TITULO ORIGINAL A.C.A.B.: All Cops Are Bastards
AÑO 2012
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS Español e inglés (Separados)
DURACION 110 min.
DIRECCION Stefano Sollima
GUION Daniele Cesarano, Barbara Petronio, Leonardo Valenti (Libro: Carlo Bonini)
MUSICA Mokadelic
FOTOGRAFIA Paolo Carnera
PREMIOS 6 Nominaciones David di Donatello, incluyendo mejor ópera prima
PRODUCTORA Coproducción Italia-Francia; Cattleya / Babe Film / Rai Cinema
GENERO Drama | Crimen
SINOPSIS Cobra, Negro y Mazinga, son tres policías en contacto diario con la violencia. Violentos, fanfarrones, solidarios entre sí, reservados, con un sentido ético difícilmente descifrable. Así son los policías antidisturbios de ACAB - All Cops Are Bastards. (FILMAFFINITY)
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Lo prometido es deuda y comenzamos fuerte agosto con este film que utiliza como título un viejo eslogan inglés, de los años 60, que por desgracia ha atravesado medio siglo con un éxito si no creciente al menos estable. La frase anuncia el color: no se trata de una comedia romántica y aunque haya parejas, incluso tríos y cuartetos, no son relaciones de amor sino de orden público, porra, escudo y casco antidisturbios.
Primer excelente, excesivo y espectacular trabajo del italiano Stefano Sollima. A algunos de vosotros os sonará este apellido de la historia del cine por su padre, Sergio, especialista del género del spaghetti western de los 60 y 70 pero, sobre todo, por la genial serie de televisión, Sandokán (que, por una vez, superó la novela original de Emilio Salgari) y convirtió al corsario negro en unos de los mitos de mediados de los 70.
El director adapta la novela de Carlo Bonini, sobre los excesos de tres históricos miembros de esta policía tan especial, Cobra, Negro y Mazinga, y la adaptación a su particular mundo de violencia, exceso e ira del recién llegado al cuerpo, Adriano. La película cuenta con tres de los mejores actores italianos actuales (Pierfrancesco Favino, Filippo Nigro y Marco Giallini) impresionantes, en unos papeles que sabían que desde el primer minuto iban a ser odiados por la totalidad de los espectadores.
Hace falta mucho, pero que mucho valor, para rodar una película que podría rozar la defensa del fascismo, la apología de la violencia, la defensa del “final justifica los medios” y la comprensión de los excesos de las fuerzas de seguridad del estado italiano. Y además se necesita mucha inteligencia para conseguir que el espectador disfrute de una película en la que detesta a todos sus protagonistas. Stefano Sollima lo consigue (como ya lo hizo en la serie de televisión Romanzo Criminale) y encima se ha llevado varios premios nacionales e internacionales.
El secreto radica en que esta película, que se recibe como un golpe en la boca del estómago, es al mismo tiempo una de las radiografías más lúcidas, frías e inteligentes de la, por suerte, finalizada época Berlusconi, y también una sobria reflexión sobre uno de los males que afecta a muchos de los detentores del poder (para encontrar ejemplos no hace falta mirar muy lejos) el de creerse por encima de todo y de todos. O la mutación de un poder, legítimo y otorgado por el pueblo, que se convierte en ilegítimo, por sobrepasar los límites y transformarse en una dictadura que actúa contra el propio pueblo.
Carlos Loureda
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Explosiva película de género sobre unos policías que se exceden en sus funciones en una Italia inaudita en el cine.
Violentos, fanfarrones, solidarios entre sí, reservados, con un sentido ético difícilmente descifrable. Así son los policías antidisturbios de A.C.A.B (All Cops Are Bastards) [+], esperadísimo debut en la gran pantalla de Stefano Sollima. Una película de género que, a partir de la novela homónima del periodista Carlo Bonini, basada en hechos reales, adopta el punto de vista de este controvertido grupo de agentes. Odiados por los ultras y los manifestantes más exaltados y observados con desconfianza por los ciudadanos de a pie a causa del uso desinhibido de la violencia.
Es precisamente en la delgada línea que separa la legítima defensa de la violencia gratuita donde se concentra la película, evitando, al menos en apariencia, tomar una posición determinada. La cámara sigue a los tres protagonistas, Cobra, Negro y Mazinga, encarnados por Pierfrancesco Favino, Filippo Nigro y Marco Giallini, entre enfrentamientos en el estadio de fútbol, desalojos de asentamientos gitanos y casas ocupadas y ajustes de cuentas, pero también en momentos más íntimos y asuntos privados a veces dramáticos. La impresión final es que la agresividad es una simple respuesta a una agresividad igualmente fuerte, siguiendo una lógica de compresión-explosión. Aunque la realidad, ya se sabe, es bastante más compleja.
