significati da decifrare.
Due fratelli artigiani. Nella Toscana del 1913. Nati e cresciuti in una famiglia artigiana. Che restaura cattedrali. Un lavoro a contatto con l’arte che può diventare anche arte. Il padre, però, è costretto a ritirarsi perché i tempi sono difficili e i due fratelli, dopo avere avuto da lui la raccomandazione di restare sempre uniti – e pari, la disparità li metterebbe l’uno contro l’altro – vanno in America a cercare fortuna. Faticano a trovarla poi, quasi per caso, si imbattono nel cinema: quello di Hollywood ai tempi del muto, quello in cui Griffith, entusiasmato da Cabiria di Pastrone e dai successi italiani all’esposizione di San Francisco, cerca artigiani italiani per le costruzioni del suo nuovo film Intolerance. Eccoli al suo fianco, perciò. Coinvolti di nuovo in un’impresa collettiva che, come le cattedrali restaurate da loro ed edificate dai loro antenati, sta assumendo tutti gli aspetti dell’arte.
Ci sono in mezzo, vi partecipano con lo stesso calore e con gli stessi impegni creativi; sempre uniti, come il padre rimasto in Italia aveva loro raccomandato, e uniti non solo dall’affetto reciproco, ma perché quella “cattedrale” che è il cinema si costruisce solo tenendosi stretti tutti insieme e cooperando affiatati alla sua crescita.
Il cinema però può andare da una parte e la vita dall’altra. Nel cinema i due fratelli riescono a rimanere sempre alla pari, la vita invece, all’improvviso, crea fra loro una disparità. Tutti e due sposati e felici, tutti e due stanno adesso per diventare padri. Uno con gioia senza ombre, l’altro funestato, dopo il parto, dalla morte della moglie. Naturalmente il secondo non si mette contro il più fortunato, come il padre temeva, ma gli si allontana, ferito dalla sorte. Torna in Italia, c’è la guerra e nel corso di un combattimento – davanti a una cattedrale – ritrova il fratello, anche lui adesso ritornato e sotto le armi ma con l’uniforme americana. Vengono tutti e due colpiti a morte. La parità si ricompone e possono riunirsi. In più, uno dei due ha con sé la macchina da presa che serviva a filmare la guerra, così si filmano a turno: per trasmettere le loro immagini ai figli. Vincendo la morte. Grazie al cinema.
Il cinema, perciò, come le cattedrali. Frutto di una collaborazione fraterna, e con la possibilità di prolungare la vita come i monumenti di pietra prolungano se stessi nel tempo, dispensando a loro volta la vita, con la lezione dell’ante. Un confronto che i Taviani però ci suggeriscono arrivandovi solo dall’interno di un’opera in cui il simbolo si accompagna, senza mai una frattura, con la più tranquilla evidenza delle cose, in cui il viaggio nel cinema sembra corrispondere sempre ad una favola che si raccontano fra loro i due fratelli compiendolo e in cui il viaggio iniziatico dei due fratelli nella vita, idealmente e strettamente saldato con il resto, si fa ad ogni momento il fulcro dell’azione, ora tutto proiettato verso il passato – la memoria del padre, dell’infanzia – ora alle prese con eventi quotidiani segnati, più che dalla cronaca, dai misteri della sorte, con interrogativi e in aure quasi esistenziali.

Conquistando, affascinando, facendo perfino versare lacrime, con una poetica intensità di effetti e di immagini in cui tutto, anche il dato più concreto e più semplice, è sublimato e esaltato. L’occhio dei due fratelli sull’America, intanto: prima incantato, un grattacielo illuminato che con la mente li fa tornare all’albero di Natale della loro infanzia, poi disperato, le prime durissime prove per farsi strada (custodi di porci in un deserto di sassi dominato dagli avvoltoi),quindi giovanile e quasi festoso in quella città del cinema in miniatura che è la Hollywood del muto, vista come un giocattolo; per incupirsi e offuscarsi dopo quando la sfortuna colpisce uno dei due, in ospedali che sanno di brutto sogno, di incubo.
Non solo l’America, però, ma l’infanzia del cinema, e il ritratto un po’ magico di Griffith, e l’incontro fra lui e il padre, venuto apposta dall’Italia per il matrimonio dei figli. Anche qui il film risplende ed abbacina e trova modo, per la nostra gioia, di regalarci pagine stupende – La Vergine degli Angeli dalla Forza del destino cantato in coro in pieno deserto nel momento in cui le difficoltà dei due fratelli sono da ultima spiaggia, la costruzione clandestina in un bosco dell’elefante da proporre a Griffith per Intolerance, metà lirismo metà angoscia, la suggestiva ambivalenza tra luce reale e luce visionaria con l’occasione di una ripresa in studio con le tecniche di allora, la morte insieme su un prato, la guerra attorno, la cattedrale di fronte, con la possibilità, con il cinema, di arrestare il tempo, di fermare la vita – ci sono penò anche dei valori che vanno oltre tutto questo, più in profondo, nel cuore stesso di un linguaggio: in quella costruzione narrativa che, mentre lo disegna, esce tutta dall’animo dei due protagonisti; in quel ritmo che, salvo volutamente ad impennarsi al momento del dramma che colpisce uno dei due, fluisce limpido come il pensiero, in equilibrio tra passato e presente, disteso ma anche rapido, sciolto; in quelle immagini in cui la realtà si professa reale, ma vibra sempre di echi altri, dalla favola al sogno; in quegli sfondi sonori e musicali che, come sempre nel cinema dei Taviani, si aggiungono al racconto, lo integrano, a volte addirittura vi suppliscono misurati ed asciutti anche quando, con un ricorrente “tema del padre”, ci guidano verso l’emozione.
Un’opera maggiore, perciò, di cui è parte integrante e conseguente una interpretazione sempre sapientemente tenuta – più si elevano i toni – nei limiti dimessi della quotidianità. Quella dei due fratelli, Vincent Spano e Joaquim de Almeida, delle loro donne, Greta Scacchi Désirée Becker, e di Omero Antonutti nelle vesti del padre. Quella di Charles Dance, invece, chiamato a ridirci di Griffith, è tenuta tutta, intenzionalmente, su note più alte. Per arrivare, suo tramite, anche ad un omaggio al cinema un po’ fatato e dichiarato e scoperto. Come del resto è già tutto il film. Cui da oggi il cinema dovrà molto. Anche più di quello che già doveva ai Taviani dopo La notte di San Lorenzo.
Gian Luigi Rondi
Da Il Tempo, 18 settembre 1987


