TÍTULO ORIGINAL
...e tu vivrai nel terrore - L'aldilà
AÑO
1981
IDIOMA
Italiano
SUBTÍTULOS
Español e Inglés (Separados)
DURACIÓN
87 min.
PAÍS
Italia
DIRECCIÓN
Lucio Fulci
GUIÓN
Lucio Fulci, Dardano Sacchetti, Giorgio Mariuzzo
MÚSICA
Fabio Frizzi
FOTOGRAFÍA
Sergio Salvati
REPARTO
Catriona MacColl, David Warbeck, Cinzia Monreale, Michele Mirabella, Antoine Saint-John, Veronica Lazar, Anthony Flees, Giovanni De Nava, Gianpaolo Saccarola, Al Cliver, Maria Pia Marsala
PRODUCTORA
Fulvia Film
GÉNERO
Terror | Gore. Sobrenatural. Casas encantadas. Zombis. Película de culto
Stephanie Crawford: Bloody Disgusting
Nunca me encontré entre los amantes del gore y cualquier género derivado. Es decir, me he divertido de adolescente, pero ahora que estoy crecidito (mucho), cuando veo una película me gusta que tenga sustancia, y que los efectos estén a su servicio. Como dijo alguien, todo en su justa medida y armoniosamente. Dicho esto, paso al film de marras.
The Beyond (usaré el nombre inglés porque es breve) es una película “visceral” en toda la regla, dirigida por uno de los directores de culto italiano más reverenciado. Una historia con ribetes sobrenaturales y mucha, mucha sangre.
Todo comienza cuando Liza Merril (Catriona-Katherine-MacColl), una joven sin mayor fortuna hasta ahí, hereda de su tío (¡cuando no!) un hotel en Lousiana. Pero no es un regalo gratis. Aunque ella lo ve como la ultima oportunidad para demostrar (y demostrarse) que es capaz de triunfar en algo, el viejo hotel es considerado una de las siete entradas del infierno, y ha sido testigo de hechos violentos que se relatan al principio de la película. De a poco, una serie de hechos comienzan a entorpecer el sueño de Liza: un par de trabajadores accidentados y/o muertos, la aparición de una joven ciega que nadie ve salvo ella (Cinzia Monreale), etc. Su único confidente, el doctor John McCabe (David Warbeck) la escucha pero no cree en sus historias, hasta que es demasiado tarde…
Bien. The Beyond tiene el mayor de los respetos del público y la crítica. Evidentemente aman el film, a su director y el género. Como pasa muchas veces, discrepo. Pero como también abro siempre el paraguas, digo que solo es mi opinión, tan válida y discutible como cualquiera.
The Beyond me ha parecido una mala película. La historia está llena de clichés, desborda de poco ingenio, que no pasa de mostrar zombies (se supone que por acción de la puerta infernal, o algo así, nunca queda claro) y abundante agua de color entre rojo y borravino que se supone sangre, en cantidades ridículas. Si el efecto es hacer reír, lo logra. Si se quiere asustar, lo dudo. Más allá de las actuaciones, que son razonables, el resto es bastante deplorable.
Y no se trata de tomármelas con el cine de bajo presupuesto porque sí. Los western spaguetti han dado grandes películas con dos pesos. Es un tema más bien de cómo hacer una película con un mínimo de originalidad, o por lo menos, alguna vuelta de tuerca que justifique el metraje gastado. Diversión por diversión, me quedo con películas de zombies mucho mejor hechas, también con dos pesos, pero con mucho mejor sustento (Shaun of the dead, Night of the Living Dead).
En fin, para fans del género y Lucio Fulci
https://elholocaustodepabloalekssander234115323.wordpress.com/2020/05/03/the-beyond-e-tu-vivrai-nel-terrore-laldila-lucio-fulci-1981/
El sótano de un viejo hotel está construido encima de la puerta al más allá donde deambulan los zombies. Una joven hereda el hotel y decide renovarlo pero terribles "accidentes" ocurren durante las obras. Un pintor muere, el fontanero desaparece y su amigo se rompe el cuello. Ella huye al hospital pero la pesadilla sólo acaba de empezar…
Vuelvo con el cine italiano de terror (ya os lo amenacé en la reseña de “Demons”, de su compatriota Lamberto Bava). Y esta vez, con Lucio Fulci, del que ya os hablé de una de sus obras más conocidas, “Nueva York bajo el terror de los zombies” (sí queréis recordarlo, click aquí, aunque era una mini-reseña). Y esta vez, repasamos un poco otra de sus cintas más conocidas, “El más allá” (a ver si más adelante os traigo “Miedo en la ciudad de los muertos vivientes” o “Aquella casa al lado del cementerio”) y que particularmente, es una de las que más me gustan.