"Una historia de hombres y del odio que impregna la sociedad en que vivimos" es la declaración de intenciones de Sollima, director de la popular serie de televisión Romanzo criminale, muy a gusto en la representación pop de la violencia, acompañada constantemente por música rock y un estilo visual muy realista, con intensos primeros planos y bruscos movimientos de cámara, con una dimensión física muy acentuada. Una película que, como Diaz [+], de Daniele Vicari, está destinada a promover un debate encendido ya que los protagonistas son los mismos del trágico G8 de Génova, del cual parecen admitir su culpa. Se suceden en la pantalla algunos de los más graves episodios de la historia reciente italiana, desde el asesinato del inspector Filippo Raciti hasta el del hincha Gabriele Sandri.
A.C.A.B (All Cops Are Bastards), una producción de Cattleya con Rai Cinema y la francesa Babe Films, fue distribuida en Italia por 01 y ha ganado este año los premios Nastro de plata al mejor actor (Pierfrancesco Favino) y al mejor actor de reparto (Marco Giallini).
Vittoria Scarpa
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‘A.C.A.B.’ (All Cops Are Bastards) es un film sobre el poder y, principalmente -como el título insinúa-, sobre el abuso de autoridad. Sin embargo, esta película italiana tiene como gran acierto su capacidad de no simplificar las cosas cayendo solamente en un juicio moralista, en el blanco o negro. La crudeza del retrato que hace el film sobre ciertos aspectos de la sociedad italiana es impactante y con una sensación de realismo asombrosa. El espectador argentino, culturalmente similar en muchos sentidos, seguramente se sentirá bastante identificado.
Otro acierto del film es que complejiza más el relato con, al menos, dos puntos de vista bien diferenciados, que al principio se acercan para luego ir separándose cada vez más. Por un lado “Cobra”, el “Negro”, Carletto y Mazinga, y por otro el recién ingresado a la fuerza, Adriano. El contrapunto que propone la película y las interacciones entre estos enfoques es una interesante reflexión sobre la imposibilidad de recambio cuando ciertos valores están bien arraigados, independientemente de lo correcto o incorrecto, es una cuestión de comportamiento humano, de comportamiento de grupos. La mirada del afuera, la mirada social del policía, es otro de los puntos fuertes de la película, así como el tema de la discriminación, la inmigración ilegal, la justicia social y la actuación del estado.
Si bien la violencia de sus imágenes parecen críticas en sí mismas, ‘A.C.A.B.’ contextualiza el comportamiento de este grupo de policías. No utiliza el contexto como excusa, ni como justificación, pero sí como atenuante. El bajo sueldo por el que arriesgan sus vidas, el ambiente de violencia constante en el que desarrollan su actividad y la poca popularidad social, en parte bien ganada, en parte generada por el Estado, en parte heredada de otros tiempos y en parte traspasada de otros sectores culturales (el caso del futbol es el más claro ejemplo). Además, se encarga de dejar en claro que los policías también son humanos, con problemas familiares que, incluso, se agravan por la permanente ausencia en el hogar.
‘A.C.A.B.’ perturba. Incomoda al espectador al empatarlo con un grupo de personajes, de policías, que no son los típicos policías corruptos del cine, aquellos que asesinan por dinero o están involucrados con el narcotráfico. Estos “bastardos” hacen justicia por mano propia, se cubren unos a otros sin importar lo que hayan hecho y abusan de su autoridad, es verdad, pero sus “rivales” no son bebés de pecho.
Gonzalo Dujmovic
Tal vez pueda parecer oportunista el hacer una reseña sobre una película como esta, teniendo en cuenta la(s) reciente(s) polémica(s) sobre la actuación de la policía, concretamente los antidisturbios, en diversas manifestaciones que han ocurrido últimamente en nuestro país. Pero también se puede considerar como una forma excelente de entender el porqué y el cómo se han producido dichas actuaciones. No importa que la película sea de origen italiano, la esencia de la historia se puede (y debe) aplicar a cualquier país, no solo europeo. El director, Stefano Sollima, junto con el equipo de guionistas han dado un paso adelante, arriesgado y muy controvertido, para contarnos el origen y el trasfondo de las imágenes que últimamente aparecen en nuestras pantallas: policías cargando contra todo aquello que se mueve, el uso injustificable (¿o no?) de la violencia contra manifestantes pacíficos (¿o no?) y, sobre todo, quiénes son los miembros de esos cuerpos y qué les ha llevado a dedicar su vida a una tarea tan dudosa como ingrata.
“Todos los Policías son Unos Bastardos”, por utilizar una traducción políticamente correcta, es una expresión que se remonta a los años 60 como parte de un eslogan acuñado por los mineros británicos para protestar contra las fuerzas del orden. Más adelante ha ido siendo aprovechada por todo tipo de movimientos urbanos, generalmente de izquierdas, y grupos musicales como parte de sus discursos políticos. Y uno de los países en los que esta expresión ha sido más utilizada es Italia, donde transcurre la película, y donde se han producido algunos de los enfrentamientos más virulentos y trágicos de los últimos años: recordemos las protestas en la reunión del G-20 en Génova que acabaron con la muerte del joven Carlo Guliani y el posterior asalto a la Escuela Díaz por parte de los antidisturbios, los continuos enfrentamientos entre los hinchas radicales de fútbol (en este caso ha habido bajas en ambos bandos) con los citados
policías….
