ESPACIO DE HOMENAJE Y DIFUSION DEL CINE ITALIANO DE TODOS LOS TIEMPOS



Si alguién piensa o cree que algún material vulnera los derechos de autor y es el propietario o el gestor de esos derechos, póngase en contacto a través del correo electrónico y procederé a su retiro.




domingo, 31 de octubre de 2021

In guerra per amore - Pierfrancesco Diliberto (2016)

TÍTULO ORIGINAL
In guerra per amore
AÑO
2016
IDIOMA
Italiano
SUBTÍTULOS
Español (Separados), Italiano e Inglés (Opcionales)
DURACIÓN
97 min.
PAÍS
Italia
DIRECCIÓN
Pierfrancesco Diliberto
GUIÓN
Pierfrancesco Diliberto, Michele Astori, Marco Martani
MÚSICA
Santi Pulvirenti
FOTOGRAFÍA
Roberto Forza
REPARTO
Pierfrancesco Diliberto, Miriam Leone, Andrea Di Stefano, Maurizio Marchetti, Stella Egitto, Vincent Riotta, Sergio Vespertino, Craig Peritz, Maurizio Bologna, Mario Pupella, Forest Baker, Antonello Puglisi, Orazio Stracuzzi
PRODUCTORA
Wildside, RAI Cinema
GÉNERO
Drama. Comedia | II Guerra Mundial. Mafia. Homosexualidad

Sinopsis
Ambientada en la época de la llegada de los estadounidenses a Sicilia durante la II Guerra Mundial. Arturo (Pierfrancesco Diliberto) tendrá que alistarse en el ejército de Estados Unidos si quiere ganarse el corazón de su amada Flora. (FILMAFFINITY)
 
 Premios
2016: Premios David di Donatello: Premio David Giovani. 7 nominaciones
 
2 
Sub 

En 2013, Pierfrancesco Diliberto, más conocido como PIF, debutó con su ópera prima titulada “La mafia mata solo en verano”, donde aborda la temática de una Sicilia dominada por el crimen organizado entre los 70s y los 90s. En esta oportunidad, vuelve a ponerse detrás y delante de cámara como guionista, director y actor encarnando a Arturo Giammaresi en “A la Guerra con Amor” para reflexionar sobre asuntos relacionados.

Basada en hechos reales, esta comedia cuenta la historia de amor entre Arturo y Flora (Miriam Leone), la sobrina del dueño de un restaurante en Nueva York que está comprometida con el hijo de un jefe de la mafia, mano derecha de Lucky Luciano. La única solución viable es que el joven pida la mano de su amada al padre, con el simple inconveniente de que vive en Sicilia. Es así como se alistará al ejército norteamericano que busca liberar a Italia de las tropas del Eje y viajará a destino con el objetivo de poder casarse con Flora.

Al igual que en su primer film, PIF busca mostrar la situación de su Sicilia natal, sobre todo lo correspondiente al inicio y al poder de las mafias en dicho territorio. En este caso lo conecta con el paso de los aliados por el lugar y la facilitación que le otorgaron para conseguir puestos de máxima autoridad.

La particularidad de “A la Guerra por Amor” es la utilización de la comedia como recurso para retratar dichos acontecimientos, con un tono irónico, satírico y hasta absurdo por momentos. Combina de una buena manera este género con el romance, la historia bélica y algunos tintes dramáticos para realizar una clara crítica y plantear su posición.

También está bien utilizado el elemento de la voz en off, la cual intervenía en los instantes justos para mostrar una reflexión o pensamiento del protagonista, sin cansar ni sobreexponer información.

Todo el elenco funciona a la perfección, tanto con un protagonista con el que podemos empatizar como con secundarios que aportan su cuota delirante, entrañable y graciosa.

En síntesis, “A la Guerra por Amor” es una película fresca que viene a proponer una crítica y un repaso sobre acontecimientos complejos de la historia desde una mirada cómica, romántica, delirante, que generará una reflexión en el espectador al mismo tiempo que lo divertirá y sacará unas cuantas sonrisas.

Sami Schuster
https://cinefiloserial.com.ar/critica-de-a-la-guerra-por-amor-de-pierfrancesco-diliberto-2016/

De la misma manera que «no se debe juzgar un libro por la cubierta», tampoco deberíamos decidir nunca entre una película u otra por su cartel, piezas de promoción que, indudablemente, favorecen nuestro favor en aquellas ocasiones en que acudimos a la sala de cine sin una elección previa. Un error, porque la gran mayoría de las veces son piezas ajenas por completo al autor de la película, igual que el tráiler o la elección del título para el mercado internacional, cuya responsabilidad suele estar en la distribuidora de la película, ni siquiera siempre en su productora. Sucede lo mismo con las secuencias de créditos, que no siempre tienen la fortuna de estar diseñadas por Saul Bass, Norman McLaren, Maurice Binder, Pablo Ferro, Kyle Copper, Daniel Kleinman o Juan Gatti, así como con las primeras secuencias de una película, que aspiramos tengan la capacidad de introducirnos en menos de 5 minutos dentro de un universo nuevo que tendemos a juzgar por esa carta de presentación. Mucho cuidado, porque alguna vez podemos llevarnos alguna sorpresa, como sucede con este Amor a la siciliana, que tienen la apariencia de una comedia romántica de Roberto Benigni, para terminar siendo una obra mucho menos superficial cuando le quitamos el envoltorio y descubrimos el intenso sabor del caramelo que ocultan dentro.

Esta errónea impresión también puede estar provocada por el hecho de que su director es también su guionista y protagonista, haciendo de Pierfrancesco Diliberto el máximo responsable de una película que parece igualmente una especie de Forrest Gump a la italiana, cosa que también no deja de ser una trampa porque no hace falta avanzar demasiado en el relato para comprobar que el cineasta utiliza metáforas sencillas de una manera cómica para introducir la crítica social y política —impagable es la carrera para llegar al refugio entre la vecina que carga con su «madonnina», mientras que el otro quiere salvar a toda costa a su «mussolinino», como que sea el ciego el que alerte de la llegada de los bombarderos o esa elocuente imagen del burro volando que permite a un niño creer en cosas imposibles— en un contexto que habíamos anticipado como meramente cómico y romántico, para terminar siendo un conmovedor alegato antibélico que demuestra de qué manera la injerencia de elementos externos terminan por configurar una desoladora realidad en un contexto completamente ajeno. Así es como lo que comienza pareciendo un relato meramente entretenido, termina por helarte la sangre al reconocer esos mismos efectos secundarios de Sicilia son perfectamente equivalentes a los de la sociedad española, consecuencia de otras acciones, en nuestro caso más internas que externas, que nos permiten entender que hoy en día tengamos que seguir curando cicatrices que habrían debido estar hace mucho tiempo cerradas.
https://jackeltuerto.wordpress.com/2017/10/20/critica-de-amor-a-la-siciliana/

Pierfrancesco Diliberto, in arte Pif, torna a mettere in scena la Sicilia e la mafia, ma stavolta esprime il lato più deteriore del suo approccio al cinema, e alla regia.
L’impronunciabile parola ‘water’
New York 1943. Mentre il mondo è nel pieno della seconda guerra mondiale, Arturo vive la sua travagliata storia d’amore con Flora. I due si amano, ma lei è promessa sposa al figlio di un importante boss. Per convolare a nozze, il nostro protagonista deve ottenere il sì del padre della sua amata che vive in un paesino siciliano. Arturo, giovane e squattrinato, ha un solo modo per raggiungere l’isola: arruolarsi nell’esercito americano che si prepara per lo sbarco in Sicilia: l’evento che cambierà per sempre la storia della Sicilia, dell’Italia e della Mafia. [sinossi]
La mafia ucciderà pure solo d’estate, ma anche in guerra non scherza mica… Battute a parte, Pierfrancesco Diliberto, più conosciuto con il nome d’arte Pif, torna con In guerra per amore a ragionare sugli stessi schemi mentali e in qualche modo blandamente sociologici che erano alla base anche del suo esordio, La mafia uccide solo d’estate. Nella storia del cameriere Arturo, immigrato a New York dalla natia Palermo, che deve fare ritorno in Sicilia per ottenere la mano dell’amata Flora dal padre malato e battere così sul tempo il sordido figlio del boss mafioso che ha messo gli occhi sulla ragazza, c’è lo stesso sguardo ingenuo, tra Candide – vertice alto – e il Roberto Benigni de La vita è bella – vertice basso – che caratterizzava il protagonista del primo film, non a caso a sua volta chiamato Arturo Giammarresi, quasi che si cercasse una liason non solo narrativa ma anche e soprattutto storica, sociale, forse persino politica.

Non ha ambizioni da poco, Pif, e le denuncia fin da subito, con quel “A Ettore Scola” che racchiude al suo interno non solo il ricordo di un grande nome del cinema italiano deceduto quest’anno, ma la volontà di riallacciare la propria creatura a un’epoca della produzione nostrana nella quale mettevano in scena il Paese, insieme al regista di C’eravamo tanto amati i vari Dino Risi, Mario Monicelli e Antonio Pietrangeli. Sulla carta In guerra per amore dovrebbe dare del tu a quei capolavori, mescolando la Storia alla storia, il racconto di una nazione a quello di un’umanità umile, ai margini, sconfitta eppure in grado di reagire con una forza inattesa. Arturo, che si cala sulla terra siciliana a cavalcioni di un asino e ha vissuto per anni a New York senza essere in grado di pronunciare la parola water (in una delle gag meno riuscite e più improbabili di un campionario che non brilla certo per intelligenza creativa), è un buono oltre ogni bontà, incapace della minima infrazione alle regole morali che lo sorreggono quasi suo malgrado. È un puro, e deve sopravvivere alla più totale delle impurità, la guerra.


Questo spunto, di per sé anche interessante e potenzialmente gravido di ben più di una stratificazione, si trasforma ben presto in una caotica macchietta, disperdendo tutto il suo ipotetico valore. Se dietro la macchina da presa Pif non sembra ancora possedere la maturità richiesta (tra montaggi proibiti, edulcorate scelte di illuminazione, movimenti di camera enfatici quanto privi di un reale valore), la sceneggiatura lavorata a sei mani da lui, Michele Astori e Marco Martani fa acqua da tutte le parti. Non solo non funzionano gli oramai abituali bozzetti umani tipici dei film ambientati in Sicilia – i ciechi messi ad avvistare i bombardieri alleati, il mafioso grasso e laido, il bambino in bretelle e calzoncini, la vecchietta che adora la Madonna – ma viene meno anche ogni senso della narrazione: se è così fondamentale raggiungere la Sicilia per chiedere la mano di Flora, e per far questo si rischia addirittura la vita in guerra, perché Arturo perde tempo in ogni modo possibile e immaginabile invece di andare diritto verso l’obiettivo? E visto che Flora è l’organizzatrice di questo bislacco piano, perché non provvede lei stessa ad avvisare i parenti con una lettera dell’arrivo dell’amato segreto? Ancora, visto che il boss mafioso del paesello ha ricevuto l’ordine d’oltreoceano di far fuori Arturo, perché i suoi sicari non tentano mai di portare a termine il compito, adducendo come scusa che non lo trovano mai “da solo”?
Di domande destinate a rimanere senza risposta se ne potrebbero formulare molte altre, e dimostrano la scarsa volontà degli autori della sceneggiatura di lavorare in direzione del pubblico; solo questa mancanza di interesse verso lo spettatore può infatti giustificare uno script infarcito di buchi narrativi, di luoghi comuni, di barzellette poco divertenti e tirate per le lunghe (il rapporto morboso tra il nonno del già citato bambino e una statuetta raffigurante Benito Mussolini con il braccio levato nel saluto fascista). In guerra per amore è un film costruito sul nulla, accontentandosi sempre della via più facile, e che tende solo a una rappresentazione favolistica, ma con risvolto amaro, della storia siciliana. Nell’andare a leggere l’interpretazione politica di ciò che avvenne a cavallo della fine della Seconda Guerra Mondiale si incappa in una visione univoca, dove ogni male viene dalle truppe statunitensi, colpevoli di aver dato libertà alla mafia laddove la dittatura fascista aveva tenuto sotto scacco la criminalità organizzata nell’isola. Una verità parziale, che viene però ricondotta a unica e indissolubile, come il rapporto tra i mafiosi e la Democrazia Cristiana (che a giudicare da quanto detto nel film fu frutto esclusivo del volere degli alleati statunitensi); Pif sembra quasi mettere sotto accusa lo stesso Roosevelt, in un’inquadratura finale che sfrutta la retorica nel modo più deteriore.

Né il cinema politico né la commedia di impegno sociale dovrebbero essere condotti in modo simile, strizzando l’occhio al pubblico più disinteressato e sorvolando su alcune esigenze dell’impianto scenico. Se solo Pif avesse a disposizione un proprio immaginario, un proprio “sguardo”, potrebbe forse sopperire alle incongruenze, alle semplificazioni e alle forzature di In guerra per amore (personaggi creati a mero uso e consumo di subnarrazioni prive di costrutto, per esempio); così non è, e la sua opera seconda svela già il volto di un nuovo prodotto del mercato dello spettacolo che sulla sua strada, casualmente, ha incontrato anche il cinema e l’ha fatto, senza comprenderlo davvero fino in fondo.

