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lunes, 7 de febrero de 2022

Michelangelo Infinito - Emanuele Imbucci (2017)

TÍTULO ORIGINAL
Michelangelo - Infinito
AÑO
2017
IDIOMA
Italiano
SUBTÍTULOS
Español, Inglés y Francés (Opcionales)
DURACIÓN
97 min.
PAÍS
Italia
DIRECCIÓN
Emanuele Imbucci
GUIÓN
Emanuele Imbucci, Cosetta Lagani, Sara Mosetti, Tommaso Strinati
MÚSICA
Matteo Curallo
FOTOGRAFÍA
Maurizio Calvesi
REPARTO
Enrico Lo Verso, Ivano Marescotti
PRODUCTORA
Sky Italia, Magnitudo. Distribuidora: True Colours
GÉNERO
Drama | Biográfico. Pintura

Sinopsis
El mundo del cine y del arte se unen con la finalidad de retratar al genio del Renacimiento, Michelangelo Buonarotti. Un hombre reservado así como también perturbado, capaz de marcados contrastes y de fuertes pasiones, pero también dueño de un gran coraje cuando tuvo que sostener sus creencias. Una personalidad inmortal, uno de los más grandes artistas que haya existido, creador de una rica y variada producción que después de varios siglos sigue deslumbrando al mundo. Esta asombrosa película, filmada con las tecnologías más avanzadas, rescata la principal producción escultórica y pictórica de Michelangelo, mostrando sus obras maestras más famosas: La bóveda de la Capilla Sixtina, La Piedad, El David, El Moisés, El Juicio Final y La Cúpula de San Pedro entre otras.

Premios
2018: Premios David di Donatello: Nominada a mejores efectos visuales

2 
4 

Michelangelo “Miguel Ángel” Buonarroti (1475-1564) no necesita presentación: qué más se puede decir del genio de la escultura y la pintura, que también demostró dotes de arquitecto (suyo es el diseño de la cúpula de la basílica de San Pedro del Vaticano). Hombre iracundo, a menudo arrogante, no llevaba bien las comparaciones y rivalizó con pintores de la talla de Rafael Sanzio y Leonardo da Vinci, y lidió con mecenas papales como Julio II, León X y Clemente VII. Qué más se puede decir y que no hayamos visto en documentales de todo tipo e incluso películas: cuesta quitarse de la cabeza a Charlton Heston como el genio renacentista que tuvo sus más y sus menos con un Julio II interpretado por Rex Harrison en «La agonía y el éxtasis» (Carol Reed, 1965), filme basado en la novela homónima de Irving Stone.

Pues he aquí que llega a la pantalla grande el documental “Michelangelo infinito” (2018), dirigido por Emanuele Imbucci, coguionista junto a Cosetta Lagani, Sara Mosetti y Tommaso Strinati, y que cuenta con la producción de Francesco Invernizzi, de quien gozamos no hace mucho de sendos documentales sobre Leonardo da Vinci y Bernini. Pero a pesar de tener el plácet de Invernizzi, nos tememos que este filme no goza de las mismas virtudes en cuanto a guion que los documentales mencionados, aunque sí brilla en el aparato visual. Y es que, más que un documental canónico, nos encontramos con un docudrama, en el que un Giorgio Vasari maduro (Ivano Marescotti) nos cuenta la biografía de Miguel Ángel (Enrico Lo Verso) a partir de las páginas que le dedicó en su obra “Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos” (1568).

«Michelangelo infinito» reconstruye la vida del artista florentino, desde que siendo niño fuera instruido en la escuela del pintor Domenico Ghirlandaio, cuando mostró las suficientes dosis de genio y soberbia que le acompañarían toda su vida, la etapa de aprendizaje con Bertoldo di Giovanni y la admiración y el apoyo de un maduro Lorenzo el Magnífico de Florencia (para quien, junto a otros miembros de la familia Médici, años más tarde proyectó un grupo escultórico inacabado en la sacristía de la basílica de San Lorenzo en la ciudad del Arno). Fruto de los años siguientes serían obras pictóricas como “La Sagrada Familia o el Tondo Doni” (c. 1506) o esculturas de la talla del “David” (1501-1504).

