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sábado, 2 de noviembre de 2013

Il Gattopardo - Luchino Visconti (1963)


TITULO ORIGINAL Il gattopardo
AÑO 1963
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS Español (Separados)
DURACION 205 min.
DIRECCION Luchino Visconti
GUION Suso Cecchi d'Amico, Pasquale Festa Campanile, Massimo Franciosa, Enrico Medioli, Luchino Visconti
MUSICA Nino Rota
FOTOGRAFIA Giuseppe Rotunno
PREMIOS
1963: Nominada al Oscar: Mejor vestuario (Color)
1963: Festival de Cannes: Palma de Oro
1963: Globos de Oro: Nominada nueva promesa masculina (Alain Delon)
1962: Premios David di Donatello: Mejor producción
REPARTO Burt Lancaster, Claudia Cardinale, Alain Delon, Paolo Stoppa, Rina Morelli, Romolo Valli, Terence Hill, Pierre Clémenti, Lucilla Morlacchi, Giuliano Gemma, Ida Galli, Ottavia Piccolo
PRODUCTORA Productor: Goffredo Lombardo
GENERO Drama | Siglo XIX. Histórico

SINOPSIS Película basada en la novela homónima (1958) de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Es la época de la unificación de Italia en torno al Piamonte, cuyo artífice fue Cavour. La acción se desarrolla en Palermo y los protagonistas son Don Fabrizio, Príncipe de Salina (Burt Lancaster), y su familia, cuya vida se ve alterada tras la invasión de Sicilia por las tropas de Garibaldi (1860). Para alejarse de los disturbios, la familia se refugia en la casa de campo que posee en Donnafugata en compañía del joven Tancredi (alain Delon), sobrino predilecto de Don Fabrizio y simpatizante del movimiento liberal de unificación. (FILMAFFINITY).

Enlaces de descarga (Cortados con HJ Split)

Subtítulos (Español)


