TITULO ORIGINAL Una storia milanese
AÑO 1962
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS No
DURACION 75 min.
DIRECCION Eriprando Visconti
GUION Eriprando Visconti, Vittorio Fiermonti, Renzo Rosso
REPARTO Rossana Armani, Rietta Asborne, Regina Bianchi, Giancarlo Dettori, Mario Della Torre, Anna Gael, Giancarlo Galassi Beria, Francesco Grandjacquet, Yvonne Jacquemont, Marrico Melchiorre, Lucilla Morlacchi, Quinto Parmeggiani, Alessandro Quasimodo, Enrico Thibaut, Romolo Valli, Umberto Verecondi, Corrado Ulrich, Danièle Gaubert, Sonia Gessner, Ermanno Olmi
FOTOGRAFIA Lamberto Caimi
MUSICA Carlo Fraiese, John Lewis
PRODUCCION Galatea (ROMA), Lyre (PARIGI)
GENERO Drama
SINOPSIS Giampiero e Valeria, due ragazzi della ricca borghesia milanese, si innamorano. Ben presto però il loro rapporto diventa conflittuale. Quando la giovane rimane incinta, lui, con cinica indifferenza, lascia che vada ad abortire in Svizzera. (Movieplayer)
Enlaces de descarga (Cortados con HJ Split)
Sullo sfondo di una brumosa Milano invernale, nasce l'amore tra Valeria (Daubert) e Giampiero (Thibault), ragazzi della ricca borghesia, e presto inacidisce. Quando rimane incinta, lui lascia che vada ad abortire in Svizzera. Sceneggiato con Renzo Ross e Vittorio Sermonti, è il 1° e forse il migliore dei film di E. Visconti, nipote di Luchino. Riesce a coniugare un lucido ritratto (autoritratto) della borghesia milanese con scioltezza narrativa, sensibilità letteraria e senso della metafora cui contribuisce la colonna musicale di John Lewis e del Modern Jazz Quartet. Cammeo di Ermanno Olmi. (Il Morandini)
TRAMA:
Nell'arco di un inverno milanese, si svolge la storia d'amore di Giampiero e Valeria, due giovani della buona società borghese. La relazione trova la sua conclusione nell'insoddisfatta rinuncia della ragazza all'amore del giovane e nell'aborto deliberatamente procuratosi da Valeria in territorio svizzero.
NOTE:
- TITOLO FRANCESE: "UNE HISTOIRE MILANAISE".
- PRESENTATO AL XXIII FESTIVAL DI VENEZIA (1962). NASTRO D'ARGENTO A ROMOLO VALLI PER IL MIGLIOR ATTORE NON PROTAGONISTA.
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Eriprando Visconti
Eriprando Visconti, dei duchi di Modrone (Milano, 24 settembre 1932 – Mortara, 25 maggio 1995), è stato un regista cinematografico italiano, discendente della nobile famiglia milanese dei Visconti.
Figlio di Edoardo Visconti (Milano, 28 settembre 1908 – 4 ottobre 1980), (che era uno dei tanti figli di Giuseppe Visconti e di Carla Erba e dunque fratello di Luchino) e di Nicoletta Arrivabene Valenti Gonzaga (San Polo, Brescia, 1º novembre 1906 – Rivalta sul Mincio, Mantova, 16 settembre 1986), è quindi a sua volta nipote di Luchino. Il 16 dicembre 1952, dall'unione con l'attrice di teatro e di televisione Fulvia Mammi, nasce il primogenito Guido, che si occuperà di musica. Eriprando, unitosi anni dopo in matrimonio con Francesca Patrizia Ruspoli, rappresentante di una grande famiglia aristocratica romana (nata il 17 luglio 1940), avrà da lei due figli, Edoardo jr. (nato il 25 marzo 1970) e Ortensia (nata il 5 giugno 1972).
Ad appena 22 anni fece il suo esordio come assistente volontario del celebre zio nel film a episodi Siamo donne e recitò nel ruolo di Carlo Moretti nel film Terza liceo diretto nel 1954 da Luciano Emmer. Nel 1955 scrisse soggetto e sceneggiatura dell'opera prima di Francesco Maselli, Gli sbandati, per il quale collaborò anche come aiuto regista, mentre cinque anni dopo assistette Renato Castellani sul set del film Il brigante. Nel 1961 compì il suo esordio dietro la macchina da presa col delicato e intimista Una storia milanese, per il quale vinse il Premio della Critica alla Mostra del Cinema di Venezia. Durante gli anni sessanta si limitò a dirigere un documentario e tre originali per la televisione.
Rientrò sul grande schermo nel 1969 dirigendo quattro opere spettacolari e di notevole successo. Dal 1976 in avanti, a partire dal celebre dittico La orca e Oedipus orca (che incontrò notevoli vicissitudini censorie) il suo cinema tenta di sviluppare temi più complessi, abbandonando il puro intreccio narrativo e privilegiando l'indagine psicologica dei personaggi. In particolare si segnala Una spirale di nebbia, del 1977, tratto dal romanzo di Michele Prisco, che è un'impietosa analisi della corruzione di certo mondo borghese. Inoltre, appare per la seconda volta come attore occasionale nel film Caro Michele, diretto nel 1976 da Mario Monicelli. Dopo l'ultimo film da lui diretto, Malamore, del 1982, fu costretto a ritirarsi dal mondo del cinema per ragioni di salute. Morì a soli 62 anni, di enfisema polmonare.