Es curioso (y me encanta) como para esta ocasión, Fulci se basa un poco en Lovecraft, utilizando el libro de Eibon, que aparece en los mitos de Cthulhu. Escrito por un mago llamado Eibon (obviamente), viene a ser como el Necronomicón.
Como os imaginares, esto dota a la cinta de un toque bastante ‘lovecraftiano’, muy oscuro, tétrico y onírico. Uno de los puntos más conseguidos de la película. Todo el ambiente recreado es insano, desde la mansión señorial hasta el hospital.
Los problemas de la cinta, vienen a ser los habituales del cine de Fulci. Un, prácticamente, inexistente argumento, en el que una mujer hereda un hotel en Louisiana y que resulta que esconde el acceso al Infierno. Esto, es una simple excusa para adentrarnos en una espiral de escenas truculentas y gore. Los personajes vienen y van, a excepción de los protagonistas, los demás son meros objetivos a torturar. Fijaros que muere el amigo de la chica, buscando los planos de la casa (y muere de una forma bastante guay, con unas bonitas arañas inmiscuidas) en la biblioteca y nadie le echa de menos ya en toda la película. Y el bibliotecario tampoco parece enterarse de nada. Por lo que, ya imaginares, que contamos con personajes planos. Apenas se definen a los protagonistas, que cuentan con el habitual rol.
Por otra parte, la cinta si sabe mantener la tensión, (aunque vaya de aquí para allá, intercalando escenas de forma cuanto menos extraña e inconexa) pero cae un poco en desorientar. No cierra nada, lo deja en lo que el espectador crea que es (bastante lio de escenas tenía ya, como para aclararte nada). Y a eso, súmale que no hay una estructura clara (por decirlo finamente). Logra atrapar por sus imágenes y, por supuesto, el morbo.
Y no nos olvidemos de los zooms a los ojos, muchos, que no falten. Algo bastante habitual también en Dario Argento. Y la banda sonora típica de la época, que bueno, ya he hablado mucho de ella, rara y que choca en ciertas ocasiones.
Pero hay que destacar también sus partes buenas, que las tiene. Una de ellas, su gran inicio y buen final, muy bien hilados. La cinta comienza en 1927, con un grupo de pueblerinos que entran en un hotel y atrapan a un pintor, que está pintando su obra sobre las puertas del infierno, con el fin de acceder allí. La primera escena gore nos viene ahora, cuando a cadenazos, le destrozan el cuerpo, para después crucificarle y echarle un ácido por la cara.
Y luego, ya en su fin, nuestros protagonistas huyen de hordas zombis que les asolan en el hospital, para acabar en el sótano de la casa de ella, donde murió el pintor, y acabar metidos en su cuadro, donde se dan cuenta del horror en el que se han metido.
Pero además de esto, sus imágenes y el gore atraen. La escena de la limpiadora del hotel, metiendo la mano en una bañera llena de porquería y siendo asolada por un muerto viviente, es bueno. El acoso a la ciega (y ojito a su primera aparición) por parte del pintor muerto y sus secuaces es otro puntazo.
Y hablando de sus escenas gore, son buenas y curradas. Pero las podríamos enmarcar en dos tipos, las más terroríficas, y las que dan un poco de vergüenza ajena. En esta última categoría metemos la rocambolesca escena en la que la mujer de Joe el fontanero, que le está arreglando en la funeraria, muere de forma extraña cuando le cae un ácido en la cara por un susto… y la hija pequeña (que no se parece a los padres ni estando muy borracho) lo ve todo pasmada.
Pero el resto molan y son puramente Fulci, grabadas casi a cámara lenta, regodeándose en lo más macabro. Y con esos zombis tan pútridos (de lo más podrido que se puede ver) marca de la casa.