Sicilia en el siglo XIX. El príncipe Salina, un gran terrateniente, tiene que ver como su poder y su influencia menguan tras el “Il Risorgimento”, la unificación de Italia. La clase alta intenta ignorar los movimientos nacionalistas y el príncipe comienza a dudar de sus propios ideales.
Estamos ante uno de los filmes más importantes de la cinematografía.. Ante un crisol tan magníficamente moldeado, que quizá sólo L podía hacer. Su evocación del “Resurgimiento” en Italia y la modélica reconstitución histórica es toda una lección de arte. Tiene la lectura propia de su autor fílmico, tiene toda la exquisitez de su enorme sensibilidad, tiene la viveza de Vistonti, el cual manifestó en una ocasión con respecto a El Gatopardo: “Creo que no se puede ser hombre y artista, sin tener conciencia política, aquí expongo la mía”.
La película, sigue fiel a la novela de Tomassi de Lampedusa. Y otra vez se funden cine y literatura, para darnos testimonio hermosamente grafico de una época crucial del siglo XX.
En una ocasión y sobre la obra de Visconti, el ensayista Arnau Olivar escribió: “La fidelidad de Visconti a la novela del príncipe Lampedusa no es sólo argumental, sino principalmente sentimental; la novela y la película son una misma visión de dos príncipes: un Lampedusa y un Visconti; los dos son conscientes de lo que se debate: una visión narrativa del Resurgimiento en Sicilia; los dos están de acuerdo: Aquello representó un fraude para el pueblo siciliano y un entroncamiento de la antigua clase aristócrata. Pero tanto Visconti como Lampedusa realizan su obra con añoranza: El personaje del príncipe Salina es respetado e incluso amado. Estilísticamente, El Gatopardo significa la entrada de Visconti en una nueva narrativa cinematográfica y, en este aspecto, resulta una obra esplendorosa, riquísima y artísticamente lograda; Un acto de verdadera cultura, nada gratuito ni formalista. La larguísima secuencia delbaile en el palacio Ponteleone es antológica”.
Otro de los grandes valores del filme es, sin duda, la puesta en escena, su inspirada reconstitución de un período y su dominio del color para expresar estados anímicos. La fotografía de Giuseppe Rotunno está totalmente inspirada en las tonalidades de mis admirados pintores: Delacroix y Hogarth.
Visconti ha dirigido este película con extremada sabiduría, componiendo cada escena con gran esmero, visualmente gratificante y único. Los escenarios sicilianos; sus viejas calles; el palacio; esa ciudad tan elegante; sus tierras secas; los caminos polvorientos; los jardines; los desvanes por donde el joven príncipe Tancredi arrastra a Angélica… Ese grupo de personas que se mueven por salones y corredores para salir al encuentro de los viajeros que llegan; la llegada de los viajeros cubiertos de polvo; elbanquete; el baile compuesto con un total arte y refinamiento; sostenido por el dramatismo que culmina en la danza de Don Fabrizio con Angélica y en la anticipación que el viejo aristócrata hace de su muerte frente al cuadro que contempla con serena melancolía.
Todo en este filme es épico, es como una estampa antigua en movimiento. El color, que en toda la película es insuperable, adquiere en determinadas partes del filme su máxima depuración. El polvo y el humo, la gama cromática escogida… todo recrea ante nosotros una doble impresión de verdad e irrealidad. Los colores desteñidos son ahora el blanco, el rojo de la sangre, como por ejemplo las camisas de los garibaldinos. Sencillamente una obra magnífica.
El Gatopardo va más allá en cuanto expresa con diáfana nitidez las tensiones históricas de una época mediante el itinerario moral de un personaje: Don Fabrizio, príncipe de Salina. Su lucidez y ácida nostalgia, dan como fruto una mirada triste sobre las mutaciones sociales que le destacan, entre los demás personajes, como un extraño que pasea por el teatro de la Historia asumiendo el tiempo pasado. Anima a su sobrino Tancredi, sigue de cerca la lucha, y anima los amores de Angélica y Tancredi, intentando aproximarse a la nueva clase social, la burguesía, de la que él está, por naturaleza, excluido. El príncipe de Salina es un superviviente que, en el umbral de la vejez, posa su mirada escéptica sobre personas y acontecimientos, dándole la imagen extraordinaria, regia y creíble de un sólido Burt Lancaster, sin lugar a dudas, y siempre bajo mi punto de vista, su mejor papel de toda su trayectoria profesional. El resto del reparto, tanto Alain Delon, como Claudia Cardinale, cumplen el objetivo de la pareja con sonido de vals, con acierto de soneto romántico, pero distanciados a años luz de ese Burt Lancaster, donde Visconti, deja caer todo el enorme peso de un personaje, eje de la historia, contrapunto de la misma y foco conductor de la condición burguesa de una épocaque se desvanece.
