TÍTULO ORIGINAL
Un maledetto imbroglio
AÑO
AÑO
1959
IDIOMA
IDIOMA
Italiano
SUBTITULOS
SUBTITULOS
Español e Inglés (Separados)
DURACIÓN
DURACIÓN
115 min.
DIRECTOR
DIRECTOR
Pietro Germi
GUIÓN
GUIÓN
Ennio De Concini (Novela: Carlo Emilio Gadda)
MÚSICA
MÚSICA
Carlo Rustichelli
FOTOGRAFÍA
FOTOGRAFÍA
Leonida Barboni (B&W)
REPARTO
REPARTO
Pietro Germi, Claudia Cardinale, Franco Fabrizi, Eleonora Rossi Drago, Cristina Gaioni, Claudio Gora, Saro Urzì, Nino Castelnuovo
PRODUCTORA
PRODUCTORA
Riama Film
GÉNERO
GÉNERO
Thriller. Drama
Sinópsis
En dos pisos de un mismo edificio se producen un robo y un asesinato. El comisario Ingraballo (interpretado por el propio Germi) se encarga del caso e irá desvelando las miserias de todos los que están en mayor o menor grado involucrados, entre ellos la bella Claudia Cardinale y su novio electricista. Basada en la novela Quel pasticciaccio brutto di via Merulana, de Carlo Emilio Gadda. (FILMAFFINITY)
La pellicola “un maledetto imbroglio” (Pietro Germi, 1959) è la riduzione cinematografica del romanzo “Quer pasticciaccio brutto de’ via Merulana” di Carlo Emilio Gadda (1946). Il racconto del misterioso omicidio della borghese Sig.ra Banducci in un palazzo-bene romano, è solo un pallido pretesto per Germi e i suoi per offrire al pubblico, dietro il plot del giallo tradizionale, una memorabile e corale commedia umana, un grande affresco dell’ambiguità e della doppiezza umana. Ognuno dei personaggi del film ha qualcosa da nascondere: lo “strano commendatore Ansaloni”, il prete, il Dr. Valdarena (che Dr. non è), il Sig. Banducci (marito della vittima). Con questo, Germi ha azzeccato come meglio non poteva il romanzo, rendendone lo spirito di grande affresco dell’irriducibile bestialità e corruzione umana. Nel romanzo di Gadda, questa bestialità e corruzione hanno un doppio corollario, un doppio livello: un livello storico-contemporaneo ed un livello meta-storico o trans-politico. Il correlato storico-contemporaneo di tale corruzione è il fascismo; in via meta-storica o trans-politica questo “sprito di corruzione” trova il suo simbolo imcomparabile in Roma, l’eterna città apoteosi dell’intrigo e della corruzione. Germi trascura il lato storico, ossia il tema del fascismo (il film è ambientato in contemporaneità alle riprese); ciononostante riesce nel film a sviluppare con grande forza ed energia espressiva la dimensione meta-storica e trans-politica del romanzo, restituendo quel quadro veramente epico cui Gadda aspirò con il suo originalissimo e inimitabile linguaggio (misto di dialetto e italiano). Alcuni picchi positivi e negativi del film. Un picco positivo è nella scena dell’incontro tra il Comm. Ingravallo e la Sig.ra Banducci (poi la vittima): la scena della bambola in primo piano che rei-fica in modo superbo il desiderio di maternità del personaggio femminile. Con questo procedimento, Germi crea un efficace ‘transfert’, facendo della bambola l’emblema dell’immobilità esistenziale e dell’angoscia che pervade la protagonista, con esiti espressivi degni di certo espressionismo tedesco. Un picco negativo: la colonna sonora ed il finale. “Sinnò me moro” è eseguita secondo una melodiosità strappalacrime che sicuramente andava molto di moda negli anni ‘50, ma che conferisce al film un tono magniloquente, da melodramma che stona con un film che nel complesso è l’esatto opposto del melodramma. Il mèlo, infatti, è uno spettacolo concepito su trame a tinte forti, con i buoni da una parte, i cattivi dall’altra; viceversa l’ “imbroglio” è l’apoteosi dell’ambiguo e dell’incerto. Allo stesso modo, il finale: troppo banale e melodrammatica la Cardinale, la MADRE che insegue (a mò di Anna Magnani in “Roma città aperta”) l’uomo che ama trascinato via in ceppi. Ciononostante il “maledetto imbroglio” di Germi resta un grande film da rivedere e da riscoprire.
