TÍTULO ORIGINAL Signore & signori
AÑO 1966
DURACIÓN 118 min.
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS Español (Separados)
DIRECTOR Pietro Germi
GUIÓN Pietro Germi, Furio Scarpelli, Luciano Vincenzoni
MÚSICA Carlo Rustichelli
FOTOGRAFÍA Aiace Parolin (B&W)
REPARTO Virna Lisi, Gastone Moschin, Nora Ricci, Alberto Lionello, Olga Villi, Franco Fabrizi, Beba Loncar
PRODUCTORA Coproducción Italia-Francia; Dear Film Produzione / Les Films du Siècle / R.P.A. Cinematografica
PREMIOS
1966: Cannes: Palma de Oro (ex-aequo con "Un hombre y una mujer", de Claude Lelouch)
1966: Globos de oro: Nominada Mejor película de habla no inglesa
1965: Premios David di Donatello: Mejor director y producción
GÉNERO Comedia
SINOPSIS En una pequeña localidad del Véneto se cruzan tres historias, compartidas por un grupo de conocidos. Un "donjuán" empedernido visita a un médico amigo suyo para revelarle un falso problema de impotencia, pero esto no es más que un pretexto para mantener ocupado al médico y alejarlo de su mujer. Y, en efecto, la mujer es seducida por el astuto paciente. El protagonista de la segunda historia es un frustrado empleado de banco casado con una mujer déspota y agobiante. El hombre, enamorado de la bonita cajera de un bar, sueña con fugarse con ella. Sin embargo, la mujer intuye los proyectos de su marido y provoca un escándalo. El hombre, puesto en ridículo ante todo el pueblo, pierde su trabajo y se ve obligado a volver de mala gana a su casa. En la tercera y última historia una joven campesina llega a la ciudad para ir de compras. Durante el recorrido se deja engañar ingenuamente por un grupo de hombres, que más tarde se aprovechan de ella. El padre de la chica, al tener conocimiento de lo ocurrido, presenta una denuncia porque ella es menor de edad. (FILMAFFINITY)
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Subtítulos (Español)
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Burgueses de provincias
Magnífica comedia de Pietro Germi, uno de los grandes de la edad de oro del cine italiano. Sátira cruel y amarga de la hipocresía de estas sociedades provincianas en las que todos se conocen y todos dedican gran parte de su tiempo a joder a los demás.
Antes de "Señoras y señores", el genovés Germi había dirigido su gran éxito, "Divorcio a la italiana" (1964) y la también ambientada en Sicilia "Seducida y abandonada" (1964). En esta ocasión, deja el atrasado Sur de Italia para hacer del rico e industrioso Norte, en pleno "boom" económico de los años 60, el blanco de su sátira.
Crónica de la vida provinciana, que recuerda en algunos aspectos a "Los inútiles" de Fellini, la película se rodó en el Véneto, en la ciudad de Treviso, localidad natal del principal guionista del filme, Luciano Vincenzoni, quien se inspiró, se dice, en hechos ocurridos realmente en la ciudad (de hecho, el retrato que la película hace de la sociedad trevisana no gustó nada a los paisanos de Vincenzoni, quien recibió múltiples amenazas). La célebre pareja de guionistas formada por Age y Scarpelli, artífices de numerosos éxitos de la "commedia all' italiana", participaron también en la confección del guión. El reparto no cuenta con grandes estrellas, lo que no impidió que el filme fuese un gran éxito de taquilla.
El centro de la sátira de Germi es un grupo de amigos burgueses (un médico, un farmacéutico, el propietario de una zapatería y el contable en un banco propiedad de la Iglesia católica, entre otros), y sus respectivas esposas. La película narra tres historias sobre estos personajes, centradas fundamentalmente en el conflicto entre la realidad y la apariencia social, la hipocresía que es el centro de las vidas de estas supuestamente respetables parejas burguesas. La prensa, la policía y el clero no salen tampoco nada bien parados en esta radiografía de la vida de provincias.
Una película extraordinaria, a pesar de lo odiosos que se le hacen a uno los personajes. Vale la pena verla.
Todas las maldades de la burguesía provinciana están presentes en la película: las infidelidades conyugales, las cartas anónimas, las bromas pesadas, a veces terriblemente crueles, de los supuestos amigos. Solo cuentan las apariencias: un marido puede aguantar ser un cornudo siempre y cuando el hecho permanezca en secreto; una esposa puede soportar las infidelidades de su marido, pero no que estas sean conocidas por los demás.
