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jueves, 10 de diciembre de 2020

Chiamami col tuo nome - Luca Guadagnino (2017)

TÍTULO ORIGINAL
Call Me by Your Name (Chiamami col tuo nome)
AÑO
2017
IDIOMA
Italiano
SUBTÍTULOS
Español (Separados)
DURACIÓN
130 min.
PAÍS
Italia
DIRECCIÓN
Luca Guadagnino
GUIÓN
James Ivory (Novela: André Aciman)
MÚSICA
Sufjan Stevens
FOTOGRAFÍA
Sayombhu Mukdeeprom
REPARTO
Timothée Chalamet, Armie Hammer, Michael Stuhlbarg, Amira Casar, Esther Garrel, Victoire Du Bois, Elena Bucci, Marco Sgrosso, André Aciman, Peter Spears
PRODUCTORA
Coproducción Italia-Francia-Estados Unidos-Brasil; Frenesy Film Company, RT Features, La Cinéfacture, Water's End Productions, M.Y.R.A. Entertainment, Lombardia Film Commission. Distribuida por Sony Pictures Classics
GÉNERO
Romance. Drama | Drama romántico. Homosexualidad. Años 80

Sinopsis

Elio Perlman (Timothée Chalamet), un joven de 17 años, pasa el cálido y soleado verano de 1983 en la casa de campo de sus padres en el norte de Italia. Se pasa el tiempo holgazaneando, escuchando música, leyendo libros y nadando hasta que un día el nuevo ayudante americano de su padre llega a la gran villa. Oliver (Armie Hammer) es encantador y, como Elio, tiene raíces judías; también es joven, seguro de sí mismo y atractivo. Al principio Elio se muestra algo frío y distante hacia el joven, pero pronto ambos empiezan a salir juntos de excursión y, conforme el verano avanza, la atracción mutua de la pareja se hace más intensa. (FILMAFFINITY)

Premios

2017: Oscar: Mejor guion adaptado. 4 nom. incluyendo película y actor (Chalamet)
2017: Festival de Toronto: 2ª finalista - Mejor película
2017: Globos de Oro: 3 nom. incluyendo mejor película drama y actor (Chalamet)
2017: Premios BAFTA: Mejor guion adaptado. 4 nominaciones
2017: National Board of Review (NBR): Top 10 películas año, actor rev. (Chalamet)
2017: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores películas del año
2017: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor actor (Chalamet)
2017: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor película, dirección y actor (Chalamet)
2017: Premios Independent Spirit: Mejor fotografía y actor (Chalamet)
2017: Premios Gotham: Mejor película y nuevo actor (Timothée Chalamet)
2017: Critics Choice Awards: Mejor guion adaptado. 8 nominaciones
2017: Sindicato de Productores (PGA): Nominada a Mejor película
2017: Satellite Awards: Nom. mejor película, guion adaptado y actor sec. (Hamer)
2017: Sindicato de Guionistas (WGA): Mejor guión adaptado
2017: Sindicato de Actores (SAG): Nominada a mejor actor (Chalamet)
2017: Festival de Berlín: Nominada a mejor película (Teddy Section)
2017: Festival de San Sebastián: Inauguración sección Perlas de otros festivales
2017: Festival de Melbourne: Premio del Público
2017: Festival de Sydney: 2º puesto mejor película (Premio del Público)
2017: Asociación de Críticos de Chicago: 3 premios incl. Actor (Chalamet). 8 nom.
2017: Círculo de Críticos de San Francisco: Mejor guion adaptado. 5 nominaciones
2018: Premios del Cine Europeo: Premio del Público al mejor film europeo
2018: Premios David di Donatello: Mejor guión adaptado y canción original. 13 nom.
2018: Premios Gaudí: Nominada a mejor película europea

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Toda película importante, y Call me by your name lo es, se debate en el estrecho margen que separa lo que simplemente se ve, de lo que se desvela. El matiz importa. Es más, Guadagnino se las arregla para que sólo el matiz sea relevante en una película construida al borde mismo del abismo, sobre la tentación de la oscuridad más evidente y, sin embargo, tan luminosa, tan plena, tan feliz, tan sin prejuicios y, admitámoslo, tan dolorosa. "No sentir nada por miedo a sentir algo es un desperdicio", le aconseja el padre sabio al hijo herido.