Giorgio Frabetti
http://www.arezzopolitica.it/2010/08/14/cinema-destate-07un-maledetto-imbroglio-di-pietro-germi-1959/
Giorgio Frabetti
http://www.arezzopolitica.it/2010/08/14/cinema-destate-07un-maledetto-imbroglio-di-pietro-germi-1959/
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Punto intermedio entre el thriller italiano que él mismo ayudó a crear en la Italia post-fascista y la escuela de la comedia costumbrista. Extraño y logrado cortocircuito de referentes, que abrazan desde la mímesis de los patrones norteamericanos, hasta las enseñanzas del neorrealismo y que sirve para un acercamiento superficial a los orígenes del cine negro en Italia y su confluencia con otros estilos de mayor tradición. Por si fuera poco interés y calidad la que ofrece la cinta, el asunto se redondea con la presencia, irresistible, de una joven Claudia Cardinale. Ahí es nada.
Aprovecho para inaugurar, además, el que espero se formato definitivo de estas colaboraciones. A partir de ya aparecerán aquí un extracto acompañado de un continuará. Si queréis seguir leyendo no tendréis más que clickar sobre ese enlace. Ahora empieza la película: “Pese a que la relevancia que actualmente pueda tener Pietro Germi proviene de sus aportaciones a la comedía costumbrista italiana durante la década de los 60, Divorcio a la italiana (1962) a la cabeza o la inmediatamente posterior Seducida y abandonada (1963), vehículos para el lucimiento de estrellas como Sophia Loren, Marcello Mastroianni o una jovencísima Stefania Sandrelli, no dejaban de ser filmes que ocupan solo una parte de su filmografía y en los cuales Germi aplicaba sobre la escuela satírica tan italiana, lo aprendido en el neorrealismo, en cierto modo prolongando, superando y popularizando este poderoso movimiento social y estético mediante su disolución en la entraña más popular del cine italiano, de igual modo a como lo hicieron Mario Monicelli, Dino Risi, Luigi Comencini, Luigi Zampa o Steno. Es decir Germi había llegado a la comedia y al éxito taquillero desde unas posiciones y una herencia de compromiso ideológico, moral/estilístico que, en el fondo, no diferirían demasiado de lo que luego serían sus películas más memorables. Esta misma operación de manipulación o acomodo de una reminiscencia neorrealista mezclada con la comedia costumbrista es aplicada en Un maldito embrollo sobre otro género codificado el thriller policiaco, con la base, además de una obra preexistente, la novela de Carlo Emilio Gadda Quer pasticciaccio brutto de via Merulana, publicada solo dos años antes, en 1957, y adaptada, al parecer, de manera muy libre hasta conseguir….”
https://esbilla.wordpress.com/2010/11/02/un-poliziotto-stanco-un-maldito-embrollo-pietro-germi-entre-el-policiaco-y-el-costumbrismo/
Aprovecho para inaugurar, además, el que espero se formato definitivo de estas colaboraciones. A partir de ya aparecerán aquí un extracto acompañado de un continuará. Si queréis seguir leyendo no tendréis más que clickar sobre ese enlace. Ahora empieza la película: “Pese a que la relevancia que actualmente pueda tener Pietro Germi proviene de sus aportaciones a la comedía costumbrista italiana durante la década de los 60, Divorcio a la italiana (1962) a la cabeza o la inmediatamente posterior Seducida y abandonada (1963), vehículos para el lucimiento de estrellas como Sophia Loren, Marcello Mastroianni o una jovencísima Stefania Sandrelli, no dejaban de ser filmes que ocupan solo una parte de su filmografía y en los cuales Germi aplicaba sobre la escuela satírica tan italiana, lo aprendido en el neorrealismo, en cierto modo prolongando, superando y popularizando este poderoso movimiento social y estético mediante su disolución en la entraña más popular del cine italiano, de igual modo a como lo hicieron Mario Monicelli, Dino Risi, Luigi Comencini, Luigi Zampa o Steno. Es decir Germi había llegado a la comedia y al éxito taquillero desde unas posiciones y una herencia de compromiso ideológico, moral/estilístico que, en el fondo, no diferirían demasiado de lo que luego serían sus películas más memorables. Esta misma operación de manipulación o acomodo de una reminiscencia neorrealista mezclada con la comedia costumbrista es aplicada en Un maldito embrollo sobre otro género codificado el thriller policiaco, con la base, además de una obra preexistente, la novela de Carlo Emilio Gadda Quer pasticciaccio brutto de via Merulana, publicada solo dos años antes, en 1957, y adaptada, al parecer, de manera muy libre hasta conseguir….”
