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lunes, 8 de octubre de 2012

Luna e l'altra - Maurizio Nichetti (1996)


TÍTULO ORIGINAL Luna e l'altra
AÑO 1996
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS No 
DURACIÓN 100 min. 
DIRECTOR Maurizio Nichetti
GUIÓN Stefano Albé, Nello Correale, Laura Fischetto, Maurizio Nichetti
MÚSICA Carlo Siliotto
FOTOGRAFÍA Luca Bigazzi
REPARTO Iaia Forte, Maurizio Nichetti, Aurelio Fierro, Luigi Maria Burruano, Ivano Marescotti, Eva Robin's, Eraldo Turra, Fabiano Santacroce
PRODUCTORA Bambú Cinema e TV
PREMIOS
1996: Globos de oro: Nominada Mejor película extranjera
1996: Premios David di Donatello: Nominada Mejor actriz (Iaia Forte)
GÉNERO Comedia. Fantástico

SINOPSIS Milán, años cincuenta, después de la Segunda Guerra Mundial. Luna Di Capua trabaja como profesora en una escuela primaria. Llegó a la ciudad con su padre años antes, de Nápoles. Angelo Franchini, guarda en la misma escuela, está secretamente enamorado de la chica, pero no se declara. Durante una noche de tormenta, a causa de una caja mágica, la sombra de Luna se separa de ella, haciéndose visible, y comienza a tener su propia vida. Así comenzó la Luna tímida e introvertida una nueva vida que la llevará a conocerse a sí misma, sus propios deseos y el amor a la querida y cariñosa cuidadora. (FILMAFFINITY)


"Parlare di un film appena finito è sempre imbarazzante. Fatiche e ansie troppo recenti. Allora è meglio ricordare le collaborazioni felici che hanno reso possibile il film e questa volta ce ne sono state davvero di buone, a cominciare dal lavoro di LUCA BIGAZZI, direttore della fotografia. Con Luca ci si conosce da tempo, ma non avevamo mai avuto occasione di lavorare assieme. Credo sia stata per lui la prima commedia in un curriculum pieno di film drammatici. Ha lavorato benissimo nascondendo i colori sotto una patina di antico, veri colori anni cinquanta. Una ricostruzione d'epoca che mi ha molto soddisfatto, merito questo che Luca condivide con la scenografa e costumista del film, MARIA PIA ANGELINI, che ha lavorato sulla memoria, alla ricerca maniacale del soprammobile o del particolare indispensabile in un film che racconta una storia di quarant'anni fa. Maria Pia ha seguito le scenografie e i costumi di tutti i miei film da RATATAPLAN in poi. La nostra non è solo una felice collaborazione, nel 1975 ci siamo anche sposati! La postproduzione nei miei film è sempre importante e questo significa un grandissimo lavoro di montaggio per incastrare la fantasia con la realtà. Da "Ladri di Saponette" a "Luna e l'Altra" RITA ROSSI è il vero angelo custode di ogni fotogramma. E' lei che ha mischiato film e pubblicità in bianco e nero, cartoni animati e personaggi reali, le sette vite di Stefano e ha permesso a LUNA di parlare con la sua ombra. Non è solo un lavoro di montaggio, è anche una grande conoscenza di tutto ciò che riguarda gli effetti speciali e l'animazione. Quando ho conosciuto CARLO SILIOTTO un paio di anni fa, non abbiamo avuto bisogno di parlarci molto. Ci siamo trovati subito d'accordo su come utilizzare la musica per dare un'emozione in più alle immagini. La colonna sonora di LUNA E L'ALTRA è stata composta per accompagnare i sentimenti più che gli stacchi di inquadratura. I temi musicali del padre, della maestra, dell'ombra, del Circo si rincorrono lungo il film fondendosi l'uno nell'altro in modo naturale, antico. Un'ultima parola per ERNESTO DI SARRO col quale condivido dal 1988 le gioie e i dolori della BAMBU', la società produttrice dei miei film. Senza di lui non avrei potuto lavorare a dei prototipi cinematografici così originali, difficili da trasmettere in una sceneggiatura. Chiedere fiducia su idee sempre nuove, con processi realizzativi ai limiti della sperimentazione, non è facile. Occorre tanto amore per il cinema, grande stima e vera amicizia, Qualità che non sempre coincidono con le realtà produttive italiane. Noi, con la Bambù, ci proviamo e ogni volta tratteniamo il fiato in attesa dei risultati. Anche questo è fare cinema!".
Maurizio Nichetti