La más interesante de las tres historias de la película es sin duda, la segunda, la que narra el intento del contable Osvaldo Bisigato de liberarse de su insoportable esposa y empezar una nueva vida con su amada Milena. Bisigato y Milena son, aunque ridículos y abocados al fracaso, los únicos personajes positivos del filme. Hay cierta ternura en el modo en que Germi narra el rejuvenecimiento repentino del enamorado Bisigato, que se cambia el look y se compra un descapotable, sin darse cuenta de la que se le viene encima. Todas las fuerzas vivas de la ciudad conspiran para hacer imposible la felicidad de los enamorados; se les hubiera tolerado una relación clandestina, pero de ningún modo pueden aceptar la provocación que supone que proclamen su amor a los cuatro vientos (como en la escena en que pasean orgullosos del brazo por en medio de la plaza, ante la estupefacción del resto de los personajes). Los vanos esfuerzos del contable Bisigato por romper con una vida que detesta recuerdan un poco a los de Sam Lowry en "Brazil", de Terry Gilliam.
Samizdat
http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/208996.html
Antes de "Señoras y señores", el genovés Germi había dirigido su gran éxito, "Divorcio a la italiana" (1964) y la también ambientada en Sicilia "Seducida y abandonada" (1964). En esta ocasión, deja el atrasado Sur de Italia para hacer del rico e industrioso Norte, en pleno "boom" económico de los años 60, el blanco de su sátira.
Crónica de la vida provinciana, que recuerda en algunos aspectos a "Los inútiles" de Fellini, la película se rodó en el Véneto, en la ciudad de Treviso, localidad natal del principal guionista del filme, Luciano Vincenzoni, quien se inspiró, se dice, en hechos ocurridos realmente en la ciudad (de hecho, el retrato que la película hace de la sociedad trevisana no gustó nada a los paisanos de Vincenzoni, quien recibió múltiples amenazas). La célebre pareja de guionistas formada por Age y Scarpelli, artífices de numerosos éxitos de la "commedia all' italiana", participaron también en la confección del guión. El reparto no cuenta con grandes estrellas, lo que no impidió que el filme fuese un gran éxito de taquilla.
El centro de la sátira de Germi es un grupo de amigos burgueses (un médico, un farmacéutico, el propietario de una zapatería y el contable en un banco propiedad de la Iglesia católica, entre otros), y sus respectivas esposas. La película narra tres historias sobre estos personajes, centradas fundamentalmente en el conflicto entre la realidad y la apariencia social, la hipocresía que es el centro de las vidas de estas supuestamente respetables parejas burguesas. La prensa, la policía y el clero no salen tampoco nada bien parados en esta radiografía de la vida de provincias.
Una película extraordinaria, a pesar de lo odiosos que se le hacen a uno los personajes. Vale la pena verla.
Todas las maldades de la burguesía provinciana están presentes en la película: las infidelidades conyugales, las cartas anónimas, las bromas pesadas, a veces terriblemente crueles, de los supuestos amigos. Solo cuentan las apariencias: un marido puede aguantar ser un cornudo siempre y cuando el hecho permanezca en secreto; una esposa puede soportar las infidelidades de su marido, pero no que estas sean conocidas por los demás.
La más interesante de las tres historias de la película es sin duda, la segunda, la que narra el intento del contable Osvaldo Bisigato de liberarse de su insoportable esposa y empezar una nueva vida con su amada Milena. Bisigato y Milena son, aunque ridículos y abocados al fracaso, los únicos personajes positivos del filme. Hay cierta ternura en el modo en que Germi narra el rejuvenecimiento repentino del enamorado Bisigato, que se cambia el look y se compra un descapotable, sin darse cuenta de la que se le viene encima. Todas las fuerzas vivas de la ciudad conspiran para hacer imposible la felicidad de los enamorados; se les hubiera tolerado una relación clandestina, pero de ningún modo pueden aceptar la provocación que supone que proclamen su amor a los cuatro vientos (como en la escena en que pasean orgullosos del brazo por en medio de la plaza, ante la estupefacción del resto de los personajes). Los vanos esfuerzos del contable Bisigato por romper con una vida que detesta recuerdan un poco a los de Sam Lowry en "Brazil", de Terry Gilliam.