De Florencia pasó ya en una primera madurez a Roma, donde años antes esculpiera la “Piedad del Vaticano” (1498-1499), y tuvo a Julio II como mecenas, quien le encargara la construcción de un monumento fúnebre, un grupo escultórico del que sólo culminara por completo un “Moisés” (1513-1515; la tumba, de hecho, no sería terminada hasta 1545, tres décadas después de la muerte del papa), situado en la basílica de San Pietro in Vincole. De esta etapa romana destacan los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina (1508-1512), que recrean los episodios iniciales del Génesis bíblico, con la icónica imagen de la creación de Adán en la parte central, rodeados por retratos de profetas y sibilas. A esta magna obra y a los frescos sobre “El Juicio Final”, pintados tres décadas después (1537-1541), se dedica una parte sustancial del documental, sin duda los mejores, y en los que se detallan las escenas y se “recrea” el estilo pictórico de Miguel Ángel.

Mezclando soliloquios y performances de Lo Verso como Miguel Ángel (especialmente delante de un bloque de mármol y con una maza, metáfora demasiado evidente de la pasión inagotable de un genio que siempre buscó ese infinito que se menciona en el título), el documental escoge y se recrea en algunos episodios y obras de la vida del genio florentino, y lo muestra también como figura pintada por otros artistas, como Heráclito en “La Escuela de Atenas” (1510-1511) de Rafael, o por sí mismo en la piel de san Bartolomé de “El Juicio Final”.

El resultado es un documental que se entretiene demasiado en una dramatización trascendental y alegórica del personaje, pero que, lo anticipábamos, brilla en la magnífica exhibición de sus obras más icónicas, del David al Moisés y especialmente los frescos de la Capilla Sixtina. Son esos minutos dedicados a mostrar con detalle los maravillosos trabajos que nunca nos cansaremos de ver, y más después de la reciente restauración en la citada capilla de los Museos Vaticanos, los que permiten que disfrutemos de un documental más que correcto, pero lejos del brillo de filmes que recientemente hemos podido contemplar y que nos dejan con la boca abierta. En este caso, el exceso de drama ficcionado y una música que, por grandilocuente, acaba por ser irritante. Pero, dejando esto al margen, lo cierto es que el documental tiene los suficientes alicientes para deleitar a los apasionados por el arte. Michelangelo Buonarroti pudo querer el infinito, pues el arte no parecía satisfacerlo plenamente (parafraseando una cita de otro genio de la escultura, Auguste Rodin, mencionada al final del filme), pero desde luego lo acarició innumerables veces con el cincel, el martillo y los pinceles.

Óscar González
https://www.fantasymundo.com/michelangelo-infinito-de-emanuele-imbucci-un-documental-mas-que-correcto-pero-no-brillante/

Este documental ficcionado retrata la trayectoria de Michelangelo Buonarotti desde la perspectiva del artista y escritor Giorgio Vasari (interpretado por Ivano Marescotti), el gran historiador de los artistas del Renacimiento, combinando sus palabras con la peripecia del Tondo Doni, la única obra conocida que Miguel Ángel pintó sobre madera, está en la Galería Uffizi, y le costó al pintor una larga negociación en la que fue pidiendo cada vez más dinero a su mecenas de turno para terminarla. La banda sonora difunde no sólo las palabras de Vasari sino que las confronta con las del propio Miguel Ángel, desde su aprendizaje, casi un niño, a la sombra de Ghirlandaio, hasta su pasaje a la tutoría de Bertoldo di Giovanni y el conocimiento de Lorenzo el Magnífico. Miguel Ángel (encarnado por Enrico Lo Verso) pinta, esculpe, disecciona cadáveres para aprender la forma humana, habla en voz alta, evoca su disputa con Rafael, vocifera sus frustraciones, denuncia celos ajenos, se pelea con colegas (uno de ellos le rompió la nariz de un puñetazo).

Esa zona del film proporciona un apretado resumen de la trayectoria vital del artista, pero no es por supuesto lo más importante. Porque lo que más vale en una película sobre Miguel Ángel es naturalmente la obra de Miguel Angel. Tanto el Vaticano como Florencia permitieron al equipo de filmación rodar allí donde están el David o la Pietá, y son esos y otros capolavori los que constituyen el verdadero estrellato del film.

