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lunes, 1 de noviembre de 2021

Gran Bollito - Mauro Bolognini (1977)

TÍTULO ORIGINAL
Gran bollito
AÑO
1977
IDIOMA
Italiano
SUBTÍTULOS
Español (Separados)
DURACIÓN
106 min.
PAÍS
Italia
DIRECCIÓN
Mauro Bolognini
GUIÓN
Sergio Amidei, Nicola Badalucco, Angelo Dellagiacoma, Mario Monicelli, ver 4 más
MÚSICA
Enzo Jannacci
FOTOGRAFÍA
Armando Nannuzzi
REPARTO
Shelley Winters, Max von Sydow, Renato Pozzetto, Alberto Lionello, Laura Antonelli, Mario Scaccia, Franco Branciaroli, Milena Vukotic, Adriana Asti
PRODUCTORA
Italfrance Films
GÉNERO
Drama. Thriller. Terror | Años 30. Familia

Sinopsis
Lea, una mujer del sur de Italia, emigra a Génova para reunirse con su marido, que regenta una administración de lotería. Al poco de llegar, su marido sufre un accidente cardiovascular que lo deja paralítico. Tendrá entonces que tomar el mando de la casa y dedicar especial atención a Michele, el único de sus trece hijos que ha sobrevivido. Lea tiene, además, un extravagante grupo de amigas y una criada, Tina bastante peculiares que la ayudan en sus insólitas y macabras experiencias culinarias. (FILMAFFINITY)
 
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En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, Lea (Shelley Winters), una mujer del sur de Italia, emigra a una ciudad del norte para reunirse con su marido, que posee un negocio de venta de lotería. Al poco de llegar, su marido sufre un accidente cardiovascular que lo deja paralítico. Tendrá entonces que tomar el mando de la casa y dedicar especial atención a Michele (Antonio Marsina), el único de sus trece hijos que ha sobrevivido (algunos los perdió antes de nacer y otros cuando eran aún niños). Esto explica la angustia de perder a su único hijo cuando este se enamora de una profesora de gimnasia (Laura Antonelli). Lea tiene, además, un extravagante grupo de amigas y una criada. La necesidad de proteger a su familia, la amenaza de la guerra y las supersticiones locales, empujan a Lea a asesinar con un hacha a cuantas amigas ha hecho en el pueblo para fabricar jabón (y dulces para acompañar el té) con sus cadáveres.

Twilight Time lanzó al mercado americano la edición limitada (sólo 3.000 unidades) en formato blu-ray de “Gran Bollito” (aka “Black Journal”), film del director italiano Mauro Bolognini del año 1977, basado en el caso de la vida real de Leonarda Cianciulli, llamada “la fabricante de jabón de Correggio”, que asesinó a tres mujeres de entre 1939 a 1940. Sin embargo, en esta versión cinematográfica muchos detalles se han cambiado y curiosamente las tres mujeres víctimas son interpretadas por actores masculinos: Alberto Lionello, Max von Sydow y Renato Pozzetto.

Mauro Bolognini dirigió en 1953 su primera película, “Ci troviamo in galleria”, en la que actuaron dos grandes estrellas del cine italiano: Alberto Sordi y Sophia Loren. Su carrera dió un giro cuando colabora con los escritores Alberto Moravia y Pier Paolo Pasolini, quienes le inspirarán para crear “La notte brava” (1959) y “La giornata balorda” (1960). Bolognini reflejará asuntos tan delicados como la impotencia sexual en “Il bell'Antonio” (1960, adaptación de la novela homónima de Vitaliano Brancati) o el deseo incestuoso en “Agostino” (1962), a partir de un texto de Alberto Moravia.

En “La viaccia” (1961) adapta la obra de Mario Pratesi y lo hace con un suntuoso estilo casi viscontiano para reflejar los paisajes de la Toscana, interpretado por Jean-Paul Belmondo y Claudia Cardinale. El film fue presentado en el Festival de Cannes (Francia). Ganó dos premios Nastri D’Argento en 1962, por Mejor Vestuario y Mejor Escenografía. Este estilo personal se manifiesta también en películas como “L'eredità Ferramonti” (La herencia de los Ferramonti), película de Bolognini dirigida en 1976. Es una adaptación de la novela de Gaetano Carlo Chelli, con una excelente interpretación de Dominique Sanda. El film estuvo en competencia oficial en el Festival de Cannes de 1976, donde la actriz francesa obtuvo el premio a la Mejor interpretación femenina.