En definitiva, cine de Fulci en estado puro. Gore extremo, buena atmósfera, guiones inexistentes, pero tan atrayente… le pese a quien le pese, tenía su estilo personal. Sería caótico, pero cada uno es como es, ¿o no?
Si queréis adentraros en el mundo del gore, y del giallo, en definitiva, el puro terror italiano, esta es una buena manera de hacerlo. Y si ya os gusta y no la habéis visto, ¡ya tardáis!
Y sólo apta para estómagos curtidos, su recreación en las escenas gore no es para todos...
¡Por cierto!, es destacable una escena muy graciosa (de forma involuntaria) en la que la heredera del hotel llama a un fontanero para que arregle las cañerías del sótano y cuando lo baja allí, vemos un sitio inmenso, lleno de suciedad y trastos acumulados, muchas telas de araña, e inundado hasta los topes. Y aun le pregunta al buen hombre que si tardará mucho en arreglarlo…
http://accionycine.blogspot.com/2014/11/el-mas-alla-e-tu-vivrai-nel-terrore.html
El sótano de un viejo hotel está construido encima de la puerta al más allá donde deambulan los zombies. Una joven hereda el hotel y decide renovarlo pero terribles "accidentes" ocurren durante las obras. Un pintor muere, el fontanero desaparece y su amigo se rompe el cuello. Ella huye al hospital pero la pesadilla sólo acaba de empezar…
Un creador de imágenes, eso fue Lucio Fulci (1927-1996). Desde escenas terroríficas pasando por escenas poéticas hasta escenas grotescas que eran su fuerte, el cine del director italiano dio un vuelco en la década del ochenta (mas precisamente desde 1979 a 1982) cuando comenzó a filmar películas de zombies creando el famoso subgénero spaghetti zombie (en el cual se mezclaban zombies, delirio y mucho gore). Pero con un concepto e imagen diferentes a la hora de usar a los muertos vivos creados por George A Romero.
Decir que El mas Allá no tiene lógica es absurdo. Fue concebida de esa manera, no tiene lógica, son muchas escenas agrupadas para golpear al espectador constantemente. Y aunque tenga una narración tradicional miles de cosas jamás terminan cerrando, eso no quiere decir que no haya otros argumentos que si cierran pero en líneas generales encontramos lo que se suele llamar como baches de guión que obviamente a Fulci no le interesaba.
Eso de no tener lógica puede chocar si se esta acostumbrado a la narración occidental, la cual siempre tiene una lógica que termina cerrando y luego pensándolo todo es entendible pero Fulci prefiere violentar ese concepto de cine, arrojar escenas de todo tipo para provocar algo en el espectador sin importar la lógica, es el puro caos y eso se refleja en su forma de filmar.
Y una de las características de este director eran sus zooms desquiciados (algo común en el cine italiano) y en este film obviamente no faltan pero si bien eran desquiciados siempre eran con un sentido dentro del marco del film. Si no vean el excelente prologo donde se hace zooms a cada golpe que se le hace al pintor. Y en eso radica un poco la fama que obtuvo ya que se regodeaba, más que ningún otro director, en el gore y en la destrucción del ser humano. De ahí todos sus zooms en cada asesinato, y la cantidad de vísceras que vemos pero mas que nada el gusto que tenia en mostrar el espectáculo horroroso que era la muerte.
Y si sus zombies eran especiales. No se parecen en nada a los americanos. Es este film (y también en los otros tres de que filmo por aquella época) los zombies son en realidad espectros, aunque algunos actúen como los típicos vistos anteriormente pero la mayoría si se nota no están incorporados para comer gente sino que solo asesinan, también diferente es la forma en que suelen ser iluminados, lo cual reafirma esa idea de que son espectros malignos. Hasta la forma de caminar es extraña, como si en realidad estuvieran dormidos, ni hablar de cuando se los mata, la forma en que caen. Todo lo contrario a lo que se veían en aquella época y que es llamativa hasta el día de hoy.