Curiosita
Tutte le ombre della protagonista, che si muovono autonomamente nel film, non sono realizzate con tecniche di animazione, ma con procedimanti fotografici. L'attrice ha recitato prima la sua parte, poi quella dell'ombra in una scenografia identica con gli stessi movimenti della macchina da presa. Poi, ricavato un mascherino, Luna e l'altra sono state sovrapposte nella stessa immagine.
http://www.nichetti.it/luna.html
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TEXTURAS
El dibujo animado convertido en hombre. Aproximación y entrevista a Maurizio Nichetti
En agosto del pasado año tuve, junto con la siempre inestimable colaboración de Aurora García, la oportunidad de entrevistar a Maurizio Nichetti, pocos días después de ver su último film, Honolulu Baby (2001), película con la que terminaba el visionado de su filmografía completa, y que pese a sus evidentes insuficiencias como espectador y admirador de la obra del cineasta milanés me suponía toda una sorpresa por el reencuentro con un envejecido Colombo, más de veinte años después de su aparición en Ratataplan (1979), título con el que precisamente comenzaba su andadura como director.
Maurizio Nichetti podría parecernos casi el entrañable protagonista de un cuento infantil; y en realidad, parece que todos sus esfuerzos siempre se han dirigido hacia el maravilloso objetivo de transformarse en un dibujo animado. Desde sus comienzos nos ha dado la sensación de ser un extranjero, un Gulliver en tierra desconocida, continuamente asombrado por unas costumbres que nunca alcanza a comprender completamente, que además le importan bien poco, y que conllevan el inevitable choque cada vez que intenta comportarse como uno de nosotros o adquirir alguno de nuestros incomprensibles comportamientos, ya sea encontrar un empleo hasta desenvolverse en éste en el poco probable supuesto de que lo haya conseguido. Un voluntario apátrida que deambula entre nosotros anónimamente (excepto claro está cuando ocasiona algún que otro desastre del que bien orgulloso podría sentirse ese otro alienado que responde al nombre de Jerry Lewis), que podría resultar una suerte de pariente lejano de la familia compuesta por Laurel & Hardy, Jacques Tati, Pierre Etaix, sin olvidar por supuesto a ese tío chiflado que siempre está pensando en la Luna que es Georges Melies. No resulta extraño pues que en estos tiempos de un cine cada vez más globalizado, más frío, más tecnológico, el nombre de Maurizio Nichetti, todo un ejemplo de artesano del cinematógrafo, como el de tantos otros, nos suene a chino. En realidad, si obviamos estrenos muy lejanos casi fantasmagóricos, en España el único título de su filmografía que ha gozado de cierta repercusión es Querer volar (Volere volare, 1991), film que posiblemente es el que mejor nos puede ayudar a situar la mirada “Nichettiana”, llena de ingenuidad, fantasía y poesía, pero que paradójicamente parece suponer un fin de trayecto. A partir de su siguiente trabajo Stefano Quantestorie (1993), sin renunciar nunca a su particular mundo de cuento parece encontrarse frente a un callejón sin salida. Los temas de siempre tienen la misma importancia, los nuevos se integran perfectamente en el conjunto, el lenguaje con los años se torna mucho mas cuidado, pero una sensación de cansancio parece repetirse una y otra vez en cada secuencia. Eso no quita por supuesto que el visionado del último tramo de su obra sea en absoluto desdeñable, el conjunto de títulos que lo integran, especialmente la muy felliniana Luna e l´altra (1996) suponen en mi opinión toda una lección de humildad, de sabiduría fílmica, y un encantador derroche de imaginación. El problema creo que puede encontrarse precisamente en esa suerte de fin de trayecto. Desde su primer trabajo, la sensación de evolución entre película y película es enorme, casi podríamos pensar que nos encontramos frente a una gran película que su autor realiza por entregas y que conforme se construye se va haciendo cada vez más y más compleja. Con Querer volar, Maurizio-nos lo dice en la entrevista-cumple uno de sus grandes sueños, convertirse en dibujo animado, ¿cuál es el camino para este cómico que se ha vuelto de dibujos y ya no puede volver a ser de carne y hueso? Por eso creo que la primera etapa de Nichetti es maravillosa; el autor continuamente se está buscando, y lo hace a partir de sus maestros, ya sean el animador Bruno Bozzetto, con el que trabajó durante años y del que aprendió los trucos del oficio, o los grandes cómicos del cine mudo, con Búster Keaton a la cabeza; y para mi, tal vez me equivoque, el camino, la búsqueda, dentro de la creación es siempre lo más sugestivo. Estos primeros films quizá sean mucho más farragosos, anárquicos, pero poseen una particular ingenuidad, melancolía que los hacen irresistibles. Para mi, sus grandes trabajos son los tres primeros, una suerte de trilogía que quizá me estoy inventando, que suponen un perfecto viaje guiado por el particular mundo de Maurizio Nichetti.
Se me ocurren ahora dos nuevas maneras de aproximarme a su figura, posiblemente más acertada que la anterior palabrería:

