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sábado, 8 de octubre de 2011

Habemus Papam - Nanni Moretti (2011)


TÍTULO Habemus Papam 
AÑO 2011 
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS Si (Separados)
DURACIÓN 104 min.
DIRECTOR Nanni Moretti
GUIÓN Nanni Moretti, Francesco Piccolo, Federica Pontremoli 
FOTOGRAFÍA Alessandro Pesci
REPARTO Michel Piccoli, Nanni Moretti, Margherita Buy, Jerzy Stuhr, Renato Scarpa, Roberto Nobile, Franco Graziosi, Massimo Dobrovic, Leonardo Della Bianca
PRODUCTORA Coproducción Italia-Francia; Sacher Film / Le Pacte / Fandango
PREMIOS 2011: Festival de Cannes: Sección oficial a concurso
GÉNERO Drama. Comedia | Religión

SINOPSIS Después de la muerte del Papa, el Cónclave se reunió para elegir a su sucesor. Son necesarios varios votos antes de que se eleve el humo blanco. ¡Al fin se eligió a un cardenal! Pero los fieles que se han congregado en la Plaza de San Pedro esperan en vano la aparición en el balcón del nuevo pontífice. Este último no parece estar preparado para soportar el peso de tal responsabilidad. ¿Es angustia? ¿Depresión? ¿Miedo a no estar a la altura? El mundo entero pronto será presa de la inquietud, mientras que en el Vaticano, se buscan soluciones para superar la crisis... (FILMAFFINITY)




"Habemus Papam". Conversación con Nanni Moretti
Por Javier Mitchell
Un Papa recientemente electo sufre de ataque de pánico ante el hecho de tener que aparecer en el balcon de San Pedro a saludar a los feligreses. Sus consejeros, imposibilitados de convencerlo que él es el hombre indicado para ser Papa, buscan ayuda en un reconocido psicoanalista, que es ateo. Nanni Moretti es el director de “Habemus Papam”, film ítalo-francés presentado en el Festival de Cannes y la Bienale de Venecia.
Culturalmente Incorrecto habló con el director:
CI: Cómo nació la idea de este film?
NM: Junto a Federica Poltremoli y Francesco Piccolo comenzamos trabajando sobre diferentes ideas. Luego, después de un tiempo, decidimos desarrollar la historia de “Habemus Papam”. Hubo una escena sobre la que giró todo el desarrollo: un nuevo Papa electo que no puede afrontar el hecho de salir al balcón a saludar a sus feligreses.

CI: El film está construído en dos partes: algunas secuencias se focalizan en el confinamiento y otras en la libertad. Que existe detrás de este balance y simetría en su escritura?
NM: Queria mezclar comedia y drama en un solo film, mezclar el tono grotesco y el realista. El cónclave de los cardenales nace en nuestra imaginación pero hemos respetado los ritos y liturgias de un cónclave real. El Papa se escapa del Vaticano y se enfrenta con el mundo real en una ciudad donde se encuentra en situaciones con las que no se ha enfrentado en mucho tiempo. El caminar por Roma lleva a Melville (el Papa) y a la audiencia a hacerse ciertas preguntas. Mientras tanto el psicoanalista permanence en el Vaticano donde luego de sentirse desorientado comienza a sentirse cómodo.

CI: Qué piensa de los ataques que le han hecho últimamente?
NM: No han existido ataques contra el film en sí mismo, sólo algunos hechos aislados que no reflejan al mundo católico.

CI: Recibió Ud. Educación religiosa? Cree en Dios?
NM: Mis padres eran creyentes y recibí una educación católica, pero no me considero un creyente.

CI: Podemos aplicar el tema de este film al terreno politico?
NM: Yo he dado mi versión precisa de un mundo en particular, el del Vaticano, pero considero que muchos de los temas que trata el film y la angustia del protagonista podrían aplicarse a otros terrenos, pueden conmover a miembros de la audiencia que están bien lejos de los personajes que muestro.

CI: Cree Ud. que existe una relación entre la confesión del rito eclesiástico católico con la confesión del psicoanálisis?
NM: No creo que exista ninguna relación.

CI: Pudiéramos decir que Ud. es más critico del psicoanálisis que de la Iglesia?
NM: En mis films siempre me he tomado a broma a la izquierda política, a mi generación, a las relaciones entre padres e hijos, a mi medio social, a la escuela, al mundo del cine, en “Caro Diario” incluso me burlé del cáncer del que había sufrido veinte años antes. Entonces, creo, es simplemente justo tomarme a broma también al psicoanálisis.