https://esbilla.wordpress.com/2010/11/02/un-poliziotto-stanco-un-maldito-embrollo-pietro-germi-entre-el-policiaco-y-el-costumbrismo/
UN POLIZIOTTO STANCO
Pese a que la relevancia que actualmente pueda tener Pietro Germi proviene de sus aportaciones a la comedía costumbrista italiana durante la década de los 60, Divorcio a la italiana (1962) a la cabeza o la inmediatamente posterior Seducida y abandonada (1963), vehículos para el lucimiento de estrellas como Sophia Loren, Marcello Mastroianni o una jovencísima Stefania Sandrelli, no dejaban de ser filmes que ocupan solo una parte de su filmografía y en los cuales Germi aplicaba sobre la escuela satírica tan italiana, lo aprendido en el neorrealismo, en cierto modo prolongando, superando y popularizando este poderoso movimiento social y estético mediante su disolución en la entraña más popular del cine italiano, de igual modo a como lo hicieron Mario Monicelli, Dino Risi, Luigi Comencini, Luigi Zampa o Steno. Es decir Germi había llegado a la comedia y al éxito taquillero desde unas posiciones y una herencia de compromiso ideológico, moral/estilístico que, en el fondo, no diferirían demasiado de lo que luego serían sus películas más memorables.
Esta misma operación de manipulación o acomodo de una reminiscencia neorrealista mezclada con la comedia costumbrista es aplicada en Un maldito embrollo sobre otro género codificado el thriller policiaco, con la base, además de una obra preexistente, la novela de Carlo Emilio Gadda Quer pasticciaccio brutto de via Merulana, publicada solo dos años antes, en 1957, y adaptada, al parecer, de manera muy libre hasta conseguir el que quizás se el primer poliziesco estricto italiano. Centrado en la metodología y caracteres de los policías hasta dar lugar a una especie de «police procedural» costumbrista absolutamente insólito en la cinematografía del país. De tal modo que para el director esta película supone, en muchos aspectos una suerte de película-bisagra que aglutina no pocas de las constantes, pasadas y futuras, de su cine: por un lado el pulso callejero y la representación sin adulterar de tipos y ambientes o el desgarro dramático de lo desesperados (la carnalidad solar de la ya subyugante Claudia Cardinale gritando y corriendo desecha como una joven Anna Magnani), por otro la carga ideológica, la denuncia de los males de una sociedad, entre medias el humorismo popular y meridional (con destacado protagonismo del divertidísimo Saro Urzì, un habitual secundario de la filmografía del autor), rodeándolo todo el noir local que el propio Germi había ayudado de manera fundamental a construir un nuevo cine post-fascistas de género en trabajos como In nome della legge (1949) o La ciudad se defiende (1951) donde incorpora las formulas del noir norteamericano que también homenajeará en este Un maldito embrollo a través de aspectos particulares del propio personaje que él protagoniza, el simultáneamente, mundano y estilizado Inspector Ingravallo. Policía humanista y concienzudo que resulta una mezcla entre el carácter italiano y la iconografía americana sobre la que se da una curiosa circunstancia, sus rasgos externo más pulp, es decir el sombrero ladeado, el cigarro a medio fumar, las gafas oscuras, correspondían con la imagen real de Pietro Germi, con lo cual podría colegirse que Ingravallo es una variación sobre si mismo en un contexto abstracto de género.
Pese a que a finales de los años cincuenta el género todavía tiene una tradición relativamente tambaleante en Italia ya estaba comenzando a tratare con profusión dentro de parámetros similares (de herencia neorrealista o de infiltración cómica, para el la llegada del poliziottesco, es decir del genuino thriller all’italiana habrá que espera a finales de los 60 con título como Bandidos en Milán de Carlo Lizzani o el díptico Milano Calibre 9 (1972)- Nuestro hombre de Milán (1972), dirigidos por Fernando di Leo bajo la inspiración del gran novelista criminal Giorgio Scerbanenco) por otros directores a primeros de los 50 por gente como Fernando Cerchio en Il bivio (1951) protagonizada por Raf Vallone o prácticamente contemporáneas a la aquí tratada, caso de la coproducción española La Sfida / El desafío (1958) del muy politizado Francesco Rosi o aportaciones de Alberto Lattuada, quien asimismo había estado en lo orígenes con Il bandito (1946) y que en 1962 rodaría Mafioso (El poder de la mafia) a mayor gloria de «Alberttone» Sordi.
Para mayor felicidad del espectador que puede ser perfectamente ajeno a todo este devenir histórico del cine italiano, el film funciona a la perfección por si mismo. Germi logra hacer funcionar todo este dispositivo de síntesis genérica y referencial en un mecanismo tremendamente ágil, efectivamente cómico, mezclando también el realismo y la suntuosidad en un nivel formal, a través de una planificación limpia y enérgica, que alterna planos de elaborada fotografía en claroscuro y cierto barroquismo visual con otros repletos de personajes que hablan y se mueven sin parar consiguiendo una sensación de tumultuosa autenticidad y urgencia. Un maldito embrollo es, finalmente una realización que funciona por igual como artefacto de misterio, como reflejo satírico y como fresco pesimista, sin que ninguno de estos elementos empeñe o desequilibre a los otros, sino funcionando con la naturalidad del que domina su oficio.