“El arte no lo contentaba, él quería el infinito”, reza una cita de Rodin recordada en el film. El resultado es un documental de calidad que muestra con detalle minucioso y esmeros de composición visual iluminación la obra del artista, y hasta permite asomarse a algunos aspectos de su personalidad, entre el orgullo y la angustia, entre la ambición y la conciencia de la propia genialidad. Cuando buena parte del arte contemporáneo se ha convertido en una ostensible estafa que involucra a críticos y marchantes, conviene recordar los tiempos en que para pintar o esculpir había que saber pintar o esculpir.

https://cinemateca.org.uy/peliculas/410

Es la biografía de Miguel Ángel basándose en sus obras y narrada por Giorgio Vasari, uno de los primeros historiadores del Arte del siglo XVI que escribió sobre los artistas italianos de la época. Michel Angelo Buonarroti, uno de los genios del Renacimiento, está interpretado acertadamente por Enrico Lo Verso (Malatesta en Alatriste) y hace una verbalización de los pensamientos más íntimos del artista para ir explicando sus respectivas obras y los sentimientos surgidos de ellas y hacia ellas. Nos muestra las profundas reflexiones de Miguel Ángel (un hombre atormentado que nunca estuvo satisfecho con su trabajo) para que el espectador le acompañe en ese proceso creativo de la manera más cercana posible padeciendo sus emociones, tormentos y contradicciones. Aunque hay ciertas recreaciones históricas, sobre todo al principio, para centrar al espectador en el tiempo y en el espacio (Florencia y Roma), se quedan cortas y se echan en falta porque siempre aportan ese dinamismo que suele faltar en el documental que, por su género, tiende a ser lento.

El film tiene una secuencia cronológica y empieza mostrándonos un Miguel Ángel niño que se cría con la familia de un cantero y que posee un talento especial para el dibujo. Tan es así que su padre, a la postre y a regañadientes, accede a que estudie a los trece años en el taller de los Ghirlandaio para que desarrolle su don. Al poco, destaca sobre los demás alumnos suscitando celos y envidias que derivan en agresiones físicas (le rompen la nariz deformándole el gesto para siempre). Luego, le apadrinan los Médicis y despierta la admiración de Lorenzo el Magnífico así como la de varios Papas más adelante.

En el documental se habla de sus primeras obras y de las menores como La Virgen de la escalera y La batalla de los centauros sin olvidarse, claro está, de sus trabajos más reconocidos como La Piedad (que terminó en Roma y fue el único que firmó), El David (o “el gigante”, como lo llamaban los florentinos, que lo esculpió con sólo veintinueve años) o el Moisés. Por otro lado, en cuanto a su obra pictórica, el film nos muestra esencialmente el proceso de ejecución de los frescos de la Capilla Sixtina que se realizaron a veinte metros del suelo y que fue algo muy novedoso para la época (estaba al límite del pecado por la ostentosa representación de la desnudez). Un ambicioso proyecto, en cualquier caso,  demandado por el Papa y que le supuso no pocos quebraderos de cabeza al artista.

En cuanto al film en sí, tiene unos efectos visuales excepcionales, pero a veces resulta tedioso y demasiado intimista. Como he dicho anteriormente, la interpretación de Enrico Lo Verso es intachable (refleja muy bien el carácter taciturno de Michel Angelo), pero el desarrollo de la cinta es pausado y puede llegar a cansar. Le salva la excelente visualización de las obras que suponen un auténtico redescubrimiento de las mismas y un lujo para el que sabe admirar y disfrutar del arte. El intimismo que merodea la obra no me parece desacertado, aunque creo que se abusa de él. Una cosa es crear ambiente y otra, aburrir al espectador.

GUILLERMO PÉREZ-ARANDA MEJÍAS
https://www.elcineenlasombra.com/michelangelo-infinito-2018-de-emanuele-imbucci-critica/


Renacer en la eternidad

Michelangelo Infinito es un largometraje interesante para los amantes de las artes plásticas, pero a pesar de sus bellas composiciones visuales carece de emoción por momentos, sobre todo si el espectador no ha contemplado personalmente ninguna de sus obras.
  