1.
Érase una vez un país de mentira al que todo el mundo siempre confundía con Italia; sus ciudades parecían reflejos de Milán o Roma, sus habitantes hablaban un italiano que cualquier romano envidiaría, y físicamente no estaban demasiado lejos de un napolitano común. Echando sin embargo un rápido vistazo a sus costumbres, su cotidianeidad (supongamos que somos unos científicos de cualquier país pre Gulliver y estamos emocionados observando un nuevo hallazgo, en este caso un país que inexplicablemente ha permanecido oculto entre nosotros) no dudaríamos en afirmar que lejos de estar estudiando un rincón del planeta nos encontramos frente a un mundo de chiflados que poco o nada tiene que ver con nosotros…

2.
Érase una vez un hombrecillo que vivía en una buhardilla llena de extraños aparatos aparentemente inservibles que se pasaba las tardes, oculto detrás de sus enormes gafas y su frondoso bigote, tratando de descubrir la manera de convertirse en un dibujo animado…
Pues bien, este hombrecillo un día la encontró…
Palabrería, palabrería, finalmente, creo que lo más oportuno será que dejemos que sea el propio Maurizio quien nos descubra, al menos parcialmente, sus secretos…


Tu trayectoria cinematográfica comenzó junto a Bruno Bozzetto y Guido Manuli en el cine de animación, ¿hasta que punto fue definitiva esta experiencia a la hora de construir tu propia mirada?

Trabajé durante ocho años en el estudio de Bruno Bozzetto. Fueron años muy importantes para conocer todas las distintas fases de una obra cinematográfica, desde el guión hasta el montaje, desde la sonorización hasta las tomas con diversas técnicas.

Todos tus films, especialmente los primeros están cargados de una particular imaginería, fantasía, que parece deber mucho al cine de animación, ¿buscaste deliberadamente esta estética?

Con Bozzetto trabajaba principalmente como guionista, escribíendo guiones para dibujos animados (Allegro non troppo y 3 largometrajes con el personaje del señor Rossi); luego estudié mimo en el Piccolo Teatro di Milano. Cuando decidí rodar mi primer film, era natural hacerlo con las experiencias que había tenido. Gags en forma de dibujos animados ... ¡mudos!

En muchas de tus películas parecen gravitar muchos de los cómicos del cine mudo, recuerdo por ejemplo a Colombo en Ratataplan y su delirante piso que parece construído por el mismísimo Keaton de The electric house (1922), y sobre todo el propio personaje de Maurizio, ¿ha sido muy importante la influencia de estos actores?

Fui un gran apasionado de todos los actores cómicos del cine mudo. Keaton era mi preferido mientras Stan Laurel e Oliver Hardy fueron quienes me enseñaron muchos tiempos cómicos. Cuando empecé a hacer cine, conocía sus films de memoria y los cité a menudo. Muchas veces conscientemente, otras inconscientemente. En las películas que siguieron, estas citas fueron disminuyendo con la llegada de los diálogos, pero en las primeras dos películas en las que no hablaba se siente mucho esta pasión mía por los grandes maestros del cine mudo.

Me parece muy interesante la evolución del personaje Maurizio, casi paralela a la de diversos personajes del cine cómico mudo, en Ratataplan y Ho fatto splash (1980) parece sacado de un film cómico de los años 20, y de pronto sin abandonar toda esa carga de delirio, inclusive poesía, se convierte en el parlanchín protagonista de Domani si balla (1982), te planteaste este paralelismo, ¿cómo llegó el momento en que Maurizio debía hablar?