miércoles, 26 de enero de 2011

Lo Scapolo - Antonio Pietrangeli (1955)


TÍTULO Lo scapolo
AÑO 1955
SUBTITULOS No
DURACIÓN 90 min.
DIRECTOR Antonio Pietrangeli
GUIÓN Antonio Pietrangeli, Sandro Continenza, Ruggero Maccari, Ettore Scola (Historia: Antonio Pietrangeli)
MÚSICA Angelo Francesco Lavagnino
FOTOGRAFÍA Gianni Di Venanzo
REPARTO Alberto Sordi, Sandra Milo, Nino Manfredi, Madeleine Fischer, Anna Maria Pancani, María Asquerino, Fernando Fernán Gómez
PRODUCTORA Coproducción Italia-España; Film Costellazione Produzione / Águila Films
GÉNERO Comedia

SINOPSIS El representante de electrodomésticos Paolo Anselmi, que vive en Roma, es un soltero empedernido, aunque esto no le impide el estar siempre acompañado de bellas mujeres, aunque parte de sus lios amorosos son inventados. Tras casarse su socio Armando, decide dejar el apartamento que comparten e irse a vivir a una pensión... (FILMAFFINITY)

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Paolo Anselmi è un uomo tutto dedito al divertimento e alle donne, strenuamente convinto che il matrimonio sia una prigione, tanto da pensare durante quello del migliore amico, che questi stia facendo il più grande errore della sua vita. Ad un certo punto, però, comincia a pensare di prendere moglie, ma tutte le donne con cui uscirà avranno qualcosa che gli faranno cambiare idea, fino a quando…
Una commedia semplice e sicuramente molto prevedibile nel suo finale questo “Lo Scapolo” di Antonio Pietrangeli che si basa quasi interamente sulla forza trascinante e coinvolgente del grandissimo Alberto Sordi in grado di interpretare il borghese medio in maniera talmente eccelsa da risultare estremamente credibile e veritiero. Inutili le critiche di allora che lo vedevano sempre intento nell’interpretazione di ruoli molto simili tra loro, dato che il livello recitativo e la potenza prorompente delle sue espressioni, dei suoi gesti e dei suoi movimenti, riuscivano a far dimenticare tutto il resto. Anche in questo caso, oltre a godere di molte gag e battute decisamente divertenti e ironiche, è proprio lui a rendere la pellicola davvero accattivante e spassosa, riuscendo a conquistare lo spettatore sempre più divertito dalla sua verve inarrestabile e coinvolgente. Questa volta si ritrova nei panni di uno scapolo impenitente convinto di avere tutto ciò che un uomo può desiderare e cioè la libertà di fare ciò che vuole, con chi vuole e quando vuole.

Quando però si rende conto di essere molto solo, e per questo triste, comincia la ricerca della donna da sposare, incasellando una serie di incontri che vanno dal grottesco all’incredibile. C’è la giovane direttrice della stireria nella quale si fa sistemare sempre le sue migliori camicie (che però a discapito dei fianchi larghi ha una testa troppo piccola e soprattutto parla sempre a sproposito); la bella hostess intraprendente ma comunque desiderosa di farsi una famiglia (la prorompente Sandra Milo che gli chiede una sigaretta proprio dopo che l’uomo aveva appena finito di dire che la donna perfetta è quella che non chiede mai assolutamente nulla); la giornalaia che aveva sempre visto a mezzo busto; la giovane bella segretaria che poi gli presenta una madre fin troppo vecchia e imbruttita facendolo preoccupare che ciò possa avvenire anche nel suo caso; e l’arcigna e severa collega d’affari che gli smorza sempre l’entusiasmo e pretende maggiore serietà e rispetto. Quale sarà tra queste la donna che riuscirà a mettere nel sacco l’uomo del tutto convinto a non sistemarsi? E’ nella girandola delle protagoniste femminili, tutte ben caratterizzate, che si dipana il filo della matassa di questa commedia leggera e semplice, arricchita anche da un simpatico cameo di Nino Manfredi nel ruolo del cognato del protagonista, fidanzato con sua sorella da quattro anni ma per niente deciso a sposarla. Sarà paradossale, infatti, la sequenza del ritorno a casa, in una città di provincia, di Paolo, durante il quale l’uomo sarà costretto a convincere il cognato dei pregi e dei vantaggi del matrimonio, proprio lui che lo rifugge da sempre. La presenza di tutti questi personaggi di contorno, ai quali si presta grande attenzione, evita anche il rischio di rendere la commedia uno one-man show, rendendo il tutto molto armonico ed equilibrato. Tra le gag da ricordare ci sono sicuramente quelle della “lotta” che il protagonista ingaggia col cane della padrona della pensione nella quale alloggia e quella della ragazza che sua madre vuole fargli conoscere a tutti i costi per fargli mettere la testa a posto e che si rivela essere, oltre che bruttina, anche pedante e noiosa.
“Lo scapolo”, trattasi, dunque, di un film genuino e molto ritmato, che si arricchisce anche della sceneggiatura scritta dal regista insieme a Ettore Scola e Ruggero Maccari, e che valse all’inimitabile Alberto Sordi un Nastro d’Argento come migliore attore.
Alessandra Cavisi



martes, 25 de enero de 2011

Ex - Fausto Brizzi (2009)