De sobra sabemos todos los cinéfilos el motivo de la elección de Delon en su papel de Tancredi, de sobra comprendemos las pasiones íntimas del maestro sobre sus “pupilos”, tanto Alain como mas tarde Helmut Berger en ese arco iris histórico y descomunal que es Luis II de Baviera, fueron sus pasiones fieles hasta su fallecimiento. El personaje de Tancredi-Delon está perfilado con total cuidado, hasta en ciertos momentos pudiéramos decir que el actor francés es el mismo sobrino del Príncipe de Salina, sacado del mismo manuscrito con delicadeza de sinfonía victoriana, bajo la batuta idílica de Visconti.
En la parte final hay una fiesta, que no sólo ocupa una importante parte del metraje del filme, casi un tercio, sino que también, aparte de ser un asombroso ejercicio viscontiano. Posee un dramático y doloroso momento nostálgico, constituyendo un larguísimo “réquiem” construido visualmente con perfección de látigo y sostenido por una música patética, como sólo Nino Rota podría componer.
La intensidad dramática de El Gatopardo es modelo de como un sentimiento personal se conjuga con la visión de un trabajo visual y sonoro de perfección imposible de descifrar. Solo los ojos del cinéfilo puede saborear tan gran epopeya, solo el que ama la imagen, el cine, la belleza del encuadre mas barroco, la sensibilidad de un maestro como existen pocos en la historia del Séptimo Arte, puede sentirse el hombre más pleno de la creación. Pienso contemplar un filme de éstas características, es como sentir un orgasmo de larga duración, en donde el abandono del cuerpo se pierde entre unas sabanas de seda brillante, con su olor y calor a amor recién hecho.
Una obra de arte, un autentico ejemplo para cualquier cineasta que se precie.
Estrenada en 1963 El gatopardo es una de las grandes películas del realizador italiano L. El filme, inolvidable, merecidamente ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes. Si algún término además le cabe a esta película es deslumbrante. El filme acaricia al espectador desde los lujosos ropajes de los protagonistas y su puesta absolutamente teatral. No es casual que esto fuera así siendo su director un esteta sumamente exigente cuya vida misma era también una puesta en escena ampulosa, apasionada, muy italiana acaso pero siempre soberbia.
Pero bajo la ópera suntuosa late el drama, el príncipe siciliano Fabrizio di Salina ve amenazada su posición en un tiempo de cambio, a la isla llegan Garibaldi y su ejército y su posible triunfo amenaza un régimen feudal y estático representado por el príncipe y algunos otros nobles más. Un mundo está por terminar para dejar paso a otro quizás más democrático y más vertiginoso en cambios. La solidez de la tradición, de las relaciones se resquebraja y el príncipe no ve otra opción que unirse a aquellas clases sociales que avanzan y se aprestan a tomar el lugar de los viejos terratenientes.
Es la Italia de 1860 nos encontramos con el período del Risorgimento… movimiento que apuntaba a la creación de una Italia unida y libre de la dominación extranjera.
Por un lado este movimiento era conducido por las fuerzas políticas y militares del Rey de Cerdeña y por el otro por las Sociedades Secretas como la “Carbonería” y la “Joven Italia”, que difundían la idea de libertad y promovían insurrecciones tendientes a realizar la unificación. Protagonistas de la política italiana en ese período fueron Giuseppe Mazzini y Giuseppe Garibaldi, animados por ideales republicanos, y los Saboya (reyes de Cerdeña primero, y luego de Italia) que tuvieron en el Ministro Camillo Benso di Cavour, a uno de los mayores artífices de la unificación de Italia.
Luego de rebeliones y guerras, Vittorio Emanuele II de Saboya reunió los diversos pequeños estados italianos, fundando en 1861 el Reino de Italia.
En plena época revolucionaria y ante los combates y lo inestable de la situación, el príncipe Fabrizio se traslada con su familia a su residencia de Donnafugata, pequeño pueblo en el que son recibidos por el alcalde, Don Calogero. El sobrino de Salina, Tancredi, un joven de espíritu aventurero que se ha unido a las tropas garibaldinas, se enamora de Angelica, la bella hija del mandatario local. A pesar de que la muchacha pertenece a una clase social que no es la suya, Salina no se opone a la boda debido a que D. Calogero, símbolo de la incipiente burguesía, ha amasado una gran fortuna y ellos se encuentran cerca de la ruina. La familia Salina es invitada a un gran baile en el palacio palermitano de Pantaleone, ambiente esplendoroso en el que el Príncipe advierte que su clase social está condenada a desaparecer ante el cambio de los tiempos.