Raffaele Meale
https://quinlan.it/2016/10/13/in-guerra-per-amore/

sábado, 30 de octubre de 2021

Enrico Caruso: leggenda di una voce - Giacomo Gentilomo (1951)

TÍTULO ORIGINAL
Enrico Caruso: leggenda di una voce
AÑO
1951
IDIOMA
Italiano y Español (Opcionales)
SUBTÍTULOS
No
DURACIÓN
77 min.
PAÍS
Italia
DIRECCIÓN
Giacomo Gentilomo
GUIÓN
Frank Thieß (novela), Giacomo Gentilomo, Maleno Malenotti, Fulvio Palmieri, Piero Pierotti, Giovanna Soria
MÚSICA
Carlo Franci
FOTOGRAFÍA
Tino Santoni
REPARTO
Ermanno Randi, Gina Lollobrigida, Ciro Scafa, Carlo Sposito, Maurizio Di Nardo, Gaetano Verna, Mária Tasnádi Fekete, Lamberto Picasso, Nerio Bernardi, Gian Paolo Rosmino, Gino Saltamerenda, Elena Sangro, Franca Tamantini
PRODUCTORA
Asso Film
GÉNERO
Drama. Musical | Biográfico

Sinopsis
Enrico Caruso (Ermanno Randi) nace en una humilde familia y ha de renunciar al sueño de su vida: estudiar canto. Se dedica a cualquier trabajo para ganar dinero y sus comienzos tampoco son afortunados en el amor, ya que Stella (Gina Lollobrigida) se casa con un noble siciliano. Pero las dotes y el talento del tenor acaban imponiéndose. (FILMAFFINITY)
 
1 
2 

Enrico Caruso, di famiglia napoletana si fa notare fin da piccolo per la sua bella voce. Sua madre, povera donna dalla salute malferma, vorrebbe che il suo Enrico studiasse canto; ma il padre, uomo burbero, si oppone. Enrico fa amicizia con un impresario fallito, tale Proboscide, e s'innamora in segreto della sua graziosa nipotina, Stella. Morta la madre, Enrico deve rinunciare ai suoi sogni d'arte. Fatto uomo, incontra di nuovo Proboscide, rivede Stella e scopre che la sua voce meravigliosamente sviluppata è quella d'un vero tenore. Proboscide trova per lui un ottimo maestro, sotto la cui guida Enrico fa straordinari progressi ma il suo cuore è tutto preso dall'amore per Stella. Quando Stella sposa, contro voglia un barone siciliano, Enrico si fa scritturare da un mediocre impresario che lo relega in parti secondarie. A Trapani, dopo una disgraziata rappresentazione di ripiego, ottiene alla fine uno strepitoso successo. Stella, che gli è sempre stata spiritualmente vicina, assiste con viva commozione al trionfo d'Enrico. Con dolorosa risolutezza i due giovani decidono di non incontrarsi mai più.


NOTE
- LA VOCE E' QUELLA DI MARIO DEL MONACO.

CRITICA
"Una piccola storia questa che amabilmente ci racconta Gentilomo senza grandi voli e senza grandi pretese (...) una cosa, nei suoi limiti, accettabilissima." (G.C. "Gazzetta del Popolo", 1 novembre 1951).
https://www.cinematografo.it/cinedatabase/film/enrico-caruso-leggenda-di-una-voce/4406/


 

 

viernes, 29 de octubre de 2021

La pecora nera - Luciano Salce (1968)

TÍTULO ORIGINAL
La pecora nera
AÑO
1968
IDIOMA
Italiano
SUBTÍTULOS
No
DURACIÓN
102 min.
PAÍS
Italia
DIRECCIÓN
Luciano Salce
GUIÓN
Ennio De Concini, Luciano Salce
MÚSICA
Luis Bacalov
FOTOGRAFÍA
Aldo Tonti
REPARTO
Vittorio Gassman, Lisa Gastoni, Adrienne Larussa, Giampiero Albertini, Ennio Balbo, Umberto D'Orsi, Fiorenzo Fiorentini, Marisa Fabbri, Ettore Mattia
PRODUCTORA
Fair Film, Italnoleggio
GÉNERO
Comedia

Sinopsis
Dos hermanos, idénticos físicamente pero de un carácter totalmente distinto, mantienen distantes sus relaciones familiares. Uno es serio e incorruptible; el otro es fanfarrón y sin escrúpulos. Las circunstancias permiten que éste usurpe la personalidad de su hermano, haga importantes negocios y sea considerado como "indispensable" en ciertos sectores del Gobierno. (FILMAFFINITY)
 
2 

L'onorevole Mario Agosti, integerrimo uomo politico, ha un fratello gemello, Filippo, truffatore e vitaiolo, autentica pecora nera della famiglia. Facendosi passare per l'illustre fratello, Filippo entra in contatto con il mondo della politica e della finanza e non tarda a trarre profitto dai potenti personaggi con i quali fa conoscenza. Politici e finanzieri, del resto, affascinati dallo spirito di iniziativa e dalla praticità dell'avventuriero, non esitano ad affidargli importanti incarichi. Allorché Filippo, avvalendosi di mezzi poco leciti, riesce a concludere con un capo di stato africano un importante accordo relativo allo sfruttamento di alcune miniere di uranio, un gruppo di uomini politici decide di sostituirlo per sempre al troppo onesto fratello. Filippo diventa così l'onorevole Mario Agosti, mentre Mario, che si ostina a sostenere la sua vera identità, viene ricoverato in un manicomio.

"Le intenzioni satiriche del film si risolvono in un'elementare aneddotica qualunquistica e in una serie di battute di gusto piuttosto pesante e prive di genuino senso umoristico." ('Segnalazioni cinematografiche', vol. 65, 1968)
https://www.cinematografo.it/cinedatabase/film/la-pecora-nera/22615/

Vittorio Gassman, fascino senza filtri: così ha raccontato gli sfrontati all'italiana

Carismatici, senza filtri, sfrontati. Così sono i personaggi più celebri di Vittorio Gassman. Molto diversi dall’uomo Vittorio: carismatico sì, e come pochi, però pensoso, tormentato dai dubbi, soggetto a momenti di depressione. Non cattivi come Walter Granata, il villain del suo primo film veramente importante, Riso amaro; simili piuttosto al Bruno Cortona del Il sorpasso, esuberante, un po’ cialtrone ma generoso, 'perdente' però amato da chi lo incontra, anche suo malgrado. Ne fanno fede i titoli di molti film successivi al capolavoro di Dino Risi, tutti 'intestati' al protagonista: Anima nera, Lo scatenato, Il tigre, La pecora nera, Lo zio indegno.

Gassman porta nella commedia all’italiana un character dai difetti vistosi, come i personaggi di Alberto Sordi e di Nino Manfredi; però, al contrario dei colleghi, che tratteggiano per lo più tipi remissivi e un po’ vigliacchi, 'larger than life', vigoroso, a suo modo eroico. Ne è la sublimazione la versione medievale del cavaliere Brancaleone da Norcia, sgarrupato eppure coraggiosissimo protagonista de L'armata Brancaleone che, nel sequel Brancaleone alle crociate, non esita a battersi con la Morte in persona.

Altra indimenticabile variazione sul tema è il pittore del Seicento Giovanni Battista Villari detto il Caparra, che appare in forma di spettro in Fantasmi a Roma; maschilista e manesco (“sberle, sberle, sberle” è il suo adagio preferito) ma irresistibilmente simpatico. Però lo sfrontato gassmaniano si esprime più spesso in storie moderne, generate dal clima del (e dal sospetto del nostro cinema per) il boom economico; con le sue euforie di successo e i sintomi di un arrivismo precursore dello yuppismo anni Ottanta.

Se Bruno Cortona ne è un po’ il prototipo, lo seguono dappresso il Giulio Cerioni de Il successo (1963), vari personaggi in cui Gassman si traveste per I mostri (stesso anno), il Marco Ravicchio de Il gaucho (1965), l’arrivista imbroglione - ma alla fine vincente - Filippo Agasti de La pecora nera (1968), film nel quale Vittorio si sdoppia in due gemelli dalla personalità opposta.

Si potrebbero fare altri esempi prima di arrivare al più chiaro di tutti, In nome del popolo italiano, diretto da Dino Risi all’inizio degli anni Settanta. Qui il clima è già cambiato e i dubbi sulla tenuta morale del Belpaese sono diventati certezze. Il film oppone due personaggi: l’imprenditore Lorenzo Santenocito, prototipo dell’affarista senza scrupoli, corruttore e corrotto, e il giudice istruttore Mariano Bonifazi (Ugo Tognazzi), che indaga su di lui in relazione a un omicidio. Santenocito non è un assassino, ma ha un’anima ugualmente nera. Però la sua vitalità, le sue battute sferzanti, la sua capacità comunicativa ci obbligano a scindere il giudizio morale da un imbarazzante senso di involontaria simpatia. Dovuta, ovviamente, al fatto che è Vittorio a interpretarlo.

Non molto diverso il Gianni Perego di un altro capolavoro, C’eravamo tanto amati di Ettore Scola (1974), che copre gli affari loschi del suocero, approfitta delle donne e tradisce gli ideali della Resistenza, cui ha partecipato, ai quali i compagni di un tempo restano fedeli. Anche quando l’età si fa matura, Gassman e i suoi registi continuano a prediligere il personaggio del carismatico, impunito, ora vecchio cialtrone affascinante che attrae-respinge personaggi giovani. Come il nipote de Lo zio indegno di Franco Brusati (1989), la cui vita ordinata e sonnolenta è sconvolta dall’ingresso dello zio Luca, con la sua vistosa sciarpa rossa. Dissoluto, imbroglione e perfino ladro, Luca seduce il giovane parente col miraggio di una vita meno banale.

Oppure Rosa, la nipotina del vecchio Augusto Scribani di Tolgo il disturbo di Dino Risi (1990), al quale età e disagio mentale hanno tolto ogni residuo freno inibitore (a uno sconosciuto, che incontra a casa di parenti, dice per diritto: "Che bella faccia da ca…, non ne ho mai viste così. Bravo, complimenti… proprio una faccia da c… d’altri tempi"). Giungerà a insultare in diretta tv il primario del manicomio in cui è stato ricoverato. Ma saprà conquistarsi ugualmente l’affetto di Rosa e uscirà di scena danzando.

Roberto Nepoti
https://www.repubblica.it/spettacoli/cinema/2020/06/26/news/vittorio_gassman-259968575/

jueves, 28 de octubre de 2021

Palio - Alessandro Blasetti (1932)

TÍTULO ORIGINAL
Palio
AÑO
1932
IDIOMA
Italiano
SUBTÍTULOS
Español (Separados)
DURACIÓN
86 min.
PAÍS
Italia
DIRECCIÓN
Alessandro Blasetti
GUIÓN
Alessandro Blasetti, Gian Bistolfi, Luigi Bonelli
MÚSICA
Felice Lattuada
FOTOGRAFÍA
Anchise Brizzi (B&W)
REPARTO
Leda Gloria, Laura Nucci, Guido Celano, Mario Ferrari
PRODUCTORA
Società Italiana Cines
GÉNERO
Drama | Caballos

Sinopsis
Cada verano los barrios de Siena se enfrentan en una carrera hípica. El sorteo de los caballos y la contratación de los mejores jinetes enfrenta a los habitantes de la Lupa y la Civetta. Por los primeros corre Zarre, un hombre de una pieza enamorado de Fiora. Su contrincante es Bachicche, quien se valdrá de los encantos de la cupletista Liliana para vengarse de la derrota que Zarre le infligiera el año anterior. (FILMAFFINITY)
 
2 
Sub 

A Siena si corre il Palio. Il fantino della Lupa Zarre è innamorato della contradaiola Fiora che è a sua volta corteggiata dal Capitano della Civetta. Furioso per la gelosia si reca piccato ad un caffè-concerto. Qui si invaghisce della cantante Liliana che dopo essersi accordata col fantino della Civetta Bachicche, tende a Zarre una trappola la sera prima del Palio. Zarre è vittima di un agguato e le bastonate ricevute sembrano impedirgli di poter partecipare alla carriera. Ma il giorno della corsa, mentre è ricoverato in ospedale, udendo il suono di Sunto, Zarre scappa e si precipita in Piazza del Campo per correre e vincere il Palio. Alla gioia per la vittoria si aggiungerà quella di aver ritrovato Fiora.