Decía Heidegger (con perdón) que la tensión de la obra de arte, cualquiera de ellas, se resuelve entre dos conceptos: la tierra y el mundo. El primero oculta de la misma manera que lo hace el desmañado conjunto de lugares comunes que ordenan una mirada pasiva, mercantilizada, quizá moribunda. El segundo, como el lugar preciso en el que el verdadero entendimiento sucede, quiere espacios nuevos, aspira a abrir universos intactos. Ingrávidos y sutiles. Desea mirar, escuchar, sentir las cosas por primera vez y dotarlas de sentido. El filósofo alemán se fijó en un diminuto y quizá intrascendente cuadro de Van Gogh de unos simples zuecos. Y allí creyó ver el dolor del campesino, sus amaneceres, sus dudas, sus anhelos y hasta cada uno de sus sueños. Se trata de asistir al nacimiento del nombre de lo que hasta ese momento preciso no lo tenía.

Call me by your name es básicamente eso: no tanto otro cuadro de Van Gogh (quizá sí de Rafael Sanzio) como la minuciosa descripción del más íntimo temblor de todos: el del nombre pronunciado por vez primera. Llámame por tu nombre. Como esas estatuas de bronce que surgen del mar para exponerse a la mirada vibrantes, puras y eternas, así es la tensión innombrable y secreta que nos pone en contacto con lo otro, con lo único, con eso que Heidegger describió con gramática de brujo como la apertura del mundo dentro de la tierra.
Luca Guadagnino (Yo soy el amor o Cegados por el sol) nunca ocultó que la realidad, lo verosímil, le estorba. Siempre al límite, sus personajes se enamoran, se desprecian y abrazan con todas las consecuencias. Que, a poco que uno lo haya intentado, siempre son muchas. La película no quiere contar más que el nacimiento de un amor entre el protagonista interpretado por Timothée Chalamet y el asistente de su padre, Armie Hammer. Lo que sigue es básicamente un relato que vibra, que se ofrece puro y perfecto en su vocacional imperfección; un relato tan profundamente ético que se diría amoral; tan virtuoso que sólo puede ser pecado. Mortal.

Uno es apenas un adolescente de 17 años que en el calor de un verano eterno gasta sus días en asuntos tales como tocar el piano, leer, nadar... El otro es un joven tan vigoroso como perfecto que ocupa sus días, que no tanto sus noches, en las lenguas muertas y las artes clásicas. Todo a su alrededor es como esa Italia de ensueño donde la vida, todo ella, se siente más, huele más y se sufre mejor. Tan decadente como imperecedera, tan agobiante como febril. Todo falso y, sin embargo, todo deseo. Tan blando, tierno, provocador e intenso como un melocotón. De hecho, de eso se trata. De la misma manera que Heidegger creía descubrir la historia entera de la tierra en cada arruga de unos viejos zapatos, toda la cinta se precipita y descubre en el mordisco de un no tan simple melocotón. Relleno de vida. Es así.

De la mano de un viejo guion de James Ivory, el director se desnuda del ritual barroco y suicida que preside su cine para entregar al espectador una película transparente, profundamente emotiva y, justo es reconocerlo, divertida. Y así, hasta desvelar, más que simplemente ver, el abismo de lo invisible, lo oculto, lo sagrado, lo que aparece por primera vez en un universo intacto. La mirada del amor tal vez en el sabor de un simple melocotón.

+ Ninguno de los innumerables 'chefs' de la tele se había atrevido a tanto con un simple melocotón.

- La película se presentó en febrero y se ha mantenido oculta a la espera de lo premios que pretende.
Luis Martinez
https://www.elmundo.es/metropoli/cine/2018/01/25/5a69a07fe2704e8f2f8b4685.html


Aunque narra con enorme acierto visual y grandes dosis de buen gusto una historia de enamoramiento veraniego entre un joven de 17 años y otro algo mayor, de lo que realmente habla la sensual y detallista película de Guadagnino es del voluptuoso torrente de la juventud y de algo realmente profundo y complejo que se traduce en la mejor escena de la película (la que le quita y le pone sentido a la historia) entre padre e hijo, Timothée Chalamet, que es candidato al Oscar por su carnal y pujante Elio, y Michael Stuhlbarg, demoledor en esos instantes de encuentro con su hijo en los que habla con una rotundidad y precisión sobre la vida y tú como no se había visto ni escuchado nunca… Stuhlbarg (quien, por cierto está en tres de las películas candidatas al Oscar, en «Los archivos del Pentágono» y en «La forma del agua» además de en ésta) pasa directamente al pódium de los mejores padres de la historia del cine y disputándole el cajón de arriba a Atticus Finch. Esa magistral secuencia, junto al primer y sostenido plano final de Elio-Chalamet en el que su rostro te cuenta las tres siguientes películas que nadie rodará, hacen de esta historia esa maravilla que te oxigena de arriba abajo.