Samizdat
http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/208996.html
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Con "Signore & signori", film del 1966 vincitore del Grand Prix per il Miglior Film a Cannes (pari merito con "Un uomo, una donna" di Claude Lelouch), di 2 David di Donatello e di 3 Nastri d'Argento, Pietro Germi traccia un impietoso ritratto della borghesia italiana degli anni '60. La location presa d'esempio è un'innominata città del Veneto, ma il discorso è chiaramente ampliato all'intera Penisola, che proprio in quell'ultimo decennio aveva conosciuto il boom economico. In realtà la città veneta si capisce chiaramente che è Treviso, sia per l'accento dato dagli attori ai loro personaggi, sia per i luoghi inquadrati, ma anche per il fatto che lo sceneggiatore trevigiano Luciano Vincenzoni (che aveva lavorato con Germi anche per "Il ferroviere" e "Sedotta e abbandonata") si era ispirato a fatti realmente accaduti fra i suoi concittadini (che non mancarono di rivolgergli affilate critiche).
La sceneggiatura, firmata inoltre dal regista e dalla celebre coppia Age-Scarpelli (Agenore Incrocci e Furio Scarpelli), è molto solida ed è ricca di un divertente quanto tagliente humor che pervade i tre episodi di cui è formalmente composto il film. "Signore & signori" è infatti strutturato come una serie di tre storie che coinvolgono gli stessi personaggi (tutti ben interpretati), tra cui il dottor Castellan e sua moglie (Gigi Ballista e Beba Loncar), Toni Gasparini (Alberto Lionello), il negoziante Benedetti (Franco Fabrizi), la cassiera Milena (la splendida Virna Lisi), i due coniugi Bisigato (Gastone Moschin e Nora Ricci) e l'assillante Scarabello (Gustavo D'Arpe). Questi caratteri si intrecciano in un dipinto molto feroce che riprende le loro vite, incastrate nella morale che al contempo le rappresenta e gli è scomoda, e che denuncia così la misera mentalità borghese (ora forse anche peggiorata) di certe zone italiane. Di conseguenza la principale tematica che emerge da questo quadro è la triste ipocrisia, sia a livello privato, sia ad un livello sociale più ampio. In contrapposizione al podere agricolo visitato verso la fine del film, c'è la piazza della cittadina, perenne teatro dove, durante tutta la pellicola (il che suggerisce l'irremovibilità di questa situazione), i personaggi appaiono con le loro mogli, passeggiando e spettegolando, nonostante si capisce bene che tutta questa panoramica nasconde solamente i veri intrighi di tradimenti coniugali e d'amicizia.
Dunque con le sue divertenti gag comiche e con delle musiche forse un po' ripetitive ma sempre ben funzionanti, la commedia è molto coinvolgente e al tempo stesso anche molto crudele e non lascia spazio a nessun perdonismo. Inoltre, un'altra tematica indissolubilmente legata alla suddetta ipocrisia che viene potentemente tirata in ballo è quella del forte potere borghese-cattolico presente nei primi due episodi, ma che emerge soprattutto nella terza parte (forse meno divertente, ma senz'ombra di dubbio più accusatoria), quando 6 dei personaggi principali vengono coinvolti nello scandalo di una relazione sessuale con la sedicenne Alda. In quest'episodio, emblematiche sono le scene ambientate nella sede de L'indipendente, il quotidiano locale che, il giorno successivo, tutti i trevigiani leggeranno. L'ultimo dialogo del film mette proprio in evidenza la satirica accusa di Germi all'ipocrita potere di quei cittadini apparentemente per bene ma fondamentalmente falsi e bigotti. Ecco infatti cosa legge il giornalista all'influente industriale Scodeller, padre di uno degli imputati: «...mentre il Cristofoletto e sua figlia Alda, riconosciuti colpevoli di calunnia, sono stati denunciati e dovranno presto rispondere di quell'aberrante gesto con cui avevano cercato di gettare fango su dei cittadini di specchiata virtù... Eh, commendatore, contento?», e Scodeller: «Sì, sì, ben, ben. Magari il finale è un po' forte. Specchiata virtù un par de bale!».