Primo film nella storia del cinema a portare sul grande schermo il Palio e ad oggi la miglior fiction incentrata sulla Festa tuttavia non scevra da incongruenze nonostante il soggetto e la sceneggiatura scritta dal senese Luigi Bonelli. Lo spettatore attento non può non accorgersi dell’utilizzo dell’idioma fiorentino nel recitato al posto della lingua senese o l'invenzione della rivalità fra la Civetta e la Lupa indotta dalla scelta dei giubbetti con la resa cromatica migliore per la pellicola in bianco e nero utilizzata all’epoca. Oppure la sostituzione di monta dell’ultimo minuto dentro l’entrone appannaggio del fantino Zarre scappato dall’ospedale o alcuni monturati che si sfilano dalla passeggiata storica per andare a bere in osteria o, ancora, le scene più concitate della corsa con le nerbate ricostruite in teatro di posa con cavalli finti. Il racconto si basa su una trama esile incentrata sulla classica storia di amore sviluppata sullo sfondo della rivalità fra Contrade. La scrittura di Bonelli svela i meccanismi che regolano la Carriera, incluso quelli meno trasparenti dei “partiti” fra Consorelle, riuscendo a far trasparire l’autenticità della passione dei contradaioli per i propri colori. Il lungometraggio di Blasetti incarna inoltre lo stereotipo dello stile cinematografico del regime, centrato sull'esaltazione delle tradizioni della cultura popolare nazionale.

I senesi appresero dalla stampa locale a partire dall'estate del 1931 della volontà della casa di produzione Cines di girare un film sul Palio in città. Sulla cronaca locale del quotidiano "La Nazione" fece la sua comparsa la rubrica "un Palio per il cinematografo"ove venivano ospitati interventi dei cittadini e dei dirigenti delle Contrade in merito alla notizia. Il parere dei senesi che si espressero fu raramente favorevole, soprattutto all'ipotesi paventata di far celebrare appositamente una carriera straordinaria in occasione delle riprese. Tra le varie lettere inviate al giornale autorevole quella di Silvio Gigli che invitava il Podestà a vigilare sulla lavorazione affinché non si verificassero storture e mistificazioni interpretative della Festa senese che doveva essere rappresentata con coerenza. Incisivi anche gli interventi di alcuni dirigenti di Contrada come quello del Vicario della Nobile Contrada del Nicchio cavalier Italo Giannini nel manifestare una netta contrarietà all'opera: "non si abusi del Palio: esso è bello nella sua eccezionalità, per la sua tradizione, ma usato a sproposito perde della sua eccezionalità e diventa cosa comune" ("La Nazione", 14 luglio 1931).

La discussione si era animata a tal punto da richiedere le precisazioni del soggettista e sceneggiatore Bonelli che rassicurava nelle stesse colonne del giornale che non si sarebbe perpetrata nessuna azione dannosa per l'immagine della Festa: "sarà di vivo compiacimento per noi senesi il sapere che i magnati stranieri del cinematografo, per accogliere nel loro paese film di produzione italiana, hanno proprio chiesto che si presentassero in forma artistica, le più interessanti e caratteristiche feste del nostro Paese, tra le quali in prima linea, il Palio" ("La Nazione", 9 luglio 1931)

Tuttavia quando la notizia fu diffusa gli accordi fra la casa di produzione Cines e le istituzioni senesi erano già stati presi e risultava difficile tornare indietro. Le trattative erano state portate avanti dall'Azienda di Cura e Soggiorno, dal Comitato Provinciale del Turismo e da alcuni esponenti del Comune con il regista e gli operatori della Cines che avevano già incominciato a raccogliere i materiali. Il 20 luglio 1931 si riunirono a Palazzo Pubblico i Priori delle 17 Contrade, il Rettore del Magistrato delle Contrade conte Guido Chigi Saracini, due rappresentanti della Cines e il suo consigliere delegato. Nella riunione venne ribadito l'impegno degli operatori ad esaltare la Festa senza mistificazioni. La decisione definitiva venne presa in un nuovo incontro effettuato sempre a Palazzo Pubblico il 1 agosto. Le riprese della corsa si sarebbero effettuate regolarmente il 16 sera, mentre la passeggiata storica sarebbe stata anticipata eccezionalmente per l'evento il pomeriggio del 15 prima della prova generale. Le comparse si radunarono infatti a ferragosto alle ore 14 in piazza del Duomo per rendere le consuete onoranze e permettere alla troupe di fare delle riprese inserite nel film. Successivamente il corteo si spostò in Piazza. Il Palio di agosto, contrariamente a quanto si vede nel lungometraggio, fu vinto dalla Nobile Contrada dell'Oca. Molte altre scene furono girate dalla produzione in teatro di posa a Roma.

Una volta montato il film fu proiettato per la prima volta il 19 febbraio 1932 a Roma in occasione dell'inaugurazione del nuovo Cineclub di via Gregoriano, alla presenza del Ministro Bottai. Il 16 marzo ci fu la replica a Siena al Cinema Moderno alla presenza delle autorità cittadine e dello stesso regista Blasetti. La proiezione lasciò complessivamente soddisfatti i senesi presenti e quelli che ebbero modo (e la possibilità) di apprezzare la pellicola durante la regolare programmazione.

Simone Petricci
https://www.consorziotutelapaliodisiena.it/index.php/palio-separ-mobile/cinema-tv-e-doc/167-palio-1932

“Palio” è un film del 1932 diretto da Alessandro Blasetti e ambientato durante il Palio di Siena. La pellicola segna il debutto come attore protagonista del francavillese Guido Celano nella parte del fantino Zarre. Nel film anche la famosissima attrice Leda Gloria, qui alla sua seconda pellicola da protagonista.
~•~
Il fantino della Lupa Zarre è innamorato di una contradaiola, Fiora. Dopo averla vista corteggiata dal Capitano di una Contrada rivale, Zarre si ingelosisce e per ripicca inizia a frequentare la cantante Liliana di cui si invaghisce. Questa però, dopo essersi accordata col fantino della Civetta tende a Zarre una trappola; la sera prima del Palio, dopo aver rotto la storia con Fiora, Zarre si reca da Liliana, ma rimane vittima di un agguato e le bastonate ricevute sembrano impedirgli di poter partecipare alla corsa. Ma la sera successiva, udendo il suono della campana della Torre del Mangia, Zarre si precipita in Piazza del Campo e corre ugualmente per la Lupa vincendo il Palio. Alla gioia per la vittoria si aggiungerà quella di aver ritrovato Fiora.
~•~
Più di ottant’anni prima del documentario di Cosima Spender “Palio” del 2015, Alessandro Blasetti dedica un lungometraggio alla più antica gara equestre del mondo e all’atmosfera che si respira nelle giornate precedenti nelle contrade della città. La grammatica cinematografica delle due pellicole è completamente diversa e anche gli intenti risultano differenti. È interessante però vedere che in questi ottant’anni il mezzo cinematografico si è completamente rivoluzionato, mentre il Palio, ma soprattutto la passione e la dedizione dei senesi rimane immutata, mostrando un legame indissolubile con la propria tradizione quasi millenaria.
https://www.facebook.com/105660354386182/posts/155346372750913/

Trama: Una sciantosa, prezzolata e amica della Contrada della Civetta, riesce ad attirare in una trappola il campione della Lupa per impedirgli di partecipare al Palio. Ma il fantino riesce a liberarsi e ferito e dolorante partecipa al Palio, vincendolo. La vittoria lo aiuta anche a ritrovare l’amore della sua bella.

Note: Girato negli Studi della Cinès. Il film apre con un cartello che recita: L’Anonima Pittaluga presenta / Un film di produzione Cines / eseguito con la cortese prestazione / del Comune / del Magistrato delle Contrade / dell’ Ente di Cura e Soggiorno di Siena.

Note: dalla stampa del tempo: ” E’ una settimana che ci pervengono da varie parti domande per conoscere se sia vero che si sta trattando di far correre un Palio alle nostre Contrade per una Casa cinematografica. Si dice che la cinematografia, oltre a essere una buona speculazione a favore delle Contrade sarà anche una efficace reclame per lo spettacolo, perché sarà fatta “girare” per tutto il mondo. Noi non sappiamo sull’argomento niente di più delle voci che circolano per la città: quindi ai nostri lettori non possiamo dare una risposta precisa.  Data però l’insistenza con cui si parla della cosa, riteniamo che le voci abbiano un certo fondamento. Supponiamo dunque che siano veramente fondate. In proposito, abbiamo anche noi una nostra modestissima opinione che diremo per ultimi. Intanto, poiché il Popolo di Siena è geloso tutore delle sue tradizioni, e specialmente e giustamente del suo Palio, diamo volentieri la parola a chi vorrà dire la propia opinione su questa faccenda che è di interesse eminentemente popolare. E la discussione è apertA. ” ( La Nazione, 8 luglio 1931

Note: dalla critica del tempo: “ Palio è soprattutto una brillante dimostrazione delle capacità stilistiche di Blasetti, del possesso sicuro dei suoi mezzi, (::J la sia descrizione di siena rappresenta il primo contatto del cinema con la più austera tradizione italiana: per la prima volta, si può dire, il cinema sa vedere la bellezza intangibile dell’Italia senza cadere nelle banalità descrittive dei cineasti…turistici. Le prodigiose architetture senesi sono ricreate, rivissute dinamicamente, e la festa italiana è raccontata con un’ariosa e gioiosa prova visuale. Palio è un film che parla italiano, ecco il suo merito stupendo. Ma qui ancora una volta, il soggettista ha giocato un pessimo tiro al Blasetti, e non ci si spiega come questi, col suo temperamento, abbia potuto accettare una trama del tutto priva di requisiti cinematografici.” ( Ettore M. Margadonna, Cinema ieri e oggi, Milano 1932)
http://cortoin.screenweek.it/archivio/cronologico/2009/11/palio.php


miércoles, 27 de octubre de 2021

Gatti rossi in un labirinto di vetro - Umberto Lenzi (1975)

TÍTULO ORIGINAL
Gatti rossi in un labirinto di vetro
AÑO
1975
IDIOMA
Italiano
SUBTÍTULOS
Español (Opcionales)
DURACIÓN
97 min.
PAÍS
Italia
DIRECCIÓN
Umberto Lenzi
GUIÓN
Umberto Lenzi, Félix Tusell
MÚSICA
Bruno Nicolai
FOTOGRAFÍA
Antonio Millán
REPARTO
Martine Brochard, John Richardson, Ines Pellegrini, Andrés Mejuto, Mirta Miller, Daniele Vargas, George Rigaud, Silvia Solar, Marta May, John Bartha, Verónica Miriel, Richard Kolin
PRODUCTORA
National Cinematografica
GÉNERO
Terror. Intriga | Giallo

Sinopsis
Un asesino con una capucha roja se dedica a matar turistas, a los que arranca los ojos. (FILMAFFINITY)
 
1 
2 
3 
4 

Barcellona, Spagna.
Tra un gruppo di turisti in viaggio verso la città della Catalogna  agisce un misterioso killer che non si accontenta di uccidere le malcapitate vittime, ma enuclea dall’orbita anche un occhio.
Le indagini della polizia brancolano nel buio e di volta in volta il sospettato cambia, ma l’assassino verrà smascherato nel convulso finale.

Per forza di cose ho dovuto riassumere la trama in maniera sintetica, ma in questo caso specifico onde evitare a chi non abbia visto Gatti rossi in un labirinto di vetro occorre evitare l’esposizione dei fatti che accadono durante il film.
Ci sono infatti citazioni e immagini che se colte dall’inizio indicano abbastanza chiaramente chi è il colpevole  e il gioco di Lenzi è proprio quello di coinvolgere lo spettatore omaggiando qua e là alcuni registi (come Argento) a cui il regista toscano si è evidentemente ispirato.

Dopo Così dolce… così perversa , Orgasmo e Paranoia (1969), il discontinuo Il coltello di ghiaccio (1972) e dopo il buon Sette orchidee macchiate di rosso (dello stesso anno) Umberto Lenzi torna a dirigere un thriller, avendo a disposizione però un budget modesto.
E sopratutto sfruttando una sceneggiatura con alcuni buchi e poco credibile.
La mano del grande regista c’è tutta e il mestiere maschera incongruenze e recitazione a tratti approssimativa di alcuni partecipanti al cast; manca la profondità lenziana tipica dei primi prodotti, quella capacità psicologica mista alla trattazione dell’etica degli stessi che avevano caratterizzato i thriller del maestro.
Del resto Lenzi non ha più a disposizione Trintignant e la Baker, Castel , Jean Sorel o Erika Blanc ; Martine Brochard fa del suo meglio, ma non ha la personalità ne è sua la capacità drammatica, da attrice di thriller della Baker o della Blanc.

Il film tuttavia raggiunge la sufficienza  perchè Lenzi non è un artigiano qualsiasi ma un professionista capace di mascherare le pecche con la sua indubbia, indiscutibile capacità di creare atmosfera anche con poco come in questo caso.
Nella pellicola, qualche momento gore, come le varie mutilazioni oculari dei vari assassinati oppure la scena della ragazza data in pasto ai maiali; qua e là qualche momento saffico e qualche casto nudo affidato alle grazie della Brochard e di Ines Pellegrini, l’attrice italo africana protagonista dei due pasoliniani Il fiore delle mille e una notte e del Salò.
Poco altro da dire, se non una citazione per il resto del cast che include il monocorde e inespressivo John Richardson e la solita sicurezza rappresentata da Daniele Vargas; colonna sonora autenticamente anni 70 di Bruno Nicolai però molto più adatta ad un poliziottesco invece che ad un giallo/thriller.