Hay otra cosa llamativa (y que comparte con las otras dos películas de la trilogía del infierno que son Pánico en la ciudad de los muertos vivos y La casa cercana al cementerio) que es esa mirada pesimista sobre el mundo sobrenatural. Fulci no era católico, de hecho estaba en contra de la religión y el final de El más Allá lo demuestra. En el vemos a los protagonistas escapar de la hecatombe zombie para ir a parar, luego de cruzar por una puerta, a una tierra derruida, donde ir para atrás y adelante es lo mismo. Pero no solo en eso sino también en la forma de ver a sus personajes, no hay salvación para ninguno, sea bueno malo o los protagonistas, una vez desatado el infierno están todos condenados así que lo único que queda es conformarse con eso porque no hay escapatoria.
El estreno de esta película fue un fracaso pero luego de la muerte de Fulci empezó a ser vista como una obra de culto. Lo es, y también es un collage de escenas shockeantes, las cuales su director filmaba con mucho placer porque sabia que el cine para el era lograr una emoción en el espectador.
http://cineenpalabras.blogspot.com/2011/04/e-tu-vivrai-nel-terrore-laldila-1981-de.html
In un albergo di New Orleans, nel 1927, per aver dipinto una tela che rappresenta l’inferno un pittore viene torturato, crocifisso e poi sfigurato con la calce viva. Quasi sessant’anni dopo, nel 1981, Liza Merril (interpretata da Catriona MacColl), una giovane donna che ha ereditato l’edificio, decide di restaurarlo per riaprire l’albergo. Ma una serie di macabri incidenti e fenomeni soprannaturali ne pregiudicano i lavori di ristrutturazione. Potrebbe l’hotel essere stato costruito su una delle sette porte dell’inferno? Questo il tema di … E tu vivrai nel terrore! L’aldilà.
Il cinema del Vecchio Continente è stato (troppo) spesso identificato solo con il cinema autoriale, colto e raffinato. Ma questo non è certo sempre vero. L’Italia, pur ospitando registi, attori e sceneggiatori che hanno segnato la storia del cinema in quel senso, è stata la patria anche di una serie film di genere che sono riusciti, specialmente tra gli anni settanta e ottanta, a lasciare un segno indelebile in quella tipologia di film popolari bistrattati dai critici di un tempo, ma anche ammirati da Quentin Tarantino e altri.
Registi come Sergio Leone, Dario Argento, Antonio Margheriti, Lucio Fulci e Mario Bava, fino al controverso Joe D’Amato, hanno prodotto film di ogni genere, che spaziavano dalla fantascienza all’horror, dal “poliziottesco” al western, passando per l’erotico. Una fucina di idee dove professionisti, mestieranti e artigiani insieme hanno dato vita a una pletora di pellicole. Alcune assolutamente trascurabili, altre buone o interessanti, mentre altre ancora sono assurte allo status di Cult Movie, destinati a perdurare nel tempo.
Nel 1981, Fabrizio De Angelis, produttore, sceneggiatore e regista di molti B movie italiani dagli anni settanta ai novanta (sua la serie de Il ragazzo dal kimono d’oro), ebbe l’dea di un film intitolato L’aldilà. Per sfruttare il successo ottenuto da Zombi 2, diretto da un Lucio Fulci alla sua prima esperienza horror, fece disegnare un poster con il nome del regista romano e grazie al quale ottenne un finanziamento preliminare senza avere altro in mano. Per realizzare il soggetto venne poi chiamato Dardano Sacchetti, esperto sceneggiatore che aveva già lavorato su film come Paura nella città dei morti viventi (1980) di Lucio Fulci, Il gatto a nove code (1971) di Dario Argento, Reazione a catena (1971) di Mario Bava, i tre film di Mark il poliziotto (1975-1976) e La banda del trucido (1977) di Stelvio Massi, Il trucido e lo sbirro (1976) e Il cinico, l’infame, il violento (1977) di Umberto Lenzi. Oltre a parecchi altri polizieschi, thriller e horror. Sacchetti realizzò un soggetto in poco più di una decina di giorni, poi rivisto dallo stesso Fulci e da un altro veterano del settore, Giorgio Mariuzzo.
Nel film troviamo tutto il campionario dei film horror di quegli anni, come morti che tornano in vita, una città presa di mira dal male, un albergo infestato, una camera maledetta. Eppure Lucio Fulci è riuscito a realizzare una pellicola che va ben oltre a quello che, a prima vista, avrebbe potuto essere il solito “prodotto commerciale”, realizzando uno dei film più rilevanti e influenti della cinematografia di genere.