TÍTULO Ex
AÑO 2009 
SUBTITULOS Si (Separados)
DURACIÓN 120 min.
DIRECTOR Fausto Brizzi
GUIÓN Fausto Brizzi, Massimiliano Bruno, Marco Martani
FOTOGRAFÍA Marcello Montarsi
REPARTO Claudio Bisio, Nancy Brilli, Cristiana Capotondi, Cécile Cassel, Fabio De Luigi, Alessandro Gassman, Claudia Gerini, Flavio Insinna, Silvio Orlando, Martina Pinto, Carla Signoris, Gianmarco Tognazzi, Giorgia Wurth, Malik Zidi
PRODUCTORA Coproducción Italia-Francia
WEB OFICIAL http://www.ex-ilfilm.com/
GÉNERO Comedia. Romance | Comedia romántica

SINOPSIS Todos tenemos un (o una) "ex". Algunos los odiamos, otros se han convertido en nuestros amigos, y siempre existen aquellos de los que todavía estamos enamorados. Esta comedia coral italiana nos muestra varias historias sobre relaciones acabadas por elección, por error o por un juego del destino...y es que el amor no es para siempre, pero un "ex" sí... Precedida por un gran éxito en su país, donde recaudó más de 12 millones de euros y más de 2 millones de espectadores, "Ex" narra las disparatadas peripecias de un grupo de parejas y ex parejas en crisis. (FILMAFFINITY)
 Enlaces de descarga (Cortados con HJ Split)

Subtítulos

Terapia de Pareja del Siglo XXI

Todos tenemos un Ex (Ex, 2009) es una suerte de comedia romántica coral, muy al estilo de Realmente Amor (Love Actually, 2003) en donde se intenta dar a la historia un tono más real, más verídico, más imperfecto. Un entorno donde no todo es armonía y estabilidad en las parejas del mundo de hoy, a quienes indefectiblemente las atraviesa el drama.
Vínculos de pareja inestables, en descontento con el presente que les toca y añorando a un ex amor al que siempre se vuelve, darán lugar a seis historias de personajes y relaciones de distintas edades y condiciones sociales que serán el centro del relato.
Sin la moralina que podría ensombrecer a cualquier buen intento, el film aborda de forma acertada a la pareja y sus problemáticas con el contexto social contemporáneo como irremediable condicionante. Cada historia parece colocar a los personajes en su debido lugar y acercarnos a través de ellos a un horizonte de vivencias y seres muy diversos. Alegre y nostálgica en partes, la trama irá develando errores, culpas, cuestiones del destino y disputas por divorcio, como algunas de las varias ejes que atraviesan este grupo de parejas entre crisis y desencuentros varios.
Cuestiones como el amor que dura para siempre, la pareja idealizada, el anhelo versus el cansancio de la rutina, el deseo que llama a la infidelidad y el desgaste de la convivencia en pareja que lleva al abandono de la misma, son interrogantes que atraviesan a todo ser humano en algún momento de la vida. Como etapas esencialmente reconocibles en cualquier relación sentimental, el film se pone existencial y ameno a la vez para explorar un corazón que no siempre sabe de razones.
Recorriendo esta ruleta rusa de personajes y enredos varios, se vislumbra desde un costado humorístico los diferentes estadios por los que atraviesa una pareja. Un tanto conformista a la hora de cerrar el relato, suele tender a ser complaciente hacia un equilibrio final indefectible al que arriban sus personajes. El humor con el que trata cada historia no empaña cierto realismo poco esperanzador en donde una relación prometedora comienza siendo ciento por ciento felicidad y acaba envuelta en dudas, olvido, reiteración o agotamiento. Lugares comunes disimulados gracias a un punzante y ácido humor que puede ser sexual, arrebatado y lucido, demostrando una veta cómica polifacética y muy valorable.
Con astucia, picardía y, vale decir, con bastante sobriedad, Fausto Brizzi construye una mirada crítica de una temática atractiva para el espectador, que se verá seducido e involucrado. Desde Italia, sin hacer mucho ruido, sin un gran elenco ni las fastuosas maquinarias publicitarias de las que Hollywood se jacta, llega una comedia digna de ver y muy disfrutable por cierto.
Por Maximiliano Curcio
http://www.escribiendocine.com/criticas/terapia-de-pareja-del-siglo-xxi

Giochi di coppia per il girotondo firmato da Brizzi

Baciato dal successo di «Notte prima degli esami», diventato in qualche modo il film-simbolo del fortunato filone delle commedie sentimentali giovanilistiche, Fausto Brizzi si può permettere di misurarsi con storie comico-drammatiche di adulti e di poter disporre grazie a un cospicuo budget del meglio (o quasi) degli interpreti italiani in circolazione. «Ex» è una commedia corale costruita sul sempreverde motivo dell'amore altalenante, di quello che finisce e rinasce, è soggetto a strappi e viene ricucito. Protagoniste sei coppie che si lasciano, si riprendono, si rincorrono, si perseguitano. Le tipologie della problematica convivenza e i toni delle schermaglie sono i più diversi, ma alla fine con prevedibile ottimismo l'amore è più forte delle incomprensioni, degli equivoci, delle incompatibilità caratteriali. La squadra della Nazionale della commedia italiana, nella quale sono stati arruolati in ruoli più defilati da cameo anche Vincenzo Salemme, Nancy Brilli ed Enrico Montesano, è ben assortita e affiatata ma svettano Alessandro Gassman, Silvio Orlando, Fabio De Luigi, Claudio Bisio, Claudia Gerini. Il girotondo di delusioni, innamoramenti e tradimenti scandito da numerosi baci riserva non pochi momenti divertenti, ma l'operazione è l'ennesima conferma della sindrome di Peter Pan che ha colpito da anni il cinema italiano.
Alberto Castellano
Da Il Mattino, 7 febbraio 2009

lunes, 24 de enero de 2011

Totò, Eva e il pennello proibito - Steno [Stefano Vanzina] (1959)