Un film che temo deluderà i fans del thriller all’italiana, sopratutto i fans del maestro se avranno avuto la ventura di imbattersi prima in questo film che nel resto della sua produzione antecedente.
https://filmscoop.org/2011/06/01/gatti-rossi-in-un-labirinto-di-vetro/

Un gruppo di turisti americani a Barcellona viene coinvolto in una serie di efferati omicidi di giovani donne a cui, dopo esser state accoltellate, viene strappato l'occhio sinistro. I turisti iniziano a guardarsi con sospetto e il maggior indiziato è Mark Burton, che ha raggiunto il gruppo per stare con Paulette Stone, sua segretaria ed amante. Il comportamento ambiguo di Mark nasce dal fatto che l'uomo sospetta che la moglie, vittima di un forte esaurimento nervoso per la fine del loro amore, sia l'assassina e abbia già compiuto un primo omicidio nella loro cittadina, attribuito poi a un alcolizzato:  Alma infatti non è andata a ricoverarsi in una clinica come promesso ma è venuta anche lei a Barcellona. Il commissario Tudela riuscirà a risolvere l'intricato caso giusto in tempo per andarsene in pensione.

Un giallo con qualche buco di sceneggiatura, debitore allo stile imperante dei thriller di Dario Argento, a partire dal titolo con gli animali. Pur non essendoci nemmeno un gatto nel film non è difficile capire come nasce il titolo: l'assassino si nasconde dietro un'impermeabile rosso e un testimone descrive di averlo visto fugacemente, ricevendo l'impressione di aver visto un gatto rosso. Il labirinto è la situazione in cui si trovano i turisti, in particolare Paulette e Mark che per rispetto di Alma non hanno ancora ufficializzato la loro storia e non vogliono suscitare i pettegolezzi degli altri gitanti e l'intricato giallo in cui sono incappati non li aiuta, il vetro fa riferimento all'occhio di vetro, causa scatenante della furia omicida.

Nonostante l'eleganza della composizione tipica di Lenzi molte scene sono risolte in campi e controcampi dei protagonisti, forse per dare modo di seguire la trama estremamente complessa, complicazioni necessarie per nasconderne la risibilità.

Ho trovato intrigante quest'inquadratura di Paulette e la modella Naiba, è molto breve e la prima impressione è quella di un doppio (solitamente Naiba ha i capelli neri mentre qui indossa una parrucca bionda) una scena che in effetti anticipa il finale di cui le due donne saranno protagoniste.

Resta sicuramente interessante l'ambientazione a Barcellona nei primi anni post-franchisti e la fotografia: se non ci sono gatti, in quasi tutte le inquadrature c'è un elemento rosso.
https://www.desordre.it/desordre/2019/04/gatti-rossi-in-un-labirinto-di-vetro.html

Alcuni turisti provenienti da una piccola città americana sono a Barcellona per godersi gli splendidi monumenti della città. Sulle Ramblas, una delle ragazze è aggredita da un maniaco che, dopo averle cavato l’occhio sinistro con un coltello, la uccide. In rapida sequenza altre due donne che componevano il piccolo gruppo sono mutilate nello stesso modo. La polizia brancola nel buio, ma scopre che le giovani vittime hanno tutte occhi chiari e di colore azzurro. I primi sospetti ricadono su Marc Burton (John Richardson), un ricco e famoso pubblicitario, che è, invece, segretamente convinto che l’autrice dei delitti sia sua moglie Alma, una donna instabile, insicura e con gravi problemi psichiatrici alle spalle. In un finale concitato si scoprirà che la folle assassina era Paulette Stone (Martine Brochard), segretaria e amante di Marc. Prima di essere uccisa, svelerà a Jenny (Ines Pellegrini), una ragazza del gruppo, i motivi che l’avevano spinta a compiere quei barbari omicidi: “I loro occhi! Non potevo sopportare i loro occhi! Una volta ero come loro, ero come te, prima che la mia più cara amica mi staccasse la pupilla scherzando con le forbici. Lei continuò ad avere i suoi occhi e nessuno la punì. Ed io ho punito loro!”.

Film sottotono diretto da Umberto Lenzi uno dei maestri del giallo italiano, che non riesce mai a decollare e che si chiude con un finale dai risvolti psicoanalitici patetico e poco credibile. Come ogni giallo che si rispetti, Lenzi lancia una serie di ami e prova a mettere in cattiva luce i diversi personaggi, ma i suoi tentativi sono così maldestri che non riescono ad affascinare lo spettatore. Un inquietante pastore protestante, due ragazze che amoreggiano tra loro, una fotografa un po’ impicciona, un incallito voyeur e un autista fin troppo amante degli scherzi completano l’edificante quadretto. L’oscuro titolo del film fa riferimento ad una frase riferita da uno dei componenti del gruppo.

Ignazio Senatore
https://www.cinemaepsicoanalisi.com/it/gatti-rossi-in-un-labirinto-di-vetro-di-umberto-lenzi-1974/

Gatti rossi in un labirinto di vetro è un’opera che fa parte della nutrita schiera dei thriller seventies nostrani, e che Sinister Film riedita dopo l’uscita di qualche anno fa targata Mondo.

Come per gli altri film del Genere diretti da Lenzi, anche questo non brilla per originalità e attinge a piene mani da alcuni titoli del periodo, tra cui spiccano ovviamente anche un paio di Argento [Il gatto a nove code su tutti].

La storia vede un gruppo di turisti americani in vacanza a Barcellona, che incappa in una catena di omicidi la cui particolarità è quella che alle vittime – sempre di sesso femminile – viene cavato l’occhio sinistro.

La polizia, capitanata da un commissario lampadato non particolarmente astuto, sospetta di Mark, pubblicitario che ha avuto una relazione con Paulette, giovane donna facente parte della comitiva.

La soluzione dell’enigma arriverà puntualmente dopo un intreccio di vicende particolarmente complesso, in cui si evidenziano i limiti di una sceneggiatura astrusa e particolarmente confusionaria.


Caratterizzato da una nutrita serie di sequenze di nudo del tutto gratuite [indirizzate soprattutto alle pruriginose voglie del pubblico del periodo] il film procede confusamente mescolando sequenze di tensione – alcune delle quali ben realizzate, come quella [seppur copiata] nel finale che vede la ragazza di colore cadere nel tranello del colpevole – a sequenze di stampo turistico, suggellate dalla colonna sonora di Bruno Nicolai, più adatta forse ad un mondo movie piuttosto che ad un thriller.

Martine Brochard spicca per bravura sul resto del cast, tra cui l’onnipresente faccione inespressivo di Richardson nel ruolo di Mark e quello di Daniele Vargas nel ruolo di uno dei turisti.

Il DVD presenta una copia inglese dell’opera, dai colori piuttosto marcati che non sappiamo se dipendere dalla stampa o dalla fotografia originale, ma che non presenta graffi o danneggiamenti dovuti al tempo, oltre a un’intervista a Lenzi dove lo stesso spiega [erroneamente] il significato del titolo del film. Per completisti del Genere e amanti del cinema del regista.

Luca Servini
https://www.ingenerecinema.com/2015/10/12/gatti-rossi-in-un-labirinto-di-vetro-dvd/

***

Hasta ahora no he tenido la mejor suerte con el giallo dirigido por Lenzi. La adaptación de Edgar Wallace SEVEN BLOOD-STAINED ORCHIDS (1972) fue la definición de libro de texto de ordinario y KNIFE OF ICE (1972) fue prácticamente una gran fiesta de repetición. Debido a esto último, incluso he dejado mi colección de películas de Carroll Baker en un segundo plano por el momento. También puede Eyeball¿Redimir el trabajo de giallo del Sr. Lenzi en mis ojos? Respuesta corta: No. En todo caso, esto es incluso peor que los otros dos. Afortunadamente (?), El doblaje en inglés es tan dolorosamente horrible y la trama es tan dolorosamente estúpida que hay muchas risas. Eso solo hace que esto sea más entretenido que los otros dos giallo mencionados anteriormente que vi, pero bueno, esto no lo es. Cómo ha logrado incluso reunir su calificación de 5.9 en IMDb es un misterio mucho más intrigante que esta película en sí.

La configuración aquí es muy típica de Ten Little Indians , pero en lugar de que un grupo de personas aisladas en algún lugar sean derribadas una por una, tenemos una docena de turistas que visitan la soleada Barcelona, ​​España. uno a uno. Todo eso plantea la pregunta: si un asesino estuviera apuntando a su grupo de turistas, ¿no tomaría el próximo vuelo de allí? Los escritores (Lenzi y Felix Tusell) han resuelto ese problema haciendo que la policía detenga a todos porque todos son sospechosos de los asesinatos. Los mismos escritores no han logrado darle un cerebro a ninguno de los personajes al hacerlos vagar constantemente solos, dar paseos a medianoche y hacer otras cosas descabelladas solo para asegurarse de que estarán solos y los matarán. Los turistas simplemente continúan alegremente con sus visitas turísticas y viajes a una discoteca local, independientemente de cuántas otras personas caigan muertas a su alrededor.

Así que sin más preámbulos, conozcamos a nuestro grupo. Tenemos a la fotógrafa de moda lesbiana Lisa Sanders ( Mirta Miller ) y su modelo / amante Naiba Campbell ( Ines Pellegrini ), la pareja infelizmente casada Robby ( Daniele Vargas ) y Gail ( Silvia Solar ) Alvarado, el clérigo Reverendo Bronson ( George Rigaud ), el Sr.Hamilton ( John Bartha ) y su nieta adolescente Jenny ( Verónica Miriel ) y el Sr. y la Sra. Randall y su hija adolescente Peggy. También acompaña al viaje la secretaria Paulette Stone ( Martine Brochard), que vuela sola porque en realidad está huyendo de su jefe casado, con quien ha estado teniendo una aventura. El jefe, Mark Burton ( John Richardson ), termina siguiéndola allí de todos modos y ella le informa de inmediato: "¡Me niego a ser un juguete!" Todo el grupo está acompañado por Martínez ( Raf Baldassarre ), un bicho raro ruidoso, desagradable y ridículo al que le gusta asustar a todos con una araña de juguete y se ríe como un maníaco mientras lo hace.

Después de que una chica local es apuñalada repetidamente y le arrancan el globo ocular con una daga afilada como una navaja y el mismo destino le ocurre a Peggy en un espectáculo de fantasmas, el inspector Tudela ( Andrés Mejuto ), que está a una semana de jubilarse, recibe el caso. . Él y su joven asistente, el inspector Lara ( José Maria Blanco ) se ponen a trabajar para eliminar la lista de sospechosos, pero ninguno tiene en cuenta a la esposa de Mark, Alma ( Marta May ), quien puede haber volado en secreto a España en lugar de regresar a los EE. UU. Solo para verificar en lo que su esposo y su secretaria están haciendo. Alma ha tenido recientemente un "colapso nervioso general", pero ¿es ella la que está corriendo sacando a los mirones?

Los personajes de este son bastante desagradables. La fotógrafa lez no quiere que el hecho de que un asesino loco se esté volviendo loco le impida conseguir algo ("Seguro que lo que ha ocurrido es horrible, pero ¿qué tiene que ver con nosotros?") Gail es una perra a la que le gusta menospreciar a su marido. , sus heridas de guerra y su impotencia. Y su esposo no es mejor. Lo arrestaron tratando de abusar de una campesina justo antes de que la maten y la arrojen a un corral de cerdos. El Sr. Hamilton parece tener intenciones incestuosas sobre su nieta y le gusta flotar sobre su cama mientras ella duerme sosteniendo una navaja de afeitar. Casi todo el mundo actúa de forma extraordinariamente extraña y esto llega a los extremos más absurdos imaginables para arrojar una sombra de duda sobre sus muchos personajes.

