TÍTULO ORIGINAL
Il cavaliere dai cento volti
AÑO
1960
IDIOMA
Italiano y Español (Opcionales)
SUBTÍTULOS
No
DURACIÓN
75 min.
PAÍS
Italia
DIRECCIÓN
Pino Mercanti
GUIÓN
Luigi Emmanuele, Piero Pierotti, Sergio Sollima
MÚSICA
Michele Cozzoli
FOTOGRAFÍA
Carlo Bellero
REPARTO
Lex Barker, Liana Orfei, Livio Lorenzon, Annie Alberti, Herbert A.E. Böhme, Tina Lattanzi, Alvaro Piccardi, Dina De Santis, Franco Fantasia, Roberto Altamura, Fedele Gentile
PRODUCTORA
Romana Film
GÉNERO
Aventuras. Acción | Capa y espada. Edad Media
Riccardo d'Arce, prode cavaliere è inviso al Duca di Pallanza che lo ha bandito dalle sue terre e lo odia mortalmente. Non può neanche recarsi sulla tomba di sua madre dovendosi limitare ad osservarla dal confine. Ma al contrario del padre, Ciro di Pallanza, giovane figlio del Duca, lo ammira e stima moltissimo e per nulla d'accordo col genitore, lo frequenta e ne riceve in ricambio affetto, insegnamento all'uso delle armi e altri doni, tra i quali un pregevole arco fabbricato dallo stesso Riccardo. Questi poi nutre amore per la sorella di Ciro, Bianca di Pallanza, anch'ella in disaccordo col genitore e spesso in conflitto con lui, al punto che quando la promette in sposa al bieco Conte Fosco Di Vallebruna, al suo rifiuto la fa rinchiudere nella torre del castello finché non cambi idea. Fosco ha in precedenza teso un agguato al giovane Ciro uccidendolo e facendo cadere la colpa su Riccardo che adesso è ricercato dagli uomini del Duca, desideroso di vendicare la morte del caro figlio che ha acuito enormemente l'odio verso Riccardo. Grazie agli astuti servigi di Zuela, una sua amica zingara, che si è introdotta a corte, Riccardo manda sue notizie alla dolce e disperata amata, e Zuela le consiglia di accettare le proposte paterne ma di pretendere un torneo per non danneggiare i baldi cavalieri che avevano mire su di lei. E' la legge e il Duca non può opporsi e così facendo prenderanno tempo utile per dimostrare la colpevolezza del Conte Fosco. Intanto gli uomini di Riccardo tendono nei giorni successivi al bando per il torneo, una serie di agguati ai vari pretendenti giunti nel ducato, catturandoli o scoraggiandoli con messe in scena di epidemie di lebbra o peste fin quando il giorno del torneo si presenta il solo Riccardo che, sotto mentite spoglie, batte a duello il bieco Fosco e lo costringe a confessare il suo turpe delitto. Il Duca lo fa arrestare e accoglie Riccardo come suo figlio dandole in sposa la raggiante Bianca.
Dalla trama semplice, Pino Mercanti dirige questo film senza particolari cure e tantomeno preoccupazioni, essendo finalizzato principalmente per i cinema di periferia in genere parrocchiali. Si segnalano la "divina" Tina Lattanzi nel ruolo di nutrice governante e l'avvenente bellezza della giovanissima Liana Orfei in campo femminile, mentre tra i maschietti Livio Lorenzon è il consueto cattivo da opporre al buono di turno, un insipido Lex Barker male impiegato o come si dice al minimo sindacale. Immancabili le cascatelle di Monte Gelato e Nello Pazzafini per due secondi, giusto il tempo di beccarsi una randellata in testa.
https://cinemaestri.blogspot.com/2017/02/il-cavaliere-dai-cento-volti.html
Argumento:
El caballero Riccardo D'Arce, aborrecido por el anciano duque Ambrogio di Pallanza, se ve obligado por éste a vivir confinado en sus tierras, pero frecuenta secretamente los hijos del duque, Ciro, de dieciséis años, y Bianca, una bella doncella de veinte, de la cual está enamorado.