TÍTULO Totò, Eva e il pennello proibito 
AÑO 1959 
SUBTITULOS Si (Separados)
DURACIÓN 98 min.
DIRECTOR Steno  [Stefano Vanzina]
GUIÓN Vittorio Metz, Roberto Gianviti
MÚSICA Gorni Kramer
FOTOGRAFÍA Manuel Berenguer / Alvaro Mancori (B&W)
REPARTO Totò, Abbe Lane, Mario Carotenuto, Louis de Funès, Giacomo Furia, José Guardiola, Pilar Gómez Ferrer, Ricardo Valle
PRODUCTORA Coproducción Italia-Francia-España; Cormoran Films / Hesperia Films S.A. / Jolly / Procimex
GÉNERO Comedia

SINOPSIS Un delincuente apodado el "marqués" acaba de salir de la cárcel y decide volver a las andadas, con ayuda de su bella compinche, que se hará pasar por su esposa. Ahora se trata de estafar y para ello pide a un copista (Totò) que plagie un cuadro de Goya, para convertirlo en la tercera "maja": "La maja con el camisón". Más tarde, un experto (Louis de Funès) creerá que se trata de la obra original, ya que está subyugado por la esposa del "marqués"... (FILMAFFINITY)


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Subtítulos

Totò torna a recitare con Abbe Lane. Anche questa è una coproduzione della Jolly Film, con partner francesi (Cormoran) e spagnoli (Hesperia Film). Riconquistata una certa vigoria, Totò trasferisce ulteriormente la sua vis comica nel linguaggio, moltiplicando i giochi di parole e le storpiature dei nomi, tenendo alto il volume della voce, che risulta spesso urlata, stentorea. A fargli da spalla ci pensa Giacomo Furia, il pittore della Banda degli onesti. «L'idea era nata perché avevano girato a Roma un film con la Gardner, La Maja desnuda» ricorda Furia. «Dovevamo sfruttare in interni le stesse scene e poi si sarebbe dovuto andare a girare alcuni esterni in Spagna. In realtà gli spagnoli avevano partecipato alla produzione del film perché volevano Totò in Spagna. Ma lui niente, non voleva andarci. Totò non è andato mai in aereo, era un pauroso; d'estate, in barca, andava praticamente costa costa mentre l'autista doveva seguirlo con la macchina lungo la strada: nel caso ci fosse stata qualche onda di più o il mare cominciasse a muoversi un po', Totò dava immediatamente ordine di fermare la barca, scendeva e pigliava la macchina. Così in Spagna non ci siamo andati, tant'è vero che cambiarono la sceneggiatura e invece di un comico spagnolo che doveva esserci venne il francese de Funès» (che interpreta il critico d'arte Francisco Montiel).

Nel '58 Louis de Funès è una stella in timida ascesa nel firmamento dei comici francesi. Ha recitato in qualche film, soprattutto in parti secondarie, e ha fatto anche un bel po' di doppiaggio: sono sue le voci francesi di Rascel e di Totò. Diversi elementi legano la sua comicità a quella dell'attore napoletano: entrambi basano il proprio mestiere cinematografico sull'esperienza teatrale; le capacità d'improvvisazione sono per tutti e due il frutto di un metodico lavoro di accumulazione e di «dialogo» con il pubblico; la vitalità parossistica, la gestualità sincopata dell'uno e dell'altro sono talmente esasperate da diventare astratte. Due cose, purtroppo, li dividono inesorabilmente: la lingua, che non è la stessa, e le condizioni fisiche. Qualche anno prima la coppia Totò-de Funès avrebbe fatto faville: ora, nelle poche scene che hanno insieme, Antonio de Curtis rimane frastornato dalla mimica nervosa del partner. E forse de Funès, come suo solito, tende un tantino a prevaricare. «La comicità di de Funès», dice Furia, «sconvolgeva Totò. Ricordo che mi diceva: "Quello è pazzo, quello è pazzo...". Penso che si infastidisse anche perché ci vedeva poco. De Funès girava in francese, e già questo per Totò era una difficoltà, poi seguirlo...».
Alberto Anile
Da I film di Totò (1946-1967). La maschera tradita, Le Mani, Genova, 1998

domingo, 23 de enero de 2011

L'Uomo che verra - Giorgio Diritti (2009)


TÍTULO L'uomo che verrà 
AÑO 2009
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS Español (Separados)
DURACIÓN 115 min.
DIRECTOR Giorgio Diritti
GUIÓN Giorgio Diritti, Giovanni Galavotti, Tania Pedroni
MÚSICA Marco Biscarini, Daniele Furlati
FOTOGRAFÍA Roberto Cimatti
REPARTO Maya Sansa, Alba Rohrwacher, Eleonora Mazzoni, Claudio Casadio, Greta Zuccheri Montanari, Vito, Orfeo Orlando, Diego Pagotto, Bernardo Bolognesi, Stefano Croci
PRODUCTORA Aranciafilm / Rai Cinema / MiBAC / Mediateca Regionale Toscana / Toscana Film Commission / Fondazione Cassa di Risparmio in Bologna / Cineteca del Comune di Bologna
GÉNERO Drama. Bélico | Histórico. Nazismo. II Guerra Mundial
PREMIOS
2009: Festival de Roma: Premio Especial del Jurado
2010: Premios David di Donatello: Mejor película