E' geniale! Quanto è stato coraggioso Germi! E pensate che i nostri critici dell'epoca chiusero gli occhi di fronte a "Signore & signori", concentrandosi invece unicamente su fenomeni esteri (comunque di spicco) come la Nouvelle Vague! Speriamo solo che il tempo ridarà a questa ottima commedia all'italiana il giusto merito.
Maurizio Macchi
http://www.pellicolascaduta.it/wordpress/?p=1629
La sceneggiatura, firmata inoltre dal regista e dalla celebre coppia Age-Scarpelli (Agenore Incrocci e Furio Scarpelli), è molto solida ed è ricca di un divertente quanto tagliente humor che pervade i tre episodi di cui è formalmente composto il film. "Signore & signori" è infatti strutturato come una serie di tre storie che coinvolgono gli stessi personaggi (tutti ben interpretati), tra cui il dottor Castellan e sua moglie (Gigi Ballista e Beba Loncar), Toni Gasparini (Alberto Lionello), il negoziante Benedetti (Franco Fabrizi), la cassiera Milena (la splendida Virna Lisi), i due coniugi Bisigato (Gastone Moschin e Nora Ricci) e l'assillante Scarabello (Gustavo D'Arpe). Questi caratteri si intrecciano in un dipinto molto feroce che riprende le loro vite, incastrate nella morale che al contempo le rappresenta e gli è scomoda, e che denuncia così la misera mentalità borghese (ora forse anche peggiorata) di certe zone italiane. Di conseguenza la principale tematica che emerge da questo quadro è la triste ipocrisia, sia a livello privato, sia ad un livello sociale più ampio. In contrapposizione al podere agricolo visitato verso la fine del film, c'è la piazza della cittadina, perenne teatro dove, durante tutta la pellicola (il che suggerisce l'irremovibilità di questa situazione), i personaggi appaiono con le loro mogli, passeggiando e spettegolando, nonostante si capisce bene che tutta questa panoramica nasconde solamente i veri intrighi di tradimenti coniugali e d'amicizia.
Dunque con le sue divertenti gag comiche e con delle musiche forse un po' ripetitive ma sempre ben funzionanti, la commedia è molto coinvolgente e al tempo stesso anche molto crudele e non lascia spazio a nessun perdonismo. Inoltre, un'altra tematica indissolubilmente legata alla suddetta ipocrisia che viene potentemente tirata in ballo è quella del forte potere borghese-cattolico presente nei primi due episodi, ma che emerge soprattutto nella terza parte (forse meno divertente, ma senz'ombra di dubbio più accusatoria), quando 6 dei personaggi principali vengono coinvolti nello scandalo di una relazione sessuale con la sedicenne Alda. In quest'episodio, emblematiche sono le scene ambientate nella sede de L'indipendente, il quotidiano locale che, il giorno successivo, tutti i trevigiani leggeranno. L'ultimo dialogo del film mette proprio in evidenza la satirica accusa di Germi all'ipocrita potere di quei cittadini apparentemente per bene ma fondamentalmente falsi e bigotti. Ecco infatti cosa legge il giornalista all'influente industriale Scodeller, padre di uno degli imputati: «...mentre il Cristofoletto e sua figlia Alda, riconosciuti colpevoli di calunnia, sono stati denunciati e dovranno presto rispondere di quell'aberrante gesto con cui avevano cercato di gettare fango su dei cittadini di specchiata virtù... Eh, commendatore, contento?», e Scodeller: «Sì, sì, ben, ben. Magari il finale è un po' forte. Specchiata virtù un par de bale!».
E' geniale! Quanto è stato coraggioso Germi! E pensate che i nostri critici dell'epoca chiusero gli occhi di fronte a "Signore & signori", concentrandosi invece unicamente su fenomeni esteri (comunque di spicco) come la Nouvelle Vague! Speriamo solo che il tempo ridarà a questa ottima commedia all'italiana il giusto merito.
Maurizio Macchi
http://www.pellicolascaduta.it/wordpress/?p=1629
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Incoronato da prestigiosi e strameritati premi, un film di una modernità sorprendente, “uno splendido/meschino panorama di un’Italia che parla dietro le spalle e guarda solo all’apparenza” (debaser.it).