La película que se aparta notablemente de la temática literaria y del estilo general de humor o de indagación psicológica de Bolognini es esta película “Gran Bollito”. En este caso, su estilo avanza hacia el grotesco, no sólo en las interpretaciones, sino por el desempeño de roles femeninos a cargo de tres reconocidos actores. Y lo que el director Mauro Bolognini desea significar al tener a las tres víctimas de Lea interpretadas por hombres es una suposición que debe hacerse el mismo espectador. Los mismos actores aparecen luego (después de la muerte de sus personajes) como nuevos personajes masculinos: von Sydow como detective, Lionello como banquero y Pozzetto como mensajero.

En “Gran Bollito” Bolognini tiende a dar prioridad a los primeros planos, pero filma con discreción los tres asesinatos, ya sea en penumbras o mediante una edición ágil. No hay Grand Guignol aquí. “Gran Bollito” es una variación interesante de los films sobre asesinos en serie. El director aprovecha para realizer una crítica a la Iglesia e incluso profundizar algunos aspectos incestuosos del personaje de Lea frente a su hijo, como la escena en que lo baña o cuando lo besa. El elenco es impecable (liderado por Shelley Winters) y la película, a través de la comedia negra, marca una impronta especial en este género de la mano de un gran director italiano que se aleja de su particular estilo para concretar un film diferente, raro y crítico. “Gran Bollito” no es una película para todos, pero sin duda es un must para los amantes del cine italiano, la comedia negra y los fans de Shelley Winters.
http://www.culturalmenteincorrecto.com/2017/01/gran-bollito-blu-ray-review.html

L’unico peccato è che non ho potuto vederlo in alta definizione, perché il Blu Ray ancora non è stato edito. Ma Gran bollito (1977) di Mauro Bolognini rimane un’esperienza insolita, inafferrabile, per certi versi riporta alla mente una stagione, quella dei terribili anni ’70, in cui il cinema italiano aveva coraggio, la capacità di selezionare validi script, un sostegno produttivo che oggi sarebbe impensabile.

Da un punto di vista meramente politico Gran bollito potrebbe essere una vera e propria condanna estetica, un punto di non ritorno della commedia all’italiana. Non avevo mai visto Renato Pozzetto e Max Von Sydow recitare en-travesti, la sensazione di straniamento è forte. Il grottesco la fa da padrone e Bolognini sa rendere terrificante l’ambientazione delle mura domestiche come se ci si trovasse in un horror di Dario Argento, ma non ci si lasci impaurire, si tratta di un utilizzo dello stile raffinato, mai sanguinolento, sempre in bilico tra psicologismo e deliro bello e buono.
La scelta di Shelley Winters per interpretare l’anziana protagonista è un curioso caso di implementazione nella scena del dato oggettivo di una follia non riscontrabile in nessun altro contesto di riferimento. Probabilmente siamo dalle parti dell’auto parodia o di un intollerabile scherzo del destino: la Winters sembra nata per impersonare la famosa saponificatrice di Correggio, Leonarda Cianciulli, che negli anni ’30 uccise 3 persone.

La commedia horror grottesca è uno dei tanti esperimenti estetici compiuti da Bolognini, in cui la realtà viene fatta filtrare da un processo di camuffamento epidermico che dona a Gran bollito una sensazione di inesausta grazia compositiva, dove le scene degli omicidi della Winters vengono costruite in una cucina che assomiglia ad un mattatoio e le vittime non soffrono mai quando vengono comicamente decapitate. Il discorso prende sempre la strada dell’assurdo, del surreale, come di una imprevedibile macchinazione del destino.
L’anziana madre uccide le sue vittime per offrire alla Morte dei sacrifici umani che servano a salvare l’anima di suo figlio Michele. SI tratta di credenze popolari probabilmente risalenti al medioevo e sopravvissute alla Storia, soprattutto grazie ad un’arretratezza culturale che al tempo odierno assumono i connotati di leggende metropolitane su cui ridere sopra.

La sensazione è che Bolognini si sia voluto spingere piuttosto in là nell’analisi di un’ideologia truce e insensata che l’anziana madre nel film riesce a nascondere grazie al silenzio di chi non si può esprimere (la ragazza interpretata da Milena Vukotic) e di chi è ridotto su una sedia a rotelle (l’anziano Mario Scaccia). Ci riesce in parte, il finale si risolve nel duello verbale tra la madre e la giovane amante del figlio (Laura Antonelli), che si contendono l’amore del figlio, ago della bilancia del film; ma l’atmosfera creata è talmente satura di elementi disturbanti e destabilizzanti che a volte si rimane senza parole di fronte ad un simile spettacolo.
La complicità creatasi tra attori, regista e spettatore è un fattore che concorre a creare una credibilità di fondo nell’incubo culinario-familiare, che si rimane interdetti dal mix tra finzione e realtà. Dove finisce la finzione e inizia la realtà? E’ la domanda che si pone Bolognini alla fine del film, dopo la terrificante rivolta da Shelley Winters ai poliziotti che vengono ad arrestarla.