No fue un momento fácil y Domani si balla fue una prueba bastante dura. ¡Luego interrumpí el trabajo durante 6 años! Hice mucha televisión también para aprender cómo utilizar mejor la palabra. En Ladrones de anuncios (Ladri Di Saponette) de 1988 creo haber vuelto al cine hablado con mayor madurez. La fantasía y la poesía se armonizan mejor con una historia mejor construída y con contenidos que permanecen actuales hoy en día. Una reflexión sobre el mundo de la televisión que pude hacer precisamente después de trabajar durante años en la televisión. Hoy, a casi 20 años de distancia de aquel film, puedo decir que Ladrones de anuncios trataba de todos los peligros que más tarde se presentaron puntualmente. Fragmentándolo todo, el lenguaje de la tele ha destrozado más de un oficio, más de una profesión y hoy, en Italia, todos los directores, para poder trabajar, tienen que trabajar para la tele, entrampados en las reglas de la audiencia, tal cómo el director de Ladrones de anuncios se quedaba atrapado en una pantalla de televisión al final de su desventura...

Maurizio finalmente se convierte en Volere volare en un dibujo animado, ¿era este el único camino posible para él?

Convertirme en un dibujo animado siempre fue uno de mis sueños infantiles... Este argumento ya dio origen a Domani si balla. Pero como no encontramos el dinero para que los dibujos animados conquistaran La tierra decidimos que la invadieran la música y la danza que, desde el punto de vista cinematográfico son más económicas... Por otra parte juré retomar más adelante el argumento de los dibujos animados con Guido Manuli (otro célebre dibujante italiano, gran amigo y coguionista de Domani si balla). Pero hacer una invasión de la tierra seguía siendo demasiado caro para nosotros (¡Mars Attack -Tim Burton, 1996- llegó más tarde!) así que decidimos que un dibujo animado invadiese un cuerpo humano. Este proyecto estaba a nuestro alcance, pero aun tuvimos que esperar s ocho años para poder realizarlo, desde 1982 hasta 1990. Tan sólo conseguimos dar con el dinero necesario tras el gran éxito mundial de Roger Rabbit...

Hemos hablado de los cómicos mudos pero creo que hay otro de los pioneros que es muy importante en tu filmografía, Georges Melies. Realizaste Le cauchemar d´un inventeur (1988), y en Domani si balla hay un tan hermoso como divertido homenaje, por un momento confieso que me engañaste y pensé que los marcianos bailando eran un extracto de algún trabajo de Melies, háblame de esta influencia.

Dije muchas veces, escandalizando a los periodistas, que en mi opinión los Lumiere inventaron la televisión, el reportaje realista, mientras Melies asentó las bases del cine fantástico que más tarde encontró... sus continuadores en Spielberg, Lucas, Zemeckis etc. Efectivamente, en un film de Melies los actores, reales, actuaban delante de telones de fondo dibujados, realidades virtuales que hoy en día se realizan con sofisticadas tecnologías 3D; sin embargo, las ganas de sorprender y de desarrollar lo fantástico sigue siendo la misma. Es un escándalo que Melies acabase viviendo en la pobreza construyendo juguetes para niños a lo largo de la Sena, mientras en el mundo entero, hasta nuestros dias, muchos llevan adelante su sueño de un cine capaz de contar no sólo la realidad sino también la fantasía.

La televisión ha estado presente en buena parte de tu filmografía, recuerdo a los trabajadores explotados de Domani si balla, la guapa presentadora que finalmente parece abandonar por unos instantes la pequeña pantalla y visitar a Antonio en Il bi e il ba (1985), hasta llegar a Ladrones de anuncios, en la que vemos como la emisión de un film en TV puede llegar a desvirtuarlo con mil y una interrupciones. En diversas ocasiones, además, has trabajado para TV, háblame un poco de tu interés por la pequeña pantalla.

En los últimos 15 años la televisión ha invadido el mundo. Lo que en Domani si balla! (¡¡¡hace 25 años!!!) parecía fantasía, hoy es realidad. Representaba a unas personas ancianas que se pasaban la tarde delante del videófono y hoy, jóvenes y ancianos se pasan la tarde delante de reality shows filmados por cámaras escondidas y fijas, como las de seguridad en los bancos. La alta definición, los satélites, el digital terrestre, los videojuegos, han enriquecido la oferta de imágenes en la pequeña pantalla, de manera que el cine está metido en una espiral de peliagudos problemas.