“È l’ultimo bel film di Pietro Germi, il più vicino ai temi e ai modi della commedia all’italiana e probabilmente… la sua opera satirica più complessa e completa, più cattiva (proprio perché meglio controllata) di quelle di ambiente siciliano”: così scrive il Morandini, da approvare in pieno, come è da condividere il giudizio di Davide Arciere: “Signore e signori è un lungometraggio che trascina lo spettatore ma che lo fa anche riflettere sul tema dell’ipocrisia, della falsità e della verità nonché sul rapporto tra sfera individuale e regole imposte da una società piena di pregiudizi”.
Una feroce satira di costume sulla mentalità borghese, gretta e bigotta, della provincia italiana anni Sessanta… (ma le cose sono veramente cambiate?). Un deciso atto di accusa alle convenzioni e alle esteriorità che dominavano ieri, che dominano oggi. Uno dei ritratti più dissacranti che siano mai stati realizzati su una società dove l’apparire è più importante dell’essere, dove l’opinione pubblica è facilmente manovrabile, dove la Chiesa -con le sue censure e le sue ipocrisie- regna incontrastata (1): “un’intera collettività, ipermobile, iperloquace, iperpettegola, sempre pronta al giudizio più inflessibile, retrogrado e annichilente sulle persone, ossessivamente tesa alla salvaguardia della propria facciata esteriore di bravi “Signori” rispettabili e al contempo luridamente amorale e insaziabile nella soddisfazione delle proprie voglie nel privato: la provincia come inferno chiuso in se stesso…” (giudizio quanto mai calzante di Frdb82 su MyMovies).
Il ritmo travolgente, la sceneggiatura intelligente e mordace (dello stesso Germi in collaborazione con Age & Scarpelli, Luciano Vincenzoni, Ennio Flaiano), le situazioni e le battute amaramente divertenti e di spietato acume fanno di questo film un piccolo gioiello. Si aggiungano la splendida fotografia di Aiace Parolin, il frenetico montaggio di Sergio Montanari, l’accattivante musica di Carlo Rustichelli, l’eccezionale performance di un complesso di attori in stato di grazia (uno più bravo dell’altro…) e il risultato è un’opera che costituisce un vero e proprio fiore all’occhiello della nostra cinematografia. Imperdibile.
p.s.
-Uno dei difetti del cinema italiano odierno è la mancanza del gioco di squadra. Abbiamo un demiurgo unico che dirige scrive sceneggia e spesso interpreta… Pienamente d’accordo quindi con Mariarosa Mancuso (Il Foglio, 16 giugno, 2005): “Dal 1965, l’anno del film di Pietro Germi… parecchie cose sono cambiate. Ma più di tutti sono cambiati i registi e gli sceneggiatori. Per fare un film lavoravano in quattro, tutti con un bel po’ di mestiere e di esperienza sulle spalle. Oggi l’esordiente medio scrive e dirige, quando non prova anche a fare l’attore. Niente divisione del lavoro, niente competenze specifiche: potrebbero guastare la spontaneità…”
-Il 62esimo Festival di Cannes ha reso omaggio al grande regista presentando in anteprima sia la versione restaurata di Signore & Signori sia il documentario Pietro Germi. Il Bravo Il Bello Il Cattivo (regia di Claudio Bondì, da un’idea di Manuela Tempesta).
-Il film è stato girato interamente a Treviso che il regista ha cercato di rendere anonima.
note
(1) Germi ha realizzato l’Unità di Italia (attraverso i vizi): Divorzio all’italiana, Sedotta e abbandonata, Signore & Signori… bigottismo ipocrisia falsità al Nord come al Sud
http://cinemaleo.wordpress.com/2010/07/27/%E2%80%9Csignore-e-signori%E2%80%9D/
http://cinemaleo.wordpress.com/2010/07/27/%E2%80%9Csignore-e-signori%E2%80%9D/
Nel 1966 il film Signore & Signori di Pietro Germi vinceva la Palma d’oro a Cannes, ex aequo con Un uomo, una donna di Lelouch. Cos’è rimasto ora di quel Veneto di quarantaquattro anni fa?
Forse i signori sono un po’ più contadini e i contadini un po’ più signori; tuttavia, nelle piazze delle cittadine di provincia, par che poco sia cambiato: i tavolini all’aperto sono ancora lì e gli avventori con gli spritz in mano non sono poi così diversi da quelli della Treviso degli anni Sessanta. I “discorsi”, i medesimi. Sport regionale è la “ciacoea”, lo sparlare alle spalle di amici e conoscenti. Non solo nei bar, ma nei negozi, nelle sale d’aspetto del medico, nei saloni di parrucchiera, il pettegolezzo la fa ancora da padrone: “Gheto sentio che…?”, “Noo…ma schersito! Contame…”, e via discorrendo. Permane la mentalità gretta, perbenista e ipocrita di chi fa le cose “de scondon” (di nascosto).