Adaptación de la novela del escritor siciliano Tomasi di Lampedusa. Si bien el filme es una recreación de esa historia Visconti le añade a su propia obra de arte esos detalles únicos como por ejemplo una cuidada e impecable escenografía. Además realiza un trabajo de orfebrería en la dirección artística de la película (de por sí la escena del baile posee una elogiable riqueza visual y musical). Esta secuencia cierra el filme, aunque en la novela de Lampedusa el baile no constituye el final. En la película la secuencia dura 45 minutos, una desmesura propia del genio de Visconti. Acaso una larga despedida a un pasado brillante y generoso en oro y en tiempo para gastar. Cercana a nuestros días, en la película El Arca Rusa el cineasta Alexander Sokurov también rinde un magnífico homenaje a su país, a los otrora tiempos fastuosos de la Gran Rusia en la secuencia del baile que si bien no dura tanto como la de El Gatopardo pero sí se detiene en detalles y magnificencia para mostrar aquello grande que fue. Elegía de elegías y todo es elegía en estos nobles salones.
Visconti y Lampedusa pertenecían a la misma clase social pero ambos tenían conceptos en algunos puntos radicales con respecto al tema social. Visconti era un aristócrata que intenta acercarse a las otras clases sociales (al menos en el aspecto del conocimiento) y mostrar las luchas de estas clases por tener su propio lugar en el mundo. Convengamos en que Visconti al pertenecer a la clase alta poseía ciertos privilegios y gustos a los que no quería renunciar a pesar de su paso por el marxismo. Este filme no critica a la clase alta; por lo contrario ensalza sus modos y costumbres, la cámara registra obsesivamente aquella elegancia, aquel estilo de vida que se perderá en la noche de los tiempos una vez que la burguesía tome el lugar de los nobles.
Pero o tempora o mores… este retrato de clases, este fresco social muestra que esta nobleza ya está en decadencia.
El principe Di Salina, el personaje central de esta historia intuye el tiempo que le tocará vivir y los cambios que estos tiempos traerán. Su astucia, su lucidez resuelven un período difícil en su vida tanto en lo social como en la esfera política en la que como gran señor le toca desempeñarse. Busca poner el pie en un mundo convulsionado para ello se vale de todo tipo de artimañas: alianzas matrimoniales, apoyo a la causa revolucionaria, etc. Sabe que de mover bien sus piezas depende su destino; además entiende que ya no tiene demasiado tiempo, la idea de la muerte le ronda, se le hace patente el día del baile. El pícaro impulsivo Tancredi le susurra que todo cambie para que nada cambie, que todo parezca como pero… filosofía acomodaticia e hipócrita que elude un compromiso serio con la realidad pero que ilustra sobremanera los caminos a tomar de ahí en más.
La fina melancolía del príncipe es captada con sabia precisión por los gestos del actor norteamericano Burt Lancaster. Magistral y sorda desesperación que se trasluce en la mirada del mencionado actor. Hay todo un pasado del cual hay que despedirse, aceptar los cambios con resignación, postura estoica que requiere de la pasta de un héroe.
En el libro Don Fabrizio le dice al Padre Pirrone: “No somos ciegos, querido Padre, sólo somos hombres. Vivimos en una realidad cambiante a la que intentamos adaptarnos como se mecen las algas ante el empuje del mar…“. Realidad cambiante la de los acontecimientos políticos, realidad cambiante nuestro paso por esta vida. Ambas realidades se presentan abundantemente en la película.
Una de las escenas más ilustrativas y conmovedoras del filme es la contemplación del príncipe Fabrizio del cuadro de Greuze “La morte del giusto” en la biblioteca, como en un espejo cruel y lúcido le permite intuir su propia muerte, la cercanía de la misma. El príncipe sabe que ha llegado la hora de los más jóvenes representados por Tancredi y Angélica. Hay que dejarle el paso a la lozana primavera encarnada por ellos. Alain Delon – uno de los actores favoritos del realizador- le pone la gracia y la frescura al papel de Tancredi (sobrino casi hijo por el afecto del Príncipe Di Salina) y Claudia Cardinale toda la belleza y sensualidad a Angélica, la prometida de Tancredi.
Cabe mencionar la fotografía exquisita de Giuseppe Rotunno, la escenografía de Mario Garbuglia y la brillante elección del vestuario realizado por Piero Tosi.
La música como todo en esta gran película ocupa un lugar especial. Fragmentos de ópera y la partitura original quedan a cargo del conocido director Nino Rota, quien se vale de un vals de Giuseppe Verdi para ilustrar la escena final del baile. Hay en toda la película también referencias operísticas: La Traviata, La sonnambula de Bellini, etc.
La inteligencia del filme radica en mostrarnos la vida como una ópera rica y divertida y en disimular ciertos pecadillos de corrupción y de inmoralidad propios de una humanidad en medio de convulsiones políticas y personales.
Visconti supo reunir en el filme elementos autobiográficos, tomar del libro la esencia elegíaca del relato y la fina melancolía del príncipe (alter ego de Lampedusa, quizás). Supo verter en esta obra sus magníficas dotes de observador y artista.
En el film, de alfguna manera queda patente el axioma de que “es necesario que todo cambie para que todo siga igual”.