Es una película larga, contemplativa, que se recrea en los maravillosos paisajes, personajes y localizaciones, que le extrae al guion de James Ivory toda esa temperatura y voluptuosidad que recoge con encanto de cámara Guadagnino. El absoluto centro de observación es el joven Elio, buen lector, magnífico músico y joven al que le cuesta ser él mismo entre el caos hormonal, la confusión emocional y la ensalada de feromonas masculinas y femeninas que tiene alrededor y que forman parte de ese frondoso, aromático, gastronómico y soleado verano italiano. La película habla de atracción, de amor, sí, y de pulsiones eróticas, de ese bucear ya sin apenas aire al final de la adolescencia, de ese estar tan a gusto con nuestras dudas como incómodo con nuestras certezas… Una película que se ha de ver como algo saludable, como si se fuera uno a beber uno de esos «smoothys» de fruta y verdura.
Oti Rodríguez Marchante
https://www.abc.es/play/cine/criticas/abci-critica-call-your-ensalada-hormonas-y-frondosidad-emociones-201801252123_noticia.html

Vedere, o rivedere, Chiamami col tuo nome è un'esperienza che mi sento di consigliare caldamente.
Nelle righe seguenti proverò ad esporre la ragione dietro tale consiglio.
Partiamo dall'inizio: nel 2007 lo scrittore statunitense André Aciman diede alle stampe Chiamami col tuo nome; il romanzo, grazie al suo successo, è presto diventato un caposaldo della letteratura contemporanea a tematica omosessuale.
Nelle pagine di Aciman era insito il potenziale per una trasposizione cinematografica: lo capirono immediatamente i produttori statunitensi Peter Spears e Howard Rosenman, che comprarono i diritti del libro mentre Aciman era ancora in fase di scrittura.
A seguito di una serie di peripezie produttive, nel 2014 iniziò a delinearsi il cast artistico dell'opera.
Dopo aver inizialmente rifiutato, Luca Guadagnino accettò l'incarico di dirigere il film, mentre James Ivory si mise invece al lavoro sulla sceneggiatura, terminata con l'approvazione dello stesso Aciman.
Il film, le cui riprese si tennero in Italia nella primavera del 2016, debuttò nei cinema statunitensi il 19 gennaio 2018, dopo essere stato presentato a diversi festival in giro per il mondo e dopo avere avuto una distribuzione limitata nel novembre precedente.
In Italia è stato distribuito una settimana dopo: il 26 gennaio.
Prima di descrivere le reazioni di critica e pubblico è doveroso spendere due parole sul film.
Di cosa parliamo quando parlamo di Chiamami col tuo nome?
La pellicola di Guadagnino è innanzitutto una storia d'amore: i suoi protagonisti sono due giovani ebrei, l'italiano Elio Perlman e lo studente statunitense Oliver.
La passione fra i due scoppierà quando Oliver verrà accolto per motivi di studio dalla famiglia Perlman, che sta trascorrendo l'estate in una villa di campagna nel cremasco.
Gli attori scelti per dare corpo e anima a Elio e Oliver furono Timothée Chalamet e Armie Hammer.
Non poteva a mio avviso esserci casting migliore.
Chalamet e Hammer interpretano con con grande maestria la coppia d’innamorati: evidente è la chimica che si innesta fra i due in alcune scene che li vedono coinvolti, peraltro intrise di grande tensione erotica.
Elio, in particolare, è un personaggio che ben esprime la complessità dell’adolescenza, la voglia di aprirsi al mondo e scoprire se stessi, anche attraverso esperienze stravaganti.
Ogni riferimento alle pesche potrebbe non essere puramente casuale: una scena, quella con la “partecipazione” del frutto, secondo Chalamet tanto emblematica quanto imbarazzante da vedere con i genitori.
Naturalmente, dati tali protagonisti, la storia d'amore narrata in Chiamami col tuo nome è una storia d'amore omosessuale, ma molto probabilmente il più grande pregio del film sta nel raccontarla senza pregiudizi o stereotipi: non c’è la società a osteggiarli, non ci sono le famiglie ad opporsi; anzi, quella di Elio è insolitamente aperta e permissiva.