SINOPSIS Cinta que recrea una de las masacres más graves perpetradas durante la segunda Guerra Mundial por el ejército nazi y que tuvo lugar en la localidad boloñesa de Marzabotto en 1944. (FILMAFFINITY)

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Subtítulos (Español)

La bambina del bosco

Nel settembre 1944, durante la Seconda guerra mondiale e la prima offensiva degli Alleati contro la linea Gotica, le formazioni partigiane dell'Appennino i tosco-emiliano intensificarono le azioni per impedire ai tedeschi di arretrarsi nella zona. Si scatenò un violento contrattacco nazista. Reparti della l6a divisione delle SS Adolf Hitler respinsero i partigiani del gruppo Stella Rossa operanti sui monti intorno a Marzabotto. Due reggimenti comandati dal maggiore Walter Reder perpetrarono uno dei massacri più feroci. Dal 29 settembre al 18 ottobre sterminarono 1.830 persone, o secondo altri 770 persone, perlopiù donne, piccoli, preti, vecchi, nella cosiddetta strage di Marzabotto. I bambini uccisi furono 200. Giorgio Diritti, gia autore de Il vento fa il suo giro, evoca il tatto ne L' uomo che verrà e fa un film molto bello. Gli avvenimenti visti con lo sguardo di una bambina di otto anni procedono parallelamente alla gravidanza della madre, il parto coincide con la strage: il neonato è "L'uomo che verrà” del titolo, il portatore di futuro che sarà giovane nel boom economico, vecchio nella crisi globale. Nell'originale i personaggi parlano nel loro dialetto emiliano, sottotitolato in italiano.

Il film comincia prima del massacro e consente di conoscere il modo di vita faticoso della campagna, lo sfruttamento, la volontà rurale di non abbandonare case né animali, la paura, la bellezza insopportabile della Natura. Non ci si trova di fronte a un avventuroso "Bastardi senza gloria” né a un epico-politico "Achtung banditi!" né a un documentano storico. “L'uomo che verrà' è la narrazione alta, nobile e semplice d'una grandezza umana e morale calpestata a morte. I protagonisti sono quelle che nella pittura figurativa vengono dette “figure iconiche": ossia immagini realistiche e insieme icone eloquenti, ricche di significati, capaci di condensare la Storia. Eppure sono la sobrietà rispettosa dell'autore e la bravura degli interpreti a rendere il film ammirevole come nessun' altra opera italiana del presente.
Lietta Tornabuoni
Da L'Espresso, 4 febbraio 2010

sábado, 22 de enero de 2011

Ultimo tango a Parigi - Bernardo Bertolucci (1972)

TÍTULO ORIGINAL
Ultimo tango a Parigi
AÑO
1972  
SUBTITULOS
Español (Separados)
DURACIÓN
129 min.
DIRECTOR
Bernardo Bertolucci
GUIÓN
Bernardo Bertolucci & Franco Arcalli
MÚSICA
Gato Barbieri
FOTOGRAFÍA
Vittorio Storaro
REPARTO
Marlon Brando, Maria Schneider, Jean-Pierre Léaud, Massimo Girotti, Maria Michi, Catherine Allegret, Giovanna Galletti
PRODUCTORA
Coproducción Italia-Francia; Produzioni Europee Associate (P.E.A.) / Les Productions Artistes Associes. Productor: Alberto Grimaldi
GÉNERO
Drama | Erótico 

Sinópsis
Una mañana de invierno un hombre y una muchacha se encuentran casualmente mientras visitan un piso de alquiler en París. La pasión se apodera de ellos y hacen el amor violentamente en el piso vacío. Cuando abandonan el edificio establecen el pacto de volver a encontrarse allí, en soledad, sin preguntarse sus nombres. (FILMAFFINITY) 

Premios
1973: 2 Nominaciones al Oscar: Mejor director, actor (Marlon Brando) 