He vivido estos 15/20 años con gran estupor y curiosidad. Sin quejarme nunca, he intentado contar mis historias también gracias a las nuevas tecnologías. Tal cómo hoy estoy fascinado por desafíos siempre distintos que no se escapan a la serialidad televisiva o a la interacción entre espectador y autor (una interacción que ya traté en Stefano Quantestorie, film de 1993, cuando aún no existían los DVDs y no era posible eligir el desarrollo de una historia, como proponen hoy muchos videojuegos.). Está claro que fueron años difíciles para quienes, como yo, amaban una antigua profesión: La del cómico que, sin necesidad de tantos efectos especiales, sabía cómo encontrar un gag que sorprendía al espectador. Pero, en el mundo del espectáculo, nuestro amor por el pasado no debe quitarnos nunca la curiosidad por el presente o por el futuro, incluso si ello significa volver a empezar cada vez como un novel, entre colaboradores muy tecnológicos que quizá no hayan visto nunca una película de Charlie Chaplin.

En tus últimos trabajos tengo la sensación de que como cineasta te has convertido en un autor de lenguaje mucho más clásico que en tus comienzos, ¿cómo ha sido esta evolución artística?

Estoy muy fascinado, como decía, por las posibilidades expresivas de medios cada vez más sofisticados; tecnologías de ciencia ficción que me gustaría poder utilizar para contar la fantasía y el sueño que faltan siempre en la televisión de hoy. Es el único ámbito en el que el cine puede atribuirse una originalidad suya propia que no haya sido puesta en crisis por una tele-realidad que ha monopolizado todos los programas de toda franja horaria.

Me gusta mucho como la fantasía irrumpe de pronto en las narraciones mas naturalistas, me parece especialmente conseguido el hermoso retrato que haces de la Italia de los años 50 en Luna e l´altra, cargado de ternura, melancolía y como de pronto con la llegada del circo, la fantasía se cuela en la vida de sus protagonistas, como narrador casi me recuerdas a un entrañable cuenta cuentos. Como autor romper en toda tu obra con la realidad parece prioritario, háblame de ello.

Mientras presentaba Luna e l´altra en Montreal, un crítico canadiense me dijo que a mis films se les podía catalogar como films de neorrealismo fantástico! Esa definición me gustó mucho. Efectivamente, como italiano estoy ligado al neorrealismo por cultura y por obligaciones de la producción, pero como autor me fascina más lo fantástico, no como fin en sí mismo sino aplicado a los recuerdos, a un contenido, a una historia muy real. Desde aquel día intenté mirar a la historia del cine buscando a otros autores a quienes se les podría colocar en la categoría del neorrealismo fantástico y con Buñuel, Ferreri, Fellini... ¡me sentí muy bien acompañado! Historias verdaderas, para contar la sociedad, pero realizadas con gran libertad

Fue toda una sorpresa reencontrarme con Colombo en Honolulu baby, que pese a que en apariencia esté "integrado en la sociedad", está casado, tiene un trabajo como arquitecto, parece seguir tan alienado como en Ratataplan, ¿cómo fue el reencuentro con este personaje después del Antonio de Ladri di saponette o el Angelo de Luna e l´altra?

En 1979 Colombo buscaba trabajo. Yo como muchos otros jóvenes buscaba trabajo. El 2000, a principios del nuevo milenio, era el año en el que a muchos cincuentones (Colombo tenía 50 años) se les despedía, apartados por la llegada de nuevas generaciones más tecnológicas, más agresivas. Me pareció justo, contando la historia de un hombre apartado del trabajo, hacerlo con el mismo personaje que 21 años antes no conseguía encontrar un trabajo... En el fondo, Colombo creció conmigo y tuvo que enfrentar problemas distintos en épocas distintas.

Tanto en Luna e l´altra como en Honolulu baby veo cierta influencia de Fellini, incluso Ladri di saponette me parece más próxima a 8 1/2 (1963) que a tal vez De sica, ¿has pensado en este cineasta a la hora de plantear estas películas?

Él también contaba su realidad pasándola por un filtro de fantasía. En Luna e L’altra estaba el circo y el circo, desde el punto de vista cinematográfico, es feliniano... pero antes que él, Chaplin y Tati también lo habían visitado. Por esta misma razón nunca quise rodar una película sobre el circo (de joven, trabajé durante un año como payaso en un pequeño circo, el mismo que dio el telón a Fellini para La strada -1954-); en Luna e L’altra la historia de la sombra me permitió afrontar el circo con un tema, el de las sombras, menos evidente. Honolulu Baby tal vez exprese el mismo amor por el mundo femenino que el que tenía Fellini (La ciudad de las mujeres -La città delle donne, 1980-), pero es un título que pertenece ya al nuevo milenio, no es una casualidad que haya sido mi primer film montado y realizado con el ordenador; a la vez acabó siendo el último, precisamente porque en los últimos años los nuevos lenguajes me llevaron a experimentar con otros formatos. He realizado 30 films mudos de 8 minutos, 54 films de animación de 1 minuto para las Olimpiadas de Turín 2006, espectáculos de teatro, obras líricas, proyectos de serie para la tele... esperando que valga la pena otra vez trabajar en un largometraje para el cine; un cine que mientras tanto ha cambiado en la distribución, la producción y el público.