Adrián Sánchez
http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaFilm.asp?IdPelicula=70000
Esta misma operación de manipulación o acomodo de una reminiscencia neorrealista mezclada con la comedia costumbrista es aplicada en Un maldito embrollo sobre otro género codificado el thriller policiaco, con la base, además de una obra preexistente, la novela de Carlo Emilio Gadda Quer pasticciaccio brutto de via Merulana, publicada solo dos años antes, en 1957, y adaptada, al parecer, de manera muy libre hasta conseguir el que quizás se el primer poliziesco estricto italiano. Centrado en la metodología y caracteres de los policías hasta dar lugar a una especie de «police procedural» costumbrista absolutamente insólito en la cinematografía del país. De tal modo que para el director esta película supone, en muchos aspectos una suerte de película-bisagra que aglutina no pocas de las constantes, pasadas y futuras, de su cine: por un lado el pulso callejero y la representación sin adulterar de tipos y ambientes o el desgarro dramático de lo desesperados (la carnalidad solar de la ya subyugante Claudia Cardinale gritando y corriendo desecha como una joven Anna Magnani), por otro la carga ideológica, la denuncia de los males de una sociedad, entre medias el humorismo popular y meridional (con destacado protagonismo del divertidísimo Saro Urzì, un habitual secundario de la filmografía del autor), rodeándolo todo el noir local que el propio Germi había ayudado de manera fundamental a construir un nuevo cine post-fascistas de género en trabajos como In nome della legge (1949) o La ciudad se defiende (1951) donde incorpora las formulas del noir norteamericano que también homenajeará en este Un maldito embrollo a través de aspectos particulares del propio personaje que él protagoniza, el simultáneamente, mundano y estilizado Inspector Ingravallo. Policía humanista y concienzudo que resulta una mezcla entre el carácter italiano y la iconografía americana sobre la que se da una curiosa circunstancia, sus rasgos externo más pulp, es decir el sombrero ladeado, el cigarro a medio fumar, las gafas oscuras, correspondían con la imagen real de Pietro Germi, con lo cual podría colegirse que Ingravallo es una variación sobre si mismo en un contexto abstracto de género.
Pese a que a finales de los años cincuenta el género todavía tiene una tradición relativamente tambaleante en Italia ya estaba comenzando a tratare con profusión dentro de parámetros similares (de herencia neorrealista o de infiltración cómica, para el la llegada del poliziottesco, es decir del genuino thriller all’italiana habrá que espera a finales de los 60 con título como Bandidos en Milán de Carlo Lizzani o el díptico Milano Calibre 9 (1972)- Nuestro hombre de Milán (1972), dirigidos por Fernando di Leo bajo la inspiración del gran novelista criminal Giorgio Scerbanenco) por otros directores a primeros de los 50 por gente como Fernando Cerchio en Il bivio (1951) protagonizada por Raf Vallone o prácticamente contemporáneas a la aquí tratada, caso de la coproducción española La Sfida / El desafío (1958) del muy politizado Francesco Rosi o aportaciones de Alberto Lattuada, quien asimismo había estado en lo orígenes con Il bandito (1946) y que en 1962 rodaría Mafioso (El poder de la mafia) a mayor gloria de «Alberttone» Sordi.
Para mayor felicidad del espectador que puede ser perfectamente ajeno a todo este devenir histórico del cine italiano, el film funciona a la perfección por si mismo. Germi logra hacer funcionar todo este dispositivo de síntesis genérica y referencial en un mecanismo tremendamente ágil, efectivamente cómico, mezclando también el realismo y la suntuosidad en un nivel formal, a través de una planificación limpia y enérgica, que alterna planos de elaborada fotografía en claroscuro y cierto barroquismo visual con otros repletos de personajes que hablan y se mueven sin parar consiguiendo una sensación de tumultuosa autenticidad y urgencia. Un maldito embrollo es, finalmente una realización que funciona por igual como artefacto de misterio, como reflejo satírico y como fresco pesimista, sin que ninguno de estos elementos empeñe o desequilibre a los otros, sino funcionando con la naturalidad del que domina su oficio.
Adrián Sánchez
http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Ficha/FichaFilm.asp?IdPelicula=70000
Gracias, Gracias, Gracias, la actuación del Pietro guauuuuu
ResponderEliminarnew links please
ResponderEliminarCambiados los enlaces
Eliminarmolto grazie !!!
ResponderEliminarmolto grazie !!!
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