Mi comentario:
Muy discreta película de aventuras de serie B, muy cerquita de la C.
Uno de los numerosos trabajos que hizo en Europa Lex Barker, ex-Tarzán, futuro marido de Carmen Cervera, y todo un galán, apuesto y políglota, aunque no buen actor.
Aquí cumple con su personaje, pero no logra hacer que tenga mucha calidad la peli, ya que está llena de los tópicos y situaciones de rigor, vistas en muchas cintas de parecido pelo. Y es que vista un (por ejemplo, "Capitán Fuego", con la que tiene evidentes similitudes), vistas todas.
Se pasa el ratillo pero se hace larga para lo que cuenta y esto, el argumento, es algo insulso y con algunos hechos muy poco verosímiles.
En fin, que la ambientación, vestuario y peluqueria, están bien, así como la fotografía de Carlo Bellero, pero el resto no, si exceptuamos, claro, a la gran Lina Orfei, toda una mujer de pan y moja, preciosa y con un cuerpo de escándalo. Ella solo llena la pantalla cuando sale. Ahora bien, cuando no sale...
https://filmsencajatonta.blogspot.com/search?q=Il+cavaliere+dai+cento+volti
Ricardo de los Bosques
Esta película pertenece al género que los niños de los 60 llamábamos "de espadas": Edad media, suntuosos o lóbregos castillos, combates singulares, duelos a espada, señoras estupendas muy escotadas. Los italianos se hartaron de copiar el modelo estadounidense, en su estilo más pobretón y rústico, y animaban nuestros programas dobles en el cine del cole o en el de reestreno de la esquina. La fórmula era sencilla: se fusilaban algunos clásicos, se importaba alguna estrella de Hollywood en decadencia, y a rodar. Pino Mercanti filmó otras dos, además de ésta (El duque negro y Il vendicatore mascherato), con Cameron Mitchell en la primera y Guy Madison en la segunda. Para la que nos ocupa contrató a Lex Barker, ex Tarzán, a la sazón dando vueltas por Europa tras el escándalo de su divorcio de Lana Turner, que fulminó su carrera en la Meca del Cine. Curiosamente, fue en Alemania donde alcanzó una popularidad extrema gracias a su personaje de Old Shatterhand, de la serie basada en las novelas de Karl May. El caballero de los cien rostros nos presenta a Barker (apuesto mozo, pero de una inexpresividad escalofriante) como Riccardo d'Arce, acusado de graves tropelías por el duque Ambrogio, quien está ansioso por desposar a su hija con el malvado conde Fosco (Livio Lorenzon en su papel habitual). Pero hete aquí que Riccardo ama también a la desdichada duquesita, y con la ayuda de unos cuantos adláteres y una gitana a la que todo el mundo se quiere tirar, cosa de lo más natural, acabará con los malos y proclamará su inocencia. La cinta avanza a sacudidas, filmada en bonitos paisajes naturales, con esas escenas de acción en las que se nota la falta de un buen maestro de esgrima, porque los extras hacen lo que les sale del nabo, con perdón, y uno echa de menos a Richard Thorpe o Henry Hathaway, que sabían lo que hacían. Lo de que tirarse a la gitana sea la cosa más natural del mundo, antes de que las lectoras feministas se pongan de los nervios, se debe al atavío y las maneras de la susodicha en cuestión, Liana Orfei, morruda y maciza muchacha que se pasea, en 1960, con una raja en la falda hasta el triángulo de las desnudas, y unos escotes que apenas pueden contener lo que deben contener, mientras flirtea descaradamente con todos los ganapanes que se le ponen a tiro. Claro, es gitana, y la presentan como medio puta, o del todo. En cualquier caso, Liana Orfei es la que anima la función, y a ella se deben los cuatro puntos, porque si no serían menos. Por lo demás, un ejemplo preclaro de un género muerto y enterrado.
https://www.filmaffinity.com/ar/reviews/1/118220.html
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