1
2 
4 
 
Una mattina, a Parigi, un uomo con il soprabito di cammello infilato su una maglia, passa, cupo in volto; una ragazza in cappello, minigonna e stivali lo sfiora,si volta a guardarlo, prosegue. Il cammino di ambedue finisce a una casa sul cui portone pende il cartello dell’affittasi. Così l’uomo come la donna hanno delle buone ragioni per interessarsi al cartello la ragazza è fidanzata, si sposerà; l’uomo cerca un luogo dove star solo col suo dolore: sua moglie si è uccisa durante la notte. Salgono insieme nell’appartamento che presenta il solito spettacolo di squallore e di abbandono delle dimore disabitate. E così, girando da una stanza all’altra, i due si accorgono che in realtà essi sono lì per far l’amore. Il coito avviene nella maniera più violenta e più brutale, quasi a sottolineare che nel momento stesso in cui si avvinghiano, i due amanti, analogamente all’appartamento così nudo e così inservibile ai fini sociali, si sono liberati della loro identità, non sono più che due animali che si accoppiano nella caverna primitiva. E infatti, appena la ragazza accenna, dopo l’amore, a fare le solite domande: “Chi sei, come ti chiami, che fai?” ecc. ecc.; l’uomo la fa tacere: non debbono, non dovranno mai sapere nulla l’uno dell’altro; tra quelle pareti nude non dovranno mai esservi che i corpi nudi di un maschio e di una femmina. Nient’altro. Senonché, mentre il sesso è, ci si perdoni il bisticcio, essenziale rapporto tra due sessi, l’amore è invece rapporto tra due persone che sono attratte l’una verso l’altra, alla fine, per motivi “culturali” i quali, appunto, stendhalianamente, si cristallizzano intorno al rapporto sessuale. E il rapporto sessuale, d’altra parte, se non si trasforma in amore, non dura, sfocia nell’odio, nella crudeltà e nella noia. Anche nel caso di questi amanti senza nome, il sesso si cambia in amore e l’amore, a sua volta, rende insufficiente il sesso. Da una parte, la ragazza scopre che, proprio perché ama, non può sposare quest’americano avventuriero,di quarantacinque anni, proprietario di un piccolo albergo losco, la cui vita è un naufragio; dall’altra, l’americano scopre, anche lui perché ama, che non può fare a meno della ragazza come aveva creduto e che vuole sposarla. La ragazza, anche se col cuore spezzato, decide di diventare la moglie del registucolo da nulla con il quale è fidanzata; e, alla proposta di matrimonio del maturo amante, reagisce d’istinto sparandogli e uccidendolo. Questa, forse, la storia di Ultimo tango a Parigi di Bernardo Bertolucci. Diciamo “forse” perché, in realtà, il film, pur essendo basato su un’idea addirittura romanzesca (l’appartamento in cui si fa l’amore senza sapere nulla l’uno dell’altro), non è fatto di eventi bensì di situazioni simboliche e ideologiche. Sbrogliare l’intrico di significati di questa vicenda a ben guardare allegorica come un mistero medievale, è insieme facile e difficile. In tutti i casi la filigrana freudiana è piuttosto visibile.
Nell’appartamento vuoto e opaco e, tuttavia, sede privilegiata di un erotismo risplendente, abita Eros; tutto il resto del mondo è abbandonato al dominio di Thanatos. Dunque l’anonimità sessuale è la vita; l’identità sociale è la morte. Ancora, nell’appartamento ha sede il sesso come autenticità; fuori, il film che il fidanzato regista gira, con la ragazza per protagonista, ci mostra l’amore come falsità. Infine, si potrebbe azzardare anche l’ipotesi “storicistica” l’Occidente borghese non conosce più altra verità vitale che quella del sesso; tutto il resto è macabra parodia. Ultimo tango a Parigi è un film fascinoso ma di un fascino freddo perché intellettualistico. Come un astro spento, lo si può guardare in faccia senza restarne abbagliati cioè commossi. Significativamente, la psicanalisi che è un tentativo di estendere il dominio della ragione al mondo interiore, qui viene adoperata come veicolo per un’irrazionalità furiosa, disperata, mortuaria. A tal punto che Eros, attraverso il sadismo e il masochismo vendicativi e sodomitici del protagonista, finisce per scambiare la parte con Thanatos. Tuttavia, le sequenze più belle del film sono proprio quelle in cui il sesso, rappresentato dal personaggio femminile, è sentito dal regista direttamente e sinceramente, senza tristezza, nella sua accezione più selvaggia e più casta. Qui Bernardo Bertolucci conferma le grandi qualità di intensità espressiva e di complessità tematica già così notevoli ne Il conformista. Tra gli interpreti Marie Schneider, la rivelazione del film, è una Jeanne piena di felice e impetuosa espressività. Marlon Brando, curiosamente, nonostante o forse a causa della sua bravura straordinaria e senza dubbio autobiografica, si direbbe che piuttosto che la decadenza del proprio personaggio per molti versi irreale, interpreti quella di se stesso.
Alberto Moravia
Da Al cinema, Bompiani, Milano, 1975


La comunicación se produce antes de la película

La comunicación es un factor vital para que un plató de cine funcione sin problemas. La comunicación debe establecerse con anterioridad a la filmación, porque en el plató casi será demasiado tarde.
Por ejemplo, cuando decidí hacer El último tango en Paris, llevé a Vittorio Storaro a ver la exposición de Francis Bacon en el Grand Palais de París. Le enseñé los cuadros y le expliqué que eso era el tipo de cosa que quería usar como inspiración. Y si observas la versión final de la película, hay matices anaranjados que tienen una influencia directa de Bacon. Después llevé a Marlon Brando a ver la misma exposición y le enseñé el cuadro que aparece al principio de la película, durante los crèditos. Es un retrato que parece bastante figurativo cuando lo ves por primera vez, pero si lo observas un rato, pierde su naturalismo por completo y se convierte es la expresión de lo que está sucediendo en el subconsciente del pintor. Le dije a Marlon: "¿Ves ese cuadro? Bueno, quiero que recrees ese mismo dolor intenso". Y ésa fue prácticamente la única -o, mejor dicho, la principal- instrucción que le di en la película. Suelo emplear los cuadros de esta manera, porque permiten comunicarse de una forma mucho más eficaz que con cientos de palabras.
Lecciones de cine, Entrevistas a cargo de Laurent Tirard, Edit. Paidós, 2010 (Pág. 67/68)

viernes, 21 de enero de 2011

Nuovo Cinema Paradiso - Giuseppe Tornatore (1988)


TÍTULO Nuovo Cinema Paradiso
AÑO 1988 
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS Español (Separados)
DURACIÓN 123 min.
DIRECTOR Giuseppe Tornatore
GUIÓN Giuseppe Tornatore
MÚSICA Ennio Morricone
FOTOGRAFÍA Blasco Giurato
REPARTO Philippe Noiret, Jacques Perrin, Salvatore Cascio, Agnese Nano, Brigitte Fosey, Marco Leonardi, Antonella Attiu, Enzo Cannavale, Isa Danieli, Leo Gullota, Pupella Maggio, Leopoldo Trieste
PRODUCTORA Coproducción Italia-Francia; Les Films Ariane / Cristaldifilm / TFI Films / RAI
PREMIOS
1989: Oscar: Mejor película de habla no inglesa
1989: Globo de Oro: Mejor película extranjera
1989: Festival de Cannes: Premio Especial del Jurado
GÉNERO Drama | Melodrama. Cine dentro del cine. Drama romántico