CI: Cuál es la relación entre Melville, que rehúsa el rol al que se le ha asignado, y el actor, que desea interpreter todos los roles, incluyendo la dirección en “La Gaviota”, obra que representan en el film?
NM: Tiene uno que convertirse realmente en el intérprete de sí mismo, de las propias elecciones? A veces es difícil para mí teorizar acerca de mi trabajo.

CI: Por qué Chejov?
NM: Mientras escribíamos el guión queríamos que la obra de teatro fuera de un autor reconocible. Chejov era el autor que más se asemejaba a los sentimientos expresados en el film y a sus protagonistas.

CI: Qué parte de este film es autobiográfica?
NM: Como siempre, es el sentimiento detrás del film el que es autobiográfico. Pero si quieres ir más a fondo, hay una parte de mí en los dos personajes: tanto en el psicoanalista como en Melville, el Papa y su sentimiento de no estar a la altura del rol que se le ha asignado.
http://www.culturalmenteincorrecto.com/2011/09/habemus-papam-conversacion-con-nanni.html

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Moretti es un iconoclasta. Al menos el cine con el que generalmente se le identifica está poseído por la virtud del desconcierto, por su capacidad para detonar expectativas y sortear los lugares comunes de la materia que se trae entre manos. Cuando el veterano director italiano dirige una película sobre un Papa que, bloqueado y en pánico, abrumado por las dudas, se fuga del Vaticano tras su nombramiento porque se siente incapaz de asumir sus nuevas funciones como líder de la Iglesia Católica, lo que cabalmente podemos esperar del director de Il Caimaino es un retrato venenoso o al menos una sátira malediciente de la institución. Pero Moretti ha demostrado una vez más, con Habemus Papam, que las expectativas en el cine (y en su cine) son tan peligrosas como injustas. No podemos formarnos una opinión sobre una película por lo que no es (o lo que esperábamos que fuera), sino por lo que finalmente es.
Y Habemus Papam es un filme con truco, una película enmascarada, cuya transparencia es sólo aparente, de ahí la división que ha provocado en la crítica y en el público tras su estreno italiano. Un desconcierto que se ha replicado en su presentación en Cannes. A la salida de la proyección, los había terriblemente decepcionados, con la sensación de haber visto una película muy menor, prescindible, perezosa o grotesca. Pero los había también convencidos de haber asistido a una extraordinaria exquisitez cinéfila. Ni lo uno ni lo otro.
La apariencia es la de un filme plano y lineal, una comedia amable y enemiga de la irreverencia, si bien la profundidad de Habemus Papam no hay que buscarla en la farsa liviana que pone en juego -¡un concilio de cardenales que acaba en torneo de voléibol!-, sino en el humanismo que Moretti sumerge en su retrato de los funcionarios de Dios. Aunque la estrategia de ridiculizarlos consigue arrancar algunos felices momentos de humor, lo que finalmente acaba imponiéndose es otra cosa, una suerte de compasión y entendimiento.
Decíamos que Moretti es un iconoclasta, pero en esta película no le interesa la figura icónica del Papa. El propio Moretti lo pone en su boca - "Quiero hablar con el hombre, no con el Papa"- interpretando a un psicoanalista contratado y secuestrado por el Vaticano para ayudar al cardenal Melville a superar el shock de haber sido elegido por Dios (y los cardenales) para tomar las riendas de la Iglesia. Ese hombre asustado, que emprende la escapada a ninguna parte por las calles de Roma, lo encarna el icono del cine europeo Michel Piccoli. Más allá de su humor inofensivo o del cambiante tono de la película (de la parodia institucional al melodrama agridulce al surrealismo delirante), sobresale la humildad y maestría con la que este animal de la interpretación asume su papel. En su deambular por el mundo exterior, tratando de aclarar su mente o encontrar la supuesta inspiración divina que ponga las cosas en su sitio (“Necesito recordar...”, repite Melville), el Papa fugitivo revive su olvidada vocación de actor pasando unas horas junto a una compañía teatral. El enmascaramiento emerge entonces como la gran paradoja de su vida, y también como la metáfora mas interesante del filme.
http://www.elcultural.es/noticias/CINE/1637/El_iconoclasta_Nanni_Moretti_desconcierta_con_Habemus_Papam



