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domingo, 23 de junio de 2013

Peperoni ripieni e pesci in faccia - Lina Wertmuller (2004)


TITULO ORIGINAL Peperoni ripieni e pesci in faccia
AÑO 2004
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS No
DURACION 98 min.
DIRECCION Lina Wertmüller
GUION Umberto Marino, Elvio Porta, Lina Wertmüller
MUSICA Lilli Greco
FOTOGRAFIA Giuseppe Lanci
REPARTO Sophia Loren, F. Murray Abraham, Casper Zafer, Carolina Rosi, Angela Pagano, Emiliano Coltorti, Melissa Marin, Silvia Abascal
PRODUCTORA Coproducción Italia-Alemania-España; Institut del Cinema Català (ICC) / Ministero per i Beni e le Attività Culturali (MiBAC) / Solaris Cinematografica
GENERO Romance. Drama. Comedia

SINOPSIS Después de un largo matrimonio, Maria y Jeffrey han entrado en crisis. Intentando mantener unida a la familia, ella trata de convencer a sus hijos para que asistan al cumpleaños de la anciana abuela Asunta, propietaria de la bella casa en que viven. Pero sus hijos atraviesan una mala racha. Francesco es un escritor que se siente avergonzado de haber alcanzado la fama con un libro de ínfima calidad literaria, razón por la que su esposa le ha perdido el respeto. Marco es médico y es feliz con su familia, pero su mujer está decidida a tirarlo todo por la borda con tal de hacerse actriz. Mientras tanto, Miriam, que es una joven emancipada, descubre que está embarazada, pero no sabe cuál de sus amantes es el padre. (FILMAFFINITY)


La vuelta del “cinema più brutto del mondo”
En los años ’70, Arcangela Felice Assunta Job Wertmüller von Elgg Spanol von Brauchich (más conocida como Lina Wertmüller) logró cierta fama, y hasta un aura artística y progre, gracias a una serie de subcomedias all’italiana de humor gruesísimo, que mechaban referencias políticas más gruesas aún. Siempre con Giancarlo Giannini como depositario de los dardos, Mimí metalúrgico, Amor y anarquía, Pascualino Sietebellezas e Insólito destino llegaron a gozar de carácter legendario en el circuito “de arte” argentino. A la altura de Amor, muerte, tarantela y vino, su primera película con Sophia Loren (1978), ya era evidente que el espejismo se sostenía sobre los más vulgares estereotipos culturales, sexuales, regionales, cinematográficos y políticos. Algo que las películas siguientes (Sotto, Sotto..., Noche de verano con perfil griego, etc.) confirmaron hasta el hartazgo. Reunión de Wertmüller & Loren un cuarto de siglo más tarde, Peperoni ripieni e pesci in faccia –que se estrena en Argentina con cinco años de demora, en proyección DVD y el título Demasiado amor– no podía sino profundizar la decadencia de ese arte que nunca fue.
Con 70 años encima, la Loren es un ejemplo perfecto del retoque bien hecho, y para más de una candidata al bisturí sería bueno observar el trabajo con atención. Eso es, seguramente, lo único salvable de esta comedia alla Campannelli, en la que la familia de Sophia se reúne a celebrar el cumple de la nonna. Si resulta curioso que el padre sea un ex periodista estadounidense devenido humilde pescador napolitano (F. Murray Abraham, Salieri en Amadeus), más curioso es que no sólo él sino todos los que lo rodean estén doblados al italiano. El motivo es muy sencillo: por cálculos de distribución, el idioma original de esta típica commedia napolitana no es, como podría suponerse, el de Dante, sino el de Shakespeare (con perdón por ambas referencias). También a la Loren le toca hablar fuera de syncro. Y como si estuviera todavía en Dos mujeres (1960), Sophia hace de la sufrida mamma, que carga sobre sí el peso de la familia en pleno y cree que el marido la engaña. Ya descubrirá que no es tan así, como las reglas de la complacencia lo indican. Entre postales mediterráneas, va fangulos, gesticulaciones, madonnas mias, chistes de cantina, mannaggias, mujeres que abandonan a su familia y les pegan por eso (Wertmüller siempre fue una campeona de la misoginia), parmigianas, canzonettas, actores de telenovela y actrices españolas que están ahí por cuestiones de coproducción, Demasiado amor es la clase de película que explica por qué hay un libro sobre cine italiano llamado Il cinema più brutto del mondo.
Horacio Bernades
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/2-14832-2009-08-06.html


El amor en todas las direcciones
En Demasiado amor, Lina Wertmüller deja de lado su habitual temática política para relatar una historia de amor en el marco de una bella aunque abandonada casa sobre la costa amalfitana. Allí, María, una algo madura pero bella mujer, domina una tribu familiar moderna y disfuncional. Hay tres hijos que viven lejos de ese hogar en el que ella y Mario, un ex periodista convertido en pescador, transitan por un matrimonio desgastado.
También vive una abuela malhumorada para cuyo cumpleaños llegan a la casa los tres hijos, cada uno con algún problema laboral y sentimental. Así, María trata de hacer cambiar de idea al que está a punto de divorciarse y conformar al otro, un nunca satisfecho exitoso escritor de novelas, mientras se entera de que su hija, soltera, está embarazada no sabe muy bien de quién. El film coral, dominado por la belleza perenne de Sofia Loren, suma arribos agradables y partidas tormentosas, peleas, amores, falsas tragedias, confidencias sobre el amor entre madre e hijos y risas y equívocos.
Wertmüller supo radiografiar a estos prototipos que se reúnen con sus ánimos algo alicaídos y que buscarán el amparo de la madre. Así, entre diálogos tiernos y discusiones altisonantes, María descubrirá que su propio matrimonio necesitaba de más comprensión hacia su marido, sumido en una tarea -pescar para ganarse la vida- que ella detesta. El film intenta dejar un claro mensaje: el amor no es bello si no es belicoso y cualquier escozor no hace otra cosa que rejuvenecer la pasión. .
Adolfo C. Martínez
http://www.lanacion.com.ar/1158999-el-amor-en-todas-las-direcciones

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