SINOPSIS Cinema Paradiso es una historia de amor por el cine. La película narra la historia de un niño de un pequeño pueblecito italiano en el que el único pasatiempo es disfrutar de las películas del cine Paradiso. Encantado por las oscilantes imágenes, Salvatore deseaba con todas sus fuerzas que el cine fuese en realidad magia. Un día, Alfredo, el operador de cine, accede a enseñar al pequeño los misterios que se ocultan en una película. Todos los niños de la pequeña villa van creciendo, sin perder nunca su amor por el cine, pero llega el momento en el que Salvatore debe dejar el pueblo y comenzar a buscar sus sueños. Y así ocurre durante treinta años hasta que un día un mensaje le comunica que debe volver a casa donde un secreto le espera. (FILMAFFINITY)

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Vincenzo Consolo ha raccontato della commozione con la quale Leonardo Sciascia vide Nuovo cinema Paradiso. Era nel tempo ultimo della sua vita, cosciente che una malattia lo stava portando via. Rivide, nelle immagini di Tornatore, un mondo che aveva vissuto, vestiti che aveva visto. E sentì forse, in quel film, il senso disperato del tempo che consuma, che strappa, che rende tutto più stupido e cattivo, più banale e uguale. Il film strazia gli animi di chi sente il peso affascinante della vita che gli è corsa dietro, di chi vorrebbe voltarsi, ritrovare, anche solo un momento, le cose, le persone, i colori, gli odori.

E, per farlo, usa il cinema. Come mezzo, ma anche come luogo dei sogni, ed esaltando la sua fisicità; una pellicola che brucia, una sala che si distrugge. Il film è stato tremendamente avversato, ma anche molto amato. Gli è stato rimproverato di indulgere nella ricerca di pretesti di commozione. Non so, può essere. Io non faccio in tempo ad accorgermene, perché mi commuovo. Quando Jacques Perrin rivede i «baci tagliati», quando torna nel cinema distrutto, quando il film di Totò vien dirottato su un muro. Ci sono i miei amori, il cinema, il tempo che passa. Non sono perciò giudice obiettivo. So che fa più fine dire che questo film è brutto. Io non ci riesco, scusatemi.
Walter Veltroni
Da Certi piccoli amori. Dizionario sentimentale di film, Sperling & Kupfer Editori, Milano, 1994

jueves, 20 de enero de 2011

Venga a prendere il caffè... da noi - Alberto Lattuada (1970)


TÍTULO Venga a prendere il caffè... da noi
AÑO 1970 
SUBTITULOS Si (Separados)
DURACIÓN 90 min.
DIRECTOR Alberto Lattuada
GUIÓN Alberto Lattuada, Piero Chiara, Adriano Baracco, Tullio Kezich (Novela: Piero Chiara)
MÚSICA Fred Bongusto
FOTOGRAFÍA Lamberto Caimi
REPARTO Ugo Tognazzi, Francesca Romana Coluzzi, Milena Vukotic, Angela Goodwin, Jean-Jacques Fourgeaud, Valentine, Checco Rissone
PRODUCTORA Mars Film Produzione
GÉNERO Comedia | Comedia negra

SINOPSIS Ugo Tognazzi interpreta a Emerenziano Paronzini, un inspector de hacienda que busca casarse con una mujer para vivir del cuento. Finalmente conoce a las hermanas Tettamanzi, herederas de una gran fortuna, y consigue casarse con una de ellas, y tomar a las otras dos como amantes. Las virginales hermanas poco a poco se convierten en expertas cazadoras de hombres, desarrollando cada una sus propias habilidades sexuales. Emerenziano sufre un ataque cuando iba a convencer a la criada para tener relaciones. Entonces se convierte en un indefenso prisionero sujeto a los caprichos de las hermanas hambrientas de amor. (FILMAFFINITY)


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Subtítulos

A quanto pare ci sono dei lettori che scrivono delle lettere lamentando che in questa rubrica noi ci occupiamo troppo di film che nessuno ha veduto e troppo poco di film che invece tutti sono corsi a vedere. Vorremmo rispondere a questi lettori che la questione non è così semplice. Lo spartiacque non passa tra film che nessuno vede e film che tutti vedono; ma tra film “prodotti” e film d’autore. Dei film della prima categoria è difficile anzi impossibile parlare perché il prodotto, con la sua assoluta mancanza di mistero, nega a se stesso in partenza ogni possibilità di esistenza, e allora com’è possibile parlare di ciò che non c’è, che non esiste? Perché, poi, esistenza e mistero siano in arte sinonimi; perché l’esistenza sia misteriosa; e perché, infine, non si possa parlare se non di ciò che esiste, ossia del mistero, questo è un discorso forse troppo lungo per una nota così breve. Semmai, vorremmo domandarci perché il pubblico in genere preferisce i film prodotti ai film d’autore cioè preferisce ciò che non c’è a ciò che c’è, ciò che non esiste a ciò che esiste. La domanda è giustificata dal successo della cosiddetta commedia all’italiana. Questi film sono dei tipici prodotti”, cioè, in realtà “non esistono”; tuttavia il successo c’è ed esiste; e almeno da un punto di vista sociologico e di costume, val la pena di domandarsene i motivi. Prendiamo per esempio l’ultimo film della serie: Venga a prendere il caffè... da noi, di Alberto Lattuada. Questo film e un prodotto se mai ce n’è stato, ossia una macchina composta di elementi smontabili che, a loro volta, sono dei prodotti già adoperati in altre macchine anteriori, così che, da una macchina all’altra si potrebbe facilmente risalire addirittura alla commedia dell’arte e magari anche più indietro. Quanto a dire che ci troviamo di fronte, almeno per quanto riguarda la rappresentazione di una certa società, alla più completa mancanza di agganci con una realtà qualsiasi. La vicenda, ricavata dal romanzo