ESTRENADA en 1963 El gatopardo es una de las grandes películas del realizador italiano Luchino Visconti. El film, inolvidable, merecidamente ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes. Si algún término además le cabe a esta película es deslumbrante. El film acaricia al espectador desde los lujosos ropajes de los protagonistas y su puesta absolutamente teatral. No es casual que esto fuera así siendo su director un esteta sumamente exigente cuya vida misma era también una puesta en escena ampulosa, apasionada, muy italiana acaso pero siempre soberbia.
Pero bajo la ópera suntuosa late el drama, el príncipe siciliano Fabrizio di Salina ve amenazada su posición en un tiempo de cambio, a la isla llegan Garibaldi y su ejército y su posible triunfo amenaza un régimen feudal y estático representado por el príncipe y algunos otros nobles más. Un mundo está por terminar para dejar paso a otro quizás más democrático y más vertiginoso en cambios. La solidez de la tradición, de las relaciones se resquebraja y el príncipe no ve otra opción que unirse a aquellas clases sociales que avanzan y se aprestan a tomar el lugar de los viejos terratenientes.
Es la Italia de 1860 nos encontramos con el período del Risorgimento... movimiento que apuntaba a la creación de una Italia unida y libre de la dominación extranjera.
Por un lado este movimiento era conducido por las fuerzas políticas y militares del Rey de Cerdeña y por el otro por las Sociedades Secretas como la "Carbonería" y la "Joven Italia", que difundían la idea de libertad y promovían insurrecciones tendientes a realizar la unificación. Protagonistas de la política italiana en ese período fueron Giuseppe Mazzini y Giuseppe Garibaldi, animados por ideales republicanos, y los Saboya (reyes de Cerdeña primero, y luego de Italia) que tuvieron en el Ministro Camillo Benso di Cavour, a uno de los mayores artífices de la unificación de Italia.
Luego de rebeliones y guerras, Vittorio Emanuele II de Saboya reunió los diversos pequeños estados italianos, fundando en 1861 el Reino de Italia.
En plena época revolucionaria y ante los combates y lo inestable de la situación, el príncipe Fabrizio se traslada con su familia a su residencia de Donnafugata, pequeño pueblo en el que son recibidos por el alcalde, Don Calogero. El sobrino de Salina, Tancredi, un joven de espíritu aventurero que se ha unido a las tropas garibaldinas, se enamora de Angelica, la bella hija del mandatario local. A pesar de que la muchacha pertenece a una clase social que no es la suya, Salina no se opone a la boda debido a que D. Calogero, símbolo de la incipiente burguesía, ha amasado una gran fortuna y ellos se encuentran cerca de la ruina. La familia Salina es invitada a un gran baile en el palacio palermitano de Pantaleone, ambiente esplendoroso en el que el Príncipe advierte que su clase social esta condenada a desaparecer ante el cambio de los tiempos.
Adaptación de la novela del escritor siciliano Tomasi di Lampedusa. Si bien el film es una recreación de esa historia Visconti le añade a su propia obra de arte esos detalles únicos como por ejemplo una cuidada e impecable escenografía. Además realiza un trabajo de orfebrería en la dirección artística de la película (de por sí la escena del baile posee una elogiable riqueza visual y musical). Esta secuencia cierra el film, aunque en la novela de Lampedusa el baile no constituye el final. En la película la secuencia dura 45 minutos, una desmesura propia del genio de Visconti. Acaso una larga despedida a un pasado brillante y generoso en oro y en tiempo para gastar. Cercana a nuestros días, en la película El Arca Rusa el cineasta Alexander Sokurov también rinde un magnífico homenaje a su país, a los otrora tiempos fastuosos de la Gran Rusia en la secuencia del baile que si bien no dura tanto como la de El Gatopardo pero sí se detiene en detalles y magnificencia para mostrar aquello grande que fue. Elegía de elegías y todo es elegía en estos nobles salones.
Visconti y Lampedusa pertenecían a la misma clase social pero ambos tenían conceptos en algunos puntos radicales con respecto al tema social. Visconti era un aristócrata que intenta acercarse a las otras clases sociales(al menos en el aspecto del conocimiento) y mostrar las luchas de estas clases por tener su propio lugar en el mundo -pienso cuando escribo en sus películas La terra trema y en Rocco y sus hermanos-. Convengamos en que Visconti al pertenecer a la clase alta poseía ciertos privilegios y gustos a los que no quería renunciar a pesar de su paso por el marxismo. Este film no critica a la clase alta; por lo contrario ensalza sus modos y costumbres, la cámara registra obsesivamente aquella elegancia, aquel estilo de vida que se perderá en la noche de los tiempos una vez que la burguesía tome el lugar de los nobles.