ARGUMENTO
Cobra, Negro, Mazinga, y Carletto son algunos de los nombres de la mítica Unidad de Antidisturbios protagonista de la historia. Una Unidad en la que, desde los primeros planos, comprobamos que están unidos como hermanos de sangre, no solo por ideales políticos o sociales (aquí no hay ambages: todos se declaran orgullosos de ser de extrema derecha, xenófobos y partidarios de pegar primero y preguntar después) sino especialmente porque forman parte de un Equipo, de un Grupo unido hasta las últimas consecuencias. La película nos muestra su día a día en una Roma oscura y caótica en la que nuestros protagonistas ejecutan su trabajo con una eficacia más cerca de las doctrinas militares que la aburrida rutina policial a la que nos tienen acostumbradas las películas y/o series sobre policías. Al grupo se incorpora Adriano, que se convierte en el eje sobre el que gira la historia; un joven agobiado por las deudas y con una familia rota y arruinada, que actúa como contrapeso a las ideas del resto del grupo. Un joven con ganas de hacer lo correcto, de hacer su trabajo, pero que no sabe si lo que busca es hacer justicia o utilizar la justicia como vía de escape a sus propios problemas. Este también hará que los miembros más veteranos se vean reflejados en él, en alguien que les recuerda de forma dolorosa sus inicios, sus ambiciones, y la decadencia exponencial de los mismos.
REPARTO
Uno de los puntos fuertes de la película son, sin ninguna duda, los actores: Pierfrancesco Favino, Filipo Nigro y, muy especialmente, Marco Giallini afrontan con valentía, y unas tablas admirables, los papeles de 3 personajes que vas a odiar desde el minuto uno. No en vano nos encontramos ante tres de los mejores actores italianos del momento, y se nota en cada gesto y en cada matiz. El debutante Domenico Diele se defiende igual de bien en el rol del novato, al igual que el resto de los actores secundarios (mención especial para Roberta Spagnuolo en el papel de mujer del jefe del grupo).
LA PELÍCULA
Estos son los mimbres con los que el equipo de guionistas y el director de ACAB: All Cops Are Bastards (muy conocido por la estupenda serie Romanzo Criminale), y apoyado en el libro de Carlo Bonini que denuncia y recoge estos, y otros, hechos, para trasladar a la gran pantalla una parte de nuestra realidad cotidiana; una realidad que no nos gusta, una realidad fea, pero sobre todo una realidad que no comprendemos. Dichos hechos están presentes en la película, narrados de forma tangencial, así como otros que no conocíamos y que nos enseñan una parte de la historia reciente de nuestro (desconocido) vecino, Italia. Pero la película no se limita a mostrarnos el trabajo de este grupo, sus misiones y el resultado de ellas. De forma hábil, y muy bien secuenciada, establece una serie de paralelismo entre sus (caóticas) vidas privadas y sus actuaciones en la calle. Hijos que se alistan en movimientos neonazis, situaciones de pareja insostenibles, problemas familiares y económicos, problemas que al no poder lidiar con ellos y ser conscientes de que sólo van a ir a peor acaban explicando ese porqué de la excesiva violencia que utilizan para establecer el orden.
CONCLUSIÓN
Al igual que la reciente, e imprescindible, Polisse, ACAB: All Cops Are Bastards se nos revela como un documento necesario y casi obligatorio para entender una parte de lo que acontece día a día en nuestra sociedad. No toma partido, deja que la historia hable por si sola. No es demagógica, es ilustrativa. No es sólo una película, es una lección de honestidad y veracidad. Si no fuera por la estética cuidadísima (a veces parece un videoclip) y una banda sonora potente como pocas (Kasabian, White Stripes, The Clash…), podríamos estar hablando de un documental extremadamente bien hecho. Y ese es el verdadero mérito del director, conseguir que la realidad se transforme en ficción, o al revés, que lo que en un principio parece que no puede ser verdad, que es el producto de una declaración de intenciones políticas se convierte en un retrato crudo y veraz de la sociedad que nos ha tocado vivir.
Elniniodecristal
Hola, quisiera saber si acaso, en el pasado, publicaste "Chiaro di donna" de Costa-Gavras, y luego lo retiraste. No estoy pidiendo que lo subas eh, ya tengo unos cuantos pedidos pendientes ;o) solo me parece recordar haberlo visto hace tiempo, y ahora ya no lo encuentro más. Pura curiosidad. Gracias y buenas vacaciones.
ResponderEliminarNo, nunca fue publicada.
EliminarY tienes toda la razón, acabo de enterarme de que no hay nada italiano en el reparto (excepto Roberto Benigni), hubiera estado fuera de contexto. Perdona la pregunta estúpida, hubiera tenido que averiguar antes.
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