No estoy seguro de cómo se desarrolla esto en su idioma original, pero el diálogo y el doblaje en inglés son más que horribles. Mi intercambio idiota favorito ocurre entre los detectives, quienes están discutiendo si una de las mujeres podría ser la asesina porque se encontró un cadáver en un pozo de barro y luego se la vio lavando sus zapatos. Uno de los inspectores dice: "Podríamos revisarlos, eh, científicamente. Podría haber fácilmente rastros de barro en ellos". El otro responde: "El simple caminar puede ensuciar bastante un par de zapatos. Tomas esos zapatos y los bañas en agua y sin duda se les va a formar barro". Y solo espera hasta la gran sorpresa de un final. No revelaré la identidad del asesino

Eyeball (también lanzado como The Secret Killer y bajo varios otros títulos) no es particularmente elegante y en realidad es mucho menos sangriento de lo que cabría esperar dada la premisa. Brochard, Pellegrini (una rara protagonista negra en una de estas cosas) y Miller tienen escenas en topless, así que supongo que eso es al menos una ventaja.

http://thebloodypitofhorror.blogspot.com/2013/01/gatti-rossi-in-un-labirinto-di-vetro.html

 

martes, 26 de octubre de 2021

La giovinezza - Paolo Sorrentino (2015)

TÍTULO ORIGINAL
La giovinezza (Youth)
AÑO
2015
IDIOMA
Inglés
SUBTÍTULOS
Español (Opcionales)
DURACIÓN
118 min.
PAÍS
Italia
DIRECCIÓN
Paolo Sorrentino
GUIÓN
Paolo Sorrentino
MÚSICA
David Lang
FOTOGRAFÍA
Luca Bigazzi
REPARTO
Michael Caine, Harvey Keitel, Rachel Weisz, Paul Dano, Jane Fonda, Tom Lipinski, Poppy Corby-Tuech, Madalina Ghenea, Emilia Jones, Mark Kozelek, Anabel Kutay, Rebecca Calder, Ian Keir Attard, Roly Serrano
PRODUCTORA
Coproducción Italia-Suiza-Francia-Reino Unido; Indigo Film, Medusa Produzione, C-Films AG, Bis Films, Pathé, Number 9 Films
GÉNERO
Drama | Vejez / Madurez. Amistad

Sinopsis
Fred Ballinger (Michael Caine), un gran director de orquesta, pasa unas vacaciones en un hotel de los Alpes con su hija Lena y su amigo Mick, un director de cine al que le cuesta acabar su última película. Fred hace tiempo que ha renunciado a su carrera musical, pero hay alguien que quiere que vuelva a trabajar; desde Londres llega un emisario de la reina Isabel, que debe convencerlo para dirigir un concierto en el Palacio de Buckingham, con motivo del cumpleaños del príncipe Felipe. (FILMAFFINITY)

Premios
2015: Premios Oscar: Nominada a mejor canción
2015: Premios César: Nominada a mejor película extranjera
2015: Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a concurso
2015: Globos de Oro: Nominada a mejor actriz reparto (Fonda) y canción original
2015: Premios David di Donatello: Mejor música y canción original. 14 nominaciones
2015: Premios del Cine Europeo: Mejor película, director y actor (Michael Caine)
2015: Satellite Awards: Nominada a Mejor actriz de reparto (Jane Fonda)
2015: Critics Choice Awards: Nominada a mejor canción original

1 
2 
3 

No soy de pedir perdones cuando se trata de gustos, ni de recriminar los ajenos salvo que me hagan comulgar con ruedas de molino. Hay conocidos que en los cafés dicen, «¿quieres ir al cine? pues no veas las que recomienda Miguel Ángel», así que estoy curado de espanto. Cuanta más gente conoces o lees en las redes sociales vas comprendiendo cómo las filias y las fobias se van haciendo más encarnizadas cuantas más películas hace un director(a) o actor(riz). No me cuesta nada decir que Paolo Sorrentino es uno de los mejores directores actuales del cine europeo, y lo digo porque vistas sus, creo, seis películas, en cada una de ellas va mejorando su estilo y estética y mantiene incólume su temática y su forma de expresarla. En paralelo muchos cinéfilos le consideran vacuo, excesivo, exagerado, estéticamente apabullante para ocultar todas sus carencias, y lamento carecer de argumentos para convencer de lo contrario. A mí me pasa con otros, por ejemplo David Fincher, Sam Mendes, Nolan… de los que algunas películas me convencen más o menos pero que no considero dignos de ningún altar.

«La giovinezza» se va a comparar con «La gran belleza», del mismo modo que ésta se comparó con «La dolce vita» y la presente se va a comparar con 8 ½. Es inevitable, tenemos referentes de sobra, hemos visto mucho cine, nos gusta jugar a los parecidos y a las influencias. Los que de técnica y escena nada sabemos nos engañamos pensando que encontrando referentes sabemos de cine, mentira, solo que en nuestra limitada memoria una chispa enciende una neurona y nos transporta a otro momento. Si el encuentro es positivo alabaremos el referente, si no, diremos que se trata de una burda copia y un ejemplo de que el director de turno es un mero delincuente de las ideas. La historia del arte se ha basado desde sus orígenes en la copia, el referente, la recreación, lo malo es la copia sin evolución, eso es el reino del mediocre, de quien no puede aspirar a nada mejor y en la frustración de un deseo imposible sólo puede limitarse a homenajear lo que considera bueno, engañándose con la idea de que su obra está a la altura del maestro.

Comparar a Sorrentino con Fellini es inútil y casi idiota, con 50 años de diferencia no hay comparación que resista, uno es un consagrado mito del cine y otro un cineasta en activo que puede acabar olvidado o encumbrado, que puedan tratar temas similares o haber tomado el director napolitano el referente del primero no les hace competidores, simplemente les hace más cercanos. Pocas películas me han conmocionado tanto como “Las consecuencias del amor”, y ese crédito conseguido con la primera película que veía del director italiano me permitía concederle el beneficio de la duda, la posibilidad de equivocarse y seguir confiando en su cine. Pero después llegó el bunga-bunga y la tragedia burlesca de «Il divo» y ya no tuve duda de que a ese director lo iba a seguir en el futuro y le iba a buscar hacia atrás, y siempre con una duda, una duda que me continuaba asaltando tras la magnífica «La gran belleza», ¿el cine de Sorrentino resistirá si no está presente como protagonista Toni Servilio?. Pues si, ha tenido que llegar una película rodada en inglés y con otros dos ejemplares irrepetibles de la pantalla para demostrar que el cine de Sorrentino pervive por encima de sus actores, pero que en la elección de actores demuestra una parte de su talento, porque una carencia con el colchón de un gran actor puede transformarse en una escena bellísima, delicada, dolorosa, y si no tenemos la muestra de los silencios espléndidos de Caine y de Keitel en este repaso a la juventud desde la vejez.

Y con esto no sostengo que «La giovinezza» compita en la liga de las otras tres grandes películas de Sorrentino, no, creo que está un peldaño por debajo, pero cuando las otras tres me parecen sobresalientes, alcanzar el notable no es poca cosa. Ni puede carecer de atractivo una película donde intervengan Michael Caine y Harvey Keitel, soberanos en pantalla y acompañados con sutileza y un sabio paso atrás por Rachel Weisz y Paul Dano. ¿Excesiva? Si, bendito exceso. ¿Esteticista al máximo? Por supuesto, es Sorrentino y sus planos serían fácilmente reconocibles, esteticista y excesivo es David Lynch lo que no le elimina como referente para muchos cineastas. ¿Vacía y pretenciosa? Para nada, no hay vacío cuando se cuenta el final de la vida de dos personas, dos octogenarios que se saben en los últimos compases de su existencia, un recuerdo de una vida alrededor de unas vacaciones veraniegas en un retiro para millonarios, ¿pretenciosa? eso implicaría llenar los diálogos de composiciones filosóficas inextricables (Godard es el rey de lo pretencioso y lo adoro, Maddin es pretencioso en sus composiciones herméticas y esteticistas) o hacer tramas tan enrevesadas como para que el común de los mortales se pierda y quede en ridículo delante del autor. ¿Cuántos se atreverán a llamar pretencioso, esteticista, excesivo a Hou Hsiao Hsien por su esplendorosa «The assessin»? Hasta ahora nadie se atreve a discutir su excelencia, ¿y por qué Sorrentino es más discutido? ¿Por hablar de temas muy reconocibles, por ser demasiado comprensible en sus propuestas estéticas?

La película empieza y termina con un video-clip, podría decirse así, pero ambos momentos musicales dicen mucho del contenido de la película, encierran el inicio y el final de Caine, sus vergüenzas, sus mentiras, sus carencias, «You’ve got the love» abre la película con un largo plano circular en el que el grupo The Ravonettes versiona la canción de Florence and the machine con un primer plano del perfil de la cantante y el batería, difuminado, al fondo, mientras toda una fauna de jóvenes circula alrededor, solitarios, moviéndose al ritmo de la canción, tienes el amor dice la letra, pero para el apagado personaje de Michael Caine, que asiste impertérrito a la función, aquello no tiene sentido, como no lo tiene que al final dirija su «Simple song nº 3» frente a la reina de Inglaterra cuando esa pieza representaba, o decía representar, el recuerdo de su amada esposa, la única cantante que la había representado desde su composición y que nadie más cantaría en vida del compositor. Principio y final se unen por la música, uno de los elementos que definen perfectamente la estética y funcionalidad del cine de Sorrentino, la música creando atmósferas conjuntadas con sus imágenes. Michael Caine, el director de orquesta retirado Fred Ballinger y ocasional compositor, ha perdido el amor por el camino de sus años, lo ha perdido o lo ha desperdiciado. Ha vivido lo suficiente para haber experimentado tanto como para encontrarse al final de sus días con el recuerdo del amor que no fue y la ficción de pretender hacer creer a quien no le conoce bien que vive atormentado por la pérdida de una esposa, cuando en realidad sólo le atormenta la imagen que pudiera dar a los demás de llegar a saberse que se ha dedicado en cuerpo y alma a si mismo olvidando al resto, y atormentado por el deterioro físico implacable.

El otro elemento del drama es Harvey Keitel, Mick Boyle, director de cine incansable, sabedor de que su vida depende de seguir creando, de seguir haciendo películas para que los incondicionales le regalen los oídos, que le recuerden lo soberbio director que siempre ha sido, aunque íntimamente, sabe que su arte ha desaparecido, que su magia con la cámara ha pasado a un estado vegetativo sin aportar nada nuevo, que su talento se esfumó. Rueda porque sabe escoger actores que llevan público a taquilla, pero sus obras caen en el olvido inmediatamente después de estrenarse. A diferencia de Fred, no concibe una vida a la espera de la muerte sin continuar creando, por eso, rodeado de una cohorte de guionistas, sigue pensando en hacer su testamento fílmico, como si a alguien le importara cuál sea, como muchos otros directores que no son capaces de abandonar el mundo activo y arrastran su nombre para que nadie recuerde sus grandes obras, Mick está obsesionado con rodar esta última película con Brenda Morel, la excusa perfecta para volver a reunirse con ella, para disfrutar semanas de rodaje con una de esas mujeres a las que habrá amado y con cuyo recuerdo se arrepiente por no haber sido capaz de hacerlo perdurable. La negativa de Brenda (Jane Fonda) a hacer el ridículo en otra película mala de Mick es la puntilla final para un artista moribundo, repudiado por la televisión que devora al cine y acaba con éste, Mick sabe que su tiempo en este mundo ha terminado.

Dos secundarios otorgan fuste y calado a las conversaciones y encuentros de los dos octogenarios, y también a sus silencios, Paul Dano en el papel de un actor silencioso que se encarga de observar y absorber el comportamiento humano para crear su nuevo personaje y Rachel Weisz en el papel de hija de Michael Caine, abrumada por el peso mítico del padre, rencorosa por el comportamiento paterno en su infancia y adolescencia, el olvido sistemático de la madre, las experiencias sexuales de un padre sólo pendiente de sí mismo. Una mujer con miedo a vivir que ha de volver a aprender lo importante para olvidarse de lo superfluo. En la hoguera de vanidades de ese hotel alpino, cada quien y cada cuál oculta su realidad bajo una máscara de engaño autosuficiente, triunfadores de la vida material encerrados en un club selecto tendente a marcar diferencias con el resto. En el interior todos son iguales y tratados con respeto y deferencia, hacia el exterior, sólo lo superfluo destaca y atrae al público, la derrotada y patética figura del futbolista encumbrado o el reconocimiento del actor por todos conocido por un papel en el que no se le veía la cara en ningún momento. Son momentos de la juventud pasada las que determinan el éxito del futuro, mirar hacia el pasado o hacia el futuro se aleja o se acerca en función del momento en que uno se encuentre.

¿Por qué entonces juventud si los dos protagonistas son ancianos a punto de abandonar el barco y con esperanza absolutamente eliminada de sus rostros? Porque sin duda Sorrentino sitúa la juventud en el centro de la belleza y del éxito posterior. Una cosa muy distinta es que cuando seas joven seas capaz de entender que es entonces, y no después, cuando forjas el contenido de tu leyenda o de tu reconocimiento y que cuando has llegado al final recuerdes la juventud como un momento espléndido al que no vas a poder volver. Es posible que a muy pocas personas les interese perdurar, que dejar un reconocimiento cuando no vas a saberlo posteriormente es el mejor ejemplo de soberbia y engreimiento, pero en el fondo los personajes de esta película luchan contra el tiempo para que su recuerdo no se pierda, se enorgullecen por ser recordados, porque un estudiante de música practique con sus composiciones o porque un espectador recuerde películas o interpretaciones, en ese recuerdo de la juventud pasada reside la memoria de un éxito, de un escalón al que muy pocas personas pueden llegar.

