Ridendo e scherzando - Ritratto di un regista all'italiana
AÑO
2015
IDIOMA
Italiano
SUBTÍTULOS
Español (Incorporados)
DURACIÓN
81 min.
PAÍS
Italia
DIRECCIÓN
Paola Scola, Silvia Scola
QUÉ EXTRAÑO LLAMARSE ETTORE
"Scola era un luchador que defendía a dentelladas la independencia del artista frente al poder, empeñado en atrapar la vida para meterla entre las cuatro esquinas de una pantalla."
Pilar Ruiz 21/01/2016
En Roma adoran a sus grandes de la escena: muy cerca de la Fontana di Trevi, en Piazza Colonna, están las Galerías Alberto Sordi --¿alguien imagina un centro comercial español llamado Pepe Isbert o Rafaela Aparicio?--. Allí, un quesero trasteverino puede jactarse de tener como cliente a Bernardo Bertolucci, y en la puerta de una peluquería-barbería de barrio tener como reclamo una enorme fotografía de Anna Magnani. Es la ciudad donde una multitud congregada ante la casa de Mario Monicelli, ese grande de la comedia, canta el Bella ciao al paso de su féretro. Scola ha tenido suerte: ha muerto en Roma.
Dicen algunos de quienes le conocieron, periodistas o colegas, que Ettore Scola era un hombre esquivo, con un carácter agrio de viejo comunista del PCI. En la época berlusconiana, Scola fue uno de los muchos cineastas italianos que cayeron en una amargura negra, él, que siempre había sido pesimista. “El pesimismo es mucho más progresista que el optimismo, encierra más fe en el futuro. El optimismo es cosa de beatos”.
Italia y sus contradicciones siempre ahí, en el comediante nostálgico, a veces cruel, consciente del peso del neorrealismo, de los maestros: él formaba parte del grupo de los epígonos. La época más fructífera de Scola fue la de los 70, subido a la ola de una vuelta brillante del cine italiano, justo en los tiempos de los anni di piombo, de la Logia P2, de Aldo Moro, de los atentados sin castigo. La memoria: “Los jóvenes no deben olvidar a Pasolini.” Scola era un luchador que defendía a dentelladas la independencia del artista frente al poder, empeñado en encontrar una forma propia, sin concesiones, del oficio de atrapar la vida para meterla entre las cuatro esquinas de una pantalla. Unas veces ganó y otras perdió, pero siempre reconoció los talentos mayores: Fellini, Pasolini. Al primero, con quien compartió siendo muy joven la redacción del semanario satírico Marc’Aurelio, le dedicó el documental Qué extraño llamarse Federico (2013); al segundo le ofreció escribir y rodar un prefacio a Feos, sucios y malos (Brutti, sporchi e cattivi, 1976), pero PPP fue asesinado unos días antes de que le llegara el guión. Scola la dirigió con el alma llena de pesar. Es, sin lugar a dudas, su mejor película.
En un reciente documental sobre su vida y su carrera, Ridendo e scherzando (Riendo y bromeando, 2015) dice: Il cinema è un lavoro duro ma si può, ridendo e scherzando, mandare qualche messaggetto, qualche cartolina postale con le proprie osservazione sul mondo. Il cinema è come un faretto che illumina le cose della vita.
Un farolillo, una luz que ilumina el paisaje de los rostros que amamos: Nápoles o Roma retratadas con la ilusión perdida y reencontrada de la juventud y de la belleza, de los demonios, de la vida, en los rostros de Alberto Sordi, Sofía Loren, Vittorio Gassman, Stefania Sandrelli, Nino Manfredi, Hanna Schygulla, Ugo Tognazzi, Giancarlo Giannini, Monica Vitti o Jack Lemmon esperando delante de un plato de macarrones a que su amigo Marcello Mastroianni resucite. Y otro amigo, detrás de la cámara, lo logra: Scola hace que regrese a la vida.
Es el milagro del cine.
https://ctxt.es/es/20160120/Culturas/3792/Ettore-Scola-cine-Roma.htm
L'intento è stato quello di fare un documentario da ridere. Raccontare Ettore Scola ‐ regista, sceneggiatore, disegnatore, umorista, intellettuale, militante ‐ cercando di usare la sua chiave, quella del suo cinema: parlare cioè di cose serie senza farsene accorgere, facendo ridere. Abbiamo voluto raccontare nostro padre unicamente attraverso le interviste che ha rilasciato nel corso della sua vita, i brani dei suoi film, e quello che ci ha voluto dire 'dal vivo', senza dover ricorrere mai a interviste ad altri che parlino di lui. Una sorta di auto‐racconto, che lui mai avrebbe fatto dati la sua timidezza, il pudore e il disagio a parlare di sé, ma che abbiamo potuto fare noi che lo conosciamo abbastanza da poterlo sia celebrare che prendere un po' in giro. A fronteggiarlo al posto nostro c'è un giovane attore e regista, Pierfancesco Diliberto, Pif, che lo accompagna nel percorso che abbiamo tracciato per raccontarlo: un nostro alter ego che a seconda delle necessità fa da intervistatore, narratore, lettore, agiografo, guida, spalla… e all’occorrenza, anche da badante. Ettore e Pif sono nel Cinema dei Piccoli a Villa Borghese, dove sullo schermo scorrono oltre alle clip dei film e ai materiali di repertorio ‐ in cui vediamo Scola a tutte le età ‐ anche vecchi filmini in Super 8 (alcuni girati da lui stesso), backstage realizzati sui suoi set, fotografie rubate agli album di famiglia, disegni e vignette. E così il ritratto ‐ biografico, artistico e umano ‐ di Ettore Scola prende forma sotto i nostri occhi.
Paola e Silvia Scola
https://www.comune.re.it/cinema/catfilm.nsf/PES_PerTitoloRB/CCC6758D76F8C0D1C1257F4F0052BC62?opendocument
Muy buena, e inconseguible...muchas gracias por subirlo, el mejor blog de cine italiano por lejos.
ResponderEliminarGracias a vos. Abrazo.
EliminarGuau, qué maravilla. Grandísimo aporte Amarcord, gratitud eterna. Ya va camino a casa
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