Pero o tempora o mores... este retrato de clases, este fresco social muestra que esta nobleza ya está en decadencia.
El principe Di Salina, el personaje central de esta historia intuye el tiempo que le tocará vivir y los cambios que estos tiempos traerán. Su astucia, su lucidez resuelven un período difícil en su vida tanto en lo social como en la esfera política en la que como gran señor le toca desempeñarse. Busca poner el pie en un mundo convulsionado para ello se vale de todo tipo de artimañas: alianzas matrimoniales, apoyo a la causa revolucionaria, etc. Sabe que de mover bien sus piezas depende su destino; además entiende que ya no tiene demasiado tiempo, la idea de la muerte le ronda, se le hace patente el día del baile. El pícaro impulsivo Tancredi le susurra que todo cambie para que nada cambie, que todo parezca como pero... filosofía acomodaticia e hipócrita que elude un compromiso serio con la realidad pero que ilustra sobremanera los caminos a tomar de ahí en más.
La fina melancolía del príncipe es captada con sabia precisión por los gestos del actor norteamericano Burt Lancaster. Magistral y sorda desesperación que se trasluce en la mirada del mencionado actor. Hay todo un pasado del cual hay que despedirse, aceptar los cambios con resignación, postura estoica que requiere de la pasta de un héroe.
En el libro Don Fabrizio le dice al Padre Pirrone «No somos ciegos, querido Padre, sólo somos hombres. Vivimos en una realidad cambiante a la que intentamos adaptarnos como se mecen las algas ante el empuje del mar...» Realidad cambiante la de los acontecimientos políticos, realidad cambiante nuestro paso por esta vida. Ambas realidades se presentan abundantemente en la película.
Una de las escenas más ilustrativas y conmovedoras del film es la contemplación del príncipe Fabrizio del cuadro de Greuze "La morte del giusto" en la biblioteca, como en un espejo cruel y lúcido le permite intuir su propia muerte, la cercanía de la misma. El príncipe sabe que ha llegado la hora de los más jóvenes representados por Tancredi y Angélica. Hay que dejarle el paso a la lozana primavera encarnada por ellos. Alain Delon -uno de los actores favoritos del realizador- le pone la gracia y la frescura al papel de Tancredi (sobrino casi hijo por el afecto del Príncipe Di Salina) y Claudia Cardinale toda la belleza y sensualidad a Angélica, la prometida de Tancredi.
Cabe mencionar la fotografía exquisita de Giuseppe Rotunno, la escenografía de Mario Garbuglia y la brillante elección del vestuario realizado por Piero Tosi.
La música como todo en esta gran película ocupa un lugar especial. Fragmentos de ópera y la partitura original quedan a cargo del conocido director Nino Rota, quien se vale de un vals de Giuseppe Verdi para ilustrar la escena final del baile. Hay en toda la película también referencias operísticas: La Traviata, La sonnambula de Bellini,etc.
La inteligencia del film radica en mostrarnos la vida como una ópera rica y divertida y en disimular ciertos pecadillos de corrupción y de inmoralidad propios de una humanidad en medio de convulsiones políticas y personales.
Visconti supo reunir en el film elementos autobiográficos, tomar del libro la esencia elegíaca del relato y la fina melancolía del príncipe (alter ego de Lampedusa, quizás).Supo verter en esta obra sus magníficas dotes de observador y artista.

5 comentarios:

  1. GRAZIE!!! Amarcord.IMPRESCINDIBLE.IMPERDIBLE.OBRA MAESTRA ABSOLUTA.
    Personalmente el mejor film de la historia del cine.JOYA DE UN GENIO.
    Infaltable en este estupendo blog.

    Un cordial saludo.

    Eddelon.

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  2. excelente pelicula que decidi bajar, pero...
    los unicos archivos disponibles son el ultimo y los subtitulos
    todos los demas aparecn cono NOT FOUND
    podrias ver por que sucede
    gracias
    javier

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    Respuestas
    1. Javier
      Los enlaces están todos en línea. Trata de descargarlos con un gestor (JDownloader o MiPony). También copiando cada enlace, abriendo una nueva ventana y pegarlo.
      Espero encuentres la solución.

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    2. efectivamente funcionan
      gracias

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  3. Ya somos dos los que pensamos que es la mejor película de la historia... Muchas gracias.

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