“… enviar al mundo un espíritu que, en cada una de las artes
y en todas las profesiones, fuera universalmente capaz
y por sí solo mostrase cuál es la perfección del arte del dibujo,
en materia de línea, contorno, sombra y luz,
y diese realce a las cosas de la pintura
y con recto juicio obrase en escultura, e hiciese viviendas cómodas
y seguras, sanas, alegres, proporcionadas y enriquecidas
por los varios adornos de la arquitectura(…)
para que fuera considerado por nosotros como un ser, más que terreno, celestial”

Giorgio Vasari

La película Michelangelo Infinito (2018) es una biopic poco convencional sobre el artista renacentista Miguel Ángel (Michelangelo Buonarroti). El relato alterna entre la narración del personaje de Giorgio Vasari, quien como es sabido, además de artista fue uno de los primeros historiadores de arte e incluso se le atribuye el haber utilizado el término Renacimiento por primera vez para referirse al arte de su contexto.Entre sus escritos más celebres se encuentra Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos (Le vite de' più eccellenti pittori, scultori, e architettori italiani, da Cimabue insino a' tempi nostri) que data del 1550 con una versión ampliada en 1568.

En este libro Vasari dedica gran parte a la vida y obra artística de Miguel Ángel, por dicha razón, él es seleccionado por los realizadores de la película como el gran enunciador del filme. En consecuencia, dicho aspecto se refuerza mediante la puesta en escena que remitiendo a la perspectiva central renacentista lo coloca en el centro del encuadre hablando directamente hacia la cámara en medio de un gran auditorio, carente de público físico -pues el espectador está en esta ocasión del otro lado de la pantalla y somos nosotros- pero provisto de elementos que remiten a los estudios tanto de la ciencia y el arte de aquel entonces.  

El segundo punto de vista del relato, estará representado por el personaje de Miguel Ángel, que se encuentra espacialmente en un lugar “atemporal” que puede pensarse que es metafóricamente la eternidad. Una especie de “cielo” debido al uso del color e iluminación de un blanco “espectral”, pero en este caso lo interesante es que proviene no sólo de la iluminación sino de los bloques de piedra que lo rodean, pues como se enuncia aquí Miguel Ángel tenía pasión por la materia.   

En consecuencia, la película se divide estructuralmente en tres partes: el espacio de narración de Vasari, un segundo espacio representado por el relato del propio artista en cuestión Miguel Ángel y un tercer espacio compuesto por flashbacks que relevan lo narrado en los otros dos espacios, es decir que recrean ciertos acontecimientos de la vida de Michelangelo.

Este raconto sobre la vida de uno de los exponentes fundamentales del Renacimiento, se centra en aproximadamente quince de sus obras, entre ellas las esculturas de Baco, David, la Piedad, la Piedad Rondanini,el Moisés de la sepultura de Julio II en la basílica San Pietro in Vincoli, también en sus pinturas La Sagrada Familia (Tondo Doni) y por supuesto sus grandesfrescos de laBóveda de la Capilla Sixtina y el Juicio Final, además desus obras arquitectónicas como la Tumba de Lorenzo de Medici, La cúpulade San Pedro del Vaticano, y  el dibujo de La batalla de Cascina (obra sobre cartón que se ha perdido). Con esta selección se quiere evidenciar el artista completo que fue Miguel Ángel, quien poseía un excelso manejo de diversas técnicas y lenguajes artísticos.   

Michelangelo Infinito es un largometraje interesante para los amantes de las artes plásticas, pero a pesar de sus bellas composiciones visuales carece de emoción por momentos, sobre todo si el espectador no ha contemplado personalmente ninguna de sus obras. Por suerte, quien escribe ha tenido el placer de contemplar personalmente algunas de ellas y por eso se es consciente de que su valor y emoción es intransferible al registro cinematográfico. Aunque, se reconoce que mediante el uso de la música se resaltan sensitivamente algunas secuencias como las referidas a las obras del Moisés y la Capilla Sixtina.

Michelangelo Infinito es una ficción que mediante la fragmentación narrativa o los registros documentales de las obras artísticas intenta reconstruir la vida de uno de los exponentes principales del renacimiento, sin realizar ningún aporte novedoso sobre la obra del artista. Es decir, se mantiene el relato oficial y hegemónico de la historia del arte sin incluso profundizar sobre los análisis de las distintas obras, como sí lo hace por ejemplo el documental El Bosco. El jardín de los sueños(2016). En adición, se enaltece el mito del “artista-genio”, símbolo de la eternidad y de poseedor de inspiración divina o médium entre los dioses y la tierra, careciendo de una mirada interpretativa novedosa. Por supuesto, Miguel Ángel es un artista magnífico que ha logrado trascender la historia, quien por ende merece éste y toda clase de homenajes.  
Denise Pieniazek
https://www.puestaenescena.com.ar/cine/2655_renacer-en-la-eternidad.php

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