Sorrentino decide mostrar cómo la juventud es capaz de arrasar con todo uniendo belleza e inteligencia. Si el director de orquesta tiene pesadillas ahogándose en la plaza de San Marcos tras cruzarse con el objeto femenino inalcanzable, esa Miss Universo para la que todos utilizamos el cliché de un mero cuerpo privilegiado y sin cerebro, la réplica más inteligente e hiriente de toda la película la proporciona esa aspirante a actriz y que ahora sólo puede vender su cuerpo a un actor que piensa despreciarla por el solo hecho del prejuicio. Cuando contemplamos belleza, juventud e inteligencia en una sola persona, ninguno de los demás intervinientes en la historia pueden competir. Por eso los ancianos han de rodearse de jóvenes o mantenerse en solitario, rememorar lo bueno de una vida es una forma de ocultar los desastres del tiempo, por eso hay tanto silencio en la película de Sorrentino, ya no hay juventud que valga en sus vidas, sólo el recuerdo de mujeres que pasaron o no, y miedo, mucho miedo a la inevitable muerte que se acerca.

En la película son los más jóvenes los que ofrecen esperanza de mejora, Paul Dano y Madalina Ghenea representan la belleza y la inteligencia unidas, Paul Dano disecciona los comportamientos causi-silenciosos de los habitantes del hotel para darse cuenta de sus propias limitaciones como actor y evitar caer en los errores de los que han gozado previamente del gran reconocimiento, abrumado por un éxito temprano e inmerecido, el personaje de Jimmy Tree ha decidido aprender y mejorar, guardar reposo y sabiduría para cuando tenga que enfrentarse al fin de la juventud, como la bella Miss Universo sabe que se encuentra donde está gracias a su cuerpo, pero que sólo con su cuerpo poco conseguirá si no une inteligencia a su comportamiento. Con su cuerpo se abrirán muchas puertas pero nada perdurará porque la belleza de la juventud es efímera. En Fred y en Mick no cuesta advertir al Jepp Giambardella de «La gran belleza» con treinta años más, o al Marcello Mastroianni de 8 ½ agobiado por el vacío creativo en plena madurez una vez retirado. Son los grandes personajes que iluminan el cine de Sorrentino, personajes que llenan la pantalla con su sola presencia, que no necesitan hablar para decirnos lo que ocurre en sus mentes y en sus cuerpos, miradas que no ocultan el engaño de una vida o la parodia de un sufrimiento inventado, dos hombres que se soportan porque así se recuerdan cuando eran jóvenes y creativos, cuando estuvieron en la cresta del éxito y lo disfrutaron sin saber guardar un resto de inteligencia superviviente para el momento del olvido y del ocaso.

No es la gran película de Sorrentino, pero cuántos creadores querrían tener un estilo identificable, construir personajes tan sólidos y enteros, en esta ocasión multiplicados, porque si las tres anteriores películas contaban con un protagonista acaparador de la historia, ahora el director se permite presentarnos hasta cuatro personajes de profundidad y construidos milimétricamente. «La giovinezza» es una gran película, es una película de pérdidas conscientes y pérdidas ocultadas para autoengañarnos, es una película visualmente perfecta, con momentos gratuitos (las repetidas apariciones de un Maradona de pacotilla o la presencia de un Adolf Hitler en medio de un salón) y con momentos gloriosos (el inicio, la escena de la piscina, la clase de violín, los masajes a Michael Caine, los bailes de la masajista, el concierto final, el doble adiós de Keitel), musicalmente pegadiza. Es una película que mantiene mis ganas de seguir viendo el cine de Sorrentino de manera intacta. Como dijo Philip Roth, la vejez es una masacre.

Miguel Martín Maestro
https://amanecemetropolis.net/la-giovinezza-youth-paolo-sorrentino-2015/

Paolo Sorrentino nos emplazaba en La Gran Belleza a vivir una metáfora doble sobre la decadencia. Gep Gambardella y Roma dos caras de la misma moneda del hastío vital, del “vueltatodismo”, el cinismo y la fiesta gigante de celebración de dicha destrucción vital. Roma con sus satélites humanos quemándose simbólicamente a manos de hordas de aprendices de Nerón.

Y es que el contexto en Sorrentino es básico para la forma aunque el mensaje sea similar. En este caso emerge la figura del balneario, un lugar que actúa a modo de cementerio de elefantes y que el director muestra con una cierta ironía. Con sus rutinas, sus hábitos y terapias se crea un decorado que nos remite a Lourdes de Jessica Hausner en cuanto al escepticismo mostrado por dichos recintos. Un lugar sin embargo que no es elemento activo sino más bien recipiente para la reflexión pero tambien cárcel de traumas.

Youth, que no deja de ser de alguna manera un complemento existencial de La Gran Belleza, vuelve a ser una reflexión vital sobre los años vividos y más importante todavía, que hacer, como afrontar el tiempo que nos queda. Una vez más hay dos pilares básicos para ello solo que en esta ocasión Sorrentino los muestra a escala humana.

Dos artistas, dos genios en sus especialidades que comparten amistad y vivencias. Uno retirado y otro preparándose para ello, uno tratando de acallar los fantasmas del pasado, otro intentando mostrar un vitalismo de contraste y, en el fondo, los dos mostrándose víctimas de una vida que no pueden entender del todo en su sentido más profundo. Y a su alrededor un grupo de satélites humanos que puntúan, matizan y contravienen las reflexiones emitidas.

Y hasta aquí la historia. Una temática que no parece ser la más original jamás filmada, pero es que aquí no importa solo la inteligencia de la reflexión (que la hay y mucha) sino el cómo se proyecta, el cómo nos afecta en tanto a la identificación plausible con ella. Y Sorrentino lo hace desplegando planos de concreción milimétrica, donde el plano detalle de una mirada se desliza hasta la profundidad de campo en un compás armonioso o como diría Manuel Carballo, director de Retornados, ajustando cada segundo a la emoción sin necesidad de recrearse en él.

Youth es una pieza de delicadeza arquitectónica que, si en La Gran Belleza entraría en territorios de gótico flamígero, aquí deviene estructura neoclásica, rematada aquí y allí por sendas cariátides embellecedoras que con su mirada parecen dominar no sólo el edificio sino también todo el mundo que las rodea con su serena e implacable sabiduría.

Y luego está el regalo, un post scriptum musical de pared blanca desnuda, con una canción que resume lo que es la belleza, el dolor y las pérdidas de la vida. De esta puta vida. Una melodía, que es lamento y redención y que invita a ese abrazo grupal, a esa lágrima triste y alegre en cuanto a revelación, en cuanto a verdad universal incrustada y por fin sacada a la luz de cada uno de los corazones que la escuchan, padecen, sienten y se emocionan.

Alex P. Lascort
https://www.cinemaldito.com/la-juventud-la-giovinezza-paolo-sorrentino/


 

lunes, 25 de octubre de 2021

Sesso e volentieri - Dino Risi (1982)

TÍTULO ORIGINAL
Sesso e volentieri
AÑO
1982
IDIOMA
Italiano
SUBTÍTULOS
Inglés (Separados)
DURACIÓN
101 min.
PAÍS
Italia
DIRECCIÓN
Dino Risi
GUIÓN
Bernardino Zapponi, Enrico Vanzina, Dino Risi
MÚSICA
Fred Bongusto
FOTOGRAFÍA
Alessandro D'Eva
REPARTO
Johnny Dorelli, Laura Antonelli, Gloria Guida, Jackie Basehart, Giuliana Calandra, Giucas Casella, Gastone Pescucci
PRODUCTORA
Dean Film, Italian International Film
GÉNERO
Comedia | Película de episodios

Sinopsis
Comedia coral dividida en diez episodios que trata, en un tono distendido y disparatado, asuntos como la infidelidad matrimonial. (FILMAFFINITY)
 
2 

"La principessa e il cameriere": dopo essere riuscito a raggiungere una bellissima principessa, il cameriere viene continuamente disturbato nelle sue prestazioni amorose dalle guardie del corpo della stessa.

"Lady Jane": durante la cena in un ristorante, soffrendo di petomania, la moglie d'un ministro provoca imbarazzanti situazioni. Un suo corteggiatore cercerà di toglierla dai guai.

"Domenica in": molti telespettatori, tra i quali una giovane coppia, restano "incatenati" con le mani sopra la testa da un mago a causa di una mancanza di corrente che impedisce la liberazione. Poi si vendicano sul mago.

"Il macho": un giovanotto corteggia il marito d'una giovane signora; egli scopre, suo malgrado, di non essere disinteressato al caso.

"La nuova Marisa": una giovane vedova va ad abitare nell'appartamento lasciato libero da una donna squillo. Dopo le prime reazioni, accetta ben volentieri di sostituirla nel lavoro.

"Radio taxi": una centralinista telefonica usa l'accento professionale nel parlare anche con il marito, che, disperato, si suicida.

"Rasoio all'antica": un cliente corre pericolo di rimetterci la gola, servito da un barbiere geloso che s'infuria con l'amante.

"Armanda e il violinista": Giacomo, impenitente dongiovanni, finge di essere un povero suonatore di violino per raggiungere nuovamente una sua antica amante. E ci riesce.

"L'avventura": uno sconosciuto circuisce una giovane donna, che all'inizio non cede, ma poi capitola.

"Luna di miele": in un lussuoso albergo, una giovane coppia è circuita da un sedicente sceicco arabo, che sfrutta la dabbenaggine dei due colombi.

CRITICA
"Tanti, tanti raccontini come s'usava una volta e come Risi sapeva raccontare una volta. Adesso non più. Restano la superficialità, la volgarità, l'approssimazione, l'ovvietà degli spunti e della realizzazione, spesso e volentieri." (Segnocinema)
https://www.cinematografo.it/cinedatabase/film/sesso-e-volentieri/14902/

Dino Risi, un nome da sempre associato a commedie divertenti, eleganti, sottili nell'umorismo ed in grado di far riflettere ridendo (Il Sorpasso, I Mostri, I Complessi, La Stanza Del Vescovo, La Moglie Del Prete, per citarne alcune), oltre a pellicole magari meno ridanciane ma molto importanti nella storia del cinema italiano (una su tutte, Profumo Di Donna). Si fa fatica ad attribuire Sesso E Volentieri (1982) a Risi, un film a episodi bello volgarotto, privo di genio, di inventiva e che soprattutto non fa ridere. All'operazione si prestano Johnny Dorelli, Gloria Guida e Laura Antonelli. Per Dorelli si potrebbe fare lo stesso discorso, difficile imbattersi in un suo film privo di eleganza; la Guida se la cava rimanendo sempre vestita e scansando le situazioni più "pericolose"....che invece vengono lasciate alla povera Antonelli, mortificata in questa pellicola. Dove non è zoccola è ninfomane; i dialoghi che le vengono messi in bocca sono alla stregua dei Pierini di Alvaro Vitali. Soggetto e sceneggiatura vedono impegnati Risi, Zapponi (che aveva lavorato con Fellini, Argento, Salce, Scola, Comencini, Monicelli) e Enrico Vanzina. I maligni individuano in quest'ultimo ovviamente il "colpevole dello scadimento qualitativo e "cultuvale" del film, ma Risi qui è coinvolto in ogni aspetto, e va anche detto che dopo arriveranno pellicole come Il Commissario Lo Gatto, Teresa o film tv come Le Ragazze Di Miss Italia, sicuramente meno volgari di Sesso E Volentieri, ma anche titoli che non ci si sarebbe mai aspettati da Risi. Evidentemente la fase ultima della sua carriera è coincisa con un affievolimento creativo.

Nelle copie in homevideo disponibili sarebbe stato espunto un episodio, "Crociera D'Amore", con Dorelli e la Antonelli. Non se ne sente la mancanza ad onor del vero, visto che i rimanenti sono tutti molto modesti. In tutta sincerità mi sono fatto due risate solo con "Lady Jane", ovvero la povera Margaret Lee costretta a scorreggiare come un'indemoniata al ristorante, mentre un compassato Dorelli evita lo scandalo come può. Una roba da Mariano Laurenti, forse addirittura il punto più basso del film, ma almeno faceva ridere, che vi devo dire. Per il resto, né carne né pesce; il titolo allusivo a situazioni piccanti e pruriginose trae in inganno, perché a parte una tetta della Antonelli e le sue mise in lingerie, non c'è altro; alcuni episodi non riguardano affatto il sesso. La Guida è castissima e Dorelli cerca di non far affondare la baracca come può, ma è decisamente fuori dai suoi ruoli abituali. Interessante la notazione di Giusti nel dizionario Stracult riguardo all'episodio "Domenica In". C'è una sorta di pre-Blob, quando la Guida e Dorelli amoreggiano facendo zapping alla tv, e incastrando tra di loro i programmi (come fa Blob), in modo che frasi sconnesse e "dirompenti" vengano messe in bocca a personaggi irreprensibili. Anche lì però già si nota lo scadimento, dato che le parolacce da subito abbondano. Caruccio anche l'episodio del barbiere Pippo Santonastaso, nei limiti, e lo schiaffone che si becca il santone Giucas Casella. Film evitabilissimo nel panorama della commedia italiana, nonostante i grandi nomi coinvolti. Si sbadiglia veramente troppo.
https://www.cineraglio.it/sesso-e-volentieri/

Del trittico sessuocentrico diretto da Dino Risi, comprendente Vedo nudo del 1969, Sessomatto del 1973 e Sesso e volentieri del 1982, quest'ultimo è sicuramente il meno istruttivo e il più prevedibile. Stranamente è anche il più “abbottonato”: i brevissimi episodi sono giusto un po' più scabrosi dei Caroselli (l'episodio più increscioso è L'avventura, riguardante una presunta ninfomane, in cui comunque fa un cameo soltanto un seno su due di Laura Antonelli).