Il moralismo cattolico è spesso solo di facciata già in Signore & Signori: appare chiaro che le coppie si sono formate per interesse più che per amore; i tradimenti avvengono per noia, ma nessuno dei protagonisti ha intenzione di rinunciare ai vantaggi della propria posizione sociale per questioni di cuore. Il divorzio non è ancora legge dello Stato, ma non sembra essere di qualche utilità tranne nel caso del ragionier Bisigato (Gastone Moschin), veramente innamorato della cassiera Milena (Virna Lisi). La reputazione va salvaguardata, ma è più facile proteggerla se si fa parte della borghesia ricca, se si detiene il potere economico.
Oggi il disinteresse nei confronti della religione è diffuso e tangibile, soprattutto tra le nuove generazioni. Vero è che nemmeno l’apparentemente cattolicissima signora Gasparini (Olga Villi) deve essere una fervente credente…In Signore & Signori è infatti evidente come ci sia un compiaciuto scambio di favori tra poteri laico e religioso (la signora Gasparini raccoglie offerte per la parrocchia e l’autorità ecclesiastica, quando serve, fa qualche telefonata) che poco ha a che fare con la spiritualità quanto, piuttosto, con l’influenza e il potere temporale che la Chiesa detiene.
Dalla nascita alla morte, ogni Veneto è ancora a stretto contatto, sebbene attraverso un approccio molto superficiale, con la Chiesa Cattolica: una vita scandita da eventi di carattere religioso, che dovrebbero indicare un cammino di crescita spirituale. Dovrebbero, appunto, perché qui sta il paradosso: non solo tali occasioni sono state svuotate da qualsiasi significato sacro, ma proprio in queste circostanze imperano il materialismo, il consumismo e persino il cattivo gusto. Perché l’importante è lo sfoggio “di schei e ori”. Nemmeno la morte viene risparmiata dalla mercificazione: i “migliori” loculi vanno prenotati, ovviamente pagando.
Cosa è cambiato dunque?
Nel film di Germi si capisce bene che esiste una qualche libertà dei costumi, purché gli affari, almeno i propri, restino nell’ombra, non vengano appunto “messi in piazza”. Certo, l’ultimo episodio, nel quale un gruppo di amici della Treviso-bene approfitta di una giovane contadina, non si ripeterebbe più. La storia è vera e all’epoca delle riprese era ancora in corso il processo per corruzione di minore (infatti, per evitare pressioni, questa parte del film è stata girata a Conegliano e non a Treviso).
Quindi qualcosa è cambiato. Verrebbe da dire che nessuna ragazza al giorno d’oggi si farebbe sedurre in cambio di un paio di scarpe, un pranzo e un vestitino. Almeno NON inconsapevolmente. Ma questa è solo una provocazione.
Serena Casagrande
http://proiezione.net/it/208/siamo-ancora-signore-signori/
Forse i signori sono un po’ più contadini e i contadini un po’ più signori; tuttavia, nelle piazze delle cittadine di provincia, par che poco sia cambiato: i tavolini all’aperto sono ancora lì e gli avventori con gli spritz in mano non sono poi così diversi da quelli della Treviso degli anni Sessanta. I “discorsi”, i medesimi. Sport regionale è la “ciacoea”, lo sparlare alle spalle di amici e conoscenti. Non solo nei bar, ma nei negozi, nelle sale d’aspetto del medico, nei saloni di parrucchiera, il pettegolezzo la fa ancora da padrone: “Gheto sentio che…?”, “Noo…ma schersito! Contame…”, e via discorrendo. Permane la mentalità gretta, perbenista e ipocrita di chi fa le cose “de scondon” (di nascosto).