Eriprando Visconti defiende la cultura europea ante la invasión norteamericana
Eriprando Visconti es conde de Modrone, como su tío Luchino; también es milanés, como él, y para mayor cúmulo de coincidencias, es cineasta. Votante de izquierdas, visitaba España para hacer propaganda antifranquista "por romanticismo". Tiene 11 películas en su haber, 51 años, una esposa con título como él, 1,90 de estatura y una gran preocupación por la invasión americana. "Europa debe defenderse de los americanos para salvaguardar la cultura", dice.
Eriprando Visconti, que ha visitado Madrid para presentar un ciclo cinematográfico dedicado a su obra en el Instituto Italiano de Cultura, empezó haciendo una pequeña colaboración con su tío, el gran realizador italiano en 1952, y 10 años más tarde estrenaba su primera película, Una storia milanese. "Luchino no pudo darme su opinión", cuenta Visconti, "porque no la vio. Ganó el premio de la crítica en Venecia y me llamó para felicitarme porque le habían dicho que era muy buena".Luego hizo más películas, como La monaca di Monza, Il caso Pisciotta, que al cabo del tiempo ha resultado tener mucha similitud con el caso de De la Chiessa, o Malamore, su último filme. También trabajó en el teatro como ayudante de Luchino Visconti y como director del Piccolo Teatro di Trieste. Aficionado a la ópera, próximamente dirigirá en Berlín una obra de Othmar Schoeck en la que la dirección musical estará a cargo de Peter Maag.
Su trayectoria cinematográfica, según manifiesta el propio Visconti, ha estado siempre marcada por un estilo intimista en el que los problemas políticos sólo le interesan como reflejo de conflictos internos. Sólo en las últimas películas ha empezado a preocuparse realmente por la estética. Y es que muchas cosas eran diferentes cuando "era joven", como repite constantemente. "Ya no soy del PCI. Me limito a votar a las izquierdas; he sufrido una desilusión". Cuando Eriprando Visconti era joven mantenía estrechas relaciones con exiliados españoles que vivían en Milán. "No digo nombres porque quizá alguno sea hoy ministro". Todo aquello le resultaba tremendamente romántico al joven Visconti: desde aquel día que conoció en Roma a Dolores Ibárruri hasta ese obrero del puerto de Barcelona que le servía de enlace. A él le entregaba el cineasta los panfletos firmados por el Frente Nacional de Liberación y que llevaban una arenga: "Españoles, despertaos". Y Visconti sonríe al evocar aquellos recuerdos: "Luego cogía el tren para Madrid y una vez seguí hasta Sevilla, donde no encontré al enlace y no sabía qué hacer con los papeles".
Estudiar para olvidar
Siempre tuvo mucha suerte con las mujeres Eriprando Visconti. Todavía hoy, pasada la cincuentena, ofrece una gallarda figura y unos ojos claros con fuego en la mirada. Admite, al menos, que fue guapo. "Las mujeres no han sido importantes en mi vida. He amado más la música y los libros". Vuelve a hacer balance sobre el paso de los años. "Con la edad cambian los puntos de vista; ahora no me gusta Bach y estoy saturado de Vivaldi. Ya no creo en nada fijo. ¿Existe el amor? ¿Existe realmente la cultura? Cuanto más estudias, más olvidas. Tampoco me interesa la crítica; no existe. Es sólo la opinión subjetiva de alguien. El crítico no ayuda al público a entender ni comprender nada. Ahora veo una película mía, me gusta, mientras que no me gustó la última vez que la vi. Lo importante es hacer las cosas. Una vez que termino una película deja de interesarme y empiezo a pensar en la siguiente. Una vieja película es como una vieja amante".Entre película y película, Visconti escribe un guión y lo vuelve a reescribir sucesivas veces, con tranquilidad, sin prisas. A los 15 años quiso ser escritor. Luego llegó a la conclusión de que no podía ser otras cosa en la vida más que realizador. Aunque sí hay otra que le hubiera gustado ser: inmensamente rico. "El problema es que no me gusta hacer dinero. Mi familia fue muy rica hasta mi abuelo. Lo perdió casi todo. Así que digamos que yo sólo poseo una posición acomodada". Si su herencia hubiera sido más generosa, asegura que se habría dedicado a coleccionar cuadros, porque le encanta la pintura.
Visconti piensa que el cine italiano está simplemente "fatal". "En Italia hay tres canales públicos de televisión y 99 privados que ofrecen películas a partir de las ocho de la tarde. Mientras que una película de Hitchcock cuesta cinco millones (no especifica si liras o dólares), la de un realizador italiano de hoy cuesta 55 millones. Así que prefieren las de Hitchcock. No hay en Italia una ley que ampare a su cine...". ¿Que si está en proyecto hacerla? Sí, desde hace 10 años".
Gabriela Cañas, El Pais, 11 de junio de 1984
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