Quel conclave di porporati per nulla carrieristi
ANDREA TORNIELLI

C’è una breve scena di Habemus Papam, il nuovo film di Nanni Moretti da oggi nelle sale italiane, nella quale il Pontefice, che non ha avuto il coraggio di affacciarsi per benedire i fedeli dopo essere scappato dal Vaticano, entra di nascosto in una parrocchia di Roma.
Nessuno lo riconosce, perché è in abiti borghesi e anche perché la sua identità non è stata ancora rivelata al mondo, a motivo del crollo psicologico subito immediatamente dopo aver accettato l’incarico. Il Papa, impersonato dall’attore Michel Piccoli, ascolta la predica di un giovane prete che parla di umiltà, della necessità di riconoscersi bisognosi di aiuto, di un Dio misericordioso che si china per curare le ferite degli uomini. Il Papa, angosciato e incapace di sostenere il peso dell’incarico, finalmente sorride e matura in quel momento la decisione di ripetere il gesto di Celestino V, con il quale la pellicola si chiude.
È l’unico squarcio davvero religioso di questa commedia tipicamente morettiana dedicata al conclave e ai contraccolpi psicologici che l’elezione inaspettatamente provoca su un defilato cardinale francese, scelto dai confratelli quale successore di Pietro. Commedia è e commedia resta: sarebbe sbagliato attribuirgli chissà quale profondità di significato o prevedere che possa segnare la storia del cinema, anche perché il dramma del Pontefice che si percepisce inadeguato è appena abbozzato e rimane, ultimamente, non esplorato.
Il Moretti attore, nei panni dello psicanalista che non risparmia ironie sulla psicanalisi, è chiamato a soccorrere l’eletto. Mette subito in chiaro di essere ateo, e commenta, amaro, con il cardinale decano che la teoria darwinista sgombera il campo da qualsiasi possibilità di credere. Eppure il Moretti regista, autore di film denuncia come il Caimano, ha uno sguardo benevolo sulla Chiesa e sugli uomini che la rappresentano. I cardinali, interpretati da attori e caratteristi di talento, sono arzilli nonnetti preoccupati per il loro Papa: recitano il breviario facendo un po’ di cyclette, ingannano il tempo giocando a carte e alla fine si lasciano coinvolgere in un surreale torneo di pallavolo organizzato dallo psicanalista in attesa che l’eletto – che tutti credono rinchiuso negli appartamenti papali, mentre in realtà sta girando da solo per Roma – si decida. Non ci sono scontri di potere, cordate, sgambetti, colpi bassi, manovre, partiti curiali, carrierismo. Non un accenno a scandali finanziari o di altro tipo... Tutti ingredienti che si ritrovano invece enfaticamente descritti in tanti romanzi, in tanti film, in tante fiction televisive dedicate ai Papi, ma anche in tante pagine di storia.
Una delle scene meglio riuscite di Habemus Papam è la descrizione dell’elezione, nella quale ciascun cardinale prega in cuor suo di non essere il prescelto. Nessuno dei porporati ambisce alla tiara, e tutti sono sollevati per lo scampato pericolo. «Essere eletto Papa è quanto di peggio si possa augurare a un uomo», ha confidato una volta il cardinale Giacomo Biffi. Forse qui la descrizione morettiana è fin troppo benevola rispetto alla realtà.
Il Papa di Moretti si ritrova dunque solo, con il rimorso di non aver potuto intraprendere la carriera di attore, attirato dalla varia umanità che incrocia sul pullman di Roma. E finisce per confidare a un ignaro panettiere di soffrire di un «deficit di accudimento». È la prognosi che vorrebbe spiegare l’origine del suo tracollo psicologico. A risollevarlo, dandogli la forza di confessare in mondovisione la sua incapacità, non saranno però le teorie psicanalitiche, ma quell’eco così agostiniano alla miseria umana e alla misericordia, ascoltato di nascosto in parrocchia.
http://www.lastampa.it/_web/cmstp/tmplRubriche/editoriali/gEditoriali.asp?ID_blog=25&ID_articolo=8619&ID_sezione=&sezione=

5 comentarios:

  1. Uno degli peggiori film di Moretti. Non aveva le carte per un sogetto di questo livello. Per di più un cumulo di cose inverosimile (per chi conosce Roma e il Vaticano) e scene ridicole come la partita di volley-ball, senza parlare dell'invadente figura dello psichiatro che non ha la minima cultura per capire il senso profonde di quello che succede per l'elezione di un Papa.

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  2. Grazie del post, ho unito i files con HJ ma non si sente l'audio: è normale o ho sbagliato qualcosa nel download? Grazie

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  3. In qualcosa ti sei sbagliato.
    Scarica con JDownloader, e poi mi dici.

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  4. Los links están caídos. Si no es mucha molestia podrías resubirlo. Muchas gracias!!!

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