Il moralismo cattolico è spesso solo di facciata già in Signore & Signori: appare chiaro che le coppie si sono formate per interesse più che per amore; i tradimenti avvengono per noia, ma nessuno dei protagonisti ha intenzione di rinunciare ai vantaggi della propria posizione sociale per questioni di cuore. Il divorzio non è ancora legge dello Stato, ma non sembra essere di qualche utilità tranne nel caso del ragionier Bisigato (Gastone Moschin), veramente innamorato della cassiera Milena (Virna Lisi). La reputazione va salvaguardata, ma è più facile proteggerla se si fa parte della borghesia ricca, se si detiene il potere economico.
Oggi il disinteresse nei confronti della religione è diffuso e tangibile, soprattutto tra le nuove generazioni. Vero è che nemmeno l’apparentemente cattolicissima signora Gasparini (Olga Villi) deve essere una fervente credente…In Signore & Signori è infatti evidente come ci sia un compiaciuto scambio di favori tra poteri laico e religioso (la signora Gasparini raccoglie offerte per la parrocchia e l’autorità ecclesiastica, quando serve, fa qualche telefonata) che poco ha a che fare con la spiritualità quanto, piuttosto, con l’influenza e il potere temporale che la Chiesa detiene.
Dalla nascita alla morte, ogni Veneto è ancora a stretto contatto, sebbene attraverso un approccio molto superficiale, con la Chiesa Cattolica: una vita scandita da eventi di carattere religioso, che dovrebbero indicare un cammino di crescita spirituale. Dovrebbero, appunto, perché qui sta il paradosso: non solo tali occasioni sono state svuotate da qualsiasi significato sacro, ma proprio in queste circostanze imperano il materialismo, il consumismo e persino il cattivo gusto. Perché l’importante è lo sfoggio “di schei e ori”. Nemmeno la morte viene risparmiata dalla mercificazione: i “migliori” loculi vanno prenotati, ovviamente pagando.
Cosa è cambiato dunque?
Nel film di Germi si capisce bene che esiste una qualche libertà dei costumi, purché gli affari, almeno i propri, restino nell’ombra, non vengano appunto “messi in piazza”. Certo, l’ultimo episodio, nel quale un gruppo di amici della Treviso-bene approfitta di una giovane contadina, non si ripeterebbe più. La storia è vera e all’epoca delle riprese era ancora in corso il processo per corruzione di minore (infatti, per evitare pressioni, questa parte del film è stata girata a Conegliano e non a Treviso).
Quindi qualcosa è cambiato. Verrebbe da dire che nessuna ragazza al giorno d’oggi si farebbe sedurre in cambio di un paio di scarpe, un pranzo e un vestitino. Almeno NON inconsapevolmente. Ma questa è solo una provocazione.
Serena Casagrande
http://proiezione.net/it/208/siamo-ancora-signore-signori/
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Trama
Le avventure di una cerchia di amici in una cittadina del Veneto. L'astuto dongiovanni Toni Gasparini confida al dottor Castellan, suo amico nonché medico di fiducia, la sua angoscia per l'impotenza che lo tormenta da qualche tempo. Il dottore non resisterà alla tentazione di raccontarlo in giro, ma senza capire che dovrà pentirsene. In realtà, infatti, non c'è niente di vero: la confidenza gli era stata fatta soltanto perché allentasse la vigilanza nei confronti della sua giovane e bellissima moglie.
Il ragionier Bisigato, un impiegato di banca afflitto da una moglie terribile che gli rimprovera fallimenti e mancanza di ambizioni, sogna di prendere il volo con Milena, la bella cassiera del bar del paese. La moglie però lo scopre e, facendo montare lo scandalo, tronca sul nascere il progetto del marito facendogli perdere anche il lavoro. Al pover uomo non resterà che tornare rassegnato in seno alla detestata famiglia.
Alda, una giovane contadinella, arriva in città per fare acquisti. La sua presenza non passa inosservata agli occhi dei donnaioli del paese che approfittano della sua ingenuità. Il giorno successivo, però, Bepi Cristofoletto, il padre della ragazza, li denuncia per aver sedotto la figlia, ancora minorenne. Sarà Ippolita, la moglie di uno degli accusati, a evitare lo scandalo offrendo a Cristofoletto un "cospicuo" risarcimento...
Il ragionier Bisigato, un impiegato di banca afflitto da una moglie terribile che gli rimprovera fallimenti e mancanza di ambizioni, sogna di prendere il volo con Milena, la bella cassiera del bar del paese. La moglie però lo scopre e, facendo montare lo scandalo, tronca sul nascere il progetto del marito facendogli perdere anche il lavoro. Al pover uomo non resterà che tornare rassegnato in seno alla detestata famiglia.