Una famiglia ideale, per dei protagonisti ideali in una love story ideale e universale.
Nel suo svolgimento Chiamami col tuo nome sembra infatti mettere da parte la realtà - realtà che tuttavia colpirà duramente Elio sul finale - con le sue atmosfere vaghe e indefinite, quasi fuori dal tempo, ben rappresentate da una luminosa e afosa estate degli anni ‘80, che sembra trascinarsi avanti stancamente.
Al centro c’è l’amore e solo l’amore, scevro di sovrastrutture o artifici.
Elio e Oliver potrebbero anche vivere altrove, e la sostanza non cambierebbe.
Tempi e luoghi non hanno molta importanza, come suggerisce la didascalia posta in apertura di film: "Somewhere in northern Italy".
E che nord Italia: tutti i personaggi si muovono in ambienti straordinariamente affascinanti, che contribuiscono a rendere Chiamami col tuo nome un film dall’estetica raffinata.
I vari riferimenti all’arte greca presenti nel film (il padre di Elio è un archeologo), alla sua bellezza e al suo erotismo, non potrebbero essere più azzeccati.
Epicentro della storia è la residenza estiva della famiglia Perlman, che con i suoi arredi esprime il buon gusto e le competenze culturali dei suoi proprietari.
Per le riprese in esterni diverse scene sono state girate a Crema e nelle località circostanti, toccando anche Sirmione e la zona attorno a Bergamo: spazi spesso deserti, che trasmettono un senso di armonia e placida quiete.
Da sottolineare il lavoro di Sayombhu Mukdeeprom, direttore della fotografia thailandese che ha raggiunto notevoli risultati pur lavorando in condizioni avverse, dato che le riprese in esterni furono caratterizzate dal maltempo per buona parte della loro durata.   
Si diceva dell’amore: i protagonisti di Chiamami col tuo nome si cercano e si trovano senza aver bisogno di molte parole.
Silenzi e lunghe pause esplicitano il desiderio reciproco di amarsi; importanti sono le azioni, i gesti piccoli o grandi che siano: Elio che suona il pianoforte per Oliver; Oliver che massaggia il piede di Elio (e il Vincent Vega di Pulp Fiction forse aveva proprio ragione sul significato del massaggio ai piedi).
Le immagini del film sono accompagnate sia da musiche originali che da musica già esistente, a ogni modo decisamente adeguate al tono dell’opera.
Si va dal rock di Love my way, hit degli Psychedelic Furs sulle cui note balla Oliver in una discoteca all’aperto (e Hammer ha dichiarato come si sentisse a disagio mentre girava quella scena, anche se dal risultato non si direbbe), alle malinconiche ballate del musicista Sufjan Stevens, composte invece per l’occasione.
Si possono inoltre ascoltare artisti contemporanei come Franco Battiato e Loredana Bertè, ma anche Johann Sebastian Bach per chi ama tornare indietro nel tempo.
Una delle canzoni di Stevens, Mystery of Love, è stata anche candidata agli Oscar come Miglior Canzone Originale, senza tuttavia vincere la statuetta.
Miglior sorte ha invece avuto Ivory nella categoria della Sceneggiatura non Originale, trionfatore alla veneranda età di 89 anni.
Nel complesso, Chiamami col tuo nome ha ottenuto quattro nomination ai Premi Oscar, indice di quanto il film sia stato apprezzato dalla critica tanto negli Stati Uniti (consultare Rotten Tomatoes per credere) quanto in Italia.
Il film è stato premiato anche al botteghino, avendo superato nel mondo i 40 milioni di dollari di incassi a fronte di un budget di circa 3 milioni.
Per la cronaca, I segreti di Brokeback Mountain diretto da Ang Lee nel 2005, altro celebre film che narra una storia d’amore omosessuale, resterà probabilmente irraggiungibile per i suoi epigoni, con i suoi 178 milioni.
Chiamami col tuo nome è un film struggente e sognante, che potrebbe indurre a provare nostalgia di amori ed epoche e mai vissute.
Meno male che c’è il Cinema.
Marco Batelli
https://www.cinefacts.it/cinefacts-articolo-818/chiamami-col-tuo-nome-racconto-di-una-estate-italiana.html

 



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