Michele Centini
https://www.cinerunner.com/horror/gran-bollito-di-mauro-bolognini-lassurdo-mix-tra-realta-e-finzione/

Podría decirse que uno de los autores más olvidados que ha caído inmerecidamente en la oscuridad es Mauro Bolognini , un director que trabajó durante las décadas de 1950 y 1960 dirigiendo largometrajes escritos por Pasolini antes de colaborar en una serie de largometrajes de antología y luego embarcarse en una serie de películas poco convencionales y únicas. esfuerzos a lo largo de los años setenta y ochenta. En la parte superior de estos está su Gran Bollito de 1977 (también conocido como Black Journal) una reimaginación al estilo de Grand Guignol de la infame asesina en serie Leonarda Cianciulli, mejor conocida como la "Jabonera de Correggio". Agregue un juego a Shelley Winters como dicho asesino en serie y una gran cantidad de actores masculinos que interpretan a sus víctimas femeninas (incluido Max Von Sydow), y uno puede pasar por alto el melodrama flagrante (y el doblaje) para disfrutar de una película de terror jugosa tan extraña como inquietante. .

Lea (Winters) ha tenido una vida difícil. Una mujer de clase trabajadora del sur de Italia que tuvo que vender boletos de lotería para subsistir, por fin puede unirse a su esposo Rosario (Mario Scaccia) en el norte, donde les ha asegurado un apartamento en un condominio. Disgustada con su nueva morada, el destino deja a Rosario postrada en cama por un derrame cerebral, dejando a la mujer mayor a su suerte, lo que incluye adular a su único hijo Michele (Antonio Marsina), un joven fornido que simpatiza con los frecuentes y agresivos episodios de afecto de su madre. Él es el único hijo que sobrevive después de trece extrañas muertes infantiles, por lo que sus intereses parecen estar justificados. Pero cuando Michele comienza a salir con Sandra (Laura Antonelli), Lea comienza a desmoronarse, lo que la lleva a comenzar a asesinar a sus compañeras vecinas, comenzando con Berta (Alberto Lionello), quien ganó la lotería y planea unirse a su esposo en Estados Unidos. En cambio, Lea drena su sangre para cocinar y hierve su carne en una tina de jabón que vende en el vecindario. Pero a medida que comienzan a desaparecer más cuerpos, las autoridades comienzan a sospechar, mientras que el comportamiento de Lea se vuelve aún más errático cuando Michele es reclutada para el servicio militar. Lea (Winters) ha tenido una vida difícil. Una mujer de clase trabajadora del sur de Italia que tuvo que vender billetes de lotería para subsistir, por fin puede unirse a su esposo Rosario (Mario Scaccia) en el norte, donde les ha asegurado un apartamento en un condominio. Disgustada con su nueva morada, el destino deja a Rosario postrada en cama por un derrame cerebral, dejando a la mujer mayor a su suerte. lo que incluye adular a su único hijo Michele (Antonio Marsina), un joven fornido que simpatiza con los frecuentes y agresivos ataques de afecto de su madre. Él es el único hijo que sobrevive después de trece extrañas muertes infantiles, por lo que sus intereses parecen estar justificados. Pero cuando Michele comienza a salir con Sandra (Laura Antonelli), Lea comienza a desmoronarse, lo que la lleva a comenzar a asesinar a sus vecinas vecinas, comenzando con Berta (Alberto Lionello), quien ganó la lotería y planea unirse a su esposo en Estados Unidos. En cambio, Lea drena su sangre para cocinar y hierve su carne en una tina de jabón que vende en el vecindario. Pero a medida que comienzan a desaparecer más cuerpos, las autoridades comienzan a sospechar, mientras que el comportamiento de Lea se vuelve aún más errático cuando Michele es reclutada para el servicio militar. Él es el único hijo que sobrevive después de trece extrañas muertes infantiles, por lo que sus intereses parecen estar justificados. Pero cuando Michele comienza a salir con Sandra (Laura Antonelli), Lea comienza a desmoronarse, lo que la lleva a comenzar a asesinar a sus vecinas vecinas, comenzando con Berta (Alberto Lionello), quien ganó la lotería y planea unirse a su esposo en Estados Unidos. En cambio, Lea drena su sangre para cocinar y hierve su carne en una tina de jabón que vende en el vecindario. Pero a medida que comienzan a desaparecer más cuerpos, las autoridades comienzan a sospechar, mientras que el comportamiento de Lea se vuelve aún más errático cuando Michele es reclutada para el servicio militar. Él es el único hijo que sobrevive después de trece extrañas muertes infantiles, por lo que sus intereses parecen estar justificados. Pero cuando Michele comienza a salir con Sandra (Laura Antonelli), Lea comienza a desmoronarse, lo que la lleva a comenzar a asesinar a sus vecinas vecinas, comenzando con Berta (Alberto Lionello), quien ganó la lotería y planea unirse a su esposo en Estados Unidos. En cambio, Lea drena su sangre para cocinar y hierve su carne en una tina de jabón que vende en el vecindario. Pero a medida que comienzan a desaparecer más cuerpos, las autoridades comienzan a sospechar, mientras que el comportamiento de Lea se vuelve aún más errático cuando Michele es reclutada para el servicio militar. llevándola a comenzar a asesinar a sus compañeras vecinas, comenzando con Berta (Alberto Lionello), quien se ganó la lotería y planea unirse a su esposo en Estados Unidos. En cambio, Lea drena su sangre para cocinar y hierve su carne en una tina de jabón que vende en el vecindario. Pero a medida que comienzan a desaparecer más cuerpos, las autoridades comienzan a sospechar, mientras que el comportamiento de Lea se vuelve aún más errático cuando Michele es reclutada para el servicio militar. llevándola a comenzar a asesinar a sus compañeras vecinas, comenzando con Berta (Alberto Lionello), quien se ganó la lotería y planea unirse a su esposo en Estados Unidos. En cambio, Lea drena su sangre para cocinar y hierve su carne en una tina de jabón que vende en el vecindario. Pero a medida que comienzan a desaparecer más cuerpos, las autoridades comienzan a sospechar, mientras que el comportamiento de Lea se vuelve aún más errático cuando Michele es reclutada para el servicio militar.