¿Como actor además de con Bozzetto o Manuli has trabajado con Monicelli, o Tacchella, ¿qué tal la experiencia de ser dirigido por otros autores?

Muy interesante. Casi unas vacaciones para quien, como yo, está habituado a producir, escribir y dirigir una película. He trabajado con amigos, maestros de un cine que hoy es siempre muy difícil de hacer, pero por esto mismo ha sido una experiencia inolvidable.

Desaparecida gente como Massimo Troisi, tengo la sensación de que te has convertido casi en una especie de superviviente a la hora de entender, construir, un film cómico. Como autor creo que has asumido muy bien a gente como Chaplin o Keaton, pero también a Jerry Lewis, Jacques Tati, o Pierre Etaix, ¿es difícil en la Europa contemporánea poder sacar adelante una mirada tan personal como la tuya?

Un superviviente se siente quien intenta repetir una infinidad de veces películas del pasado sin conseguirlo. Yo, como te decía, tengo siempre muchos proyectos nuevos y no me refiero sólo a los cinematográficos. En una época en la que podemos navegar en Internet, mirar vídeos en YOUTUBE, rodar con el móvil, sería un grave error seguir pensando en el cine según las reglas de producción y distribución del siglo pasado... Incluso en los nuevos medios y con los nuevos lenguajes es posible expresarse libremente y con fantasía para un público que cambia cada tres años de manera muy evidente. La experiencia y la sensibilidad personal son una riqueza que ninguna tecnología jamás podrá reemplazar, por lo tanto en los últimos 15 años, llenos de grandes revoluciones audiovisuales ninguna nueva invención me ha preocupado.

Sé que es una pregunta tan obvia como tópica, y lo lamento, pero como admirador tuyo tengo que hacerla, para cuándo un nuevo de film de Maurizio Nichetti?

En cuanto surja una idea demasiado grande como para dejarla encerrada en un móvil, demasiado bonita como para proponerla a la tele, demasiado visual como para escribirla en un libro, demasiado original como para serializarla ... y tan económica que no requiera el dinero de quien, para garantizarte un presupuesto, pretende entender los sueños antes de verlos.

Ciao,
Maurizio Nichetti
Entrevista realizada por Ramón Alfonso el 10 de agosto de 2007
Traducción: Riccardo Di Salvatore
http://shangrilatextosaparte.blogspot.com.ar/2008/01/texturas-el-dibujo-animado-convertido.html
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Luna e l’altra (1996) è un film nelle corde di Nichetti, regista e attore a tempo pieno. Interpreti: Iaia Forte, Maurizio Nichetti, Aurelio Fierro, Luigi Burruano, Ivano Marescotti, Eraldo Turra, Luciano Manzalini, Marco Pironti, Fabio Santacroce ed Eva Robin’s (Roberto Coatti). Sceneggiato dal regista insieme a Nello Correale, Laura Fischetto e Stefano Albè. Buona ambientazione anni Cinquanta per una fiaba incentrata sulla figura di una timida maestra (Forte) napoletana trasferitasi a Milano, che per colpa di una lanterna magica perde il controllo sulla sua ombra. La maestra era timida e riservata, ma l’ombra comincia a vivere una sua esistenza priva di pregiudizi. In questo modo sconvolge la vita di un imbranato e altrettanto timido bidello (Nichetti). La pellicola perde spesso i fili della storia perché Nichetti è alla perenne ricerca della gag e della macchietta surreale, spesso difficilmente comprensibile nell’economia di un lavoro cinematografico. La Banda Osiris interpreta i musicisti del circo.
http://cinetecadicaino.blogspot.com.ar/2011/08/il-realismo-fantastico-di-maurizio.html

2 comentarios:

  1. Esta pero muy interesante. Ojala aparezcan pronto los subtitulos. Gracias por estas peliculas colmadas de fantasia.

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  2. La prego di caricare di nuovo?

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