Messo a confronto con i prestigiosi capocomici dei film precedenti, Nino Manfredi e Giancarlo Giannini, il valoroso Johnny Dorelli ne esce a testa alta: riesce ad essere sempre “distinto”, come gli dice nel secondo episodio Laura Antonelli, anche nei frangenti più “pericolosi”, come il famigerato episodio Lady Jane, in cui la moglie di un ministro (Margaret Lee), affetta da un'incontrollabile petomania, porta aria di tregenda in un lussuosissimo ristorante.

Scegliere l'episodio meno memorabile non è cosa semplice (lo stesso L'avventura se la batte con l'estenuante Rasoio all'antica), ma anche individuare il migliore è un'impresa ardua, perché le scenette sono livellate verso il basso e il tocco di Dino Risi non è avvertibile a occhio nudo. Volendo ancora una volta adoperare l'ottica del guilty pleasure, si può forse candidare Il macho, tra l'altro lo sketch più pertinente in questa sede.

In questo episodio, un impettito e borghesissimo impiegato (naturalmente Dorelli) subisce la pressante corte di un virilissimo omosessuale baffuto (Yorgo Voyagis), con tanto di massiccio fuoristrada che usa per tamponare allusivamente la sua preda.

Questo corteggiamento induce l'impiegato a dei ripensamenti: era entrato in scena con incrollabili certezze, biasimando “lo sfacelo della moralità” («Guarda, ci sono due ragazzi che si baciano!» «Ma no, sono due ragazze»), e ne esce provvisoriamente in preda al dubbio, abbandonando il tetto coniugale per “ritrovare la propria identità”. Lo ritroviamo al supermercato mentre – liberatosi dai vincoli del perbenismo e del familismo – gioca col suo nuovo compagno, il Macho, tra lo sdegno dei presenti, mentre l'altoparlante avvisa che «al banco ortofrutticolo sono arrivati i nuovi finocchi». Un apologo libertario? Un conte philosophique? Macché, tuttalpiù un'innocente barzelletta.

Altrettanto innocente e sciocchino è Luna di miele, in cui un architetto e sua moglie (la simpatica Gloria Guida) barattano la propria virtù con un sedicente nababbo arabo che ha finto di voler commissionare all'architetto stesso la costruzione di una moschea (una situazione abbastanza simile a quella “subita” da Renato Pozzetto in Ricchi, ricchissimi... praticamente in mutande, dove però lo sceicco di turno era rigorosamente omosessuale).

In un'intervista rilasciata a Michele Anselmi de l'Unità, Johnny Dorelli ha affermato di aver richiesto e ottenuto la rimozione, in fase di montaggio, di un episodio che riteneva troppo volgare, in cui interpretava un cantante gay. È sicuramente apprezzabile la delicatezza di Dorelli, ma magari quello sketch avrebbe strappato il film al suo torpore donandogli un turpe momento stracult.


Andrea Meroni
https://www.culturagay.it/recensione/1706


 

domingo, 24 de octubre de 2021

La verità sta in cielo - Roberto Faenza (2016)

TÍTULO ORIGINAL
La verità sta in cielo
AÑO
2016
IDIOMA
Italiano
SUBTÍTULOS
Español (Separados)
DURACIÓN
94 min.
PAÍS
Italia
DIRECCIÓN
Roberto Faenza
GUIÓN
Roberto Faenza
FOTOGRAFÍA
Maurizio Calvesi
REPARTO
Riccardo Scamarcio, Maya Sansa, Greta Scarano, Valentina Lodovini, Shel Shapiro, Tommaso Lazotti, Luciano Roffi, Anthony Souter, Elettra Orlandi, Alessandro Bertolucci, Giacomo Gonnella, Alberto Cracco, Paul Randall
PRODUCTORA
Jean Vigo Italia
GÉNERO
Intriga | Secuestros / Desapariciones. Años 80

Sinopsis
La desaparición de Emanuela Orlandi es un acontecimiento que aún hoy cuenta con escabrosas ramificaciones. El 22 de junio de 1983, Emanuela, hija de un empleado de la prefectura del Vaticano, desapareció en misteriosas circunstancias cuando apenas había cumplido 15 años. Su desaparición supone la ocasión para relatar la génesis de la pirámide criminal que desde aquel momento en adelante echó raíces en la capital transalpina. (FILMAFFINITY)
 
2 
Sub 

Roberto Faenza dirige una storia vera, che voleva raccontare già da molto tempo: il sequestro di Emanuela Orlandi.
Il 22 giugno 1983 la quindicenne Emanuela Orlandi, cittadina vaticana, figlia di un messo pontificio, sparisce dopo essere uscita dalla sua scuola nel centro di Roma.
La verità sta in cielo parte dai nostri giorni, esattamente da un’inchiesta dello scandalo “Mafia capitale”; un’emittente inglese decide di inviare a Roma una giornalista di origine italiana, Maria (Maya Sansa), per raccontare dove tutto ebbe inizio in quel 22 giugno di tanti anni prima. Raffaella Notariale, una giornalista della RAI (Valentina Lodovini), aggiorna Maria sulle scoperte fatte tempo prima, cioè del coinvolgimento della Banda della Magliana nella scomparsa della Orlandi. Le rivelazioni sono state fatte a Raffaella da Sabrina Minardi (Greta Scarano), l’amante di Enrico De Pedis (Riccardo Scamarcio), meglio conosciuto come Renatino, il boss che ha saputo gestire meglio di ogni altro il malaffare della capitale.
Nonostante il suo passato criminale, Renatino verrà sepolto nella Basilica di S. Apollinare, nel cuore di Roma, proprio accanto alla scuola di musica frequentata da Emanuela.

Realizzato con l’appoggio della famiglia Orlandi, di Pietro Orlandi soprattutto, fratello di Emanuela, ancora in attesa dei documenti secretati dal Vaticano, La verità sta in cielo è un classico film di inchiesta, senza grinta però. I fatti sono sceneggiati in modo chiaro, attraverso una narrazione che ricalca lo stile del documentario, qualche immagine di repertorio si unisce al lavoro di fiction che si snoda su tre piani temporali: i giorni nostri, il 1983, il racconto della Minardi alla giornalista RAI. Tuttavia il film, nel suo voler essere troppo cronaca, fatica a prendere ritmo e anche i bravi attori del cast non riescono a tenere il passo con un copione lento, mentre il lavoro di indagine richiede un confronto accurato, meno indignato e più concreto.

Ilaria Falcone
https://www.nonsolocinema.com/la-verita-sta-cielo-roberto-faenza.html


La parola al regista Roberto Faenza

All’inizio hai pensato di farne un documentario?
Il progetto è sempre stato cinematografico. Avevo pensato però di farne una serie televisiva, ci sono così tanti personaggio da poter seguire nel loro percorso criminoso. Spero che questo film trasmetti emozioni, per provocare un coinvolgimento, per questo motivo faccio lungometraggi. Mi interessa inoltre dimostrare che anche il cinema può dire la verità. “Non ad probandum, ma ad narrandum” [non per dimostrare qualcosa, ma per narrarlo] dicevano i latini.

In La verità sta in cielo, cosa c’è di vero o cosa di inventato?
Di inventato non c’è quasi niente, c’è un’elaborazione dei fatti. È tutto basato su cose avvenute.
Anche il vescovo [interpretato da Alberto Cracco] trae spunto dalla verità. La cosa che mi dispiace di questo film è che molti penseranno che sia un attacco al Vaticano.
Il papa nel film dice che ci sono due chiese e io le rappresento. Bisogna ricordarsi che il Vaticano è uno stato, non solo la chiesa. Oltre al lato corrotto, c’è un rappresentante della chiesa che a me piace [il vescovo], che dice “meglio il clamore del silenzio”, che fa quel discorso bellissimo sulla parola di cristo e la voce del diavolo. Mi sono ispirate alle parole del cardinal Martini. Noi abbiamo avuto una committenza epistolare.
Questo è un film che racconta che il vaticano non è un monolite.

Nell’ultima scena si parla di una trattativa. È stata una sua lettura dei fatti?
È un ipotesi scaturita dall’incontro con i magistrati, leggendo le carte. È una scena compatibile con le informazioni raccolte.

De Pedis e la Minardi vengono presentati come pedine. Secondo lei, lui si è pentito di ciò che ha fatto o non è stato mai realmente cosciente delle conseguenze delle proprie azioni?
Il personaggio più interessante del film è la Minardi. Molti rilievi sono stati accurati, nonostante sia una donna malata, che ha fatto uso di droghe. A me non interessa questo, ma il lato umana. Secondo me è un personaggio shakespeariano, meriterebbe un film solo lei.
Nasce come una ventenne di successo, si sposa con Bruno Giordano e finisce su tutti i giornali.
Poi non capisci come mai un personaggio così scende negli inferi, diventa prostituta, mette in piedi un bordello, si associa alla malavita. Credo che nel film viene fuori questo aspetto umano.
Credo che la Scarano abbia fatto un lavoro eccezionale.
De Pedis a 20 anni è già in carcere e passa lì 7/8 anni, muore a 38 anni, quindi come ha fatto a diventare quello che è diventato? Deve essere stato molto intelligente, inoltre quando abbiamo girato la scena a via del Pellegrino tutti quelli che lo hanno conosciuto hanno detto che era una persona stupenda, “se mi rubavano il motorino mica andavo dalla polizia, andavo da lui e me lo ritrovava”, uno di loro ci ha raccontato. Anche questo parla di Roma.

Lei definirebbe il suo film antitetico a Romanzo Criminale?
Sì, esattamente l’opposto. La banda della magliara era una banda di accattone e di straccioni. In realtà non è mai esistita, è esistita la batteria che i romanzi e la televisione hanno portato ali estremi della popolarità, sbagliando e facendo delle cose grossolane. De Pedis non soltanto non ne faceva parte, ma era il nemico numero uno.
Perché nessuno ha mai raccontato la vera banda, quella dei Testaccini? Perché significa toccare dei santuari. Erano legati ai servizi segreti (che poi sapevano che sarebbe stato ammazzato De Pedis, hanno seguito i killer, senza dire né fare niente), ai politici e al Vaticano.
Finora il cinema non ha avuto il coraggio di fare nomi e cognomi. Infatti noi rischiamo, ma abbiamo solide basi, non mi sono inventato nulla.

Quanti scheletri nell’armadio ha ancora intenzione di tirare fuori?
Datemi delle idee, io sono qua.
https://www.cinematographe.it/rubriche-cinema/focus/la-verita-sta-cielo-intervista-roberto-faenza-riccardo-scamarcio-greta-scarano/

“Lei è in cielo”. Sono le prime parole che sanno di verità dette dal Vaticano in questi infiniti 33 anni trascorsi dalla scomparsa di Emanuela Orlandi. Le ha sussurrate all’orecchio del fratello di Emanuela, Pietro, papa Francesco. Come a dire: trova pace, tu e la tua famiglia, Emanuela non c’è più, è in cielo.

Roberto Faenza, regista rigoroso e impegnato da sempre con la storia e la cronaca italiana, si cura poco – devo dire – delle qualità formali di “La verità è in cielo”, preoccupato a tenere dritto il testimone affidatogli dalla famiglia e dalla propria coscienza. Ne viene fuori una ricostruzione piuttosto chiara di una delle principali tesi sulla fine di Emanuela, quella in cui crede la sua famiglia almeno: un rapimento, una vendetta contro il Vaticano, un avvertimento forse finito male per quei soldi che la Chiesa di Roma aveva preso “in prestito” dalla malavita romana e mai restituito. Soldi che servivano a sostenere la rivoluzione polacca di Walesa, a cui papa Wojtyla guardava ovviamente con occhio benevolo, speranzoso che quello fosse il primo atto della caduta della cortina ad est. A far fare il giro ai soldi dalla malavita al Vaticano ci sono le banche di Calvi e di Marcinkus, a compiere l’operazione gli scagnozzi del capo testaccino De Pedis, a supervisionare il tutto i servizi segreti italiani e vaticani. In alcune notti romane, era possibile incontrarli tutti insieme in case-bordello altolocate.

Senza alcuno sforzo artistico, Faenza affida la spiegazione passo passo ad una giornalista italo-inglese (interpretata da Maya Sansa), inviata dal suo giornale ad occuparsi del “cold case” Orlandi dopo l’arresto di Massimo Carminati durante i blitz di Mafia capitale.