Para un cineasta con una filmografía tan prolífica como Mauro Bolognini, es notable que no sea más conocido, especialmente porque su asombrosa rareza se cierne en algún lugar en la vecindad menos escandalosa de Marco Ferreri. Compitió en Cannes en cinco ocasiones distintas a lo largo de veinte años, la última vez con The Inheritance de 1976 , protagonizada por Anthony Quinn, Fabio Testi y Dominique Sanda. Así que es sorprendente notar que su siguiente largometraje fue esta coproducción internacional desgarbada, que juega como una perversión secundaria del cine, contemplarla sin previo aviso se siente como pisar una serpiente de dos cabezas en la hierba.

El tono es algo así como una sátira oscura, y Gran Bollitojuega como un remake de Pasolini de una película de Almodóvar. Shelley Winters, que ya lleva más de una década en un período de brujas de terror, (gracias a los títulos de Curtis Harrington que comenzaron la década, ¿Qué le pasa a Helen? Y Quienquiera que haya matado a la tía Roo), es una sublime bruja asesina en serie en Gran Bollito. Su registro, por lo general estridente, está doblado en italiano, lo que le da una especie de intensidad surrealista que puede que no haya logrado en inglés. Si bien tiene una fascinación increíblemente espeluznante con su único hijo sobreviviente (que incluye bañarlo lascivamente desnudo e interrumpirlo en medio del coito con su novia en el dormitorio de la escuela), lo que hace con su pobre doncella (una traviesa Milena Vukotic) Es aún más desagradable, colgar a la pobre chica desnuda frente a su hijo como sacrificio sexual para mantenerlo en la casa.

Winters tiene muchos momentos de elección, vinculándose con las otras inquilinas (la mayoría interpretadas por hombres que se doblan como otros personajes de la película) al explicar su trágica historia de fondo como una pobre mujer italiana. “Después de todos esos abortos, también me he convertido en otra mujer”, proclama casualmente en respuesta a las otras viejas putas que susurran varias excitaciones sobre las tentaciones de la vejez. Más tarde, antes de idear su pequeño artilugio de cocina para drenar sangre, acaricia con amor las entrañas sudorosas de un animal muerto como una anatomía menos para la criada, explicando la mejor manera de cocinar los despojos de la misma manera que otros describen hacer el amor.

Escandalosa y grotesca, la aparición frecuente de Max Von Sydow como la vecina Lisa Carpi sexualmente reprimida es un toque de genio, luciendo como Alec Guinness disfrazado de Vanessa Redgrave, su cuerpo delgado y su casco rubio de cabello se elevan sobre los a menudo ceñudos Winters. Como otros personajes dismórficos de género, Renato Pozzetto y Alberto Lionello se suman al caos, todos los cuales de alguna manera logran verse menos llamativos que la notable actriz británica Rita Tushingham, quien es la primera persona desafortunada en descubrir las inclinaciones de Lea cuando descubre el ingrediente secreto en el jabon.

Nicholas Bell
https://www.ioncinema.com/news/disc-reviews/gran-bollito-blu-ray-review 


 

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