Alda, una giovane contadinella, arriva in città per fare acquisti. La sua presenza non passa inosservata agli occhi dei donnaioli del paese che approfittano della sua ingenuità. Il giorno successivo, però, Bepi Cristofoletto, il padre della ragazza, li denuncia per aver sedotto la figlia, ancora minorenne. Sarà Ippolita, la moglie di uno degli accusati, a evitare lo scandalo offrendo a Cristofoletto un "cospicuo" risarcimento...
Critica
"(...) Dalla Sicilia (...) dei film precedenti al Veneto ipocrita e bigotto di questo. E' chiaro che anche qui c'era materia per una raffigurazione aspra e graffiante (...). Questa squallida società provinciale (...) si prestava evidentemente a un grottesco nero e convulso, di quelli che piacciono a Germi". (Adelio Ferrero, "Cinema Nuovo", 180, aprile 1966).
"Quanto era bello il cinema italiano quando era bello. Quando Pietro Germi dirigeva 'Signore e Signori', scritto con Age, Scarpelli e Luciano Vincenzoni. Quando gli sceneggiatori non si guardavano l'ombelico, interessati soltanto a personaggi che fossero la copia conforme dei propri amici o conoscenti, quindi da trattarsi con il massimo riguardo e cortesia. Quando i soggettisti prendevano il tram, come disse una volta Cesare Zavattini: non un elogio del pauperismo e tantomeno del trasporto pubblico, ma la spia di una curiosità per il mondo là fuori. (...) Abbiamo rivisto 'Signore & Signori' al Taormina BNL FilmFest. (...) Dal 1966, l'anno del film di Pietro Germi - che allora veniva considerato un regista di intrattenimento, lontano dalle vette dell'arte - parecchie cose sono cambiate. Ma più di tutti sono cambiati i registi e gli sceneggiatori. Per fare un film lavoravano in quattro, tutti con un bel po' di mestiere e di esperienza sulle spalle. Oggi l'esordiente medio scrive e dirige, quando non prova anche a fare l'attore. Niente divisione del lavoro, niente competenze specifiche: potrebbero guastare la spontaneità. (...)" (Mariarosa Mancuso, 'Il Foglio', 16 giugno, 2005)
Note
- PALMA D'ORO AL FESTIVAL DI CANNES 1966 (EX AEQUO CON "UN UOMO, UNA DONNA" DI LELOUCH)
- DAVID DI DONATELLO 1966 PER MIGLIORE REGIA (PIETRO GERMI) E MIGLIORE PRODUZIONE (PIETRO GERMI E ROBERT HAGGIAG).
- NASTRO D'ARGENTO 1967 PER LA MIGLIOR SCENEGGIATURA.
- REVISIONE MINISTERO SETTEMBRE 1998 PER UN'EDIZIONE SPECIALE PER LA TV.
- COPIA RESTAURATA NEL 1998 DALL'ASSOCIAZIONE PHILIP MORRIS PROGETTO CINEMA IN COLLABORAZIONE CON IL CENTRO SPERIMENTALE DI CINEMATOGRAFIA.
http://www.cinematografo.it/pls/cinematografo/consultazione.redirect?sch=19863
- DAVID DI DONATELLO 1966 PER MIGLIORE REGIA (PIETRO GERMI) E MIGLIORE PRODUZIONE (PIETRO GERMI E ROBERT HAGGIAG).
- NASTRO D'ARGENTO 1967 PER LA MIGLIOR SCENEGGIATURA.
- REVISIONE MINISTERO SETTEMBRE 1998 PER UN'EDIZIONE SPECIALE PER LA TV.
- COPIA RESTAURATA NEL 1998 DALL'ASSOCIAZIONE PHILIP MORRIS PROGETTO CINEMA IN COLLABORAZIONE CON IL CENTRO SPERIMENTALE DI CINEMATOGRAFIA.
http://www.cinematografo.it/pls/cinematografo/consultazione.redirect?sch=19863
esta película la vio haced muchísimos años mi padre y me encantaría saber como puedo conseguírsela en castellano,.... traducida sin subtitulos.... cualquier ayuda la agradecería ... muchísimas gracias ...
ResponderEliminarthebanis@hotmail.com
Esta es la única versión que tengo.
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