Famiglia Cristiana e l’Osservatore romano hanno reagito male al film, e non poteva essere diversamente. Accusano Faenza di faziosità e di aver scelto – senza contraddittorio – una delle mille tesi in campo, quella del complotto Vaticano, non dando alcun conto delle altre ipotesi al vaglio della magistratura (tra cui, quella ancora più lercia, del festino pedofilo in Vaticano). Il caso in realtà è appena stato appena archiviato per la seconda volta dalla magistratura italiana. La speranza di Faenza e  della famiglia Orlandi è che il film spinga ad una riapertura delle indagini.

Noi, da italiani più che da spettatori, ci auguriamo che ci sia ancora spazio per la verità sul caso di Emanuela. E non solo per lei, che come dice papa Francesco, probabilmente è in cielo. Ma anche per noi, ancora qui, vittime tutti di un silenzio troppo lungo. E di un’orgia di potere che ci infanga la vita.

Roberta Ronconi
https://www.articolo21.org/2016/10/la-verita-sta-in-cielo-di-roberto-faenza-%E2%98%85%E2%98%85%E2%98%86%E2%98%86%E2%98%86/?cn-reloaded=1

La verità sta in cielo, il nuovo film di Roberto Faenza, in sala dal 6 ottobre con 01 Distribution, riaccende i riflettori sul caso di Emanuela Orlandi. La sparizione della giovane cittadina del Vaticano non merita di essere archiviata, sia perché si tratta di una vittima innocente, sia perchè ne sono collegate personalità politiche e la malavita romana.

Il regista de La verità sta in cielo ha voluto fornire un quadro più grande della vicenda, mettendo insieme i pezzi del caso Orlandi, dalle testimonianze, agli atti depositati, fino alle inchieste svolte.
Cercando di rimanere più aderente possibile alla verità, ha usato la struttura fittizia del film, in grado di coinvolgere ed emozionare lo spettatore. Nella sua missione, di smuovere le coscienze del pubblico, viene talvolta a mancare un equilibrio, che possiamo perdonargli.

La coerenza e la fedeltà ai fatti portano il film a dare più valore alle parole che alle immagini. A raccontare nomi, luoghi e vicende, piuttosto che lasciare spazio alle inquadrature. Il racconto filmico è al servizio dell’informazione, dando un ibrido tra un lungometraggio drammatico e un documentario, tra realtà dei contenuti e finzione della struttura.

Il punto di vista usato è quello di Sabrina Minardi (Greta Scarano), amante di “Renatino”, Enrico De Pedis (Riccardo Scamarcio), che a distanza di anni ha raccontato quello che sapeva.

Articolata su tre livelli: passato, presente e futuro, si segue il passaggio del fatto, al suo racconto, alla distorsione delle informazioni, fino all’occultamento.
Questi livelli vengono attraversati nella testimonianza di Sabrina, una ragazza di vent’anni che entra in un mondo dall’aspetto strabiliante, ma marcio fino all’osso, che tra festini, droga e sesso ha corroso anche lei. Dopo il matrimonio con Bruno Giordano, è diventata l’amante di Enrico De Pedis, accompagnandolo ovunque e facendo per lui qualsiasi cosa.

Attraverso la loro relazione conosciamo un malvivente affascinante, romantico, ma anche disposto a tutto e immischiato con tutti. Di sfondo politici dello Stato italiano e del Vaticano, servizi segreti, magistrati che giocano a fare dio, mentre giornalisti, vescovi, devoti, cittadini, tutti vengono ingannati e usati come merce di scambio.  Tra questi Emanuela Orlandi, di cui si è occupato Renatino con la sua complice Sabrina, pedine di un gioco più grande: l’hanno rapita, mentre i mandanti riposavano tranquilli nelle loro regge.

La storia è raccontata tramite flashback, attraverso l’incontro della giornalista di Chi l’ha visto?, Raffaella N., e Sabrina.
Poi ci spostiamo nel futuro, quando una giornalista inglese, Maria, arriva in Italia per condurre un’inchiesta e contatta Sabrina, incontrando altri testimoni.

Gli attori sono riusciti a entrare con molta sensibilità nei personaggi di cui hanno sentito parlare, visto interviste, letto la loro storia sui libri o riportata nei documenti giudiziari.
In particolare Greta Scarano che ha vestito i panni sia della giovane Sabrina, che della donna matura, ha dato prova di una grande abilità. Un personaggio doppio, le cui esperienze lo hanno portato dalla spensieratezza alla pesantezza, dall’ingenuità alla consapevolezza.

Che vorrebbe fare qualcosa per rimediare al suo passato, ma deve combattere con i postumi della droga che trasformano i ricordi e modificano la percezione del tempo.

I personaggi delle giornaliste sono i nostri Virgilio, che ci conducono da un episodio all’altro, nel tempo e nei piani politici.
La ricercatezza registica offre sia immagine nitide e vicine alla realtà, seguendo Raffaella e Maria, sia la meraviglia, il sogno di Sabrina di sentirsi all’improvviso una principessa, circondata dal lusso e da persone importanti. Ogni realtà può essere ambivalente, il sogno di una persona può trasformarsi nell’incubo di un’altra. La verità esclude il giudizio, cerca solo la congiunzione tra causa ed effetto.

La verità sta in cielo è la frase detta dal Papa Bergoglio al fratello di Emanuela Orlandi. Circa dopo 30 anni qualcuno ha detto che la ragazza è morta, ma questo non basta. La verità è quella che ti permette di avere giustizia, di sentirti libero, di capire e affrontare il futuro. Noi italiani siamo abituati a conoscere una realtà distorta e questo ha indebolito la nostra speranza di sapere. Questo film per quanto da molta importanza a una ricostruzione effettiva dei fatti, non vuole comunicare intellettualmente, bensì punta a provocare delle reazioni emotive. Vedere La verità sta in cielo aiuta a ricordarci che il passato deve essere affrontato, accantonarlo a un angolo ci impedisce di essere sempre impreparati ad andare avanti, smembrando la nostra identità di popolo.

Federica Guzzon
https://www.cinematographe.it/recensioni/la-verita-sta-in-cielo-recensione/

Emanuela Orlandi, quando il 22 giugno 1983 non fece ritorno a casa, non era altro che una ragazza quindicenne con una vita normalissima e una sincera passione per la musica. Inizialmente non era nemmeno certo se fosse stata vittima o meno di un rapimento, ma quando presto si intuì che la sua unica colpa era quella di esser figlia di un commesso della Prefettura della Casa Pontificia, i contorni della sparizione divennero ben più complessi.
Da allora sono passati trentatré anni, e nonostante la verità rimanga ancora una chimera, quel che è certo è che a proposito di quel fatto di cronaca nera sono stati tirati in ballo interessi tutt’altro che limpidi del Vaticano, la criminalità organizzata (in particolar modo la Banda della Magliana e quella dei Testaccini), le istituzioni deviate, gli istituti bancari, i servizi segreti di diverse nazioni e movimenti estremisti come quello dei Lupi Grigi.
Quello della scomparsa della Orlandi è sì un mistero legato a doppio filo alla storia italiana degli ultimi decenni, evidentemente ramificato nelle numerose zone grigie in cui i gangli del potere istituzionale si sovrappongono agli interessi criminali, ma è soprattutto la storia tristissima di una ragazza incolpevole travolta da eventi più grandi di lei e del dolore e della perenne incertezza con cui hanno dovuto fare i conti i suoi familiari, ai quali ancora oggi non è stata restituita la giustizia di una verità e che non possono piangere il corpo della loro cara – sempre che sia effettivamente deceduta.
La complessa vicenda non era mai stata raccontata al cinema, e soprattutto ora che l’inchiesta è stata archiviata senza che si sia giunti a nessuna verità processuale definitiva, il lavoro di Roberto Faenza è un importantissimo atto di impegno civile per ricordare un episodio che troppo a lungo è stato oggetto di depistaggi e insabbiamenti.
La Verità Sta In Cielo, di cui Faenza firma sceneggiatura e regia, parte dallo spunto narrativo di un’inchiesta giornalistica inglese per portare in scena un meticoloso reenacting degli atti processuali del caso Orlandi.
Faenza ha da sempre una predilezione per i cold case e il suo impressionante curriculum, in cui a numerose produzioni cinematografiche internazionali si alternano altrettante pubblicazioni saggistiche legate alla sua laurea in scienze politiche, sembrerebbe farne il regista perfetto per questa ‘operazione verità’. Se poi consideriamo che nel mirabilissimo lavoro di ricerca preparatoria è stato aiutato dalla famiglia di Emanuela, e che alcuni degli elementi emersi potrebbero addirittura far riaprire il caso, è evidente quando La Verità Sta In Cielo possa essere un piccolo ma importantissimo passo avanti nel percorso apparentemente infinito verso la soluzione del caso Orlandi.
Detto questo, però, subentra la componente artistica della realizzazione di un film, e purtroppo sembra proprio che alla grandissima attenzione di Faenza verso il lavoro di ricerca e ricostruzione corrisponda un altrettanto lapalissiano disinteresse verso la messinscena cinematografica, che presenta una trascuratezza tecnica e artistica di gran lunga più preoccupante rispetto a quella che ha reso famigerate le peggiori fiction televisive italiane.
I problemi sono evidenti sin dallo script, che indulge con qualsiasi mezzo possibile su ‘spiegoni’ forzatissimi ma che al contempo risulta incomprensibile a chi non abbia una buona conoscenza degli eventi susseguitisi nei primi anni successivi alla sparizione, rendendo quella che poteva essere una pellicola in parte ‘divulgativa’ un approfondimento riservato relativamente a pochi. Come se non bastasse i dialoghi sono quanto di più innaturale e artificioso si possa concepire, a volte sono addirittura oggetto di correzioni successive al girato (tanto da comportare uno sgradevolissimo doppiaggio di un diverso parlato, italiano su italiano) e come se non bastasse sono affidati a interpretazioni attoriali a dir poco distratte, in cui un parlato cantilenante con punte gigionesche e un’inespressività vitrea affossano definitivamente la pagina (il riferimento è in particolare a Maya Sansa, qui trasformata in ‘promoter’ involontaria di un tablet Android, alla bellissima e spesso brava Valentina Lodovini, ma anche a Shel Shapiro).
Uno script problematico potrebbe in parte esser salvato da una confezione accurata, ma non è certo questo il caso: ogni attore, poltrona o evento viene posizionato sempre in favore di camera come in una trasmissione televisiva, c’è un abuso ingiustificato dello zoom come se ancora fossimo negli anni ’70, e i dialoghi sono raccontati con un ping-pong tra campo e controcampo che ha del dilettantesco.
Anche chi normalmente lavora magnificamente qui non riesce a brillare, e viene quindi il dubbio che il problema principale del film sia proprio la guida di Faenza: il montatore è l’ottimo Massimo Fiocchi (Io Non Ho Paura, Educazione Siberiana), ma i tagli arrivano sempre troppo tardi (effetto “F4/basito”) o troppo presto; la fotografia è affidata al grande talento di Maurizio Calvesi (Le Confessioni, Non Essere Cattivo, Mine Vaganti) eppure c’è un eccesso di illuminazione e in alcuni casi sono evidenti gravissime incoerenze di color grading (la scena in cui avviene il passaggio della Orlandi da De Pedis all’autista è un puzzle inaccettabile) e addirittura il geniale Teho Teardo, che ha segnato la fortuna di molti film cui ha partecipato, qui si impigrisce su tappeti sonori non certo originali. La traccia audio soffre infine di uno sbilanciamento fastidiosissimo tra suoni ambientali e parlato a favore di quest’ultimo, e nonostante l’operato di Brando Mosca, vincitore di un David come fonico di presa diretta per Cesare Deve Morire nel 2012, risulta indifendibile.
Fortunatamente c’è anche qualche nota positiva, e se l’interpretazione della brava Greta Scarano (già apprezzata in Suburra) riesce a emergere nella sua naturalezza nonostante il rigido trucco prostetico dietro il quale è spesso trincerata, il vero mattatore è Riccardo Scamarcio, che si è ormai definitivamente liberato della cattiva fama degli esordi ed è semplicemente impeccabile nel ruolo del boss ‘Renatino’ De Pedis.
In conclusione il cineasta Faenza fallisce clamorosamente e ci consegna un’opera filmica dalla realizzazione risibilmente scadente, ma ha il grandissimo merito di tenere accesi i riflettori su una vicenda che aveva un bisogno disperato di essere raccontata, di dare voce a chi da anni combatte senza sosta per la verità e di incuriosire chi quella vicenda ancora non la conosce.
In questo senso La Verità Sta In Cielo è un film necessario, la cui visione in sala non può che essere raccomandata. Starà poi a voi scegliere quanto essere clementi o meno nel giudizio artistico e tecnico.


Luca Ciccioni
http://www.anonimacinefili.it/2016/10/05/la-verita-sta-in-cielo-la-recensione-in-anteprima-no-spoiler/