Ottimo lo spaventoso comparto sonoro, che contribuisce a creare le atmosfere sottolineando i diversi momenti con i giusti effetti. Dai disturbanti rumori di masticazione e triturazione di corpi dilaniati dai morti tornati in vita alle preoccupanti perturbazioni acustiche, interferenze sonore che introducono le situazioni di ansia e accompagnano lo spettatore verso le situazioni più angoscianti.
A consolidare le atmosfere di terrore del film è chiamata la musica, opera di un altro storico collaboratore di Fulci: Fabio Frizzi. Fratello di Fabrizio Frizzi, il conduttore scomparso nel 2018, per il regista ha firmato parecchie colonne sonore di film che occupano un posto di primo piano nelle filmografie di genere horror e thriller dell’epoca d’oro del cinema di genere italiano. Sue, infatti, le musiche di film come Zombie 2, Paura nella città dei morti viventi e Sette note in nero, da cui, nel 2003, Quentin Tarantino estrasse un brano che inserì nella colonna sonora del suo celebre Kill Bill: Volume 1. Per l’occasione, il compositore si serve di tastiere e sintetizzatori con sonorità che rimandano al rock progressivo degli anni settanta. Al quale affianca un inquietante refrain al pianoforte, un motivo ossessivo che entra nella testa.
Il montaggio di Vincenzo Tomassi, anche lui già più volte al lavoro con il regista romano, è un piccolo capolavoro di bravura che, poco alla volta, trasporta lo spettatore in un mondo onirico in cui si perde ogni cognizione. Tutto è confuso in un insieme quasi schizofrenico di situazioni che a volte paiono slegate tra loro e che confondono la percezione generale dello spettatore. Lucio Fulci ci porta a non preoccuparci del dove e del come, “invitandoci” ad assistere impotenti al puro terrore del divampare del male, terribile e inarrestabile, lasciando lo spettatore nell’angoscia dell’immaginare quello che possa essere realmente il destino dei personaggi e forse del mondo intero.
La scarsità del budget ha permesso a Fulci di concentrarsi al massimo sull’atmosfera circoscritta al momento e al luogo dove si svolge la storia, liberandosi così di tutti quegli archetipi tipici del genere in favore di una struttura narrativa che, come fosse libera da ogni razionalità, esalta l’immaginario e l’irreale con potenza terrificante.
… E tu vivrai nel terrore! L’aldilà, questo il titolo completo, offre momenti di terrore e fantasia visiva incredibilmente visionari e d’effetto. Indimenticabili, ad esempio, l’inquietante scena nel mondo sotterraneo o la sconcertante apparizione della donna cieca (Cinzia Monreale) con il suo cane in mezzo a un’autostrada deserta. Ma è anche uno dei film più gore di Fulci, che si diletta a dirigere “un’orchestra” di flesh and blood. Carne e sangue non vengono risparmiate, ma anzi “raccontate” con una dovizia dall’estetica quasi voyeuristica che ha consacrato Lucio Fulci a essere un re (se non il re) del macabro. Grazie al lavoro di Giannetto De Rossi, coadiuvato da Maurizio Trani e Germano Natali, che ha realizzato la maggior parte degli effetti speciali operando direttamente sugli attori con protesi e altri espedienti, Fulci ci offre un nutrito campionario di morti violente e raccapriccianti.
È l’insieme di tutti questi elementi che rende … E tu vivrai nel terrore! L’aldilà un film horror indimenticabile. Non è perfetto, ma è un vero incubo visivo, entrato di diritto nell’olimpo dei film di genere e nell’immaginario comune come uno dei film più spaventosi di sempre, che non da scampo.
Non impeccabile l’interpretazione degli attori che, tra gli altri, annovera anche un Michele Mirabella pretelevisivo. Su tutti spicca la protagonista Catriona MacColl, Lady Oscar nell’omonimo film diretto da Jacques Demy nel 1979 e reduce da Paura nella città dei morti viventi (Italia, 1980) sempre di Fulci, con cui lavorerà anche nel successivo Quella villa accanto al cimitero (Italia, 1981). Nemmeno la sceneggiatura non è propriamente esemplare, se è per questo.
https://www.giornalepop.it/e-tu-vivrai-nel-terrore-di-fulci/
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