La spartizione di Piero Chiara, narra di un funzionario di stato, ghiottone ed erotomane, il quale, presumendo della propria virilità, sposa la più brutta di tre sorelle facoltose, si porta a letto anche le altre due e finisce, punizione provvidenziale ed edificante, paralitico, in carrozzella. La qualità principale di questo film è forse una certa umiltà. Composto di elementi, come abbiamo detto, del tutto irreali ed esanimi, non pretende, come altri film del genere, di “incidere” sui costume; si autolimita fin dall’inizio al livello di farsa. Ritorna, adesso, la domanda che ci siamo fatta poco fa: perché il pubblico preferisce queste e altre simili “commedie all’italiana” ai film d’autore, ai film d’arte? La risposta, purtroppo, non può essere che una sola. Il pubblico preferisce quello che non c’è e non esiste a quello che c’è ed esiste (o almeno tenta di esservi e di esistere) per un motivo di somiglianza e di analogia, vale a dire perché il pubblico stesso almeno oggi, nel presente momento storico, preferisce non esserci e non esistere sul piano culturale ed esistenziale. Un film che ci fosse, che esistesse, darebbe per contrasto, al pubblico l’impressione di non esserci, di non esistere e di conseguenza lo metterebbe in crisi. Che vuoi dire questo? Vuoi dire che il pubblico non desidera e non ama essere criticato e che il successo della critica di costume della commedia all’italiana deriva dal fatto che in questi film non c’è né critica, né costume, né un bel nulla. Ma allora cosa c’è? Stringendo dappresso la commedia all’italiana, diremmo che c’è di solito la bravura di un attore comico, secondata più o meno da registi di provato mestiere come per esempio, appunto, Alberto Lattuada. Questi attori comici hanno un loro gioco che va molto ai di là dell’occasione narrativa che gli fornisce il pretesto per esibirsi. È un gioco fine a se stesso che crea tra l’attore e il pubblico un rapporto assolutamente indipendente dalla vicenda del film. Ugo Tognazzi in Venga a prendere il caffè... da noi rinnova puntualmente questo rapporto che, tale e quale, si verificava nei suoi film precedenti. Dove siamo? Nella commedia dell’arte? Nell’atellana? Nella farsa classica? Siamo in Italia.
Alberto Moravia
Da Al cinema, Bompiani, Milano, 1975



miércoles, 19 de enero de 2011

Senso '45 - Tinto Brass (2002)


TÍTULO Senso'45
AÑO 2002 
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS Español (Separados)
DURACIÓN 128 min.   
DIRECTOR Tinto Brass
GUIÓN Tinto Brass (Novela: Camillo Boito)
MÚSICA Ennio Morricone
FOTOGRAFÍA Massimo Di Venanzo, Daniele Nannuzzi
REPARTO Anna Galiena, Gabriel Carko, Franco Braciaroli, Antonio Salines, Simona Borini, Tinto Brass
PRODUCTORA Cine 2000
GÉNERO Drama. Romance | Nazismo. Erótico

SINOPSIS En la Italia fascista de los años 40, una mujer casada con un jerarca local se involucra con un miembro de las SS. La atracción por el oficial la llevará a involucrarse en un mundo clandestino de perversión y juegos eróticos. (FILMAFFINITY)

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"Il popolo, ha detto il Duce, è come la donna: va col maschio che vince."

«Avevo sentito gli occhi della sua voglia prepotente tra le mie cosce. Ebbi un orgasmo». «Folle di gioia, la mia bocca accolse i frutti bollenti del suo orgasmo». «Smaniavo come una ninfomane in gabbia». E, quando una donna viene uccisa in mezzo alla strada mentre urlando «Gino! Gino!» insegue i nazisti che portano via il suo uomo, Anna Galiena chiede a Gabriel Garko: «Cos’è successo?», E lui: « È la guerra!». A parte la citazione oscena da Roma città aperta (con inquadrature della donna morta esattamente all’altezza delle gambe spalancate: e per me questo è sensazionalismo spicciolo e non libertà espressiva), Senso ‘45, ispirato al racconto di Camillo Boito com’era il film di Visconti, è davvero disarmante.

A parte il tono dei dialoghi “bollenti” stile letteratura osé dei primi decenni del ‘900 (ma in mezzo ci sono stati, non solo il signor Lawrence e il signor Miller, ma anche L’histoire d’O e Emmanuelle che usavano un linguaggio più ascoltabile), quello che stupisce è l’erotismo da oratorio: vanno molto la giarrettiera e la mutanda (di lui) scivolata sulle natiche, il kajal peccaminoso (Garko ne fa un uso smodato), la risata liberatoria, l’ansito, l’amplesso con berretto da Ss (Il portiere di notte?), la bestemmia durante un rapporto anale (Ultimo tango a Parigi?), e via sporcaccionando. E la strombazzata orgia, tra “trenini” e piume titillanti, sculacciate e “piogge d’oro”, pare uscita dritta dall’immaginario di un ansimante preadolescente. Tra flou e musicone, non c’è niente di disturbante e niente di eccitante (a meno che non ci si ecciti per l’esibizione ginecologica dei genitali).
Emanuela Martini
Da Film Tv, 16, 2002